
Por Jesús Rafael González / @chuogonzalez
Las recientes medidas y el nombramiento del “gurú económico” español Alfredo Serrano como autoridad en materia de seguridad alimentaria, es solo una de las tantas alarmas que se prenden en nuestro futuro cercano. Ya el Andaluz da órdenes en Fuerte Tiuna y suma a los militares, que se montaron en el autobús que se desboca por la vía rápida al desastre.
En 1992, el estratega de la campaña de Clinton logró posicionar la frase “La economía estúpido”, que condujo a la victoria demócrata, a pesar de los triunfos políticos de Bush, en la guerra del golfo y la privilegiada situación con el fin de la guerra fría. Nadie pensó que un joven gobernador de Arkansas ganaría. ¿Qué paso?, ¿cómo ganó Clinton?
La economía, ¡estúpido!
Las democracias como las dictaduras entran en crisis por razones económicas, la diferencia es que las últimas se rehúsan a las elecciones, sin embargo, en ambos casos son un excelente predictor del cambio político y los que las ignoran suelen perder poder como el que intenta retener el agua en la mano. Esto justifica el gran viraje de China en plena recesión económica,la reorientación de la antigua URSS, la unificación de Alemania, la derrota del PRI en México, la caída de los regímenes autocráticos en América Latina. En todos los casos hay una explicación con un fuerte contenido práctico: los dirigentes no querían quedar como estúpidos, pero algunos sin duda lo son y lo confirman a través de sus acciones.
En ocasiones los gobiernos con “maquinaria de control institucional y social fuertes”; decidieron cambiar o fueron cambiados, pues no aguantaban el deterioro, claro está, siempre se puede alterar el rumbo para algo peor o simplemente estacionarse en medio del caos y garantizar el desastre. En Argentina por ejemplo se resistieron a la transformación económica y al ritmo de una inflación creciente se dieron acciones políticas que lograron un récord de 5 presidentes en 4 años, entre 1999 y 2003.
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