Santiago de Chile, 22 mar (PL) La justicia chilena impuso largas condenas a varios militares y exagentes de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), a partir de evidencias sobre el secuestro y desaparición de cinco opositores al régimen.
A diferencia de otros expedientes que datan de los inicios de la junta militar pinochetista, ahora la Corte Suprema de Chile examinó un caso de 1987, ya en los finales de la dictadura, prueba de que nunca dejó de reprimir a sus detractores.
Fueron víctimas de otra de las atrocidades de Pinochet y sus secuaces Julián Peña Maltés, Alejandro Pinochet Arenas, Manuel Sepúlveda Sánchez, Gonzalo Fuenzalida Navarrete y Julio Muñoz Otárola, militantes del Partido Comunista.
Los cinco desaparecieron en septiembre de 1987 tras ser detenidos por agentes de la Central Nacional de Informaciones (CNI) como represalia al secuestro de un coronel del Ejército. Eran miembros del Frente Patriótico Manuel Rodríguez (FPMR).
El dictamen de la Corte Suprema sentenció al general Hugo Salas Wenzel, exjefe de la CNI, y el mayor Alvaro Corbalán, exjefe operativo del organismo represor, cada uno a 15 años de reclusión penitenciaria.
Salas Wenzel y Corbalán purgan otras penas en la cárcel en estos momentos.
El juez especial Mario Carroza determinó en las pesquisas que los cuerpos de los cinco opositores a la dictadura fueron lanzados desde un helicóptero al mar en la costa de Quintay, en la región de Valparaíso.
Otros 21 exagentes, pertenecientes al Batallón de Inteligencia del Ejército y al Comando de Aviación del Ejército, fueron condenados a 10 años y un día de cárcel por los delitos.
Asimismo, nueve procesados más recibieron castigos de cinco años y un día, y otro de tres años y un día, esta última que podrá cumplir en libertad.
En el fallo de la justicia chilena se consideró en el aspecto civil las demandas de indemnización presentadas contra el Estado que deberá pagar 380 millones de pesos (unos 575 mil dólares) a los familiares de las víctimas.
ymr/ft
Fueron víctimas de otra de las atrocidades de Pinochet y sus secuaces Julián Peña Maltés, Alejandro Pinochet Arenas, Manuel Sepúlveda Sánchez, Gonzalo Fuenzalida Navarrete y Julio Muñoz Otárola, militantes del Partido Comunista.
Los cinco desaparecieron en septiembre de 1987 tras ser detenidos por agentes de la Central Nacional de Informaciones (CNI) como represalia al secuestro de un coronel del Ejército. Eran miembros del Frente Patriótico Manuel Rodríguez (FPMR).
El dictamen de la Corte Suprema sentenció al general Hugo Salas Wenzel, exjefe de la CNI, y el mayor Alvaro Corbalán, exjefe operativo del organismo represor, cada uno a 15 años de reclusión penitenciaria.
Salas Wenzel y Corbalán purgan otras penas en la cárcel en estos momentos.
El juez especial Mario Carroza determinó en las pesquisas que los cuerpos de los cinco opositores a la dictadura fueron lanzados desde un helicóptero al mar en la costa de Quintay, en la región de Valparaíso.
Otros 21 exagentes, pertenecientes al Batallón de Inteligencia del Ejército y al Comando de Aviación del Ejército, fueron condenados a 10 años y un día de cárcel por los delitos.
Asimismo, nueve procesados más recibieron castigos de cinco años y un día, y otro de tres años y un día, esta última que podrá cumplir en libertad.
En el fallo de la justicia chilena se consideró en el aspecto civil las demandas de indemnización presentadas contra el Estado que deberá pagar 380 millones de pesos (unos 575 mil dólares) a los familiares de las víctimas.
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