i Adolf Hitler levantara la cabeza, estaría encantado. No es extraño ver en una serie de Estados europeos desfiles con personas ataviadas con uniformes nazis. La complacencia de las autoridades con estos movimientos radicales que ensalzan la época fascista es cada vez mayor.
Letonia
Este jueves, en Riga unas 2.000 personas participaron en una marcha en honor a la Legión letona, que formó parte del cuerpo nazi Waffen-SS durante la II Guerra Mundial.
Los participantes marcharon por el centro de la capital letona portando banderas de Letonia, Lituania, Estonia y Ucrania. Cinco personas fuero detenidas durante el desfile.
Para Letonia, liberada por las tropas soviéticas a finales de la Segunda Guerra Mundial, estos eventos públicos se han convertido en tradición pues las polémicas concentraciones a favor de los nazis se convocan cada año desde 1994.
La acción tuvo el visto bueno de las autoridades. Entre los participantes había varios diputados del Parlamento nacional. Los antifascistas trataron de impedir la marcha, pero la Policía los disolvió. Algunas figuras en el Gobierno letón creen que con estos eventos despertarán sentimientos patrióticos entre la población.
Estonia
En el Día de la Independencia de Estonia (el 24 de febrero) los nacionalistas suelen reunirse en el centro de su capital, Tallin, con antorchas en la mano. Los manifestantes se visten con el uniforme de la 20.ª División SS y el lema "Estonia para los estonios". En 2015 una marcha organizada por el ala juvenil del Partido Popular Conservador estonio contó con la presencia de la organización neonazi sueca Juventud Nórdica. Asimismo varios miembros del Partido Popular Conservador estonio viajaron a Ucrania en marzo de 2014 para apoyar al partido ultranacionalista Svoboda ('Libertad').
Lituania
Las principales calles de Vilna fueron testigos en marzo del 2016 de una marcha con fuegos artificiales y consignas como "Lituania solo para los lituanos!" y "No arios ¡fuera de Lituania!", informa la web de noticias Delfi.
En suma, los Estados bálticos llevan veinte años siguen glorificando a los veteranos de las tropas nazis participantes en la Segunda Guerra Mundial, lo que puede suponer, según la opinión de diferentes instituciones internacionales, una exaltación del fascismo y acabar desembocando en la implantación de movimientos neonazis en Letonia, Estonia y Lituania.
Ucrania
El mismo uno de enero de este año en varias ciudades de Ucrania miles de personas salieron a las calles para venerar al controvertido líder nacionalista radical Stepán Bandera, acusado de colaborar con los nazis. Las marchas se congregaron con motivo del 108.º aniversario del nacimiento de Bandera, sobre el que también pesan acusaciones de terrorismo y violencia étnica.
La figura de Bandera es sumamente polémica pues es percibida en Rusia, Polonia y varias partes de Ucrania como un líder xenófobo y terrorista. Fue uno de los creadores de la teoría de la Revolución nacional ucraniana, que sirvió de base para persecuciones de tinte racial. Según numerosos historiadores, también se justificaron con ella asesinatos de judíos en Lvov en 1941 a manos de los partidarios de Bandera. Asimismo, el ultranacionalista fue uno de los creadores del Ejército Insurgente Ucraniano (UPA), al que Polonia acusa de genocidio por la masacre de polacos en Volinia.
Sin embargo, los grupos de ultraderecha ucraniana ven a Bandera y al UPA como héroes nacionales, algo que fue reconocido oficialmente en 2015 por el Parlamento ucraniano y por el presidente Piotr Poroshenko, lo que desató una fuerte polémica en el país.
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