AGENCIA EFE | SEPTIEMBRE 19 DE 2015
Moscú, 19 sep (EFE).- El líder del hasta hace poco único partido islámico legal de Asia Central, el tayiko Muhiddin Kabirí, ofrece una tercera vía entre las dictaduras seculares y los califatos yihadistas, lo que le ha valido ser amenazado de muerte por ambos bandos.
"Las autoridades me acusan de apoyar a los extremistas, mientras los radicales me consideran un liberal y un demócrata. Ahora no sé a quien temer más, a los radicales seculares o a los integristas religiosos", dijo a Efe Kabirí, exiliado en Turquía desde junio pasado.
El Partido del Renacimiento Islámico (PRI) que él encabeza participó en las elecciones democráticas celebradas en la república centroasiática de Tayikistán y siempre ha condenado abiertamente el terrorismo islamista, pero el Gobierno aprovechó la actual corriente de opinión contra el yihadismo para proscribirlo.
"Yo elegí una vía moderada que es muy dura y peligrosa, pero no pienso bajar los brazos, aunque me quede solo. Sólo la coexistencia armónica entre los principios nacionales, religiosos y democráticos puede garantizar el progreso y la estabilidad de una sociedad", asegura.
Kabirí considera que, aunque en apariencia se trate de enemigos irreconciliables, "los dictadores y los grupos radicales son aliados estratégicos" y "se necesitan mutuamente".
"La aparición de radicales en nuestros países es una excusa para la represión gubernamental y los Gobiernos autoritarios son un buen argumento para que los grupos extremistas atraigan a los jóvenes a sus filas", destaca.
Cuanto mayor es la represión, más fácil es para los yihadistas demostrar que "las elecciones y el multipartidismo en esos Estados no es más que un espectáculo y una invención para legalizar la dictadura y la corrupción".
En esas circunstancias, "uno puede deshacerse de cualquier rival, sea religioso o secular".
Asegura que los islamistas le han amenazado en numerosas ocasiones, la última de ellas a principios de año cuando condenó públicamente el ataque contra el semanario satírico francés Charlie Hebdo.
"Me acusaron de apoyar a los caricaturistas. Cuando, en realidad, condené a los que mataron a los periodistas y manifesté que sus actos se contradicen con el canon islámico y los valores religiosos", comentó.
Kabirí ha acusado al presidente tayiko, Emomalí Rajmón, de perseguir a los jóvenes que se dejan barba, impedir a las mujeres llevar velo y disuadir a los menores de edad de acudir a las mezquitas.
"Sí, criticamos a las autoridades (...), pero ni una sola vez convocamos un mitin o una manifestación. Sólo protestamos en el Parlamento o en los medios. Eso no sólo es una violación de los derechos humanos, sino que conducirá a una mayor radicalización de la sociedad", indicó.
Como ejemplo, destaca que "en las filas del Estado Islámico (EI) hay más tayikos que representantes de cualquier otro país de Asia Central".
"Incluso el comandante de las fuerzas antidisturbios de Tayikistán se enroló en el EI como protesta por las medidas gubernamentales contra la práctica de la religión", subrayó.
Los problemas para el PRI en su país comenzaron tras las elecciones parlamentarias de 2010, cuando aumentó considerablemente el apoyo a esa formación, especialmente entre los jóvenes.
"Entonces, las autoridades tuvieron muchas dificultades para falsificar los resultados, ya que nuestra victoria fue muy contundente, y no tuvieron más remedio que deshacerse por cualquier medio de tal contrincante", dijo.
Rajmón ordenó en 2012 a las fuerzas de seguridad preparar un protocolo secreto (32-20), que Kabirí considera "anticonstitucional", destinado a desacreditar y marginar el partido islámico.
A finales de agosto pasado, Rajmón decretó la ilegalización del PRI, tras lo que las autoridades han requisado o sellado oficinas y negocios, y expulsado a sus afiliados más jóvenes de trabajos y universidades.
Además, contra Kabirí la fiscalía incoó un caso penal por un traspaso ilegal de propiedades ocurrido hace 15 años, por lo que el líder islámico tuvo que exiliarse en Turquía y no tiene intención de regresar por el momento a su país.
"El PRI me recomendó quedarme en el extranjero. Volver a mi patria no es seguro. Más aún, cerca de mi casa y escuela, donde estudian mis hijos en Estambul, detectamos gente sospechosa, por lo que tuvimos que reforzar las medidas de seguridad. Recientemente, otro activista tayiko fue asesinado aquí mismo", asegura.
También ha sido acusado de planear un golpe de Estado junto al sublevado viceministro de Defensa, Abdujalim Hazarzod, abatido esta semana por el Ejército tras varias semanas de persecución por las montañas de este país que comparte 1.300 kilómetros de frontera con Afganistán.
Kabirí lamenta que ni Rusia ni Irán, garantes del acuerdo de paz firmado tras la cruenta guerra civil que sacudió este país (1992-97), reaccionaran ante la ilegalización de su partido.
"Eso habla del doble rasero en el que vivimos. Los dictadores se dividen en buenos y malos. A algunos se les castiga y a otros por las mismas acciones se les apoya material y políticamente. Por ahora, la dictadura tayika favorece los intereses tanto de Occidente como de los otros países de la región", sentenció.EFE
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