BIENVENIDOS

PARAQUENOSEREPITALAHISTORIA .Para los interesados en el tema y los olvidadizos de sus hechos, aquí están para consultar múltiples artículos escritos por diversas personalidades internacionales y del país. El monopólico poder de este tirano con la supresión de las libertades fundamentales, su terrorismo de Estado basado en muertes ,desapariciones, torturas y la restricción del derecho a disentir de las personas , son razones suficientes y valederas PARA QUE NO SE REPITA SU HISTORIA . HISTORY CAN NOT BE REPEATED VERSION EN INGLES

viernes, 9 de diciembre de 2016

OPINIÓN: Fidel Castro, un dictador sin absolución


Fuente identidadlatina.com

Fidel Castro, un dictador sin absolución

Muchos cubanos llegamos a pensar, surrealistamente, que Fidel Castro jamás iba a morir.

Por esos caprichos de la historia, el 25 de noviembre, cuando se cumplían 60 años de su salida del puerto mexicano de Tuxpan, en el yate Granma, para empezar la revolución, Raúl Castro apareció en televisión nacional para anunciar la muerte del dictador y decretar los 9 días de duelo y una procesión fúnebre por toda la Isla hasta su Mausoleo, al mejor estilo de un Faraón del Antiguo Egipto.

Un Dictador Popular

El 8 de enero de 1959, Fidel Castro entraba triunfante en La Habana. Se plantó con autoridad en el poder con el apoyo mayoritario del pueblo, harto de la corrupción y los abusos de la dictadura de Fulgencio Batista. Quedaron deslumbrados por sus propuestas de prosperidad y justicia social y por medidas populares como las Reformas Agraria y Urbana.

Mientras las masas enardecidas de fervor revolucionario gritaban, “Gracias Fidel”, “Cuba Si, Yankees No”, cientos eran fusilados en la Fortaleza de la Cabaña, al mando del Che Guevara, tras juicios sumarios sin ninguna garantía procesal, aun cuando la Constitución no contemplaba la pena de muerte. La maquinaria propagandística los presentó a todos como torturadores y esbirros. Ciertamente, hubo asesinatos y torturas del ejército y la policía de Batista y el pueblo vio justo que se les ejecutara, pero había muchos inocentes que no habían participado en crímenes y habían sido detenidos por equivocación, delaciones malintencionadas, venganzas personales, o por oponerse a Castro.

El de los fusilamientos masivos ha sido un tema tabú de la revolución cubana. Nadie sabe en realidad cuántos murieron y difícilmente se puedan encontrar los expedientes de sus casos.

Antagonismo con EEUU y viraje al comunismo.

Según funcionarios del Departamento de Estado, a Batista se le consideraba un matón corrupto. Washington le retiró el apoyo al arreciar la represión, le cortó el suministro militar y jamás lo dejó entrar a Estados Unidos después de escapar de Cuba. Fidel era visto como un Robín Hood honesto, apareciendo en la portada de New York Times, en tres artículos publicados por Herbert Matthews en febrero de 1957, tras entrevistarlo en Sierra Maestra.

Reconocido inmediatamente por Washington, Castro visitó EEUU en abril de 1959 y se entrevistó con el Vice-Presidente Nixon, declarando:

Nuestra Revolución es tan cubana como nuestras palmas. (…) Y toda esta campaña de `comunista`, campaña falsa, campaña canallesca, que ni nos preocupa, ni nos asusta… El pueblo de Cuba sabe que el gobierno revolucionario no es comunista”…“Llamarnos comunistas, ¿por qué? ... no perseguimos a los comunistas! ... nosotros hemos proclamado el respeto a todas las creencias religiosas, el respeto a todas las ideas políticas”.

Eran los tiempos de la Guerra Fría y los soviéticos tenían sus ojos puestos en la triunfante Revolución a solo 90 millas de los EEUU. En febrero de 1960, el Primer Ministro de la URSS, Anastas Mikoyán visitó Cuba y ofreció acuerdos comerciales para intercambiar azúcar cubano por petróleo ruso y créditos millonarios para impulsar la economía. En agosto, Eisenhower declara el embargo económico a Cuba, suspendiendo la compra de azúcar y la venta de petróleo, como represalia a la confiscación de intereses estadounidenses, a lo que Castro respondió con más confiscaciones.

