Santiago de Chile, 18 mar (PL) El destacado abogado y exdiplomático Eduardo Contreras llamó a mantener viva la memoria en Chile, en rechazo al intento de sectores de la derecha a pasar la página a los horrores de la dictadura.
En una columna en el semanario El Siglo, Contreras se refirió a dos hechos recientes en el país austral, el agravamiento del estado de salud de Agustín Edwards, dueño del diario El Mercurio, y una visita a la cárcel de Punta Peuco.
Contreras refiere que el nombre de su artículo, El coraje de la libertad, recuerda la noche del 9 de septiembre del 2002, cuando en Villa Visconti d'Argona, Italia, expuso la situación de los procesos judiciales contra la dictadura de Augusto Pinochet.
'Han pasado los años y mientras en el ámbito internacional persiste el interés por el esclarecimiento y condena por los horribles crímenes, en Chile no es materia central', señaló.
Esa indiferencia hace posible los retrocesos y estimula a los piadosos de última hora -incluidos algunos candidatos presidenciales- que abogan por 'los pobres ancianos de Punta Peuco', recalcó.
El letrado lamentó que hasta la más alta autoridad del Poder Judicial, sostenga que nadie debe morir en prisión. 'No se escucharon voces similares en tiempos de la dictadura', acotó.
Si los sectores más avanzados de la sociedad no asumen hoy que este tema es crucial para el futuro democrático de Chile, hechos como los del 1973 pueden volver a repetirse, advirtió Contreras.
En sus argumentos expresados en El Siglo, se refirió a la tentación del olvido, 'así como la vieja trampa de la reconciliación, impulsada por el propio Pinochet en su tiempo.
Al referirse a Agustín Edwards, lo calificó de uno de los responsables de la tragedia, 'antiguo golpista, el mismo que pocos días después del triunfo de Salvador Allende, en septiembre del 70, viajó a golpear las puertas de la CIA'.
Relató que en el proceso contra los sediciosos que lleva el juez Mario Carroza, Edwards ha reconocido esos encuentros.
Pero el paso del tiempo, la edad de los inculpados y la lentitud del viejo procedimiento penal aplicable a estos casos hace que varios de los que deben ser condenados ya hayan fallecido, explicó.
Asimismo apuntó a la corriente en boga de otorgamiento indebido de beneficios a los criminales de la dictadura de Pinochet (1973-1990).
Mencionó como caso reciente la liberación de Francisco Toledo, uno de los asesinos, en 1985, de los hermanos Eduardo y Rafael Vergara Toledo.
El letrado detalló que en todo el mundo quedó establecido que los crímenes de lesa humanidad, por su naturaleza y condición, no pueden ser objeto de un trato similar a los de los delitos comunes.
Requisitos y exigencias son muy diferentes. Pero en nuestro país dichas normas han sido violadas más de una vez. ¿Qué organización de masas ha protestado por ello?, anotó.
Indicó que en los más de mil 200 expedientes surgen valiosos antecedentes, en los que se descubre la existencia de laboratorios químicos secretos del Ejército, encargados de producir toxinas botulímicas desde hacía muchos años.
'No era solo el químico Berríos y la información resulta importante para casos como el del presidente Eduardo Frei o el de Pablo Neruda', en referencia a la casi certeza absoluta de que ambos fueron envenenados por los pinochetistas.
Finalmente sentenció que 'no se trata de temas puramente jurídicos o judiciales y urge abrir los ojos y la conciencia de muchos'.
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