¿Por qué los seres humanos ofrendan sus vidas a cambio de ideales, de principios de justicia, de sueños de redención? ¿Qué extraño mecanismo acciona sobre las decisiones de luchar por sociedades donde no haya miseria, dolor y crímenes? ¿Qué motivación tan grande debe haber para que se abandonen los placeres de la existencia, posiciones, logros, y se decida a correr todos los riesgos con el objetivo de liberar su Patria del cruel tirano que la oprime?
El 14 y 20 de junio de 1959, nuestro país fue estremecido por los desembarcos aéreos y marítimos de Constanza, Maimón y Estero Hondo. Trujillo ahogó en sangre aquella resistencia valiente que se inmoló por la libertad. Pero se trató de una victoria pirrica, basada en la superioridad de las tropas militares de la dictadura, ya que al poco tiempo, surgió como consecuencia de ese sacrificio y en homenaje a los valientes caídos, el Movimiento Clandestino 14 de junio, la única conspiración contra Trujillo, que tuvo alcance nacional, donde lo más granado de la juventud dominicana cerró filas para enfrentar la dictadura.
El Movimiento 14 de junio al ser develado fue sometido a una cruel represión, lo que obligó a la Iglesia Católica a producir la ruptura con el trujillismo, a través de la Pastoral del 25 de enero de 1960, leída en todas las parroquias del país, una semana después. Trujillo reaccionó desatando una campaña feroz de descrédito y persecución contra los prelados. El asesinato de las hermanas Mirabal como secuela monstruosa del ensañamiento contra el Movimiento 14 de junio, provocó una indignación popular e influyó en los tiranicidas del 30 de mayo de 1961. No deja de asombrar y conmover el gesto de los expedicionarios del 14 de junio, su vocación patriótica, su desprendimiento, su voluntad democrática basada en el “Programa Mínimo” que garantizaba conquistas sociales y las libertades públicas Cuando un agente de Trujillo infiltrado entre los héroes de junio, saboteó una de las lanchas, la Carmen Elsa, manteniéndola a la deriva en el mar e impidiendo que se concretara el factor sorpresa, que era básico para garantizar la victoria, los cubanos de las Fragatas José Martí y Máximo Gómez, que la habían socorrido en alta mar y la repararon en la isla de la Gran Enagua, les dijeron que ya Trujillo los estaba esperando, estaba al tanto de todo y debían desistir, señalando los expedicionarios, que irían de toda manera a Santo Domingo, ya que el dictador estaba aniquilando a los que habían llegado por Constanza, y ellos no podían renunciar a la solidaridad y al combate por la libertad.
La influencia del I4 de Junio es determinante en el desenlace de la lucha final contra la tiranía, su sacrificio fue un aldabonazo en la conciencia nacional, un despertar, un testimonio del valor y la decisión de echar abajo la poderosa dictadura que parecía invencible. Muchos de los guerrilleros fueron apresados con vida, siendo sometidos éstos a las más crueles torturas y al asesinato masivo, sin que ninguno de los mártires pidiera clemencia, manteniendo la dignidad y el sentido del decoro, así como la idea de que era inevitable el surgimiento de la libertad. América toda vivía la epopeya de la Sierra Maestra y el triunfo del comandante Fidel Castro, desatándose un fervor libertario que insuflaba esperanza en un destino trascendente para los pueblos. El hijo mayor del tirano, dirigió personalmente las ejecuciones pretendiendo afianzar el terror cuando las condiciones históricas habían empezado a cambiar y se advertía que el modelo social y económico trujillista estaba agotado y nuevas fuerzas sociales pugnaban por un sistema diferente de amplias reformas y transformaciones. El miedo y el control despótico de la conducta y vida social de los ciudadanos se habían convertido en obstáculos para el desarrollo humano, el tirano no respetaba ningún valor, ningún postulado ético, y todo era avasallado por su fuerza totalitaria.
La justicia que debió hacerse a raíz de la muerte del tirano fue pospuesta por la falta de voluntad política, las complicidades, la mediatización del proceso, impidiendo que los dominicanos sentáramos las bases del saneamiento moral de nuestra sociedad, se perdió la oportunidad de crear una conciencia firme en la administración de castigos, que disuadiera, por la fuerza del ejemplo, la repetición de arbitrariedades y la comisión de crímenes. Todavía hoy los dominicanos requerimos de ese ejemplo moral que penalice el crimen, como sucedió en Argentina y en Chile, donde los asesinos, fueron enjuiciados y condenados, bajo la consigna de “Nunca más”, enviando señales claras de que tal y como dijera Juan Pablo Duarte, el crimen no prescribe ni queda jamás impune.
La gesta del 14 de junio de 1959, adquiere proyecciones fundacionales en la visión de la libertad, constituye un punto de referencia histórica, para dejar atrás el terror de Estado y la negación de los derechos y libertades.
El Movimiento Clandestino 14 de junio fue la continuación histórica de Constanza, Maimón y Estero Hondo, bajo un sentido de pureza y decoro, por la materialización de los objetivos de libertad y transformaciones sociales. La Agrupación Política 14 de Junio, encarnó esas ideas de lucha y resistencia en una etapa legal y pública, donde rápidamente ganaron espacio sus proclamas y el contenido viril de sus propuestas revolucionarias. Rendir homenaje a los mártires de la raza inmortal del 14 de junio de 1959, es rendir tributo también a sus continuadores, Manolo Tavárez Justo y quienes junto a él, lucharon y murieron por una Patria libre y por una sociedad justa. Eran seres especiales, escogidos, llamados a desempeñar papeles estelares en la consecución de nobles ideales. Loor a sus memorias de adalides de la libertad, próceres nacionales en un vértigo de sangre, amor y sacrificio.
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