“Aquí lo que hace falta es otro Trujillo” es una frase que se repite cada vez con mayor frecuencia, como si fuera una fórmula para corregir todos los males y defectos que padece el país.
El hecho de que mucha gente piense que una simple “mano dura” puede meter en cintura a este pueblo víctima tanto de la delincuencia de cuello blanco como de la delincuencia común, tiene su explicación.
Hace más de 50 años terminó la dictadura de Trujillo, lo que quiere decir que los dominicanos que nacieron cuando mataron al tirano tienen hoy 50 años de edad y no vivieron ni un solo día bajo el régimen dictatorial.
Esos son los que ingenuamente dicen que aquí hace falta otro Trujillo, porque no sufrieron en carne propia los efectos cotidianos de vivir en un sistema de agravios y opresión.
Los males que padecemos como nación tienen que ser enfrentados de otra manera, en libertad y con respeto a los derechos de todos y cada uno de nosotros. Con disciplina y honradez. Con amor, fraternidad y lealtad.
La llamada Era de Trujillo nos dejó, sin embargo, una buena lección: que ya nadie tiene que venir a enseñarnos lo bueno y lo malo de un régimen cualquiera. Y que, por lo tanto, debemos vivir atentos para que situaciones como aquella no se repitan jamás.
EL TRUJILLISMO CHOCA CON LA LEY
EDITORIAL PERIODICO HOY
del 14 de novembre del 2010.
Las sociedades y los Estados tienen que protegerse de los ejercicios políticos que a través de la historia resultasen de demostrada nocividad y barbarie. El nazismo está totalmente proscrito en Europa y gran parte del mundo. La estela de destrucción y genocidios que produjeron la locura y egolatría de Adolfo Hitler condenaron para siempre su identidad y objetivos. Lo mismo ha de ocurrir con la tiranía de Trujillo que aplicó todas las formas perversas posibles para esclavizar a esta nación. Es inaceptable que se pretenda, en nombre de visiones anti históricas, colocar a Trujillo en un lugar digno en el presente. Y mucho menos que se quiera invocar para lograrlo el respeto a las libertades de expresión y participación política. Lo prioritario es invocar los horrores sin medida que se padecieron a causa del Trujillismo, todavía ilegal, para que esta sociedad se mueva siempre en el sentido de impedir que resurja.
REVISIONISMO HISTORICO
Por Carlos Báez .
"Existe un proceso de reescritura histórica, cuya finalidad es más política que científica. Lo que hoy se conoce como revisionismo es una reacción a la elaboración de la historia, concretándose en intentos de manipularla desde posiciones ideológicas.El Revisionismo histórico en la Argentina es una corriente orientada a modificar la visión de la historia ,defendiendo a los caudillos. “En España se ha manifestado en los últimos años de modo significativo en la reinterpretación de la II República, de la Guerra Civil y de la era franquista” Collage de información sobre el revisionismo tomado de Wikipedia.
El «revisionismo» siempre tiene posiciones «negacionistas» La reinterpretación de la historia tiene uso académico y peyorativo, este último concepto se pone de manifiesto cuando el fin es político.Los revisionistas peyorativos tienen características comunes de criterios y conceptos que utilizan. El diccionario wikipedia de internet tiene una larga lista de estos , de la que tomamos algunos para apoyar con base científica nuestra posición:
“Omisión de hechos, negación o burla de hechos conocidos, suposición de hechos no probados, declaraciones absurdas y sobre todo la solicitud excesiva de pruebas (debido a la compleja naturaleza de qué puede considerarse como prueba histórica, lo que difiere de una prueba lógica, los revisionistas con frecuencia piden a los historiadores que demuestren un evento el cual ha sido probado razonablemente por estándares históricos y aceptado como un hecho por la comunidad histórica” .
“Omisión de hechos, negación o burla de hechos conocidos, suposición de hechos no probados, declaraciones absurdas y sobre todo la solicitud excesiva de pruebas (debido a la compleja naturaleza de qué puede considerarse como prueba histórica, lo que difiere de una prueba lógica, los revisionistas con frecuencia piden a los historiadores que demuestren un evento el cual ha sido probado razonablemente por estándares históricos y aceptado como un hecho por la comunidad histórica” .
En países como Alemania y Austria el revisionismo del holocausto está prohibido y penalizado sobre todo cuando se trata de la negación, pues se considera teoría de conspiración antisemita y se entiende como ocultación de genocidio.
