"Hitler no robó el poder, fue votado por su pueblo, y después destruyó a su pueblo. Ese es el peligro". La reflexión del Papa sobre el populismo, la elección de Donald Trump y los casos de Austria y Suiza.
El mismo viernes 20, el día de la jura de Donald Trump, el papa Francisco concedió una larga entrevista, una hora y quince minutos, al diario El País.
Francisco recibió a Antonio Caño, director de El País, y al corresponsal en Roma, Pablo Ordaz, en su residencia de la Casa de Santa Marta. Fue una deferencia. Un encuentro largo. El País, que vive en una gran pugna por el liderazgo de las audiencias trasnacionales, y ser el primer diario digital en España y América, adelantó esta entrevista en su edición clásica (web informativa) y en su edición móvil (celulares/móviles). Lo hizo en español, inglés y portugués.
De forma significativa, la entrevista llegó de forma gratuita y abierta para expandirse a través de Google News y Facebook. Este domingo, los compradores del periódico que sólo sean fieles a la edición impresa conocerán una entrevista que ya fue difundida ampliamente el sábado.
El Papa en esta entrevista, en la que aborda amplias cuestiones, hizo énfasis muy especiales.
No quiere adelantar acontecimientos sobre Donald Trump. Si es beligerante contra los derechos humanos no hay ninguna duda en Ciudad del Vaticano en la dureza del Papa contra el presidente de los Estados Unidos. Si rectifica lo que adelantó en su campaña, Francisco lo elogiará. Pero en cualquier caso el Papa espera, aunque con cierta impaciencia.
La segunda cuestión importante de esta entrevista es el elogio a la Curia, el gobierno de la Iglesia. Valora quien trabaja en silencio con eficacia y entrega. Se ha hablado mucho de los cuervos y el nido de poder gay. El Papa quiso hablar de la otra cara, la de los santos en silencio.
El tercer tema que el Papa desveló, y habló de ello abiertamente, es el de su renuncia si la salud le traiciona y abandona. Considera que Benedicto XVI abrió un camino que ya no puede cerrarse. Podría producirse el escenario por lo tanto de dos Papas eméritos.
Entre las cuestiones interesantes, el Papa hizo subrayados muy especiales:
Francisco recibió a Antonio Caño, director de El País, y al corresponsal en Roma, Pablo Ordaz, en su residencia de la Casa de Santa Marta. Fue una deferencia. Un encuentro largo. El País, que vive en una gran pugna por el liderazgo de las audiencias trasnacionales, y ser el primer diario digital en España y América, adelantó esta entrevista en su edición clásica (web informativa) y en su edición móvil (celulares/móviles). Lo hizo en español, inglés y portugués.
De forma significativa, la entrevista llegó de forma gratuita y abierta para expandirse a través de Google News y Facebook. Este domingo, los compradores del periódico que sólo sean fieles a la edición impresa conocerán una entrevista que ya fue difundida ampliamente el sábado.
El Papa en esta entrevista, en la que aborda amplias cuestiones, hizo énfasis muy especiales.
No quiere adelantar acontecimientos sobre Donald Trump. Si es beligerante contra los derechos humanos no hay ninguna duda en Ciudad del Vaticano en la dureza del Papa contra el presidente de los Estados Unidos. Si rectifica lo que adelantó en su campaña, Francisco lo elogiará. Pero en cualquier caso el Papa espera, aunque con cierta impaciencia.
La segunda cuestión importante de esta entrevista es el elogio a la Curia, el gobierno de la Iglesia. Valora quien trabaja en silencio con eficacia y entrega. Se ha hablado mucho de los cuervos y el nido de poder gay. El Papa quiso hablar de la otra cara, la de los santos en silencio.
El tercer tema que el Papa desveló, y habló de ello abiertamente, es el de su renuncia si la salud le traiciona y abandona. Considera que Benedicto XVI abrió un camino que ya no puede cerrarse. Podría producirse el escenario por lo tanto de dos Papas eméritos.
Entre las cuestiones interesantes, el Papa hizo subrayados muy especiales:
- Sobre Donald Trump, prudencia y compás de espera. "Hay que ver qué hace, no podemos ser profetas de calamidades. En momentos de crisis, no funciona el discernimiento y los pueblos buscan salvadores que les devuelvan la identidad con muros y alambres. Asustarme o alegrarme por lo que pueda suceder, en eso creo que podemos caer en una gran imprudencia. En ser profetas o de calamidades o de bienestares que no se van a dar, ni una ni otra. Se verá. Veremos lo que hace y ahí se evalua".
- Respecto a los populismos, se pronunció mirando al pasado y al presente. "Para mí el ejemplo más típico de los populismos en el sentido europeo de la palabra es el 33 alemán. Después de Hindenburg, la crisis del 30, Alemania destrozada, busca levantarse, busca su identidad, busca un líder, alguien que le devuelva la identidad y hay un muchachito que se llama Adolf Hitler y dice 'yo puedo, yo puedo'. Y toda Alemania vota a Hitler. Hitler no robó el poder, fue votado por su pueblo, y después destruyó a su pueblo. Ese es el peligro".
- Sobre la Curia. "En la Iglesia hay santos y pecadores, decentes y corruptos. Lo preocupante es una Iglesia anestesiada por la mundanidad".
- Impactado por el drama de los refugiados, asunto que ha tratado a fondo con Angela Merkel. "Aquel hombre lloraba y lloraba en mi hombro, con el salvavidas en la mano, porque no había logrado rescatar a una niña de cuatro años".
- Respecto a los populismos, se pronunció mirando al pasado y al presente. "Para mí el ejemplo más típico de los populismos en el sentido europeo de la palabra es el 33 alemán. Después de Hindenburg, la crisis del 30, Alemania destrozada, busca levantarse, busca su identidad, busca un líder, alguien que le devuelva la identidad y hay un muchachito que se llama Adolf Hitler y dice 'yo puedo, yo puedo'. Y toda Alemania vota a Hitler. Hitler no robó el poder, fue votado por su pueblo, y después destruyó a su pueblo. Ese es el peligro".
- Sobre la Curia. "En la Iglesia hay santos y pecadores, decentes y corruptos. Lo preocupante es una Iglesia anestesiada por la mundanidad".
- Impactado por el drama de los refugiados, asunto que ha tratado a fondo con Angela Merkel. "Aquel hombre lloraba y lloraba en mi hombro, con el salvavidas en la mano, porque no había logrado rescatar a una niña de cuatro años".
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