INÉS AIZPÚN
David Collado resolvió el conflicto de los ruidos en el parque del Conservatorio a favor de la ciudad de Santo Domingo. Devolvió al recinto su verdadera naturaleza y función: un parque no es una sala de fiestas.
David Collado resolvió el conflicto de los ruidos en el parque del Conservatorio a favor de la ciudad de Santo Domingo. Devolvió al recinto su verdadera naturaleza y función: un parque no es una sala de fiestas.
Ahora le toca el turno al Parque Mirador Sur. Pulmón del Distrito, es el preferido de los capitaleños. Un reglamento de uso del parque quedó engavetado en la anterior administración, cuando tocaba convocar públicas. La lucha de los vecinos por revertir el deterioro empezó hace años. Desde el invadido parquecito Balaguer, al rescate de las cuevas en la Cayetano Germosén, hay mucho trabajo por delante.
El primer problema, el más fácil de resolver y el que marcará el principio de la recuperación es la eliminación del ruido: torres de bocinas que “amenizan” (en contra de los permisos que se otorgan) cualquier actividad comercial, deportiva o benéfica trastornando la vida del parque. Los efectos del ruido sobre la salud están medidos. Tiene tantos efectos negativos sobre la salud y el entorno como la basura.
El Alcalde Collado parece comprometido con conseguir la mejor versión posible del actual Santo Domingo. El Mirador es maravilloso para pasear, jugar fútbol, pelota, montar bici, caminar, correr, competir, enamorarse, tocar la guitarra, cazar pokemones, comerse un helado... lo que usted prefiera. ¿Hace falta ese abrumador escándalo, que desquicia a vecinos y atrona a los usuarios del parque, cada vez que hay una actividad? No.
La medida de Collado, consensuada con vecinos, es acertada: maratones, caminatas, encuentros SI, bocinas NO. El ruido no es “molestoso”, es ilegal y dañino.
IAizpun@diariolibre.com
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