A PROPOSITO DE QUE HABLAN QUE EXISTE UNA HISTORIA MAQUILLADA SOBRE TRUJILLO
Franklin Franco Pichardo Historiador, sociólogo, profesor y político dominicano
SD. Franklin Franco no recuerda cuánto tiene siendo catedrático de historia en la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD). A sus 74 años, ya son muchos los años invertidos estudiando la evolución social. Al aproximarse los 50 años del ajusticiamiento del dictador Rafael Leónidas Trujillo, conversa con DL sobre esta época que provocó su exilio.
P. ¿Cómo recuerda la tiranía?
R. Esa época para mí es una época tenebrosa donde los dominicanos tenían que vivir muy comedidos en el hablar, incluso hasta en el transitar, en el modo de vida en sentido general, por la existencia de controles políticos que hoy resultan insospechados. En consecuencia, mis recuerdos de esa época no son nada agradables, por eso yo amo tanto el presente.
P. Pero se sigue hablando de ella. Se escriben libros, se hacen conferencias y debates, ¿es que Trujillo sigue "vivo"?
R. Yo no diría que sigue vivo, yo diría que la dictadura tuvo tan largo trayecto, fue tan extensa y fue tan terrible, que todo el mundo la recuerda... Hay dos corrientes; una corriente, la sincera, la que trata de explicar la realidad, que envuelve la historiografía, las narraciones, los testimonios, y recopilación documental, etcétera, y otra pequeña corriente, que es la corriente, digamos, la que intenta maquillar.
P. ¿Cómo así?
R. Maquillarla, presentárnosla como un período atractivo donde, y ésta es una cuestión que manejan mucho, la tranquilidad era una realidad apreciable.
P. ¿Quiénes estarían maquillándola?
R. Los descendientes, los hijos, familiares de los que fueron funcionarios que quedaron económicamente muy bien porque recibieron de la dictadura recursos económicos cuantiosos, muchos de ellos estudiaron también en el extranjero, y como sus padres fueron cómplices de participar en esta dictadura, ellos ahora tratan de presentar una imagen idílica.
P. ¿Qué no se ha dicho de la dictadura para que los jóvenes entiendan bien cómo fue?
R. Es que las presentes generaciones no tienen la información suficiente para poder darse una idea real de lo que fue aquello y, entre otras cosas, porque después de la desaparición física de Trujillo, fuimos gobernados durante 20 años por uno de los herederos e ideólogos fundamentales de aquel gobierno, y el período de la dictadura de Trujillo fue extirpado, fue secuestrado de la educación nacional... Bien mirado, lo que fue aquello y, evaluada la ignorancia que existe en la juventud sobre ese pasado tenebroso, la situación es trágica.
P. ¿Cómo fue su exilio?
R. Nací en la dictadura de Trujillo y comencé a tener y a recibir conocimiento real sobre el medio ambiente económico y político que me rodeaba por los propios acontecimientos que ocurrían a mi alrededor. Yo viví en San Francisco de Macorís en mi niñez y en parte de mi adolescencia, y yo conocí de la experiencia de uno de los asesinatos más horribles: la muerte de un niño de 15 años de edad que se llamó José Luis Perozo... fue asesinado cuando regresaba de un repaso de sus estudios a las siete u ocho de la noche... porque era hijo de una familia antitrujillista. Trujillo exterminó esa familia, a la familia Perozo, como exterminó a la familia Patiño... Yo creo que una altísima proporción de la población tuvo idénticas vivencias a las mías, sólo que el ambiente de terror no le permitía la adopción de una conducta opositora como yo la adopté.
P. Cuando mataron a Trujillo, ¿qué pensó?
R. Yo estaba en Estados Unidos, en Nueva York concretamente. Y para mí, ese ha sido uno de los días más felices de mi vida, con toda sinceridad. Yo tenía ya cinco años en el exilio y estaba siendo afectado por problemas sicológicos en mi desesperación por querer regresar y no poder.
P. Los exiliados y quienes arriesgaron su vida tenían un ideal de cambios, ¿valió la pena?
R. Hay mucho desencanto en el marco de los que vivieron el largo exilio porque, según ellos opinan, fue demasiado el sacrificio, fueron muchos los hombres que perdieron la vida para obtener al cabo de tan largo tiempo resultados tan precarios, porque en verdad vivimos en una democracia imperfecta y vivimos en un ambiente donde las conquistas sociales prácticamente resultan nulas.
