Editorial Periodico El dia.
Los responsables en prisión y el dinero malversado devuelto a las arcas estatales es lo menos que se puede esperar que ocurra en el caso de los admitidos sobornos pagados por la empresa Odebrecht para obtener contratos para la construcción de obras públicas.
Pero en este caso no se trata solo de sobornos, también hay legítimas sospechas de sobrevaluaciones de importantes y costosas obras. Ese dinero también debe ser recuperado.
La nación está frente a una oportunidad única de enderezar muchas situaciones anómalas que venimos arrastrando por años y que le ha sustraído fondos a la solución de graves problemas, como son el de la salud y la seguridad pública, por solo citar algunos.
Odebrecht no solo debe pagar por haber dado sobornos, sino devolver cada centavo que el Estado dominicano pudo haber pagado de más.
Pero también tienen que pagar sus culpas los que ocupando funciones públicas se lucraban por no proteger el interés nacional.
Este caso ha despertado un gran sentimiento que se ha vestido de verde.
El color solo es un simbolismo de un clamor nacional, que supera las mezquindades grupales o el individualismo de la postmodernidad.
Los dominicanos de buena voluntad han decidido colocarse en la misma acera, sin el protagonismo de figuras mesiánicas y mucho menos caudillistas.
El rostro vestido de verde es innominado y representa a todo aquel que aspira a que el país tome un rumbo correcto.
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