El libro que advierte los alcances de lo acordado en La Habana
Escrito por LA NACIÓN, NEIVA
Prada confía en que el libro sirva en el futuro de consulta a los colombianos para “examinar lo ocurrido en esta dura época de nuestras vidas”.
Para explicar lo que considera un “golpe de Estado del presidente Santos a los derechos ciudadanos de los colombianos”, y detallar el acto legislativo aprobado por el Congreso que permite estructurar el Acuerdo Final, “rompiendo todo orden constitucional”, el representante a la Cámara Álvaro Hernán Prada escribió el libro ‘La dictadura de la paz’, con prólogo del expresidente Álvaro Uribe.
Por lo que dice el libro, ¿no es un análisis y un mensaje un poco apocalíptico del país?
No, porque es la verdad. El presidente Santos no ha gobernado, sino que ha mostrado su talante autoritario, sintiendo desprecio por el pueblo. Nunca escucha, pasa por encima de nuestra Constitución, no respeta las ramas del poder público, las domina sin ruborizarse, le dio un mal manejo a la economía e incentivó y patrocinó la corrupción política. Y para justificar su mal talante encontró en la palabra ‘paz’ la excusa perfecta para convertirse en un dictador.
¿Cómo así?
Porque desconoce las instituciones, persigue a la oposición, amenaza a los colombianos y castiga a quienes no se alinean con su proceso amañado de La Habana (medios, empresarios, políticos, comunidad). En esta negociación le entregamos todo lo pedido por las Farc. Pese a los más de 60 años de crímenes, nos despojaron de la seguridad, se limitó el alcance de las Fuerzas Militares y de Policía permitiendo crecer el narcotráfico, fuente de financiación del terrorismo, y tramitó un golpe de Estado en el acto legislativo aprobado por el Congreso.
¿Y con el libro qué consigue?
Mostrar la gravedad de todo lo que está pasando, me obligó a dejar una constancia histórica de los hechos y excesos, y al mismo tiempo espero sirva de herramienta pedagógica sobre lo que debemos hacer los colombianos antes y después del plebiscito.
¿Por qué el título del libro? ‘La Dictadura de la paz’.
Porque el mismo Santos ha dicho que “hago lo que se me da la gana” y lo ha cumplido. Pero se le olvidó que los ciudadanos son el constituyente primario y sobre quienes realmente recae el poder y la soberanía. Ha atropellado los derechos y principios de la Nación durante seis años; y como si fuera poco ahora entrega el poder de las Farc amparado en la palabra ‘paz’.
Pero eso no lo convierte en un dictador ni en un déspota.
Santos controla absolutamente todo. Si alguien se opone, lo persigue, no acepta controles. Mire, Jaime, ejemplo es como intervino para sacar al procurador Ordóñez, la única piedra en su zapato. Se atribuyó unos súper poderes, pasa por encima de las cortes y nadie dice nada.
Entiendo, ¿pero no es exagerado decir que estamos en una dictadura?
Tenemos un Presidente que irrespeta las instituciones como lo hizo con la Corte Constitucional, que profirió una sentencia fijando las pautas del plebiscito, que no cumplió en absoluto. Primero, señaló que la pregunta que se formulara a los colombianos debería ser clara y no podría incluir la palabra ‘paz’, porque confundiría a los electores. Quienes votaremos No queremos la paz, como todos los ciudadanos, todos la merecemos, pero de una manera justa, sin impunidad, pero no ha sido así. Y en lugar de preguntar con claridad de si se está de acuerdo o no con la negociación de las Farc y el Gobierno, se disfrazó la palabra paz, para enredar a la gente.
Ese es el fundamento de la tutela que interpuso para frenar las votaciones.
Sí, porque además la Corte manifestó que para la fecha de la votación del plebiscito las Farc debería estar sin armas, pero tampoco se cumplió. No es un secreto que en muchos municipios la gente está presionada con la presencia armada de esta guerrilla alzada en armas, y así no tendrá más opción que votar Sí. También dijo la Corte que debería haber pedagogía del Acuerdo, para que los colombianos decidieran libremente, ¿pero qué hizo el Gobierno? Utilizó todo su poder para no hacer pedagogía equitativamente, sino que hizo toda clase de propaganda desproporcionada en todos los medios de comunicación, además de inducir a los servidores públicos, a hacer campaña por el Sí, ofreciendo beneficios y hasta chantajeando alcaldes y gobernadores. Por las anteriores y muchas más razones estamos en una dictadura de la paz.
¿Qué más van a encontrar los colombianos en estas páginas?