P. A su juicio, ¿qué no se ha contado de la tiranía?
R. Creo que los puntos más oscuros desconocidos de la tiranía están alrededor de un supuesto desarrollo económico que recibió el país durante la Era, es un mito... y el también supuesto desarrollo cultural y educativo.
P. Pero se dice que Trujillo construyó edificios, carreteras, pagó la deuda externa...
R. Trujillo tenía el 60 por ciento de la propiedad industrial del país y casi el 70 por ciento de la propiedad agrícola de la tierra más favorable por la naturaleza para el uso en la agricultura, entonces ¿donde está el desarrollo económico de la nación? Pero, además, la distribución de la riqueza nunca resultó menos equitativa que durante la Era de Trujillo, los grados de miseria eran realmente espantosos y todo eso es una falacia, todo eso es mentira. ¿Quiénes han creado esa imagen? Los favorecidos durante la dictadura de Trujillo que luego alcanzaron el poder durante el régimen de Balaguer.
P. ¿Qué aconseja a las presentes y futuras generaciones?
R. Que fortalezcan sus conocimientos sobre el desarrollo histórico del país. Nada puede conducir a la adopción de una valoración certera de nuestra propia nación que el conocimiento de la historia.
P: ¿Estaría de acuerdo con que se traigan los restos de Trujillo desde España?
R: Yo creo que ese señor está descansando tranquilamente en tierra de Francisco Franco. Debe dejarse a ese personaje tranquilo.
"Nos han vendido una imagen maquillada del tirano y su gobierno"
Las presentes generaciones no tienen la información suficiente para poder darse una idea real de lo que fue aquello".
Cada 25 de noviembre en memoria de las hermanas Mirabal vía la resolución 50/134 aprobada por la Asamblea General de las Naciones Unidas el día 17 de diciembre de 1999, se celebra anualmente "El Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer" (o DIEVCM), P. ¿Cómo recuerda la tiranía?
R. Esa época para mí es una época tenebrosa donde los dominicanos tenían que vivir muy comedidos en el hablar, incluso hasta en el transitar, en el modo de vida en sentido general, por la existencia de controles políticos que hoy resultan insospechados. En consecuencia, mis recuerdos de esa época no son nada agradables, por eso yo amo tanto el presente.
P. Pero se sigue hablando de ella. Se escriben libros, se hacen conferencias y debates, ¿es que Trujillo sigue "vivo"?
R. Yo no diría que sigue vivo, yo diría que la dictadura tuvo tan largo trayecto, fue tan extensa y fue tan terrible, que todo el mundo la recuerda... Hay dos corrientes; una corriente, la sincera, la que trata de explicar la realidad, que envuelve la historiografía, las narraciones, los testimonios, y recopilación documental, etcétera, y otra pequeña corriente, que es la corriente, digamos, la que intenta maquillar.
P. ¿Cómo así?
R. Maquillarla, presentárnosla como un período atractivo donde, y ésta es una cuestión que manejan mucho, la tranquilidad era una realidad apreciable.
P. ¿Quiénes estarían maquillándola?
R. Los descendientes, los hijos, familiares de los que fueron funcionarios que quedaron económicamente muy bien porque recibieron de la dictadura recursos económicos cuantiosos, muchos de ellos estudiaron también en el extranjero, y como sus padres fueron cómplices de participar en esta dictadura, ellos ahora tratan de presentar una imagen idílica.
P. ¿Qué no se ha dicho de la dictadura para que los jóvenes entiendan bien cómo fue?
R. Es que las presentes generaciones no tienen la información suficiente para poder darse una idea real de lo que fue aquello y, entre otras cosas, porque después de la desaparición física de Trujillo, fuimos gobernados durante 20 años por uno de los herederos e ideólogos fundamentales de aquel gobierno, y el período de la dictadura de Trujillo fue extirpado, fue secuestrado de la educación nacional... Bien mirado, lo que fue aquello y, evaluada la ignorancia que existe en la juventud sobre ese pasado tenebroso, la situación es trágica.
