Sé que un hombre con tantos amigos, en tan variados sectores en los que estuviste involucrado dejaran sentir su pesar en todas las vías que las posibilidades les permitan. Ahora con las redes sociales tan activas, vimos como se ha expresado el pueblo dominicano lleno de admiración, sobre todo los jóvenes, que se enteraron de que eras un héroe de verdad, de carne y hueso, que a su edad hacia lo que cualquier atleta en su mejor forma.
Siento que escribir sobre tu vida habrá muchas personas que lo harán, ya me imagino a don Luis Scheker, tu gran amigo, dedicándote una de sus columnas, con tantas cosas que decir y que contar. Pero creo que todos tenemos una historia distinta, necesariamente vinculada a la forma y manera de cómo nos conocimos y el resultado de la amistad que de manera muy desinteresada logramos construir.Recién llegado de
Cuba, con tu primera familia-no dejo de recordar a Roberto, Eddy y a Sarah, la más pequeña de tu primera camada, cuando ibas con ellos a entregar “Con las Riendas Tensas”, tu columna en el desaparecido periódico El Sol que dirigía Juan Bolívar Díaz-, donde se practicaba un periodismo de compromiso.
Desde entonces llovió mucho, se avanzó, se produjeron cambios de los que de alguna manera fuiste su motor, como fue el intento de regular debidamente el tránsito en nuestro país, creando la Autoridad Metropolitana de Transporte (AMET).
Quien dedica su vida al heroísmo, siempre se hace eco de las mejores causas, no solo de las grandes como fue tu participación en la revolución de abril, en la búsqueda de una mejor calidad de vida para todos, eso es lo que es de principio para gente como tú, pero debo destacar que te uniste a las pequeñas batallas también.
Por eso nunca olvidaré ni lo harán mis hijos, el apoyo que me diste a través de varias de tus columnas en este mismo periódico cuando desde la institución pública que dirigí debí enfrentar el fraude contra los usuarios del GLP.
En más de una ocasión me visitaste, hablamos mucho “reparamos el país” y me impresionaste siempre por la forma jovial en que te expresabas. Nadie te entendió viejo nunca. La gente con ideas nuevas no envejece, por eso duele tu partida porque eras joven en tu forma de ser, de actuar y de pensar.
Los héroes se mantienen jóvenes y no mueren nunca. Es tu caso Hamlet, a quien las nuevas generaciones comienzan a conocer y de la que se interesarán a través de tu legado como deportista, escritor, profesor universitario, guerrillero, héroe de causas grandes y pequeñas y prohijador de ideas para las mejores causas.
Tu partida ha enlutado a toda la sociedad dominicana, quien queda huérfana de un héroe de tu talla, uno de verdad, que se la jugó siempre por los mejores intereses de este pueblo y eso se agradece.
Fuiste un trabajador incansable hasta la hora de la muerte, muy pocos podrán decir que te serviste del erario, más bien serviste a este aportando tus conocimientos, tu talento motivado por el único interés de servir a la patria.
Gracias Hamlet por no dejarme sola en los tiempos duros que viví al frente de PROCONSUMIDOR, ¡eres mi gran héroe!
No hay comentarios:
Publicar un comentario