SANTO DOMINGO, República Dominicana.-
El 20 de octubre de 1961, hace 55 años, la juventud secundaria y universitaria escribió una de las epopeyas más impactantes en la historia política contra la dictadura de Trujillo, impulsando de manera definitiva las protestas en las calles de Santo Domingo, Santiago, San Francisco de Macorís y Salcedo, reclamando finalizara, de manera definitiva, la tiranía de Trujillo: ese día, a costo de varios muertos y heridos, los estudiantes declararon la barriada de Ciudad Nueva, como “territorio Libre”.
Tres meses antes, desde el 10 de julio, los estudiantes de la Universidad de Santo Domingo (USD), la única que existía en el país, habían iniciado la lucha por la autonomía universitaria, creando para impulsar ese proceso un gremio estudiantil con el nombre de Asociación Nacional de estudiantes Universitarios (ANEU), rescatando del olvido otro similar fundado a principios de los años treinta, que fue destruido por el régimen de Trujillo para dar paso a “La Guardia Universitaria”. También en los días posteriores a la muerte de Trujillo, se hablaba de fundar la Federación de Estudiantes Universitarios (FEU) o la Federación de Estudiantes Dominicanos (FED).
El 13 de julio los estudiantes efectuaron su primera manifestación anti trujillista, en la explanada de la Facultad de Medicina. En ella hablaron Antonio Hoepelman, Eduardo Delgado, José Eugenio Villanueva, Rafael Alburquerque, Asdrúbal Domínguez, Oscar Lama, Miguel Genao, Daniel Céspedes, Víctor Manuel Decamps, Alfredo Loinaiz, Antonio Isa Conde, Zaidita Lovatón, Mariano Fiallo, Rubén Álvarez, Antonio Cuello H., Eduardo Houellemont y Uraldo Francisco Roa, quienes plantearon las principales reivindicaciones del movimiento estudiantil, que eran la autonomía y el fuero universitario, así como la libertad de varios estudiantes, en especial del bachiller Rojas Fernández.
El 16 de octubre los estudiantes destruyeron, dentro del campus universitario, las fotografías y bustos de Trujillo y sus familiares, además de rechazar al doctor José Manuel Machado (que fue sustituido por decreto del día 21), como rector de la institución de educación superior. El día 17, como una forma de evitar las protestas estudiantiles contra los remanentes del gobierno de Trujillo, las autoridades del gobierno anunciaron la suspensión de las actividades y la promesa de reabrir la Universidad el 7 de enero de 1962, produciendo un sentimiento de disgusto y frustración entre los estudiantes.
Mediante decreto 789, el presidente Joaquín Balaguer justificó la medida con el argumento de que ya el Poder Ejecutivo había sometido a la consideración en el Congreso Nacional un proyecto de ley encaminado a otorgar su autonomía a la Universidad de Santo Domingo y que la aplicación de las disposiciones legislativas propuestas suponía una nueva organización en el campo docente y administrativo del alto centro docente, por lo cual se hacía necesario suspender las labores universitarias”. (Véase el periódico La Nación, del 17 de octubre de 1961). El 20 de octubre, el gobierno de Ramfis Trujillo y Joaquín Balaguer fue estremecido por el auge alcanzado por las protestas, cuando decenas de estudiantes tomaron bajo control la calle Espaillat y las más altas azoteas del barrio de Ciudad Nueva y otras periféricas de la zona colonial, demandando la apertura de la Universidad y la inmediata salida de los Trujillo.
Los incidentes se repitieron en la USD el día 19 de octubre, después de manifestaciones en las que fueron destruidos símbolos que recordaban al tirano. Esto provocó el cerco policial contra la Academia, conminando a la salida de los estudiantes del recinto universitario, que se habían concentrado en el campus. En esa tensa situación, el profesor Castaño Espaillat convenció a los protestantes para que se marcharan y evitaran una desgracia, ya que los policías amenazaban con penetrar a la Universidad. Los estudiantes procedieron a salir, pero movilizándose por las calles, se dirigieron al centro de la ciudad, siendo dispersados por los uniformados. Los bachilleres se reagruparon y tomaron el control el sector de Ciudad Nueva, declarándolo “territorio libre”, la tarde del jueves 19.
Los protestantes, reforzados por escolares de los planteles públicos de los barrios, controlaron la calle Espaillat, mientras la policía intentaba desalojarlos, pero eran rechazados a pedradas El viernes 20 de octubre la policía colocó alambradas en algunas calles, para impedir la solidaridad con los protestantes y al caer la tarde, por orden del presidente Balaguer, procedieron a tomar violentamente la zona en disputa, disparando contra los estudiantes, con un saldo trágico de diez muertos y 50 heridos. El periódico El Caribe, en una nota firmada por un periodista extranjero, se refirió al hecho de sangre: “Una atmosfera de tensa calma reinaba hoy en la capital, en momentos en que muchos de sus ciudadanos trataban de curarse sus heridas físicas y espirituales como consecuencia de la más atrevida y osada manifestación de resistencia contra el Gobierno legado por el dictador Rafael L. Trujillo”.
La sangrienta represión ejercida contra jóvenes desarmados, que eran lanzados desde las azoteas por miembros de la fuerza del orden, desencadenó la protesta en todos los barrios de la Capital, siendo reprimidas por los militares, policías del gobierno, y las fuerzas de choque integradas por los “Paleros de Balá” y los “calieses” del Servicio de Inteligencia Militar que luego, la tarde del día 22, destruyeron el local del Movimiento Popular Dominicano (MPD). Entre los estudiantes asesinados en aquella dolorosa jornada por la libertad, se encontraron Tirso Roldán Vargas Almonte, José Ignacio Matos y el obrero José Ignacio Cerda.
Estos acontecimientos provocaron la llegada de la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos, de la Organización de Estados Americanos (OEA), la mañana del 22 de octubre, con el fin de investigar las violaciones a los derechos humanos de las que se acusaba al gobierno de Balaguer. Ante la presencia de la Comisión y debido al auge de la represión policía, la oposición realizó nuevas y contundentes protestas, que concluyeron con la primera huelga nacional realizada para exigir la salida de los familiares de Trujillo y el fin de la dictadura, el 25 de octubre.
Al cumplirse cincuenta y cinco años de la rebelión estudiantil en la barriada de Ciudad Nueva y la Calle Espaillat, es justo que este acontecimiento no quede en el olvido, pues él cubre una de las páginas más heroicas escritas por el Movimiento Estudiantil, por la libertad y la democracia. Ciudad Nueva, para que no quede en el olvido, fue el primer territorio libre en tiempo de dictadura.
(Para este articulo fueron usados los siguientes las siguientes fuentes: “Presidente Balaguer suspende actividades en recinto USD”. La Nación, 17 de octubre 1961; “Desordenes estudiantiles azotan hoy estas capital”. La Nación, 18 de octubre 1961; “Estalla violencia en San Francisco de Macorís debido a clausura de la USD”. La Nación, 19 de octubre 1961; “Amotinados pretendieron convertir sector de ciudad en “Territorio Libre”. La Nación, 21 de octubre 1961; “Llega Comisión a investigar sobre supuestas violaciones a los derechos humanos en RD”. La Nación, 22 de octubre 1961; “Atmosfera de tensa calma reina en la capital del país tras disturbios de anteayer”. El Caribe, 22 de octubre 196).
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