El coche oficial de Franco a finales de los cuarenta era un "acorazado" que pasó por la Fábrica de Armas de Trubia y fue utilizado en la visita de Eisenhower
Arturo Román 29.07.2017 | 03:52
En los años cuarenta había por España unos cuantos con ganas de cometer un magnicidio en la persona del Generalísimo, hombre pequeño y muy celoso de su seguridad. Sobre los frustrados atentados a Francisco Franco Bahamonde se han escrito caudalosos ríos de tinta (no sólo china). A Franco le gustaban los coches, sobre todo los descapotables. En noviembre de 1963, cuando vio el destino cruel de John Fitzgerald Kennedy en Dallas, los descapotables cayeron en desgracia. Por El Pardo pasaron coches Rolls Royce, Buick, Mercedes y Cadillac, pero cuentan que su preferido, el que mantuvo en activo durante muchos años, tenía algo que ver con Asturias. Los aficionados al coche clásico saben que cuando se habla de un Cadillac de 1948 se habla de cosas muy serias. Parece ser que el vehículo llegó a España en piecinas desde Estados Unidos, y en la Fábrica de Armas de Trubia se reforzó la carrocería y se instalaron unos cristales de cinco centímetros de espesor.
Aquel Cadillac "asturiano" fue utilizado en 1959 para la visita del presidente estadounidense Dwight Eisenhower.
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