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PARAQUENOSEREPITALAHISTORIA .Para los interesados en el tema y los olvidadizos de sus hechos, aquí están para consultar múltiples artículos escritos por diversas personalidades internacionales y del país. El monopólico poder de este tirano con la supresión de las libertades fundamentales, su terrorismo de Estado basado en muertes ,desapariciones, torturas y la restricción del derecho a disentir de las personas , son razones suficientes y valederas PARA QUE NO SE REPITA SU HISTORIA . HISTORY CAN NOT BE REPEATED VERSION EN INGLES

lunes, 28 de octubre de 2019

Fantasmas de los dictadores


 Por: Víctor Diusabá Rojas
En la misma semana, los fantasmas de Francisco Franco y Augusto Pinochet han vuelto de donde habitan. Y en la misma semana se han marchado de nuevo. Quizás intentarán regresar una y otra vez. Porque, como sátrapas que fueron en vida, buscarán que se les siga rindiendo el culto que se empeñaron en eternizar después de largarse viejos e impunes.


Esa obsesión de ambos y de tantos otros tiranos (José Stalin, Adolf Hitler, Rafael Leonidas Trujillo, Idi Amín, Nicolae Ceauce?cu, los Somoza y muchos más) suele sufrir un proceso inverso a la de los grandes hombres. Los tiranos se achican con el paso de los días. Solo crecen sus fortunas mal habidas que heredaron a los suyos.

Franco buscó quedarse a vivir en la España del pasado en el Valle de los Caídos donde obligó a yacer a su lado a miles de víctimas (de sus huestes y también del bando contrario, contra la voluntad de ellas y la de sus familias) de la Guerra Civil Española.


Pero además quiso que lo mismo sucediera con su país. Franco quería que no lo olvidaran. Y que, aparte, España se mantuviera atrapada en el tiempo, convertida en una momia como él. Está visto que fracasó. Es el simple curso de la vida. El mundo siempre tira para adelante, mientras hay quienes solo terminan siendo símbolo del oprobio que fueron o que son.


En ese sentido, el hecho de que Francisco Franco ya no esté más en su obseso mausoleo es algo más que una exhumación a la que acudieron, con todo derecho, su familia, unos cuantos centenares de nostálgicos de la dictadura y, no podía faltar, el golpista profesional Antonio Tejero ¿Lo recuerdan? Muy valiente el tipo en las Cortes, claro, pistola en mano.

Y es más que una exhumación, porque es evidente que esta España es muy diferente a la que él pretendió imponer, con nulo respeto por los derechos humanos de millones de compatriotas. España, es desde hace rato, una sociedad no confesional, plural y abierta al debate. Incluso, con la participación de sectores que, también con todo derecho, se proclaman franquistas. Es la democracia.

Igual pasa en Chile con ese otro fantasma, Augusto Pinochet, tan golpista como Franco. A propósito, encuentro una fotografía suya en el sepelio de este, en Madrid, en 1975. Está Pinochet -asaltante del Palacio de la Moneda dos años atrás, en el 73- envuelto en una capa que lo hace ver más tenebroso que su vecina de puesto, Imelda Marcos.

Sigo con Pinochet en el Chile de hoy. En medio de la actual ebullición social en esa nación, Pinochet no es sino pasado puro. Las masas que él mismo quiso aplastar están en las calles. Pero no solo las de la Unidad Popular. Es un pueblo entero que, como un solo hombre, sin diferencias ideológicas y de clase, se ha atrevido a preguntar por el destino que le ha trazado esa clase dirigente encapsulada en sus privilegios y que solo se alimenta de indicadores económicos que dicen mucho y no dicen nada.

Pero nadie invoca allí a Pinochet. El presidente Sebastián Piñera dijo que Chile estaba en guerra y quien lo desmintió fue uno de sus generales, Javier Iturriaga: “Soy un hombre feliz, no estoy en guerra con nadie”.
Sí, hay vandalismo de parte de esos pescadores de siempre en río revuelto. Ya están siendo desenmascarados por la gente y aislados. Y, del otro lado, hay excesos del Ejército que deben parar. Pero decir que lo de Chile es nada más consecuencia de infiltración de otro sátrapa (Nicolás Maduro y su camarilla) es miopía.

Y es negar una realidad que parte de la iniquidad y que debe abrir paso al sentido común, a la dignidad y a un nuevo contrato social, ese mismo que reclaman a gritos los chilenos. Negarlo, insisto, es creer que Pinochet y Franco siguen vigentes, cuando no son más que fantasmas que ya no asustan.

