La llamada Operación Cóndor fue una coordinación represiva o conspiración entre los servicios de inteligencia de las dictaduras que gobernaban países del Cono Sur (Argentina, Chile, Uruguay, Brasil, Paraguay, Bolivia) en coordinación con Estados Unidos y la Agencia Central de Inteligencia (CIA), según archivos de la época.
Se trató de una operación orquestada en las décadas de 1970 y 1980 en el marco de la “Guerra Fría” y tuvo como principal actor al general chileno Augusto Pinochet, en concordancia con otros dictadores de entonces.
La operación consistía en lograr el intercambio de información entre los países involucrados sobre supuestos subversivos. La intención era reprimir y perseguir a todo el que hacía oposición política a los regímenes dictactoriales del Cono Sur, es decir, eliminar a enemigos políticos para instalar políticas neoliberales.
Bajo el pretexto de combatir al comunismo y evitar su expansión en la región, el Plan Cóndor ejecutó operativos de inteligencia de las fuerzas armadas de los distintos países participantes. Se desplazaban libremente en el territorio de los otros para secuestrar, desaparecer o asesinar a sus conciudadanos.
El periodista e investigador estadounidense Cristopher Hitchens considera también que el entonces secretario de Estado de Estados Unidos, Henry Kissinger, fue el ideólogo de esa acción represiva, al permitir que la Agencia Central de Inteligencia (CIA), diera instrucciones al jefe de la DINA y usara la Escuela de las Américas para ello.
Se dice que otros países como Perú, Colombia (con la organización paramilitar colombiana conocida como Alianza Americana Anticomunista) y el terrorista Luis Posada Carriles, participaron en esta operación, de acuerdo con lo revelado por los archivos del terror.
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