SANTO DOMINGO. En su rol de historiador, Roberto Cassá se refiere a la apatía que exhiben muchos jóvenes con relación a conocer la historia de su país, y piensa que es una visión cultural presentista que se ha venido imponiendo, pero que no hay que aceptarla, sino trabajar el problema desde óptica nueva.
Considera que el Estado no está jugando su papel para despertar ese interés y, aunque reconoce que hay personas que tratan de corregirlo, falta mucho por hacer.
Sugiere que el Estado emprenda la elaboración de textos variados en temáticas históricas.
Recuerda que desde la gestión de Jacqueline Malagón, no se da de manera sistemática la elaboración de libros de texto, lo que considera una falla del Estado.
En ese orden, dijo que el Ministerio de Educación tiene por delante tareas graves y complejas, pero que debe afrontar para despertar el interés y el conocimiento.
“Ahora, no debe ser tarea exclusiva del Estado: también los actores sociales tienen peso importante, responsabilidad para provocar estos cambios de actitud hacia la cultura y el conocimiento del pasado”, señala Cassá.
Indica que los historiadores son conscientes de que hay un problema delicado, grave, pero no insoluble, puesto que finalmente la formación cultural de un sujeto obliga al conocimiento del pasado, o sino está incompleta.
Entiende que para enfrentar la situación se debe también proveer herramientas, desarrollarlas, y que faciliten el interés por el pasado.
Para Cassá el término clave es despertar el interés desde la óptica de la experiencia propia de la época presente.
“Nos es difícil a los viejos comprender esto, pero ahí se trataría del establecimiento de diálogos creativos entre todas las partes, es algo complejo, pero que es obligatorio enfrentar”, expresó.
El historiador recuerda que ha sido acusado de un giro patriótico, lo que rechaza, porque ese no es problema, sino que los inconvenientes están en que hay que conocer el pasado con los elementos de empatía necesarios para que eso tenga significado.
“Este pueblo requiere de narraciones que generen no solamente el interés cultural, sino la disposición hacia la acción social, y evidentemente eso implica la toma de partido y revalorizaciones”, argumenta el escritor.
Cassá no cree que incurra en algún tipo de exaltación viciosa o amañada o de mistificación sobre el pasado, pero defiende que las gestas del pueblo dominicano sean rescatadas, conocidas y apreciadas desde un ángulo de actualidad.
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