Tres semanas antes de que John F. Kennedy asumiera la Presidencia, en enero de 1961, Eisenhower rompió las relaciones. El nuevo Presidente dio luz verde para apoyar a cubanos que planeaban invadir la Isla y derrocar a Castro desde 1960. La Brigada 2506, formada por 1,334 hombres entrenados y armados por la CIA desembarcarían en la Bahía de Cochinos el 17 de abril de 1961. Fueron derrotados por un ejército varias veces superior en hombres y armamento y por el abandono de un titubeante Presidente, quien les negó el apoyo prometido. Kennedy culpó a la CIA y pidió la renuncia del Director Dulles. Los prisioneros fueron humillantemente canjeados por 53 millones de dólares en alimentos.

La tarde anterior al desembarco, durante el entierro de las víctimas de los bombardeos a aeropuertos militares, Fidel Castro declaraba por primera vez el carácter socialista del proceso.

Eso es lo que no pueden perdonarnos, que estemos ahí en sus narices ¡y que hayamos hecho una Revolución socialista en las propias narices de Estados Unidos!... “¡Seremos siempre socialistas y por eso seremos siempre marxista-leninistas!

Durante las entrevistas para el libro “Fidel y la Religión”, Castro le diría a Frei Betto que, mientras estudiaba Derecho en la Universidad, absorbió las ideas de Carlos Marx, Federico Engels y Vladimir Lenin. No hay una sola referencia que lo demuestre en ninguno de sus discursos y escritos antes y durante la campaña de la Sierra Maestra, ni durante los primeros años de la revolución.

Si bien es cierto que Washington intentó derrocarlo y que la CIA trató de asesinarlo en varias ocasiones, también Castro provocó a EEUU para utilizar el antagonismo como excusa para aliarse a la Unión Soviética, consciente de que una dictadura totalitaria marxista era la única forma legítima de perpetuarse en el poder.

Lo predijo su cuñado, el senador Rafael Diaz-Balart, cuando en 1955 se opuso a la amnistía de su condena por el ataque al Cuartel Moncada.

“Solamente el comunismo le daría a Fidel el ropaje pseudo-ideológico para asesinar, robar, violar impunemente todos los derechos y para destruir en forma definitiva todo el acervo espiritual, histórico, moral y jurídico de nuestra República”. 

Un Dictador Internacionalista

En octubre de 1962, vendría la Crisis de los Misiles. Asustados por la actitud desafiante de Fidel, la Casa Blanca y el Kremlin llegaron a un acuerdo que incluía el compromiso de EEUU de no invadir a Cuba.

Castro siempre negó airadamente que hubiera pedido a Nikita Krushev disparar primero a Estados Unidos y desatar un holocausto nuclear. No contaba con que, al caer la URSS en 1991, su carta sería publicada. 

Su visita a Moscú en 1963 selló la alianza. Cuba recibiría subsidios económicos y asistencia de la URSS y a cambio, sería el puerto ideológico y logístico para exportar “revoluciones socialistas” desde el sombrío Servicio de Inteligencia (G-2), y el “Departamento América” del Comité Central, dirigido por el Comandante Manuel Piñeiro, alias “Barba Roja”.

La intromisión de Cuba en Chile, influyó decisivamente en el golpe de estado del General Pinochet en 1973, en el que Allende perdió la vida. En 1967 Fidel había enviado una expedición armada a Venezuela, lo que generó la expulsión de Cuba de la OEA y el Che Guevara organizó guerrillas en Argelia, el Congo, Angola y Mozambique, antes de ser apresado y ejecutado en Bolivia en octubre de ese año.

No satisfecho con lo anterior, Castro decidió enviar no solo asesores militares, como en el caso de la Nicaragua Sandinista, sino ejércitos regulares a combatir en Angola y Etiopia. Este “Trotskismo Tropical”, eufemísticamente llamado “Ayuda Internacionalista”, que costó la vida a miles de cubanos, afianzó en el poder a otros dictadores brutales como el Etiope Mengistu Haile Mariam, asilado en Zimbabwe desde 1991, reclamado por crímenes de lesa humanidad; José Eduardo Dos-Santos, Presidente de Angola, cuya hija Isabela, nacida en plena revolución es hoy la mujer más rica de África y Daniel Ortega, otro corrupto recientemente “re-electo” como Presidente de Nicaragua.