Sigue en Twitter @VictorDiusabaR

jueves, 24 de octubre de 2019

Franco, exhumado del Valle de los Caídos

La democracia separa al verdugo de sus víctimas 44 años después. La familia del dictador ha provocado varios momentos de tensión en la basílica.

Cuarenta y cuatro años después del entierro con la pompa de una dictadura, la democracia ha exhumado este jueves con sobriedad los restos de Franco para que el Valle de los Caídos deje de ser lo que el dictador quiso que fuera: un monumento a sí mismo que inmortaliza su victoria en la Guerra Civil. Fue con ese propósito, el de “desafiar al tiempo y al olvido”, con el que Franco hizo levantar una enorme cruz de 150 metros y un mausoleo que acoge más de 33.800 cuerpos, muchos de ellos, extraídos de fosas comunes, sin el conocimiento de sus familias, para yacer hasta hoy junto al verdugo. El Gobierno buscaba sobriedad, pero durante la exhumación ha habido varios incidentes con la familia, que se ha presentado en el Valle de los Caídos con una bandera preconstitucional y ha gritado "¡Viva Franco!" cuando ha introducido el ataúd en el coche fúnebre.

Franco y el 24-O

exhumación franco
La evolución futura determinará hasta qué punto la exhumación de Franco será una fecha histórica. Al día de hoy, a juzgar por las controversias que ha despertado, es un hito en el camino. Transcurridos más de 40 años desde su fallecimiento y del desmantelamiento político, institucional y cultural del aparato creado durante su dictadura, la sociedad española no se ha reconciliado con un pasado que contiene más sombras que luces, más lloros que regocijos, siempre repartidos desigualmente.
En estos 40 años los historiadores hemos cumplido con nuestro papel. Hemos escudriñado no solo su mitificada biografía....

Exhumación de Franco: los 3 gobernantes de facto latinoamericanos que fueron enterrados en España (y qué papel jugó el militar español)

CruzDerechos de autor de la imagenGETTY IMAGES
Image captionLas sepulturas de los tres militares latinoamericanos en Madrid un ocupan segundo plano y no despiertan la polémica del Valle de los Caídos.
Lejos de los países que gobernaron con mano de hierro, los restos de tres hombres fuertes latinoamericanos reposan en cementerios de Madrid.
Fulgencio Batista, Rafael Leónidas Trujillo y Marcos Pérez Jiménez encontraron en la capital española su lugar de enterramiento después de haber detentado el poder durante años en Cuba, República Dominicana y Venezuela, respectivamente.
Las sepulturas de los tres militares latinoamericanos ocupan un segundo plano y pasan a menudo desapercibidas.
No atraen la atención ni suscitan la polémica que despierta el lugar de enterramiento de quien fuera su aliado en España, Francisco Franco, quien será exhumado a las diez y media de la mañana del jueves 24 de octubre de la que ha sido su tumba durante los últimos 44 años.
Esta medida -así como el uso y significado del Valle de los Caídos, el imponente monasterio y mausoleo en las montañas del norte de Madrid en el que recibió sepultura Franco- se convirtió en los últimos años en una cuestión polémica en el país europeo.

El destino final de los restos de Franco

La decisión definitiva, tomada por el gobierno del socialista Pedro Sánchez, fue precedida de años de tiras y aflojas políticos y judiciales.
MingorrubioDerechos de autor de la imagenGETTY IMAGES
Image captionLos restos de Franco serán trasladados a un panteón en el cementerio de Mingorrubio, donde está enterrado Trujillo.
Finalmente, los restos de quien fue jefe de Estado de España desde 1939 hasta su muerte en 1975 abandonarán el lugar de honor que ocuparon hasta ahora y serán trasladados a un panteón en el cementerio de Mingorrubio, a escasos 23 kilómetros en línea recta desde el Valle de los Caídos.
En ese mismo camposanto se encuentra un mausoleo de mármol negro perteneciente a la familia Trujillo.
La tumba de Batista, en cambio, se halla en el cementerio de San Isidro, en el suroeste de Madrid, y la de Pérez Jiménez en el Parque Cementerio La Paz de Alcobendas, la misma localidad en la que falleció.
¿Cómo terminaron estos tres gobernantes de facto latinoamericanos en la capital española? Y, ¿qué papel jugaron en ese destino sus relaciones con Francisco Franco?

