Editorial diario libre.
El Tribunal Constitucional y el Ministerio de Educación acaban de firmar un acuerdo para promover la enseñanza de la Constitución en las escuelas. Es un paso correcto para formar los futuros ciudadanos de nuestro país.
El propósito está previsto en la propia Constitución, y recientemente el Poder Ejecutivo declaró de alto interés que se iniciara este programa.
Sin embargo, ayer escuché a algunas personas criticando el mandato, porque iba a ser más de lo mismo, que cuáles maestros iban a enseñar, y la larga letanía de quejas y problemas que caracterizan a los comentarios que se hacen por los medios.
Esas mentalidades no conocen cómo se puede enseñar la Constitución y los logros a largo plazo de un programa como éste.
El primer lugar, la enseñanza de la Constitución debe hacerse transversalmente. Los temas de protección al medio ambiente, en las clases de ciencias naturales; los temas de ciencias sociales en las clases correspondientes y así sucesivamente.
Pero el mayor propósito es formar un mejor ciudadano a través del cumplimiento de los propósitos de la Carta Magna: el respeto a la ley y a la autoridad; el reclamo de los derechos; la conducta con relación a los demás; el comportamiento ciudadano y el cumplimiento de los deberes cívicos de toda índole; el respeto por los ancianos, la mujer y los niños; el amor por los símbolos patrios y, en consecuencia, la defensa de la soberanía.
Un país que quiera organizarse no puede vivir al margen de su Constitución y esta sólo se convierte en un ente vivo cuando cada ciudadano la lleva en su corazón.
Aplaudo este propósito pro Patria.
atejada@diariolibre.com
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