Por Agencias
"Al día de hoy (lunes), la Misión tiene almacenado el conjunto de las armas individuales de las FARC registradas: 7132 armas, salvo aquellas que, de conformidad con la Hoja de Ruta, servirán para dar seguridad a los 26 campamentos" donde están concentrados unos 7.000 guerrilleros, indicó la ONU en un comunicado.
Este martes 27 de junio, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia FARC-EP, considerada la guerrilla más antigua del mundo, darán un paso trascendental en la historia política del país: entregarán la totalidad de sus armas bajo la supervisión de la Organización de las Naciones Unidas.
De esta manera, no solo darán el paso hacia la legalidad de sus integrantes y comenzarán una nueva fase como partido político reconocido y con personería jurídica, sino que dejarán tras de sí más de 53 años de guerra contra el Estado colombiano, que dejó decenas de miles de muertos y más de seis millones entre víctimas y desplazados.
Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia tienen sus más profundas raíces en los coletazos que dejó la violencia partidista de mediados del siglo XX, cuando liberales y conservadores se enfrentaron durante décadas dejando casi 300 mil muertos.
Para los años 50’s, y tras la muerte del líder liberal Jorge Eliécer Gaitán, la violencia partidista se incrementó en el país, especialmente en regiones como los Llanos Orientales y Tolima.
En este último departamento nacieron tanto las guerrillas liberales como las de autodefensas campesinas de influencia comunista. El Gobierno militar, encabezado por el general Gustavo Rojas Pinilla (1953-1957), decretó una amnistía a la que se acogieron muchos guerrilleros, pero fueron traicionados por el establecimiento y asesinados en su mayoría. Los pocos supervivientes se reagruparon en el sur del Tolima.
Allí, para 1952, Pedro Antonio Marín, considerado el creador histórico de las FARC, tomó el nombre de guerra de ‘Manuel Marulanda Vélez’, un dirigente agrario asesinado, y se convirtió en el líder de la naciente organización armada de raíces liberales, pero que empezó a dividirse por sus inclinaciones comunistas a tal punto de que en 1955 algunos de ellos se unieron al Gobierno militar y ayudaron al Ejército a atacarlos.
En 2000 y tras el fracaso de los diálogos de El Caguán, Estados Unidos y el Gobierno de Pastrana lanzaron el Plan Colombia, una estrategia contra el narcotráfico ampliada luego a la lucha antiguerrilla, que incluyó financiamiento y entrenamiento militar.
Uno de los hechos que se destacan en este periodo es el secuestro de la precandidata presidencial Íngrid Betancourt, quien duró seis años en cautiverio y luego, con la famosa ‘Operación Jaque’, fue rescatada junto a otros catorce militares que llevaban entre ocho y doce años en poder de las FARC en condiciones infrahumanas.
Así se abrió una década de fuerte ofensiva contra las FARC, bajo el mandato del presidente Álvaro Uribe (2002-2010). En 2008 murió por aparentes causas naturales ‘Manuel Marulanda’ y cayó abatido en territorio ecuatoriano el considerado segundo hombre y ‘Canciller’ de las FARC, Luis Édgar Devia, alias ‘Raúl Reyes’.
El Gobierno siguió debilitando a la organización armada, considerada para entonces como el mayor cartel del narcotráfico en el mundo, atacando a sus cabecillas. En 2010 bajo la presidencia de Juan Manuel Santos, murió en un bombardeo el jefe militar Jorge Briceño, alias ‘Mono Jojoy’, responsable de los miles de secuestros de civiles y políticos, y luego, en otra operación militar en 2011, fue abatido en el sur del Tolima Guillermo León Sáenz, alias ‘Alfonso Cano’, sucesor de ‘Marulanda’.
Para ese momento, ya se habían iniciado los contactos secretos entre el Gobierno Santos y las FARC, con miras a un proceso de paz. La muerte de ‘Alfonso Cano’ no afectó las intenciones de las partes.
El 18 de octubre de 2012 Santos y el nuevo jefe máximo de las Farc, Rodrigo Londoño, alias ‘Timoleón Jiménez’ o ‘Timochenko’, anunciaron formalmente los diálogos de paz, cuya mesa se instaló en La Habana, en noviembre de ese mismo año, con Cuba y Noruega como garantes, y Chile y Venezuela como acompañantes.
El 24 de agosto de 2016 las partes anunciaron haber alcanzado un acuerdo de paz definitivo, que debía ser refrendado por el pueblo colombiano mediante el plebiscito del 2 de octubre. Sin embargo, en las urnas la mayoría de colombianos contestaron ‘No’ a la pregunta: “¿Apoya usted el acuerdo final para terminar el conflicto y construir una paz estable y duradera?”.
Ante los resultados de las votaciones, las FARC y el Gobierno modificaron algunos de los puntos más criticados por la oposición, y aún sin la aprobación de ésta se firmó un nuevo acuerdo el 24 de noviembre de 2016, conocido como el ‘Acuerdo del Teatro Colón’.
Ocho meses después, se espera que este 27 de junio con la entrega de arnas certificada por las Naciones Unidas, concluya el desarme definitivo del grupo guerrillero más antiguo del mundo. “Se están acabando de desarmar las FARC, la más antigua guerrilla de todo el mundo. Las FARC dejarán de existir para siempre como grupo armado ilegal. Esta es una paz irreversible”, aseguro el presidente de la República este miércoles en su visita a Francia.
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