Publicado el: 27 julio, 2017
e-mail: m.capitan@hoy.com.do
Discriminatorios y xenófobos, en estos días circulan por las redes y el WhatsApp toda suerte de mensajes advirtiendo acerca de la “invasión haitiana”, haciendo llamados y promoviendo un mensaje de odio hacia los haitianos que viven en el país.
Muchos de esos mensajes indignan. Lastiman porque son insultantes y, además, hieren la dignidad de seres humanos cuyo único pecado es cruzar a este lado de la frontera en búsqueda de una mejor vida.
¿Qué son demasiados? Sí, es cierto. Sin embargo, no es con odio que se detendrá esa marea de la que tanto hablan: es con controles migratorios y una frontera que deje de ser negocio para convertirse en lo que debe ser. Que ellos crucen tan fácil no es casual: muchos se lucran con ese mercado de miseria, por que apuestan a que no termine nunca. ¿De qué vivirán las mafias apostadas allá si las autoridades deciden hacer cumplir las leyes?
Cuando veo esos mensajes no puedo dejar de pensar en todos los dominicanos que viven en el exterior y que, al igual que los haitianos aquí, han vivido fuera de forma ilegal: ¿nos gustaría que los trataran como tratamos a los vecinos? ¡Claro que no: le exigimos al Gobierno que defienda a los nuestros!
Por otro lado, llama la atención -aunque no sorprende- que los únicos ilegales que nos estorban sean los haitianos: ¿qué pasa con los venezolanos, por ejemplo, que han llegado en masa; los rusos, los italianos, españoles, chinos, cubanos…? Esos, seguramente, ni siquiera los vemos. ¿Por qué las reglas y exigencias no son iguales para todos? Como siempre, en RD tenemos un villano favorito: el negro.
Muchos de esos mensajes indignan. Lastiman porque son insultantes y, además, hieren la dignidad de seres humanos cuyo único pecado es cruzar a este lado de la frontera en búsqueda de una mejor vida.
¿Qué son demasiados? Sí, es cierto. Sin embargo, no es con odio que se detendrá esa marea de la que tanto hablan: es con controles migratorios y una frontera que deje de ser negocio para convertirse en lo que debe ser. Que ellos crucen tan fácil no es casual: muchos se lucran con ese mercado de miseria, por que apuestan a que no termine nunca. ¿De qué vivirán las mafias apostadas allá si las autoridades deciden hacer cumplir las leyes?
Cuando veo esos mensajes no puedo dejar de pensar en todos los dominicanos que viven en el exterior y que, al igual que los haitianos aquí, han vivido fuera de forma ilegal: ¿nos gustaría que los trataran como tratamos a los vecinos? ¡Claro que no: le exigimos al Gobierno que defienda a los nuestros!
Por otro lado, llama la atención -aunque no sorprende- que los únicos ilegales que nos estorban sean los haitianos: ¿qué pasa con los venezolanos, por ejemplo, que han llegado en masa; los rusos, los italianos, españoles, chinos, cubanos…? Esos, seguramente, ni siquiera los vemos. ¿Por qué las reglas y exigencias no son iguales para todos? Como siempre, en RD tenemos un villano favorito: el negro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario