Por Bonaparte Gautraux Piñeiro
Decir que República Dominicana es el pueblo más feliz de la región Latinoamericana, más que una mentira es una burla, una manipulación.
La información de prensa es muy clara: “En República Dominicana, la segunda economía más grande del Caribe, de acuerdo al reciente Informe Latinobarómetro 2004-2015, la tendencia decreciente sobre la satisfacción de la gente con la economía se ha revertido favorablemente, además de que revela que RD es el pueblo más feliz de la región latinoamericana, que es una de las regiones más felices de la Tierra”.
En este mundo traidor nada es verdad ni es mentira, todo se ve del color del cristal con que se mira, todo depende del concepto que se tenga de lo que es la felicidad, lo cual tiene estrecha relación con la pertenencia a las clases altas, clase social, clase empresarial, si se tienen buenas conexiones políticas, pero eso de generalizar es muy peligroso porque desde cualquier punto le saldrá la criada respondona con verdades irrebatibles.
Sabemos que de todo hay en la viña del Señor. El uso de la tecnología de manera descuidada, dirigida o malintencionada puede hacer mucho daño si uno se deja llevar ciegamente de lo que le dicen o informan.
Examinemos otra variable para determinar en qué consiste la felicidad del pueblo dominicano, pues parece que se piensa en un bienestar tan especial como el de gran parte del pueblo que se mantiene sin posibilidad de empleo para toda la vida, con la comida cara, con los alquileres por las nubes, con el tránsito más caótico, con la violencia que hasta practican autoridades que deben guardar el orden, con una corrupción que nadie sabe si es que se detiene en algún lugar.
¿Podemos ser felices con un sistema judicial podrido, con un absoluto irrespeto de la Constitución y las leyes, con calles y carreteras rotas y faltas de mantenimiento, con un sector agropecuario desatendido de la mano de Dios y de los gobiernos, con un sector de la prensa y unos periodistas que sirven muy bien a quien mejor les paga, con médicos más ambiciosos de bienes de fortuna que de gloria profesional, con profesores que prestan y ofrecen sus secas fuentes de conocimientos en perjuicio de la escuela, de la universidad, de los alumnos, de los padres, de los profesores, con análisis y pruebas médicas absolutamente no confiables, con agua de mala calidad, con la gracia de que al dedo malo todo se le pega, con la amenaza de un sunami humano que invada nuestro país desde Haiti, con cualquier pretexto. con los combustibles más caros de la región y la electricidad de precios más abusivos?
Obviamente nos presumen una capacidad de aguantar sufrimientos más alta que la de toda Latinoamérica.
No hay comentarios:
Publicar un comentario