Una joven mujer llega al archivo del diario “Crónica”, el más popular en la zona de Comodoro Rivadavia. Llegó desde Coihaique y busca las huellas de su padre. Está enterada de una nota publicada que da cuenta del operativo realizado en Río Mayo, donde la Gendarmería entregó a tres refugiados políticos, que estaban bajo su custodia, a una comisión del ejército chileno” (Revista Todo es Historia N°461).Así, María, la hija de Juan Vera Oyarzún, localizó la portada de la edición del 8 de noviembre de 1973, donde en una fotografía individualizó a su padre. En ese momento, sintió “una gran alegría porque acababa de dar con él, ahí estaba, ya no podían negarme la detención, torturas y desaparición que había sufrido”.
A partir de ese artículo, María pudo reconstruir los pasos de su padre. Vera Oryarzún, un dirigente del Partido Comunista de Coihaique, que después del golpe de Augusto Pinochet había pasado a la clandestinidad, quedando resguardado en las casas de algunos amigos de la zona.
“El 20 de septiembre cruzan a pie la cordillera, ingresan por el paso El Triana, siempre caminando, soportando tempestad de nieve, viento y lluvia, sólo llevan un botellón de agua. Entre los arbustos se escabullen del control del ejército chileno y de carabineros (…) a los dos días se presentan en una estancia donde expresan el pedido de asilo político; los entregan al Escuadrón de Gendarmería N°38 de Río Mayo. Otros chilenos llegan por lo mismo y también quedan detenidos”.
En los primeros días son destinados a realizar trabajos en el municipio local y tareas “como albañiles en la casa del suboficial Atilio Oliva”, lo que les brinda cierta tranquilidad de que serán respetados sus derechos. Pero, en “la madrugada del 27 de setiembre son entregados por Oliva, a cambio de dinero, a un grupo de militares chilenos que se movilizan en la ambulancia del hospital Regional de Coihaique. Esta operación se inscribe después entre las primeras que se realiza en el marco del Plan Cóndor”, con la salvedad que se ejecutó en el contexto de un gobierno democrático.
Gracias a las acciones emprendidas por María Vera, que tomaron como punto de partida el artículo periodístico, pudieron ser capturados los responsables de la desaparición de su padre. En 2003 pudo recuperar sus restos y darle una digna sepultura.
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