Primero, aclaró que el libro está redactado de una manera clara, sencilla, para el entendimiento fácil de todos los ciudadanos. De una manera didáctica encontrarán un análisis del Acuerdo, sin suposiciones. Todo lo argumentado desde el inicio de los diálogos en La Habana. Hay una explicación de los principios constitucionales, para entender mejor la gravedad de lo que se quiere hacer con el Estado y nuestra Constitución. El lector encontrará las claves para comprender el Acto Legislativo que podría activarse con el plebiscito y que representa la rendición de los derechos de cada ciudadano al terrorismo de las Farc, patrocinado por el gobierno de Juan Manuel Santos. Y por último está estipulado cómo a través de la resistencia civil hemos presentado demanda de inconstitucionalidad de ese acto, y orienta sobre lo que debemos hacer a partir del 2 de octubre hasta recuperar el Estado de Derecho.
Hablemos del plebiscito. ¿Por qué votar No el plebiscito, después de varios años de negociaciones?
Porque ganando el No se obliga a Santos y a las Farc a reorientar el Acuerdo. La Corte fue clara, el Presidente, de ganar el No, debe continuar el acuerdo haciendo unas modificaciones con las Farc. Y esa guerrilla, después de años de confort en hoteles de lujo y aviones privados, no se devolverá al monte. Será un mandato del pueblo y se mejorará el Acuerdo para tener paz real. Como está planteada nos siembra más violencia.
¿No le dan tranquilidad los países garantes, la comunidad internacional?
Se puso de garantes del proceso a Cuba y a Castro y a Maduro en Venezuela, cuando murió Chávez. Dos dictadores que han asesinado a sus pueblos, que lo único que podrían garantizar son comunismo, hambre, represión y miseria. Es inaceptable que se repita el mismo comportamiento de esos tiranos, como comprar la reelección, pisotear el Congreso y perseguir a la oposición para hacer ‘lo que se le da la gana’. ¿Cómo llamar entonces a este gobierno? Pues dictadura y es una dictadura de la paz, porque la palabra ‘paz’ se le convirtió en un caballo de batalla para acabar con Colombia.
¿A quién dedicó el libro?
A mi papá, quien fue mi mejor amigo y a quien extraño todos los días de mi vida. A mis cuatro hijitos, por los que trabajo todos los días, a mi adorada esposa y a mi querida madre que me apoyan siempre. Y, por supuesto, a Dios.
¿Aspira a ganar dinero con la venta del libro?
No, doné las regalías del libro a una fundación que ayuda a niños en Neiva. Me reservo el nombre para que en esta polarización que vive el país no reciba ningún tipo de daño
Por lo que dice el libro, ¿no es un análisis y un mensaje un poco apocalíptico del país?
No, porque es la verdad. El presidente Santos no ha gobernado, sino que ha mostrado su talante autoritario, sintiendo desprecio por el pueblo. Nunca escucha, pasa por encima de nuestra Constitución, no respeta las ramas del poder público, las domina sin ruborizarse, le dio un mal manejo a la economía e incentivó y patrocinó la corrupción política. Y para justificar su mal talante encontró en la palabra ‘paz’ la excusa perfecta para convertirse en un dictador.
¿Cómo así?
Porque desconoce las instituciones, persigue a la oposición, amenaza a los colombianos y castiga a quienes no se alinean con su proceso amañado de La Habana (medios, empresarios, políticos, comunidad). En esta negociación le entregamos todo lo pedido por las Farc. Pese a los más de 60 años de crímenes, nos despojaron de la seguridad, se limitó el alcance de las Fuerzas Militares y de Policía permitiendo crecer el narcotráfico, fuente de financiación del terrorismo, y tramitó un golpe de Estado en el acto legislativo aprobado por el Congreso.
¿Y con el libro qué consigue?
Mostrar la gravedad de todo lo que está pasando, me obligó a dejar una constancia histórica de los hechos y excesos, y al mismo tiempo espero sirva de herramienta pedagógica sobre lo que debemos hacer los colombianos antes y después del plebiscito.
¿Por qué el título del libro? ‘La Dictadura de la paz’.
Porque el mismo Santos ha dicho que “hago lo que se me da la gana” y lo ha cumplido. Pero se le olvidó que los ciudadanos son el constituyente primario y sobre quienes realmente recae el poder y la soberanía. Ha atropellado los derechos y principios de la Nación durante seis años; y como si fuera poco ahora entrega el poder de las Farc amparado en la palabra ‘paz’.
Pero eso no lo convierte en un dictador ni en un déspota.
