Para Bolivia el tema fundamental es la identidad, porque es el país que nunca ha logrado construir una identidad nacional. Desde que Bolivia se ha independizado en 1825, hasta 2005 eso no ha ocurrido. Y es eso lo que expresa el expresidente Carlos Mesa (2003-2005) en su artículo denominado ¿Por qué se construye la Casa del Pueblo? en el que señala que las estructuras del Palacio de Gobierno y del Palacio Legislativo y su representación arquitectónica son republicanas y con una evidente influencia greco-latina que se usó en toda América en los edificios públicos. Dicha afirmación desnuda la incapacidad de esa Bolivia que no consiguió construir una identidad nacional y se escuda en una identidad europea. Ante esto, el escritor e intelectual indígena boliviano Fausto Reinaga respondería que “somos el remedo del remedo” debido a que esa es su postura cuando critica al cholaje boliviano.
Y en todo lo que se está discutiendo yo veo esta otra perspectiva. Por eso, cuando analizo el artículo de Mesa concluyo que es un criterio colonial de un colonizador. Ahora, el exmandatario en su libro La sirena y el charango —donde se realiza una evaluación sobre lo que cree que debe ser la lógica de la nación a partir del mestizaje— muestra la nostalgia colonial del último mestizo. Entonces Mesa no hace más que expresar la preocupación de una casta que manejó el poder en todo este tiempo y tiene nostalgia de ese poder y piensa que algún día se le devolverá. Y lo que aquí se juega es la nueva Bolivia.
Por ello, esta casta piensa que con base en esta crítica de diferentes temáticas lograrán que el indio se calle por su ignorancia cultural, porque en algún momento volverán al poder, pero yo veo que en el ámbito político e ideológico eso no va a ocurrir.
Sin embargo, creo que el expresidente Hugo Banzer (1971-1978 y 1997-2001) es el que ha agredido más las estructuras coloniales en nuestro país, porque en su primera gestión se ha concebido la idea de construir el edificio del Banco Central de Bolivia (BCB) y luego hubo otras construcciones de gran tamaño, pero nadie dijo nada.
Por eso, me parece una falta de ética realizar una crítica ahora porque el Gobierno es indio, ya que la palabra indio tiene esa carga peyorativa de que no sabe lo que hace y es ignorante. ¿Entonces, dónde estaban esas personas que critican esas estructuras cuando se construían?
El actual Palacio de Gobierno está diseñado para administrar a una reducida parte de la población boliviana y es muy estrecho. Imagino que esta medida se asumió porque se pensaba que solo una gran mayoría eran bolivianos y el resto no lo eran, por lo que no se requería hacer gestión para ellos, lo cual mostraba que el país era excluyente.
Ahora, también es necesario mencionar que algunos ministerios no tienen edificios propios y la gente que vive en el casco viejo siempre le alquila al Gobierno sus casas. Existe una mentalidad de alquiler y es un negocio alquilar sus casas para el funcionamiento de las carteras.
¿Cuánto gastamos en los alquileres? Por eso, es elemental pensar que en vez de pagar esos alquileres ya hubiéramos comprado esos predios, pero nunca hubo esa decisión.
En ese marco, la decisión de construir la Casa del Pueblo es demostrar que somos sinónimo de estabilidad económica y que necesitamos tener edificios propios, tanto los ministerios como las instituciones.
En tanto, el Palacio de Gobierno se quedará como una pieza que será el testigo de lo que fue el país en sus inicios, pero la administración no puede hacerse desde allí. Con ese criterio se construye la Casa del Pueblo y el nuevo Palacio Legislativo de los que no me atrevo a discutir sus formas, pero en esas infraestructuras se tendrá más espacio y comodidad.
Cabe aclarar que la identidad no siempre se refleja en los edificios pues la identidad son las personas, sus pensamientos y los pueblos indígenas, campesinos y originarios, por eso somos un Estado Plurinacional, ya que tenemos muchas identidades.
El pensamiento colonial nos ha hecho creer que solo somos una nación, una sola religión y tenemos un solo idioma y eso ha hecho que el país sea colonial. No obstante, Bolivia ha desclandestinizado sus culturas y hoy se vive la insurgencia de las culturas. Hoy los indios están expresando su palabra y están definiendo cómo será su futuro. Por eso, no es un buen pretexto discutir la pertinencia o no de estos dos edificios.
En ese contexto, estamos mostrando al país que hoy contamos con infraestructuras propias y ya no necesitamos alquilar casas y eso expresa la dignidad de un país y su sostenibilidad económica. Por ello, es insalubre discutir estos temas. Los conservadores saben que cuando cambian las cosas se les va el poder y son nostálgicos coloniales.
- Félix Cárdenas es viceministro de Descolonización
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