El 28 de julio de 1942, el Comisario de la Defensa del Pueblo, Iósif Stalin, emitía la Orden número 227 en respuesta a los alarmantes avances de las tropas del III Reich en territorio soviético. Fue unas de las decisiones más polémicas del líder soviético, dado que costó la vida a muchos soldados de la URSS.
Stalin estaba luchando por las tropas por mantener el frente, aunque esta orden es recordada como una de las órdenes más controvertidas de la Gran Guerra Patriótica.
La Orden Nº 227 lanzaba tres requerimientos esenciales. La primera era que ningún comandante tenía el derecho de retirar sus fuerzas sin una orden directa para hacerlo. Si un comandante rompía esta orden, debía responder ante un tribunal militar.
Otra disposición del decreto 227 era que cada frente de guerra debía crear de uno tres batallones de castigo, formados por hombres acusados de problemas disciplinarios. Estos batallones fueron enviados a las secciones más peligrosas de las líneas del frente.
La tercera regla de la Orden Nº227, quizás la más terrible, era que cada ejército tenía que asegurarse de disparar a los "cobardes" y evitar que las tropas en pánico huyesen por la retaguardia.
El lema "¡Ni un paso atrás!" fue más tarde adoptado por la resistencia soviética, transmitiendo la idea de que alejarse del combate también podía acabar siento mortal.
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