30.11.16 | 12:22. Archivado en Política Nacional
De bochorno auténtico hay que calificar el aquelarre revolucionario que se vivió ayer en La Habana en el homenaje del régimen comunista de Cuba a su fallecido líder, el dictador Fidel Castro. Un dictador más que, tras décadas de firme represión al pueblo cubano, ha muerto en su cama a la avanzada edad de 90 años. Otro dictador más que amasó una fortuna personal de cientos de millones de dólares mientras aparentaba una vida austera sin abandonar sus ropajes militares. Otro dictador más que se supo rodear de una guardia de corps y de fieles para perpetuar un régimen mediante la imposición del terror a los pocos disidentes que se atrevieron a plantarle cara. Como bien dijo en su cuenta de twitter Esperanza Aguirre: “Dos millones de exiliados, miles de asesinatos, 58 años de dictadura criminal, un país arruinado y desmoralizado: balance de Fidel y el comunismo.” Una verdad que, sin embargo, no ha servido para que durante esos años hayan primado los intereses económicos y la hipócrita benevolencia de países como España justificado por los fuertes lazos que nos unen al pueblo cubano.
Porque aquí no se puede decir que “muerto el perro se acabó la rabia”. En primer lugar, porque el régimen sigue intacto en las manos de otro de los Castro, Raúl, que lleva de hecho gobernando Cuba desde que Fidel, obligado por la enfermedad, se retirara a un segundo plano como líder espiritual de la revolución. Pero lo cierto es que el régimen empobrecido tras décadas de aislamiento y bloqueo impuesto por los USA y por los países democráticos de Europa, excepto España, ha mal subsistido gracias a la ayuda del régimen de otro dictador, Hugo Chávez y sus petrodólares. Una situación que propició el acercamiento de los USA, por la voluntad de su Presidente Obama, con la reapertura de la delegación diplomática y el inicio de unas relaciones comerciales.
Y no otros intereses son los que han movido y mueven a los diferentes Gobiernos de España del PSOE y del PP. Una situación vergonzante que llevó al extremo de rendirle homenaje en el pueblo del que su familia era originaria, nada menos que por el fundador de Alianza Popular, el exministro de otro dictador, Fraga Iribarne. España mantiene fuertes intereses económicos en la Isla a través de empresas ligadas al sector turístico y un más que cordial trato en cuanto a inversiones, con una condonación de intereses de deuda por valor de casi dos mil millones de euros y una refinanciación más que generosa. Y eso además de ser el portavoz más entusiasta en los foros de la UE para lograr el final del bloqueo económico y la apertura del mercado con Cuba, sin ninguna contraprestación política por parte del régimen cubano.
Así que algunos se quejan por no haber mandado a las exequias fúnebres a mayor gloria de los Castro y del régimen dictatorial a un representante de mayor rango que el Rey emérito D. Juan Carlos, cuando con lo que debería haberse zanjado era con una simple misiva diplomática dando las condolencias a la familia sin entrar en disquisiciones políticas. Porque lo que muchos no quieren admitir es que ha muerto un dictador sanguinario con su pueblo y con todo aquél que se atrevía a ser disidente. Un dictador que ha estado mandando fuerzas de apoyo a diferentes países para que se propagara la revolución comunista. Un dictador que no ha dudado en enriquecerse a costa del sufrimiento y empobrecimiento de sus conciudadanos. Un dictador al que quieren ahora “blanquear” con la figura de un “padre” amantísimo que solo ha velado por el bien de su pueblo. Y a esa bufonada pretendían que otros altos dirigentes de países democráticos fueran a rendir pleitesía y respeto.
Se murió porque es ley natural de nuestra existencia, nacemos y morimos. Pero su régimen sigue muy vivo por ahora y coartando las libertades del pueblo cubano con la complicidad de aquellos que dicen defender las libertades y los derechos humanos. Una hipocresía que se repite con otros países donde la democracia es inexistente. Y es que son solo los intereses económicos los que terminan por imponerse en un mundo deshumanizado y sin valores.
Desgraciadamente, aún quedan muchos dictadores en la escena internacional con más poder militar y económico que el que jamás llegó a tener Fidel castro, ni siquiera cuando desafío a los USA con la instalación de bases de misiles nucleares en la isla.
¡Que pasen un buen día!
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