El singular viaje de Rafael Trujillo

El periplo hasta Madrid de los restos de Rafael Leónidas Trujillo es quizá el más singular de los tres.
auto de trujilloDerechos de autor de la imagenGETTY IMAGES
Image captionTrujillo murió tiroteado en una carretera dominicana el 31 de mayo de 1961.
El "jefe", como se le conocía popularmente, murió tiroteado en una carretera dominicana el 31 de mayo de 1961. Se ponía fin así a casi 30 años de uno de los gobiernos de facto más represivos y sanguinarios de América Latina.
Tras recibir sepultura con honores de Estado en un primer momento en la ciudad dominicana de San Cristóbal, donde había nacido, y ante el giro político que se estaba dando en el país, su hijo Rafael decidió sacarlo de República Dominicana.
Para ello utilizó el yate de Angelita, una lujosa embarcación que había comprado el mandatario años atrás. Sin embargo, el barco fue interceptado antes de llegar a su primer destino en las islas Azores y obligado a regresar al país caribeño.
Tras desembarcar de nuevo en República Dominicana, los restos de Trujillo fueron traslados en avión a París, donde recibieron una segunda sepultura en diciembre de 1965 en el cementerio de Père Lachaise -conocido por ser el lugar de reposo de numerosos políticos, escritores y artistas-.

Un panteón para Trujillo en Madrid

Pero este no sería su lugar último de descanso.
A finales de los sesenta, la viuda del militar dominicano, María Martínez de Trujillo, de origen español, hizo exhumar a su marido y reinhumarlo en su ubicación actual en el cementerio de Mingorrubio, lugar de enterramiento de algunas de las principales personalidades del régimen franquista y donde se reubicarán los restos de Franco este jueves.
funeral de TrujilloDerechos de autor de la imagenGETTY IMAGES
Image captionTrujillo primero recibió sepultura con honores de Estado en la ciudad dominicana de San Cristóbal, donde había nacido.
Los restos de Trujillo terminaban así su peregrinaje en un país gobernado por un régimen al que había admirado y del que había sido aliado.
"Gran parte de sus políticas en la República Dominicana se hicieron a imitación de las políticas represivas del franquismo", le dice a BBC Mundo Matilde Eiroa, profesora de historia contemporánea de la Universidad Carlos III de Madrid.
El buen entendimiento entre los dos militares quedó patente en el ostentoso recibimiento que le dispensó Franco a Trujillo en su visita a España en 1954.

Anticomunismo y catolicismo a ultranza

"Les unía el catolicismo y lo que ellos denominaban la lucha anticomunista, que en realidad no era tal. Por anticomunismo ellos entendían cualquier oposición a sus regímenes. Pero en plena Guerra Fría, con la división del mundo entre capitalistas y comunistas, esto del anticomunismo les funcionó muy bien", agrega la experta en relaciones entre la España franquista y América Latina.
Ese denominador común ideológico, junto a la necesidad de buscar aliados que sacaran a España del aislamiento en que se había sumido al acabar la Guerra Civil, llevaron al régimen franquista a establecer alianzas, no solo con la República Dominicana de Trujillo, sino con otros gobiernos autoritarios y militaristas de América Latina.
Batista y esposaDerechos de autor de la imagenGETTY IMAGES
Image captionTras el triunfo de la Revolución Cubana en 1959, Fulgencio Batista se vio forzado a abandonar la isla.
"Era la denominada 'Comunidad Hispánica de Naciones', en realidad circunscrita a un colectivo de territorios con regímenes dictatoriales y militaristas. En todos ellos el fuerte control social, la jefatura única, la represión y la permanente presencia del ejército forman parte de los elementos que las definen", apunta Eiroa.

"Franco reveló su pragmatismo"

Esta alianza facilitó que algunos de esos gobernantes, como Fulgencio Batista y Marcos Pérez Jiménez, acabaran sus días en España al amparo de un gobierno amigo, como había ocurrido al terminar la II Guerra Mundial con numerosos nazis huidos y con el cruel gobernante filonazi croata Ante Pavelic.
"España fue el refugio ideal para los dictadores en esa especie de asilo de lujo que se les ofreció", señala la investigadora.
Sin embargo, esa acogida se hizo a condición de que los exmandatarios que se instalaron en España lo hicieran de manera cautelosa, sin desarrollar actividades políticas que pudieran molestar a Estados Unidos, uno de los principales valedores internacionales de Franco a partir de los años 50.
"Una vez más, Franco reveló su pragmatismo y doble cara: por un lado simpatizaba con ellos y les ofreció apoyo para sobrevivir. Por otro, mantuvo con gran discreción este auxilio para evitar las críticas de los países occidentales", sugiere Eiroa.

