Fue un mismo 2 de marzo, pero del año 2000, cuando el general (r) Augusto Pinochet, fue dejado en libertad tras haber pasado 503 días detenido en Londres, por una orden de captura internacional que fue emitida por el juez español Baltasar Garzón.
La detención se efectuó en octubre de 1998 mientras el ex comandante en jefe se encontraba internado en la London Clinic debido a una intervención quirúrgica por una hernia en la zona lumbar.
El motivo de la orden de Garzón se justificaba por la muerte de ciudadanos españoles en Chile durante el periodo de dictadura. Esto generó la celebración de un grupo de exiliados en la capital inglesa, pero a su vez, la molestia del Ejército chileno que calificó en ese entonces el hecho como “insólito e inaceptable”.
De la protesta también se hizo parte el ex presidente Eduardo Frei -que se encontraba encabezando el Ejecutivo en esos años- quien presentó una queja formal ante el gobierno inglés, debido a que Pinochet contaba en ese momento con inmunidad diplomática.
En noviembre de ese mismo año, España solicitó la extradición del general (r), y el 25 de ese mes cinco jueces de la Cámara de los Lores británica, se pronunció por tres votos contra dos contra la inmunidad de Pinochet, en el mismo día de su cumpleaños número 83.
Días después el ex comandante en jefe fue trasladado a una residencia en Virginia Water, tras haber pasado además por el Hospital Groveland Priory en las afueras de la ciudad, donde permaneció con vigilancia durante los meses del proceso en su contra.
En marzo de 1999, la Cámara de los Lores determinó igualmente que Pinochet no tenía inmunidad para casos de tortura cometidos después del 8 de diciembre de 1988 y recomendó a Jack Straw, ministro del Interior de Inglaterra, que se pronunciara respecto a la extradición solicitada por España, quien semanas después autorizó el proceso.
Esto dio paso a que en septiembre el tribunal de Bow Street iniciara las audiencias del juicio de extradición, y en octubre se estipuló que esto estaba conforme a la ley.
Pero en el año 2000, el 5 de enero, Pinochet se sometió a exámenes médicos para ver si se encontraba en condiciones de ser extraditado, pero cuatro médicos y un neurosicólogo determinaron que no estaba en buen estado de salud como para soportar un juicio. En base a esto, Straw decidió denegar la extradición poniendo punto final al proceso, facilitando además la salida de Pinochet del Reino Unido.
El mismo día de su liberación, el 2 de marzo del 2000, el ex comandante en jefe viajó a Chile en un avión de la Fach y llegó a las 10.30 de la mañana.
Augusto Pinochet, que había sido considerado en mal estado de salud por un equipo médico, bajó del avión sonriente, sin dificultad y sin utilizar la silla de ruedas en la que se encontraba.
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