La opinión del Ing. Leandro Guzman
El próximo sábado se cumple el 55 aniversario de la gloriosa expedición armada que llegó al país los días 14 y 19 de junio de 1959, con el propósito de poner fin a la cruenta tiranía e Trujillo y así dar paso al surgimiento de un régimen verdaderamente democrático, donde las libertades fueran una realidad y la Justicia Social un norte.
Son pocos los puntos que se han cumplido del Programa Mínimo de Liberación Nacional que trajeron los expedicionarios, aunque hay uno que tiene como estandarte el Presidente Danilo Medina: la educación, sin la cual el pueblo no puede progresar. Sin embargo, uno de los objetivos más importantes, el establecimiento de una Asamblea Constituyente, duerme el sueño eterno a pesar del tiempo transcurrido y de la necesidad que tenemos de que haya un mecanismo de esa naturaleza, a través del cual los dominicanos en general puedan decidir libre y democrática su propio destino. Hoy más que nunca hace falta la Asamblea Constituyente, pues todavía nuestra Constitución contiene vacíos o ambigüedades incompatibles con una verdadera democracia. Es por eso que cada vez que hay un problema jurídico de envergadura, como por ejemplo el de la nacionalidad, se suscitan grandes controversias aún cuando se haya producido la intervención del Tribunal Constitucional.
Una Asamblea Constituyente sería la vía más expedita para modificar la actual Constitución con el fin de ampliar de cuatro a seis años el período presidencial, y nunca más. Esto incluiría a todos los funcionarios electos, desde el Presidente y Vicepresidente hacia abajo, sin impedírseles el desempeño otras funciones públicas.
Esta sería una garantía de que el Presidente Medina pueda inaugurar las obras de envergadura que ha iniciado, que no será posible terminar antes del 2016, cuando debe entregar el Poder a su sucesor, quien sea.
La ampliación del período eliminaría la percepción de que estamos frente a una “dictadura constitucional”, pero además permitiría que se reorganice la hoy dividida oposición y el surjan nuevos líderes, que contribuyan a fortalecer la democracia coja que tenemos.
Este 14 de Junio es fecha propicia para que se cumplan los ideales de aquella juventud que se inmoló en aras de la libertad y se comience una campaña educativa en todas las escuelas del país para concienciar a los niños, niñas y adolescentes de la necesidad desterrar de nuestra sociedad la mentalidad y métodos trujillistas que aún no han desaparecido. Esa falta de destrujillización es lo que explica que la fuerza pública, en variadas ocasiones, apele a métodos extrajudiciales para combatir la delincuencia. Solo con la educación podremos revertir ese proceso.
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