En un interesante estudio sobre la membresía de los partidos en América Latina, que aparece en la revista Taiwan Journal of Democracy, Tomás Dosek analiza las estrategias de los partidos y el papel de los miembros de las organizaciones políticas en el continente.
Aunque el autor reconoce que el estudio no es concluyente, fundamentalmente por utilizar solo datos oficiales sobre los afiliados, Dosek extrae algunas conclusiones que pueden ayudar a explicar algunas de las características del comportamiento de los afiliados a los partidos.
Mientras los partidos en la República Dominicana alegan tener más del 50 por ciento del electorado inscrito en sus filas, en Chile, la cifra no llega al 10 por ciento.
Una explicación para estas diferencias tiene que ver con la mayor o menor apertura del sistema electoral y por la posibilidad de acceder a posiciones o empleos públicos por parte de los afiliados.
Así, explica Dosek, “Panamá, la República Dominicana y Paraguay son excepciones en las cuales los cerrados procesos de selección interna explican la necesidad de grandes números de afiliados y la prevalencia de la compra de votos”.
Del mismo modo, explica como “los partidos también de manera corriente compensan a los miembros del partido con posiciones en la administración pública, lo que constituye un importante incentivo a los militantes para afiliarse a los partidos, o al menos, participar en las actividades de campaña”.
Por supuesto, estos son temas importantísimos para una ley de partidos y para la institucionalidad democrática en el país que se dejan de lado. Por eso estamos como estamos.
atejada@diariolibre.com
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