Pocos meses después de que el Ejército alemán capitulara y su máximo líder Adolf Hitler acabara con su vida en su refugio antiaéreo de Berlín, el entonces joven de 28 años y corresponsal de guerra del conglomerado de comunicación estadounidense Hearst, John F. Kennedy, visitó el Berghof, la residencia del 'führer' en los Alpes Bávaros.
Las impresiones de Kennedy quedaron plasmadas en un diario, que se dio a conocer recientemente en varios medios estadounidenses y que será subastado el 26 de abril próximo por Deirdre Henderson, asistente de John F. Kennedy a finales de los años 1950. Este documento refleja la opinión del exmandatario estadounidense sobre la seguridad nacional y las relaciones internacionales.
"Todos los elementos que conforman una leyenda"
En este documento, el futuro presidente de EE.UU. confesaría su fascinación por el líder alemán. "Se puede entender fácilmente cómo en pocos años, Hitler emergerá del odio que lo rodea en estos momentos y se convertirá en una de las figuras más valiosas que han existido", escribió Kennedy en su cuaderno.
Asimismo, el político señaló que "la ambición sin límites [de Hitler]" lo llevó a convertirse en una "amenaza para la paz mundial", pero el "misterio que rodea a su vida y su muerte continuará viviendo aún después de él". "[Hitler] cuenta con todos los elementos que conforman una leyenda", escribió Kennedy.
Henderson ha explicado a los medios, que al hablar de "leyenda", el político se expresaba sobre el misterio que rodeaba a Hitler y no "del mal que causó al mundo". "En ninguna parte de este diario o algún otro de sus escritos existe alguna insinuación de simpatía hacia los nazis o sus crímenes", aclaró Henderson. "Hitler es una leyenda, pero no una buena leyenda", explicó la exasesora del presidente estadounidense.
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