José C. Novas
Historiador
Tenía el tirano reputación de "mano dura" desde se asoció con los invasores de 1916, Trujillo esta vez impuso el crímen desde el oficialismo. Así que ordenó crear el Departamento de Seguridad, cuyos miembros eran conocidos con el nombre de "Calié", expresión originada en el populacho y extraida de la lengua haitiana "patois", que significa delator. Los calieses le dieron gran servicio al dictador, convirtiendose en plaga, causante de martirio y muertes de miles de dominicanos.
En 1957 el nombre le fue cambiado por Departamento de Seguridad de las Fuerzas Armadas, y su primer ejecutivo fue el general Arturo Espaillat, graduado de la academia militar West Point, entrenado en la Escuela de las Américas y conocido con el mote de Navajita; luego el nombre fue cambiado por el de Servicio de Inteligencia Militar (SIM) y Espaillat fue sustituido por el general Félix Hermida, quien al parecer no llenó las expectativas del dictador. A Hermida lo reemplazó en el cargo el coronel Johnny Abbes García, llevaba tiempo en misiones de informante del dictador.
Fue en esta época que se adoptó el código secreto al que llamaron "La Piscina", y significaba que los verdugos debían tirar al mar cadáveres de los que mataban o torturaban, para que fueran devorados por los tiburones. En estas acciones el coronel Johnny Abbes se llevó la medalla del más cruel y despiadado carnicero, pero es justo señalar que el andamio represivo de Trujillo tuvo otros cómplices destacados en Antonio Leyba Pou, Federico Fiallo, David Hart Dottin, Felipe Ciprián, Ludovino Fernández, Fausto Caamaño, Victor Peña Rivera, Ciriaco de la Rosa, Clodoveo Ortiz, y otros, cuyos desmanes mandaron a cientos de dominicanos a la llamada "Piscina". Con Johnny Abbes se dió prioridad a ese código secreto, que significaba lanzar cadáveres al mar.
La Piscina podía ser cualquir punto en las costas del país, aunque los relatos mas creibles sugieren dos zonas como las preferidas por los agentes del SIM para sus macabros lanzamientos. Confesiones de soldados de la época sugieren que la zona comprendida entre la Feria Ganadera y Manresa y desde Sans Soucí hasta el puesto policial en la autopista Las Americas, eran las preferidas. También se sabe, que cientos de opositores fueron lanzados al mar desde helicópteros que partían desde la base de San Isidro, lo que significa, que sobre Ramfis Trujillo recae una cuota de responsabilidad en el cementerio "La Piscina", en su condición de jefe superior de esa institución.
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