Muchos cantan loas a los contingentes de maestros y médicos cubanos trabajando en los más diversos puntos del Tercer Mundo. Olvidan que también sirven como propaganda para mejorar la imagen internacional del régimen y ganar adeptos. En las últimas décadas han sido “exportados” para generar ingresos millonarios a la maltrecha economía cubana, o intercambiados por petróleo, como en el caso de Venezuela, a la que también han invadido de asesores militares y de inteligencia para apuntalar al tambaleante régimen chavista.

Un Administrador Autoritario

Se culpa al embargo de EEUU como el único responsable del estrepitoso fracaso del sistema económico cubano, ignorando que Fidel administró la economía caprichosa y erráticamente.

Más allá de las pérdidas por la falta de comercio con EEUU, nuestro mercado natural, la realidad es que el propio Castro terminó reconociendo que el sistema centralizado socialista de absoluta propiedad estatal y dependiente de ayuda exterior, ya sea soviética o venezolana, es completamente inoperante. Sirva de ejemplo la otrora primera industria cubana

Cuba fue la abastecedora de azúcar del mundo durante 167 años ininterrumpidos, desplazando a Haití como primer productor en 1791. Ni siquiera la cruenta Guerra de Independencia logró destruir la industria, que produjo en 1905, 1.3 millones de toneladas métricas. Para 1925, Cuba producía el 25% de todo el azúcar mundial.

En 1958, y desmintiendo otro de los mitos castristas de que la industria estaba en manos del capital “yankee”, 121 de los 161 ingenios eran de propiedad cubana, (solo 36 eran norteamericanos) producían casi el 70% del azúcar del país y generaban el 50% de toda la producción mundial con un rendimiento industrial record de 12,7%. Y todo eso en medio de una guerra.

Siguiendo teorías económicas del Che Guevara, Castro ordenó la compra de tecnología obsoleta para “no depender del azúcar” y, pese a los fabulosos subsidios soviéticos, descuidó la primera Industria Nacional hasta destruirla.

Las últimas zafras apenas superan el millón de toneladas. Cuba importó (léase bien para creerlo), entre 2001 y 2006, 384,204 toneladas métricas de Brasil, 425,609 de Colombia, 50,000 de Bielorrusia y hasta (lo impensable) de EEUU.

Un Triste Legado

Fidel Castro deja un país empobrecido, dependiente de ayuda económica extranjera, que aun cuenta con una vergonzosa cartilla de racionamiento tras 57 años de gobierno comunista.

No merece respeto un gobernante que, mientras le pedía resistencia y abnegación a su pueblo, tenía Marinas, cotos de caza privados y vivía como un burgués privilegiado.

Muchos enarbolan al sistema de salud y educación gratuitos como logros del dictador. El sistema sanitario se ha deteriorado a niveles paupérrimos, mientras los centros hospitalarios para la élite y los turistas de salud cuentan con todos los recursos. Nadie paga por graduarse en una Universidad cubana, pero aprende una historia tergiversada y le imponen una ideología a la que le exigen fidelidad absoluta para poder estudiar.

Hizo una revolución para que dejáramos de ser “el prostíbulo de EEUU” y nos deja un país en que las adolescentes se prostituyen, mientras declaraba cínicamente en una entrevista que “Cuba tiene las prostitutas más sanas y más educadas del mundo”.

Pese al floreciente capitalismo de los 50, Cuba necesitaba una Revolución que erradicara la miseria, la corrupción, los abusos de poder y la discriminación, pero no un dictador totalitario que eliminara todas las libertades y se perpetuara en el poder como si el país le perteneciera por derecho propio.

Quienes hoy lloran la muerte de Fidel, deben también llorar por los asesinados en el remolcador “13 de Marzo”, por los fusilados injustamente, los que murieron en las prisiones, o en los campamentos de la UMAP, por los golpeados, vejados o muertos por las turbas de la Embajada del Perú en 1980, por las Damas de Blanco, vilipendiadas cada domingo, por todos aquellos que son reprimidos por promover un cambio democrático en Cuba, por los que mueren cruzando el mar, o las selvas de Centroamérica para escapar de la Isla.

Lo peor que Fidel nos deja: Un pueblo dividido en torno a la ideología que representa su figura, millones de emigrados y una sociedad de doble moral en la que muchos, que en su interior estarán absolutamente de acuerdo conmigo, públicamente tendrán que condenar mi artículo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

EL MERENGUE Y TRUJILLO

  • AQUÍ

CUENTO SOBRE LA DICTADURA DE TRUJILLO

COMUNICACION Y PRENSA EN LA DICTADURA DE TRUJILLO

POESIA EN LA DICTADURA