NUEVA YORK, Estados Unidos.- El pueblo venezolano emprendió un viaje de no retorno en abril pasado contra el gobierno de Nicolás Maduro. Ahora está llegando al final de su travesía de abierto desafío, con protestas diarias que buscan doblar el brazo de la dictadura.
Las marchas en la calle demuestran que el miedo quedó atrás, pese a la lluvia de bombas lacrimógenas, disparos a matar y múltiples secuestros de los manifestantes por parte de los colectivos al servicio del gobierno.
Con paros cívicos nacionales, decretados por la oposición este miércoles y jueves, la situación se torna al rojo vivo para el gobierno chavista. (Los dirigentes opositores recomiendan acaparar comida, pero mis contactos se ríen en medio de su amargura. Marcos me dice: “De qué comida hablan si ya nos queda solo comernos los zapatos, como en la vieja película de Chaplin”).
En su trinchera, Maduro se ha dado cuenta del peligro que le viene encima y ya inició una serie de contactos y declaraciones para aminorar la arremetida del pueblo, que no quiere que se implante la Constituyente y pide inmediatos cambios democráticos al régimen chavista… o que se vaya a La Habana con su tétrica música.
Maduro está dispuesto a encarar la nueva estrategia de la oposición, con refuerzo la represión, más armamento, órdenes de detener la mayor cantidad posible de manifestantes y por supuesto con los miles de cubanos que se encuentran dentro de la nación bolivariana.
Colectivos
Las fuerzas armadas cuentan con la ayuda de los colectivos que matan y secuestran a los manifestantes en salvajes redadas en puntos clave de las marchas.
Asimismo, los grupos recorren las urbanizaciones de la capital ―como hordas de Atila― disparando y cometiendo fechorías para tratar de amedrentar a la población.
Presos
Maduro ordenó sacar presos de las cárceles prometiéndoles reducción de las condenas para utilizarlos durante las protestas. Hay varias fuentes que aseguran que a los reos se les está proporcionando incluso uniformes militares para pasar desapercibidos en los actos represivos.
El líder opositor, Henrique Capriles, declaró que los presos utilizados hasta el momento han estado vistiendo de civil. “Pero la intención que tienen es uniformarlos”.
Hay agotamiento en miembros de la Guardia Nacional y también de la Policía Nacional, por lo que el reclutamiento de los reos es una forma de mantener contingentes de lucha siempre activos en las calles.
Cubanos
Es imposible de determinar el número exacto de los cubanos enviados por el gobierno de La Habana a Venezuela. Se calcula que hay más de 100 mil.
Por décadas partieron hacia el país bolivariano maestros, médicos, militares, instructores y espías a reforzar al gobierno, primero con Hugo Chávez y luego con Nicolás Maduro.
Primera invasión
El diario el Universal recordaba que la primera invasión cubana a Venezuela ocurrió en los años 60, cuando las guerrillas castristas desembarcaban en alejadas playas y se internaban por las montañas, asaltando poblaciones, asesinando a miles de hombres, mujeres y niños.
Lo que pasaba era que Fidel Castro había decidido derrocar al presidente Rómulo Betancourt, elegido democráticamente en 1958.
Las primeras armas soviéticas llegaron a Cuba en 1960 y Castro anunció en octubre de ese año que ya contaba con una milicia de 250 000 hombres, con equipo y armas del bloque comunista.
A los cubanos se les unieron los guerrilleros venezolanos. Douglas Bravo me confesó, en una entrevista para Radio Caracas Televisión, que “las armas se las había enviado Fidel.”
Segunda invasión cubana
La segunda racha avanzó luego del triunfo de Hugo Chávez en las urnas presidenciales, con el propósito de establecer una dictadura marxista en Venezuela.
Castro estaba feliz de haber obtenido ―ahora sin armas y gracias a un proceso democrático― el abastecimiento petrolero de la rica Venezuela, con su discípulo proporcionándoselo hasta su muerte.
La seguridad personal de Hugo Chávez estuvo siempre en manos de agentes cubanos.
A los cubanos se les dio el manejo del sistema de identificación de los venezolanos, sus cédulas de identidad y pasaportes; sus registros mercantiles y notarías públicas.
También codirigen sus puertos y tienen presencia en aeropuertos y puntos de control migratorio. Igualmente, son cubanos los sistemas informáticos de la presidencia, ministerios, programas sociales, servicios policiales y de la petrolera estatal, PDVSA.
Según las últimas cifras oficiales de mediados de 2012, en Venezuela había un total de 44 804 cooperantes en las llamadas misiones sociales: 31 700 en salud (11 000 médicos, 4931 enfermeros, 2 713 odontólogos, 1245 optometristas y 11 544 no especificados), 6225 en deporte, 1905 en cultura, 735 en actividades agrícolas, 486 en educativas y 54 en atención a discapacitados.
Sin embargo, se presume que hoy, con Maduro, se podría duplicar esa cantidad.
No hay datos oficiales sobre los que trabajan en el sector eléctrico, de la construcción, en informática, en asesoría de seguridad al Gobierno y en otras áreas.
El general retirado Antonio Rivero, excolaborador de Chávez, aseguró que actualmente hay más de 100 000 cubanos, entre ellos 3700 funcionarios de su servicio de inteligencia, el G2. “Nada más en seguridad y defensa, estimamos que puede haber unas 5600 personas”.
Rivero afirma que hay cubanos en las bases militares más importantes del país. “En la Fuerza Armada hay unos 500 militares activos cubanos que cumplen funciones de asesoría en áreas estratégicas: inteligencia, armamento, comunicaciones e ingeniería militar. También en el área operativa y en el despacho del ministro de la Defensa, que cuenta con un asesor cubano permanente con el grado de general”.
Según el oficial, que trabajó como jefe de telecomunicaciones de la presidencia y fue director nacional de Protección Civil, la presencia de La Habana se remonta a 1997, cuando 29 agentes cubanos encubiertos se establecieron en Margarita y en 1998 ayudaron a Chávez en la campaña electoral en tareas de inteligencia, seguridad e informática.
Rivero pidió la baja en 2010 y denunció ante la Fiscalía y la Asamblea Nacional la injerencia de Cuba en las Fuerzas Armadas con documentos, grabaciones y casi un centenar de fotografías. Fue acusado entonces de ultraje al Ejército y de “revelar noticia privada o secreta en grado de continuidad”.
Avispas Negras
Los cubanos llegaron por miles a las escuelas, hospitales, industria petrolera, pero especialmente a instruir a todas las fuerzas represivas.
En los grupos de choque se han destacado en forma especial los Avispas Negras, que es el nombre con que son conocidas las fuerzas de élite de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) de Cuba. Son especialistas en lucha urbana, cuerpo a cuerpo, en sabotaje, destrucción de negocios urbanos e infiltraciones en marchas para destrozos que perjudiquen a opositores al régimen
Uno de estos grupos fue avistado entrenándose en un campamento en Los Teques, pueblo ubicado a 45 minutos de Caracas. Fuentes opositoras venezolanas declararon que los Avispas Negras llegaron a reforzar a los colectivos al servicio del gobierno de Nicolás Maduro.
En el blog Maduradas, que analiza paso a paso al mandatario venezolano, se indica que éste, fiel admirador de los Castro desde su paso por la Escuela de Formación Política de La Habana a mediados de los ochenta, parece necesitar de los cubanos aún más que Chávez para asegurarse el control político. Y lo hará con ese apoyo, a cualquier precio y hasta las últimas consecuencias.
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