La Corte de Apelaciones de Santiago condenó hoy a cinco años y un día de prisión a diez antiguos agentes de la dictadura de Augusto Pinochet por el secuestro calificado (desaparición) de un matrimonio vinculado al partido comunista en 1976, informaron fuentes judiciales.
Bernardo Araya Zuleta, de 64 años, un exdiputado comunista y dirigente sindical y su esposa María Flores Barraza, de 60, fueron detenidos el 6 de abril de ese año en su casa de la localidad costera de Quinteros, en la región de Valparaíso.
Los agentes también se llevaron a un hermano de la esposa, Juan Flores Barraza y a los nietos del matrimonio Ninoska Henríquez, Wladimir Henríquez y Eduardo Araya, los tres últimos de nueve, quince y nueve años, respectivamente.
Juan Flores y los niños fueron abandonados algunos días después en la vía pública por los agentes, mientras Bernardo Araya y María Flores fueron interrogados y torturados en un cuartel secreto situado aparentemente en el sector santiaguino de Independencia, según testimonios de prisioneros supervivientes.
En ese lugar fueron vistos por última vez, sin que hasta el presente se haya sabido de su paradero.
En un fallo unánime, la III Sala de la Corte de Apelaciones de Santiago confirmó hoy el fallo de primera instancia, pronunciado por el juez especial Miguel Vásquez, y condenó a cinco años y un día a diez exagentes de la DINA (Dirección de Inteligencia Nacional), como autores del delito.
Se trata del brigadier Pedro Espinoza Bravo y los exagentes Ricardo Lawrence, Carlos López, Eduardo Cabezas, Jorge Díaz, Pedro Bitterlich, Orlando Altamirano, Orlando Torrejón, Clara Barros y Guillermo Díaz.
Al no acreditarse su participación el tribunal absolvió al brigadier Miguel Krassnoff Martchenko, que no obstante está en prisión, condenado a más de 400 años de cárcel por decenas de casos de violaciones a los derechos humanos.
Según la investigación del caso, el secuestro de Bernardo Araya y María Flores Barraza se enmarcó en la operación denominada "Calle Conferencia", montada por la DINA contra el Partido Comunista y que significó la desaparición de todos los integrantes de la Comisión Política de ese partido que permanecían clandestinos en Chile durante la dictadura de Augusto Pinochet.
Durante el régimen de facto que encabezó Pinochet (1973-1990), según cifras oficiales, unos 3.200 chilenos murieron a manos de agentes del Estado, de los que 1.192 figuran aún como detenidos desaparecidos.
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