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- PUBLICADO EL LUNES, 16 JUNIO 2014 10:22
- ESCRITO POR RAMÓN MERCEDES
Nueva York.- El periodista y escritor dominicano radicado en esta ciudad Luis Rojas Durán, testigo ocular de varios hechos ocurridos durante la expedición del 14 de junio de 1959 por Constanza, afirmó que dicha invasión estremeció la dictadura de Rafael Leónidas Trujillo Molina, y aunque no tuvo una victoria militar, si tuvo una resonante victoria en el aspecto político.
Rojas Durán en su reciente obra, “A una pulgada de la muerte; las conspiraciones militares”, especifica que luego de aterrizar el avión y los expedicionarios internarse en las montañas, un camión repleto de guardias le siguió y se efectuó el primer choque violento, resultando varios militares heridos, y muerto el teniente Rudy Suero Rosa, hijo del entonces Procurador General de la República, doctor Luis Suero.
Señala que el comandante de la 43 compañía del E.N ubicada en Constanza, lo era el capitán Carlos Jáquez Olivero, quien luego llegó a general, y el oficial del día lo era el primer teniente Tomás Flores Mota (Tomacito), cancelado por negligencia. Este oficial era hijo del coronel Tomás Flores, hermano del compositor boricua Pedro Flores.
El versado periodista recordó que tres días después del desembarco, se dispuso una formación general en el batallón “General de Brigada Felipe Ciprinan”, y el entonces capitán abogado Gerardo Herasme Batista arengó a cientos de guardias, “aterrizó en Constanza un avión con 59 barbudos desde Cuba con el propósito de alterar la paz en que ha vivido nuestro país bajo la dirección del generalísimo doctor Rafael Leónidas Trujillo Molina”.
Añade, el Servicio de Inteligencia ha interceptado un mensaje enviado a Cuba que dice “la aviación de Chapita nos está dando candela de día y noche” y nos encontramos en el punto número Uno. Y desde Cuba, prosigue la arenga, le contestaron, “no se mantengan en ese lugar, muévanse al punto nueve, dentro de poco enviaremos refuerzos”.
Asimismo, finaliza diciendo el capital Herasme Batista, el avión aterrizó camuflado con la bandera dominicana, y el Ejército Nacional le está siguiendo la pista a los “barbudos” que se han internado en las montañas de esas zonas, “rompan filas y viva el Jefe”, concluyó el oficial.
Rojas Durán especifica que el 20 de junio llegaron por Maimón y Estero Hondo dos barcos repletos de exiliados, y una gran parte de ellos murieron bajo el fuego de los aviones y los barcos de guerra de La Marina, otros fueron apresados y llevados a los centro de torturas para luego ser asesinados.
Sostiene que ese histórico acontecimiento erosionó la dictadura, tanto así, que las intendencias generales de las Fuerzas Armadas, principalmente la Aviación Militar Dominicana, quedaron vacías, y durante un año a los militares, especialmente a los alistados, no le fueron suministradas vestimentas, zapatos y otros efectos, debido a la fuertes pérdidas económicas del régimen.
Asegura que esa invasión le creó una situación tan precaria al gobierno de Trujillo, que hubo alistados que tenían que “remendar sus ropas militares y comprar sus botas” con dinero de su propio peculio.
El pasado sábado día 14 se cumplieron 55 años de que los expedicionarios vinieron al país bajo el mando del comandante Enrique Jiménez Moya, de los cuales solo sobrevivieron Poncio Pou Saleta, Medrano Germán, Delio Gómez Ochoa y Pablito Mirabal.
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