Franco y Batista, una relación "ambivalente"

Tras el triunfo de la Revolución Cubana en 1959, Fulgencio Batista -que había dirigido Cuba de manera autoritaria desde 1953- se vio forzado a abandonar la isla.
Batista y su familiaDerechos de autor de la imagenGETTY IMAGES
Image captionFulgencio Batista terminó sus días en España al amparo del gobierno amigo de Francisco Franco.
Después de un breve paso por República Dominicana y Portugal, el militar cubano se instaló en España, donde vivió hasta su fallecimiento en 1973.
No obstante, las relaciones entre el franquismo y el gobierno de Batista habían sido complejas.
"Había habido un apoyo explícito a Batista -al fin y al cabo lo que buscaba la España de Franco era apoyo internacional- pero también hubo apoyo de la embajada española en La Habana a ciertos sectores revolucionarios relacionados con el ámbito católico", asegura en diálogo con BBC Mundo Ángel Dámaso Luis León, investigador de historia de América en la Universidad de La Laguna de Tenerife.

La "jubilación dorada" de Batista en España

"Posteriormente, las relaciones entre Franco y Fidel Castro no fueron malas. No digamos positivas, pero sí de cierto respeto y entendimiento mutuo. No hubo una confrontación a pesar de las diferencias ideológicas", agrega el historiador.
En ese contexto, Batista es recibido en España de manera comedida. En ese país encuentra un lugar cercano en términos culturales donde, en palabras de Luis León, puede "disfrutar de su jubilación dorada".
"Está claro que las autoridades no lo rechazan, pero no se le recibe como un dignatario", sugiere el investigador.

El largo retiro de Pérez Jiménez en Madrid

Igualmente discreta fue la llegada a España de Marcos Pérez Jiménez, quien había regido los destinos de Venezuela desde 1948 hasta el 23 de enero de 1958.
Marcos Pérez Jiménez, al centro de la imagen, gobernó Venezuela entre 1948 y 1958.Derechos de autor de la imagenGETTY IMAGES
Image captionMarcos Pérez Jiménez, al centro de la imagen, gobernó Venezuela entre 1948 y 1958.
Durante esos años, Venezuela se convirtió en uno de los aliados clave de Francisco Franco en América Latina y, bajo el auspicio del gobierno militar de Pérez Jiménez, en uno de los principales destinos para la emigración española en la región.
Después de su derrocamiento y huida a Estados Unidos, el exmandatario fue extraditado a Venezuela para cumplir una sentencia de cuatro años de prisión por peculado y malversación de fondos del erario público.
Al salir de la cárcel en 1968, Pérez Jiménez se exilió en Madrid.
"Su salida de Venezuela fue bastante sonada, pero en España no tuvo esa repercusión. Estamos hablando ya del tardofranquismo y no se le encumbra como un dignatario, sino que se le da una especie de retiro, entre comillas", cuenta Luis León.
El 20 de septiembre de 2001, el exgobernante de facto venezolano falleció a los 87 años en La Moraleja, una lujosa urbanización del norte de Madrid.
Hoy descansa junto a su esposa en el Parque Cementerio La Paz de Alcobendas.

Franco: un caudillo que gobernó 40 años

Cuando tuvo lugar su muerte, el franquismo era ya un cadáver porque la sociedad española estaba ya abrumadoramente comprometida con la cultura democrática de su entorno occidental.

exhumación franco

Un espectro del pasado

El general Francisco Franco Bahamonde (Ferrol, 1892) falleció en Madrid de muerte natural hace ya más de 40 años, el 20 de noviembre de 1975. Estaba a punto de cumplir los 83 años y llevaba casi otros 40 años a la cabeza de un régimen dictatorial como “Caudillo de España por la Gracia de Dios”. Por esa larga duración y cercanía temporal del régimen, Franco es un incómodo espectro del pasado en la vida pública española. Así lo demuestra el debate suscitado por la exhumación de sus restos del monumento público de El Valle de los Caídos para su traslado a un panteón privado de su familia.
exhumación franco
Francisco Franco, en la inauguración del Valle de los Caídos en enero de 1959. EFE

