26 Junio 2014, 02:37 PM
Por SAUL PIMENTEL
El atentado a Betancourt se produjo cuando éste salió en su automóvil junto a su comitiva desde el Círculo de Oficiales de la ciudad de Ávila
Al día siguiente del atentado, Betancourt pronunció un discurso a la nación por radio y televisión en el que acusó formalmente a Trujillo de este hecho.
Portada del periódico El Nacional, de Caracas, al día siguiente del atentado.
EL AUTOR es perioista, director de ALMOMENTO.NET
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SANTO DOMINGO.- Este 24 de junio se han cumplido 54 años del atentado que el dictador Rafael Leonidas Trujillo ordenó en contra del entonces presidente de Venezuela, Rómulo Betancourt, por el apoyo que estaba dando a los exiliados antitrujillistas y el rol protagónico que a nivel continental él jugaba en contra del gobierno de la República Dominicana. Este hecho se produjo el 24 de junio de 1960, día en que los venezolanos conmemoraban un aniversario de la batalla de Carabobo.
Como este 54 aniversario ha pasado desapercibido, nosotros en ALMOMENTO.NET hemos querido desempolvarlo, pues fue uno de los excesos cometidos por Trujillo que más contribuyó su propia caída.
Cien kilos de dinamita
La historia del atentado es la siguiente:
“Betancourt salió en su automóvil junto a su comitiva desde el Círculo de Oficiales de la ciudad de Ávila y cuando pasaba alrededor de las 9:30 de la mañana frente a un automóvil Oldsmobil estacionado en un tramo de la avenida de las Fuerzas Armadas, fue accionada a control remoto una bomba de alto poder explosivo que se encontraba dentro del vehículo.
La explosión de 100 kilos de dinamita volcó e incendió el auto que iba delante y el del mismo Presidente Betancourt, resultando muertos el coronel Ramón Armas Pérez, jefe de la Casa Militar; otro oficial y el chofer del Presidente.
Betancourt se salvó milagrosamente y salió de entre las llamas de su vehículo con la cara y las manos quemadas.
Un versión no confirmada señala que un detalle que incriminó de inmediato a Trujillo es que el atentado se produjo a las 9:30 de la mañana, pero la estación Radio Caribe, en Santo Domingo, divulgó a las 9:25, o sea cinco minutos antes, la noticia de que Betancourt había sido asesinado, lo que llenó de alegría a muchos adláteres del Dictador.
Horas después, estando en el hospital, el Presidente venezolano acusó públicamente a Trujillo de ser el autor intelectual y anunció que el Embajador de su país ante la OEA presentaría una formal acusación contra el dictador dominicano. Además, acusó a éste de violar los derechos humanos, matar a los expedicionarios del 14 de junio de 1959 y de la represión de los militantes dominicanos en el frente local.
Al día siguiente, en un mensaje a la nación desde el Palacio de Miraflores, con las manos vendadas, Betancourt dij
“Quiero decirle al pueblo de Venezuela que debe tener confianza plena en la estabilidad de su gobierno y en la decisión del presidente que él eligió para cumplir su mandato, como he venido diciendo y hoy reitero, hasta el 19 de abril de 1964. Nunca he ignorado los riesgos que comporta empeñarse en darle una orientación democrática seria al país (...) No me cabe la menor duda de que en el atentado de ayer tiene metida su mano ensangrentada la dictadura dominicana. Pero esa dictadura vive su hora pre agónica, son los postreros coletazos de un animal prehistórico incompatible con el siglo XX”.
Las maniobras de Trujillo
Cuando se produjo el atentado contra Betancourt, el presidente dominicano nominal era el hermano de Trujillo, Héctor Bienvenido (Negro), quien el 3 de agosto de ese año “renunció” y el vicepresidente Joaquín Balaguer asumió la Presidencia. También, para proyectar una imagen de alejamiento del poder, Trujillo renunció a la jefatura de las Fuerzas Armadas y anunció su retiro de la política para dedicarse a “dirigir la Hacienda Fundación”, en San Cristóbal. Todo esto fue considerado maniobras del Dictador para tratar de aplacar la avalancha en su contra a nivel internacional.
Sanciones de la OEA y Estados Unidos
En los días posteriores, el Consejo de la OEA designó una comisión investigadora que viajó a Caracas y luego a Santo Domingo y Haití. El informe de esta comisión fue presentado en la VI y VII Reuniones de Consultas de Ministros en San José de Costa Rica. El 20 de agosto de 1960 la VI Reunión de Consultas dictó la prevista resolución condenando al gobierno dominicano y disponiendo romper todas relaciones con éste, imponiendo sanciones económicas al país y estableciendo un bloqueo internacional para aislar a Trujillo.
Paralelamente, los Estados Unidos anunciaron la suspensión de la cuota azucarera que la República Dominicana tenía asignada en ese país, o sea, un acuerdo en virtud del cual los estadounidenses compraban anualmente a los dominicanos azúcar por alrededor de 20 millones de dólares. Asimismo, Estados Unidos retiró su misión diplomática de Santo Domingo y sólo dejaron al Cónsul Dearborn.
La “Marcha del Millón”
Tras las sanciones, Trujillo movilizó su maquinaria política nacional e internacional, realizó grandes movilizaciones de masas en el país, incluyendo la marcha del millón, así como una conferencia con destacados juristas internacionales”.
Si bien a nivel judicial no hubo una condena formal contra Trujillo ni contra los autores materiales del atentado, lo cierto es que las sanciones impuestas a la República Dominicana a nivel internacional aceleraron la caída de la dictadura.
El fin de las sanciones
El Dictador fue asesinado el 30 de mayo del 1961 y las sanciones permanecieron vigentes hasta finales del 1961. Fueron levantadas después que los Trujillo y Balaguer abandonaron el país.
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