EDITORIAL DIARIO LIBRE.
Quizá el ciudadano no tendría tanto miedo si confiara en que hay un plan para prevenir y combatir la delincuencia. Miedo suena fuerte, pero es la palabra que mejor describe un sentir compartido ante la violencia de las últimas semanas.
Si la Policía tiene un plan para contener la delincuencia, una explicación al aumento de las muertes violentas de las últimas semanas (¿meses?)... debería explicarlo. Para el ciudadano, elucubrar es fácil. Desde las teorías conspirativas que elaboran unos al recuerdo de lo vivido por otros en diferentes países y épocas por el auge de las drogas o por la falta de oportunidades, el desempleo... la pobreza.
Hemos llegado a un punto en que las explicaciones sociológicas no alivian la intranquilidad ni alimentan la esperanza en que se están en marcha acciones concretas. Si hay explicaciones sobre el mal funcionamiento del sistema de Justicia, que si los jueces sueltan a los delincuentes o si los asaltantes son o eran miembros de la policía y otros cuerpos... nada lo explica o tranquiliza. No importa si el “problema” está bien diagnosticado o si ya hay un proyecto de ley aquí o allá, un seminario en camino o una comisión que estudia la situación...
Se necesita un plan de acción. Y se necesita urgente porque el caso del exraso que se tomó la Justicia por su mano y disparó no es el único que se cuenta. Si ya el ciudadano asume que la Policía no va a defenderle, que tiene que buscar su propia vía de defensa... algo debe cambiar.
Hay miedo. Miedo a ser asaltados, a ser asesinados. Y miedo también a que la Policía no tenga un plan.
IAizpun@diariolibre.com
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