SANTIAGO (Sputnik) — Una muestra en el Museo de la Memoria de Chile rescata el papel que jugó el exprimer ministro sueco Olof Palme (1969-1976-1982-1986) en la defensa de los perseguidos políticos en ese país sudamericano durante la dictadura del general Augusto Pinochet (1973-1990).
Palme "sabía que había que contar lo que ocurría en Chile, y que los medios de comunicación eran muy significativos para que esa verdad se conociera", dijo a Sputnik el director del museo, Francisco Estévez.
"Olof Palme o la solidaridad urgente", es el nombre de la exposición que conmemora y agradece la acción internacional liderada por el Gobierno sueco en la época, que llamó a actuar, denunciar y rechazar los crímenes de lesa humanidad en foros internacionales y ante la opinión pública.
"Suecia y, en general, las democracias europeas de ese entonces, condenaron lo que pasaba en Chile, y acogieron a muchas personas que debieron salir de manera forzosa del país; fueron muy generosos y valientes los embajadores y países que lograron salvar vidas, que era lo que estaba en juego", declara el historiador.
El centro cultural, ubicado en el sector noroeste de la capital, describe a Palme como "un político controversial, de un país pequeño, quien se atrevió a criticar a los Estados poderosos para defender la soberanía de los débiles".
Palme, asesinado en Estocolmo el 28 de febrero de 1986, recibió en su país a 29.500 chilenos opositores al régimen dictatorial, que buscaron asilo político en Suecia, por la cercanía que tenía el Gobierno europeo con el presidente Salvador Allende.
A raíz de esta masiva inmigración, la comunidad chilena en ese país es actualmente la más numerosa entre las latinoamericanas y la segunda colonia hispanohablante más grande después de la española.
Allende "intentaba liberar al país de la explotación extranjera y llevar a cabo transformaciones sociales pacíficamente, e incluso antes de que asumiera su cargo, los golpistas intentaron derrocarlo", dijo Palme el 12 de septiembre de 1973, un día después del golpe de Estado en Chile, donde el presidente fue asesinado.
"Podemos experimentar impotencia frente a lo que pasa, pero sería entregarle el triunfo final a la violencia si aceptáramos que los esfuerzos del pueblo son vanos y que la democracia no tiene futuro", afirmó en otro discurso en Suecia dos semanas después.
Tras el incidente, la autoridad se comprometió con el movimiento sueco de apoyo a la resistencia chilena y condenó repetitivamente a la junta militar al mando de Pinochet.
A su vez, respaldó la labor de Harald Edelstam (1913-1989), exembajador de Suecia en Chile, que fue declarado persona non grata por tramitar la salida de miles de refugiados.
"Chile siente una gratitud enorme por Suecia, que fue uno de los países que más se movilizó en contra de las violaciones a los derechos humanos durante el régimen", subrayó Estévez.
El Museo de la Memoria y los Derechos Humanos, que narra en una muestra permanente las atrocidades cometidas durante la dictadura, rememora los discursos emblemáticos donde Palme insta a disipar la "cortina de humo" que ocultaba montajes, secuestros, torturas y muertes, además de alertar a la comunidad internacional sobre los abusos cometidos por el Estado en el país sudamericano.
Cifras oficiales indican que 35.000 personas fueron víctimas del régimen de Pinochet, donde 28.000 fueron torturadas, 3197 muertas y desaparecidas, y un número indeterminado de cientos de miles habrían pasado por centros clandestinos de detención.
Asimismo, unas 200.000 personas habrían sufrido el exilio.
En opinión de Estévez, esta exposición reitera el compromiso con los derechos humanos y la verdad, con esclarecer lo que ocurrió durante esa época oscura y también con la promoción de la justicia y la reparación a las víctimas en los casos aún no resueltos.
Actualmente, cientos de familiares de detenidos desaparecidos exigen saber el paradero de sus seres queridos, a la vez que acusan a militares que violaron los derechos humanos de sus víctimas de no revelar información, ni colaborar con la justicia.
A 31 años del fallecimiento de Olof Palme, el Museo acogió la propuesta de la embajada de Suecia en Chile de resucitar la imagen del político mediante la colaboración de la comunidad de chilenos residentes en Suecia, y los chileno-suecos que habitan en territorio nacional, quienes cooperaron con el material en exhibición.
Hasta el día de hoy, el crimen de Palme, ocurrido en plena calle en el centro de Estocolmo, sigue sin resolverse.
La exhibición estará disponible hasta el próximo 14 de mayo.
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