El país conmemora este año dos natalicios de oro. El primero en enero, hoy. Que se cumplen 203 años del nacimiento de Juan Pablo Duarte; y en febrero, el bicentenario de Ramón Matías Mella, quienes junto con Francisco del Rosario Sánchez constituyen los fundadores de nuestra independencia, y origen de nuestra nacionalidad.
Juan Pablo Duarte no fue un improvisado. Tuvo, desde el principio, ideas fundacionales. Concibió desde un primer momento los rudimentos teóricos que darían como resultado el nacimiento de un país libre, soberano, luego de múltiples batallas y avatares, durante todo un siglo, y que culminó, en 1844 con la conquista absoluta de la independencia.
Podríamos decir que todavía hay desvelos y deudas con ese pasado heroico.
El pueblo dominicano todavía no ve cubiertas sus necesidades primarias, pero en el ideario de Juan Pablo Duarte están las fuerzas morales para continuar trabajando en el perfeccionamiento de leyes, demandas sociales, y respeto irrestricto a derechos que garanticen una vida de calidad para los dominicanos.
Honrar a Juan Pablo Duarte en el presente también significa volver la vista hacia el pasado. Honrar a Juan Pablo Duarte en el presente nos debe llevar a la movilización constructiva en ideas y acciones.
Eso significa que todos, desde nuestros líderes y gobernantes, debemos asumir responsabilidades como ciudadanos, a todos los niveles.
De manera que este nuevo aniversario de su nacimiento tenemos el compromiso de convertirlo en un espacio para la reflexión; y que esta reflexión, profunda y sincera, nos sirva para mejorar nuestro destino inmediato, como nación.
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