P. ¿Cómo fue su exilio?
R. Nací en la dictadura de Trujillo y comencé a tener y a recibir conocimiento real sobre el medio ambiente económico y político que me rodeaba por los propios acontecimientos que ocurrían a mi alrededor. Yo viví en San Francisco de Macorís en mi niñez y en parte de mi adolescencia, y yo conocí de la experiencia de uno de los asesinatos más horribles: la muerte de un niño de 15 años de edad que se llamó José Luis Perozo... fue asesinado cuando regresaba de un repaso de sus estudios a las siete u ocho de la noche... porque era hijo de una familia antitrujillista. Trujillo exterminó esa familia, a la familia Perozo, como exterminó a la familia Patiño... Yo creo que una altísima proporción de la población tuvo idénticas vivencias a las mías, sólo que el ambiente de terror no le permitía la adopción de una conducta opositora como yo la adopté.
P. Cuando mataron a Trujillo, ¿qué pensó?
R. Yo estaba en Estados Unidos, en Nueva York concretamente. Y para mí, ese ha sido uno de los días más felices de mi vida, con toda sinceridad. Yo tenía ya cinco años en el exilio y estaba siendo afectado por problemas sicológicos en mi desesperación por querer regresar y no poder.
P. Los exiliados y quienes arriesgaron su vida tenían un ideal de cambios, ¿valió la pena?
R. Hay mucho desencanto en el marco de los que vivieron el largo exilio porque, según ellos opinan, fue demasiado el sacrificio, fueron muchos los hombres que perdieron la vida para obtener al cabo de tan largo tiempo resultados tan precarios, porque en verdad vivimos en una democracia imperfecta y vivimos en un ambiente donde las conquistas sociales prácticamente resultan nulas.
P. A su juicio, ¿qué no se ha contado de la tiranía?
R. Creo que los puntos más oscuros desconocidos de la tiranía están alrededor de un supuesto desarrollo económico que recibió el país durante la Era, es un mito... y el también supuesto desarrollo cultural y educativo.
P. Pero se dice que Trujillo construyó edificios, carreteras, pagó la deuda externa...
R. Trujillo tenía el 60 por ciento de la propiedad industrial del país y casi el 70 por ciento de la propiedad agrícola de la tierra más favorable por la naturaleza para el uso en la agricultura, entonces ¿donde está el desarrollo económico de la nación? Pero, además, la distribución de la riqueza nunca resultó menos equitativa que durante la Era de Trujillo, los grados de miseria eran realmente espantosos y todo eso es una falacia, todo eso es mentira. ¿Quiénes han creado esa imagen? Los favorecidos durante la dictadura de Trujillo que luego alcanzaron el poder durante el régimen de Balaguer.
P. ¿Qué aconseja a las presentes y futuras generaciones?
R. Que fortalezcan sus conocimientos sobre el desarrollo histórico del país. Nada puede conducir a la adopción de una valoración certera de nuestra propia nación que el conocimiento de la historia.
P: ¿Estaría de acuerdo con que se traigan los restos de Trujillo desde España?
R: Yo creo que ese señor está descansando tranquilamente en tierra de Francisco Franco. Debe dejarse a ese personaje tranquilo.
"Nos han vendido una imagen maquillada del tirano y su gobierno"
Las presentes generaciones no tienen la información suficiente para poder darse una idea real de lo que fue aquello".
LA DECISIÓN A MATAR LAS HERMANAS MIRABAL
EL ASESINATO
El Homicidio de las Hermanas Mirabal | ||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
Existían varias circunstancias que podían haber contribuido a la decisión de Trujillo a matar las hermanas Mirabal. Ella respresentaban un peligro para su régimen porque eran bien-conocidas y admiradas en todas partes del país. No importaba cuántas veces Trujillo las arrestaba ni cuántas de sus propiedades y posesiones él confiscaba; Minerva, Patria y Maria Teresa se negaban a dejar su misión de restaurar la democracia y las libertades civiles a la nación. Se sabía que a Trujillo, un hombre casado, le gustaba seducir a las muchachas jóvenes y mantenía a sus varias amantes en sus mansiones por todo el país. En la celebración de 1949 en San Cristóbal, Trujillo falló en su esfuerzo a seducir a Minerva. En su libro Tres Heroínas y un Tírano, Miguel A. García habla de esta conversación entre Minerva y el dictador mientras que bailaban: El asesinato de las hermanas MirabalFuente :abc.es
Actualizado Miércoles , 23-12-09 a las 19 : 42
El 25 de noviembre de 1960, los cuerpos de las tres hermanas Mirabal se encontraron en el fondo de un acantilado en la costa de la República Dominicana. Aquel acontecimiento, que fue vendido a la prensa como un trágico accidente por Trujillo, el dictador dominicano que dio la orden de acabar con ellas, contribuyó a despertar la conciencia entre la población, que culminó, seis meses después, con el asesinato del caudillo.