Un espectro del pasado

El general Francisco Franco Bahamonde (Ferrol, 1892) falleció en Madrid de muerte natural hace ya más de 40 años, el 20 de noviembre de 1975. Estaba a punto de cumplir los 83 años y llevaba casi otros 40 años a la cabeza de un régimen dictatorial como “Caudillo de España por la Gracia de Dios”. Por esa larga duración y cercanía temporal del régimen, Franco es un incómodo espectro del pasado en la vida pública española. Así lo demuestra el debate suscitado por la exhumación de sus restos del monumento público de El Valle de los Caídos para su traslado a un panteón privado de su familia.
“Caudillo de España” no era un título retórico. Era la fórmula jurídica de una suprema magistratura que fusionaba varios cargos: generalísimo de los Ejércitos (poder militar), jefe del Estado y del Gobierno (poder civil), homo missus a Deo (poder religioso: enviado de la Divina Providencia) y jefe nacional de Falange Española Tradicionalista (poder partidista: supremo dirigente del partido único estatal). Se trataba, en suma, de un dictador “solo responsable ante Dios y ante la Historia”.

Un militar africanista

Franco nació en la localidad gallega de Ferrol en 1892 en el seno de una familia ligada a la administración de la Armada. Pero el desastre colonial del 98 frustró su vocación marina y lo llevó a la Academia de Infantería de Toledo. Sirvió durante más de un decenio en Marruecos, participando en cruentas campañas coloniales y asumiendo el bagaje ideológico de los militares “africanistas”: un exaltado nacionalismo español nostálgico de glorias imperiales pretéritas y una concepción de la política que hacía del Ejército la “espina dorsal” de España, superior a la autoridad civil en caso de amenaza a su unidad o seguridad.
Convertido en arquetipo de oficial “africanista”, Franco aplaudió la llegada de la dictadura militar de Primo de Rivera en 1923 (que le hizo director de la Academia General Militar). Su matrimonio ese año con Carmen Polo, piadosa joven ovetense, acentuó su conservadurismo y sus convicciones religiosas. Por eso percibió con temor la proclamación de la Segunda República en 1931, aunque su proverbial cautela esquivó el conflicto abierto con las nuevas autoridades y rechazó sumarse al fracasado golpe militar de 1932. Incluso en 1934 se convirtió en la primera figura militar del régimen y en el héroe de la opinión pública conservadora, gracias a su protagonismo en el aplastamiento de la insurrección socialista y catalanista.

"Yo embalsamé el cadáver de Francisco Franco"


El médico forense Antonio Piga es el único miembro que continúa con vida del equipo de cuatro personas que embalsamó a Francisco Franco tras su muerte en 1975.
A sus 80 años, conserva una memoria detallada de aquellos días.
"Lo que me impresionó más fue ver a Franco (…). La habitación estaba bastante desnuda y Franco estaba en una cama cubierto con una sábana. Retiramos la sábana y Franco estaba desnudo (…). Tenía el aspecto de una persona que ha sufrido una agonía muy dura", recuerda Piga, que sigue activo como profesor emérito de la Universidad de Alcalá de Henares.
Casi 44 años después, los restos del general que gobernó España con mano de hierro durante casi cuatro décadas fueron exhumados este jueves de su tumba en el Valle de los Caídos, en el norte de Madrid, y llevados al cementerio de Mingorrubio, también en el norte de la capital española.

En el fastuoso mausoleo en que fue enterrado reposan también miles de víctimas de la Guerra Civil y es visto por muchos españoles como un homenaje a la victoria franquista.

Francisco Franco: 3 claves para entender las razones de su exhumación del Valle de los Caídos en España (y a dónde lo trasladaron)

El desenterramiento de los restos de Franco y su traslado del Valle de los Caídos a otro cementerio marca este 24 de octubre como una jornada trascendental en la historia reciente de España.
El lugar donde estuvo enterrado el general que gobernó España durante casi 40 años (1939-1975) ha sido objeto de un acalorado debate político y mediático que se ha intensificado en los últimos años.
Los restos de Franco fueron exhumados este jueves y trasladados a un cementerio a las afueras de Madrid.

Francisco Franco fotografiado en 1967Derechos de autor de la imagenGETTY IMAGES
Image captionEl general Francisco Franco gobernó España desde 1939 a 1975.

Al proceso (cuyo costo total se calcula en unos US$70.000) asistió la ministra española de Justicia en funciones, Dolores Delgado, más de 20 familiares de Franco y un grupo de científicos forenses.
Los restos fueron trasladados en helicóptero al cementerio de Mingorrubio-El Pardo (Madrid). Allí descansarán junto a la tumba de su esposa, Carmen Polo


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