El Parlamento suizo ratifica una ley que facilitará el bloqueo y la restitución de los patrimonios ilícitos pertenecientes a potentados extranjeros caídos en desgracia. Las tentativas para edulcorar el proyecto de ley fracasaron en la cámara baja.
La nueva ley fue el primer expediente con el que el nuevo Parlamento salido de las elecciones de octubre abrió la 50ª legislatura. Un tema de gran alcance simbólico: Desde Ferdinand Marcos en 1986, Suiza se ha visto confrontada a un número importante de casos de patrimonios de potentados que han empañado su imagen y su plaza financiera. Cerca 1 000 millones de francos congelados a raíz de las revueltas árabes permanecen aún bloqueados en cajas fuertes helvéticas.
La nueva ley sobre valores patrimoniales de origen ilícito (LVR) que el Parlamento aprobó el pasado lunes, debería tener un efecto disuasivo sobre todos los dictadores que consideren aún que Suiza es un lugar seguro para guardar el dinero que han robado a sus pueblos. “Este texto responde, tanto a una necesidad jurídica y moral, como a los intereses de Suiza”, subrayó el ministro de Asuntos Exteriores, Didier Burkhalter, quien defendió el proyecto ante el Parlamento.
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