Eric Schmidt, acompañado por tres altos directivos, se reunió con autoridades de la isla
Internet aún no llega plenamente a Cuba y Google se le ha adelantado. El pasado viernes, cuatro altos ejecutivos de la empresa iniciaron un viaje de dos días a La Habana, donde se han reunido con representantes del Gobierno, con estudiantes de informática y con ciberactivistas de la disidencia. Los medios cubanos, sin embargo, no han informado oficialmente de la visita que tuvo por objetivo “promover las virtudes de una Internet libre y abierta”.
La bloguera cubana Yoani Sánchezfue quien dio la noticia de la llegada a la isla del presidente de Google, Eric Schmidt, junto con los directivos de Google Ideas, Jared Cohen, Brett Perlmutter y Dan Keyserling. “La visita llevó meses de preparación y fue la primera vez que una representación de Google acudía a La Habana para hablar de tecnología y acceso a Internet”, afirmó Sánchez, a través de su diario 14ymedio.com.
De acuerdo con esta información, los empresarios sostuvieron encuentros “con el sector oficial”, recorrieron la Universidad de Ciencias Informáticas, y el viernes por la noche visitaron la sede de14ymedio.com. “Anoche, Google tocó a nuestra puerta. No es una metáfora, el buscador vino a buscarnos. Ahí estaban varios representantes del más popular de los buscadores, asomándose a nuestras vidas y a nuestro trabajo”, escribió Sánchez.
“Jared Cohen, Brett Perlmutter y Dan Keyserling se animaron a subir hasta el piso 14 del edificio y compartir con nosotros una redacción periodística carente de Internet, pero con un fuerte compromiso con la realidad cubana de hoy”, continuaba la nota. Eric Schmidt y Jared Cohen han estado especialmente interesados en explorar las posibilidades de Internet en sociedades donde la conectividad está aún prohibida por la censura. En un artículo firmado por ambos en The New York Times el pasado 11 de marzo, los ejecutivos calculan que en una década habrá en el mundo unos 5.000 millones de personas conectadas a la Red y estiman que el mayor incremento de internautas se dará en sociedades que ahora mismo están severamente censuradas, “lugares en los que hacer clic en un artículo desagradable puede llevar a toda una familia a la cárcel, o algo peor”.
Es el caso de Cuba, donde no está permitido el acceso libre a Internet. La tasa de conectividad de la isla, del 3%, es la más baja de América Latina. De una población de 11,2 millones, solo 2,6 millones tiene la posibilidad real de navegar y la mayoría, a través de los centros de comunicaciones gestionados por la estatal Empresa de Telecomunicaciones de Cuba (Etecsa), que ofrecen un servicio limitado a precios exorbitantes. Una hora de navegación internacional por Internet cuesta 4,5 pesos cubanos convertibles, que equivalen a 4,5 dólares estadounidenses (3,2 euros) y a más de una semana de salario de un ciudadano medio. Las compañías extranjeras y los hoteles también brindan el servicio, pero es “lento, muy lento”, tal y como lo describieron los ejecutivos de Google durante su conversación con Yoani Sánchez La Habana.
En su artículo de The New York Times, Schmidt y Cohen hacen referencia a sus viajes por otros países que se sufren a la represión, entre ellos Corea del Norte y Arabia Saudí, donde también dicen haberse reunido con disidentes que hacen esfuerzos por expresarse a través de la Red. “Gran parte de la lucha contra la censura ha sido dirigida por los activistas del movimiento por la libertad de Internet. Podemos unirnos a esta comunidad de códigos abiertos, sin importar si somos responsables de políticas públicas, corporaciones o individuos. El dinero, las habilidades de programación o las subvenciones del Gobierno pueden marcar las diferencias”, argumentaban Schmidt y Cohen.
La nota acaba con este mensaje: “Dadas las energías y las oportunidades que existen, es posible poner fin a la censura en Internet represiva dentro de una década. Si queremos que la próxima generación de usuarios sea libre, no vemos ninguna otra opción”. En busca de la conectividad global, Google ha puesto en marcha el Proyecto Loon, que consiste en el lanzamiento de dos centenares de globos estratosféricos que harán posible la conexión desde zonas remotas. Hace un par de semanas, el cantautor cubano Silvio Rodríguez ya se preguntaba en una entrevista qué pasara en Cuba cuando estos globos estén en órbita: “Vamos a ver las nuevas generaciones a quiénes les agradecen el [acceso a] Internet. (…) ¿A nosotros? ¿A nuestro país? ¿A su gobierno? ¿O a Google?”.
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