| AYER A LAS 02:03 HS
El régimen de Nicolás Maduro y su experimento socialista del siglo XXI entraron en caída libre el domingo 16 de julio, y de su final la oposición parece tan segura que ha empezado a formar un gobierno paralelo. La agonía del régimen que representó la mayor esperanza de millones de conquistar una sociedad más equitativa y moderna sustentada en la abundancia del petróleo luce próxima al fin.
Tras la estocada de fondo que representó la participación de más de siete millones de ciudadanos que votaron para forzar la salida de Maduro y su régimen el domingo antepasado, sobrevino el jueves el paro cívico que detuvo gran parte de las actividades en todo el país. La desolación de las calles, mostrada por imágenes de la televisión, proyectaba la orfandad del régimen, al que ahora casi nadie –excepto sus seguidores más cercanos– vacila en llamar dictadura. Salvo Bolivia y, con modestia, Ecuador, Maduro está solo en Sudamérica.
Una soledad internacional así equivale a la del régimen dictatorial de Anastasio Somoza. El 19 de julio de hace 38 años, el ejército sandinista tomó Managua y lo derrocó tras más de cuatro décadas de dictadura. En el exilio, el capítulo crepuscular que suele acompañar a los dictadores, sus enemigos lo emboscaron en una calle de Asunción y lo acribillaron. Preso de las tribulaciones que han acorralado a su Gobierno, Maduro envió a los sandinistas solo un mensaje escrito. (Para celebrar la caída de la dictadura y del advenimiento del sandinismo estuvo en Managua el presidente Evo Morales.)
La oposición organiza un gobierno de rescate nacional y el viernes juraron nuevos magistrados de una nueva Corte Suprema, a la que se sumará un nuevo Consejo Electoral. Ahora hay un poder dual en Venezuela.
Eso supone un mensaje a la comunidad financiera (léase China y Rusia) para evitar compromisos con el régimen y se sumaba a la amenaza estadounidense de dejar de comprar petróleo de Venezuela (40% de sus exportaciones de crudo van a Estados Unidos) o pagar a algún ente fideicomisario. El acoso no dejaba resquicio. Senadores de Colombia y de Chile anunciaron que enjuiciarán a Maduro ante tribunales internacionales.
Con casi todas las pilas de los timbres que tocaba ahora secas, se ha vuelto aventurado asegurar que el exconductor de autobuses, formado en la escuela de dirigentes en Cuba, sobrevivirá la riada. Tal vez más aún que celebre sus 55 años en el Palacio de Miraflores el 23 de noviembre.
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