S. FERNÁNDEZ | LEÓN
El cementerio de La Almudena retiró, a través de la Empresa Funeraria Municipal y por petición del gobierno alemán, una placa de hormigón que presidía las tumbas de siete pilotos alemanes de la Legión Cóndor. La retirada del mausoleo en honor de la unidad de aviación del ejército nazi y de los siete pilotos enterrados se ha producido por expreso deseo de la Embajada de Alemana, propietaria del mausoleo, y por la voluntad de la Empresa Funeraria Municipal «de eliminar vestigios del totalitarismo», según declaró el Ayuntamiento de Madrid en una nota de prensa.
El Gobierno Federal se enfrenta a este difícil capítulo de la larga historia germano-española. Siendo plenamente consciente de la responsabilidad histórica de Alemania, afirmaron fuentes de la embajada de la República federal Alemana a este medio. Con motivo del 60º aniversario del bombardeo de Gernika el presidente federal Herzog manifestó su ruego de reconciliación y reconoció «la culpabilidad de los aviones alemanes involucrados». El Gobierno Federal se ha sumado reiteradamente a este parecer, más recientemente con la lectura en Gernika del saludo del presidente federal por parte del embajador de Alemania el 26 de abril de 2012 con ocasión del acto conmemorativo del 75º aniversario y con la ofrenda floral del embajador de Alemania con motivo del 80º aniversario esta semana.
La medida ha sido adoptada 78 años después del desfile de despedida de la Legión Cóndor, que estuvo presidido por Franco, en la capital leonesa.
El 22 de mayo de 1939 las tropas alemanas se retiran, eligiendo León para la despedida por diversos motivos, el primero por haber sido el centro de recepción de material más importante, en el aeródromo de la Virgen del Camino; por ser la capital leonesa una zona de confort para los germanos al no existir en esta resistencia notable; pero sobre todo porque la capital contaba con una vía de comunicación directa con los principales puertos del norte de España,
La Legión Cóndor fue el nombre dado a la fuerza de intervención mayoritariamente aérea que el III Reich envió en ayuda de las fuerzas del general Franco para luchar en la Guerra Civil española. Adolf Hitler, con la intención de probar el armamento aéreo alemán en una guerra convencional (hasta entonces no se había utilizado este armamento en un conflicto real) ofreció a Franco de forma secreta, apoyo aéreo para su ejército terrestre.
Con motivo de esta estancia, León preparó una fiesta multitudinaria de despedida, con presencia del general Franco y todas las autoridades regionales del momento, además de una larga lista de generales, las calles acicaladas y grandes exhibiciones de folclore y bailes tradicionales.
Este encuentro dejó huella en la ciudad, no sólo en la memoria de los leoneses, sino que también se instalaron varios monumentos a modo de homenaje.
El día de la despedida, como muestra de agradecimiento, se inaugura la calle Legión Cóndor, actual Varillas desde la década de los 80, situada en el centro de la ciudad, concretamente una vía saliente de la calle Ancha, antigua calle el Generalísimo.
A modo de recordatorio si algún piloto sufría un accidente o fallecía también se le construía un monolito conmemorativo. En torno al 11 de mayo de 1938 hay un piloto que sufre un accidente aéreo, parece que fue haciendo acrobacias con motivo de preparar la exhibición del desfile de despedida, y fallece. A raíz de esto se crea una estatua en su nombre. «Ese monolito yo lo vi, como lo vieron muchos habitantes de la Virgen del Camino, pero a partir de los años 70 esa figura desaparece, alguien se lo llevó», detalla Manuel Álvarez González, historiador leonés. No hay una retirada de forma oficial, sino que alguien lo sustrajo, pero tampoco hubo una investigación para esclarecer los hechos.
Con la derrota del nazismo en la II Guerra Mundial, Francisco Franco trata de lavar su imagen intentando que desaparezca cualquier relación con el dictador alemán, con el fin de buscar apoyos internacionales en los aliados, ganadores de la guerra, Por lo tanto todas las conmemoraciones y festejos que tuvieran que ver con Hitler desaparecen, así como los monumentos creados para homenajear la ayuda alemana al bando sublevado, quedando tan sólo algunos vestigios anecdóticos.
La historia la escriben los vencedores, el nombre de las calles también.
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