Santos controla absolutamente todo. Si alguien se opone, lo persigue, no acepta controles. Mire, Jaime, ejemplo es como intervino para sacar al procurador Ordóñez, la única piedra en su zapato. Se atribuyó unos súper poderes, pasa por encima de las cortes y nadie dice nada.
Entiendo, ¿pero no es exagerado decir que estamos en una dictadura?
Tenemos un Presidente que irrespeta las instituciones como lo hizo con la Corte Constitucional, que profirió una sentencia fijando las pautas del plebiscito, que no cumplió en absoluto. Primero, señaló que la pregunta que se formulara a los colombianos debería ser clara y no podría incluir la palabra ‘paz’, porque confundiría a los electores. Quienes votaremos No queremos la paz, como todos los ciudadanos, todos la merecemos, pero de una manera justa, sin impunidad, pero no ha sido así. Y en lugar de preguntar con claridad de si se está de acuerdo o no con la negociación de las Farc y el Gobierno, se disfrazó la palabra paz, para enredar a la gente.
Ese es el fundamento de la tutela que interpuso para frenar las votaciones.
Sí, porque además la Corte manifestó que para la fecha de la votación del plebiscito las Farc debería estar sin armas, pero tampoco se cumplió. No es un secreto que en muchos municipios la gente está presionada con la presencia armada de esta guerrilla alzada en armas, y así no tendrá más opción que votar Sí. También dijo la Corte que debería haber pedagogía del Acuerdo, para que los colombianos decidieran libremente, ¿pero qué hizo el Gobierno? Utilizó todo su poder para no hacer pedagogía equitativamente, sino que hizo toda clase de propaganda desproporcionada en todos los medios de comunicación, además de inducir a los servidores públicos, a hacer campaña por el Sí, ofreciendo beneficios y hasta chantajeando alcaldes y gobernadores. Por las anteriores y muchas más razones estamos en una dictadura de la paz.
¿Qué más van a encontrar los colombianos en estas páginas?
Primero, aclaró que el libro está redactado de una manera clara, sencilla, para el entendimiento fácil de todos los ciudadanos. De una manera didáctica encontrarán un análisis del Acuerdo, sin suposiciones. Todo lo argumentado desde el inicio de los diálogos en La Habana. Hay una explicación de los principios constitucionales, para entender mejor la gravedad de lo que se quiere hacer con el Estado y nuestra Constitución. El lector encontrará las claves para comprender el Acto Legislativo que podría activarse con el plebiscito y que representa la rendición de los derechos de cada ciudadano al terrorismo de las Farc, patrocinado por el gobierno de Juan Manuel Santos. Y por último está estipulado cómo a través de la resistencia civil hemos presentado demanda de inconstitucionalidad de ese acto, y orienta sobre lo que debemos hacer a partir del 2 de octubre hasta recuperar el Estado de Derecho.
La votación del No
Hablemos del plebiscito. ¿Por qué votar No el plebiscito, después de varios años de negociaciones?
Porque ganando el No se obliga a Santos y a las Farc a reorientar el Acuerdo. La Corte fue clara, el Presidente, de ganar el No, debe continuar el acuerdo haciendo unas modificaciones con las Farc. Y esa guerrilla, después de años de confort en hoteles de lujo y aviones privados, no se devolverá al monte. Será un mandato del pueblo y se mejorará el Acuerdo para tener paz real. Como está planteada nos siembra más violencia.
¿No le dan tranquilidad los países garantes, la comunidad internacional?
Se puso de garantes del proceso a Cuba y a Castro y a Maduro en Venezuela, cuando murió Chávez. Dos dictadores que han asesinado a sus pueblos, que lo único que podrían garantizar son comunismo, hambre, represión y miseria. Es inaceptable que se repita el mismo comportamiento de esos tiranos, como comprar la reelección, pisotear el Congreso y perseguir a la oposición para hacer ‘lo que se le da la gana’. ¿Cómo llamar entonces a este gobierno? Pues dictadura y es una dictadura de la paz, porque la palabra ‘paz’ se le convirtió en un caballo de batalla para acabar con Colombia.
¿A quién dedicó el libro?
A mi papá, quien fue mi mejor amigo y a quien extraño todos los días de mi vida. A mis cuatro hijitos, por los que trabajo todos los días, a mi adorada esposa y a mi querida madre que me apoyan siempre. Y, por supuesto, a Dios.
¿Aspira a ganar dinero con la venta del libro?
No, doné las regalías del libro a una fundación que ayuda a niños en Neiva. Me reservo el nombre para que en esta polarización que vive el país no reciba ningún tipo de daño
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