En honor a estas tres valientes hermanas asesinadas a garrotazos, que se habían convertido en auténticas heroínas de la lucha clandestina antitrujillista, se conmemora cada año en esta fecha el Día Internacional de la No Violencia Contra la Mujer, aprobado por la Asamblea General de las Naciones Unidas en diciembre de 1999, a propuesta de la República Dominicana con el apoyo de 60 países.
Patria, Minerva y María Teresa, así se llamaban las hermanas, nacieron y crecieron en el seno de una familia rural acomodada en el paraje de Ojo de Agua, en Salcedo, el municipio más importante de la provincia que se rebautizó más tarde, y en honor a ellas, con el nombre de Hermanas Mirabal.
Estas mujeres, que habían mostrado un interés muy temprano por los estudios, dedicaron gran parte de su corta vida a luchar por la libertad política de su país, oponiéndose firmemente a una de las tiranías más opresoras y duras que tenía Latinoamérica: la de Rafael Leónidas Trujillo, conocido también como «El Jefe», «El Generalísimo», «El Chivo» o «El Chapita», por su afición desmedida por las condecoraciones.
El mismo hombre, protagonista de uno de los más acusados cultos a la personalidad del siglo XX, que arrebató casi toda la fortuna a su familia cuando llegó al poder. Convencidas «Las Mariposas» –así era conocidas entre sus compañeros de lucha– de que Trujillo llevaría al país a un auténtico caos, decidieron formar el grupo de oposición «Agrupación Política 14 de Junio».
A causa de su persistente actividad rebelde, fueron encarceladas y torturadas en no pocas ocasiones, a pesar de los cual decidieron continuar luchando con el único objetivo de acabar con la dictadura.
Cuando «El Chivo» comprobó que la cárcel no era suficiente para detener aquella actividad clandestina, a la que cada día se iban uniendo más adeptos, decidió acabar con ellas. Eran los últimos años de la década de los 50, en los que se estaba despertando una fuerte inquietud social en toda América Latina, con la caída de varios dictadores y el triunfo de Fidel Castro.
Las hermanas Mirabal habían comentado a sus maridos, en una visita a la cárcel donde se encontraban recluidos, los rumores que circulaban en Salcedo sobre la posibilidad que sufrieran un «accidente», como se denominaba entonces a la manera que utilizaba el régimen de ordenar la desaparición de un opositor importante, con la supuesta intención de ocultar el crimen.
Uno de los esposos, Manolo, sugirió que debían acabar con los viajes y marcharse a Puerto Plata para evitar el paso por las carreteras, pero ya era tarde: la orden de asesinar a las hermanas ya había sido dada.
Cinco miembros del Servicio de Inteligencia Militar detuvieron el jeep en el que regresaban de la prisión, las introdujeron a empujones en un coche y las llevaron a un lugar previamente escogido, cerca de La Cumbre.
Eran aproximadamente las 19:30. Allí las mataron a golpes y colocaron sus cadáveres en el jeep, antes de arrojarlo por el precipicio.
Ciriaco de la Rosa, uno de los asesinos, lo contaría más tarde: «Después de apresarlas, las condujimos al sitio cerca del abismo, donde ordené a Rojas Lora que cogiera palos y se llevara a una de las muchachas. Cumplió la orden en el acto y se llevó a una de ellas, la de las trenzas largas (María Teresa). Alfonso Cruz Valerio eligió a la más alta (Minerva), yo elegí a la más bajita y gordita (Patria) y Malleta, al chofer, Rufino de La Cruz. Ordené a cada uno que se internara en un cañaveral a orillas de la carretera, separadas todas para que las víctimas no presenciaran la ejecución de cada una de ellas […] Traté de evitar este horrendo crimen, pero no pude, porque tenía órdenes directas de Trujillo y Johnny Abbes García. De lo contrario, nos hubieran liquidado a todos».
La informacion dada del hecho fue la siguiente : “en un accidente que se presume ocurrió cuando el conductor perdió el control del vehículo placa J-19488, y cayó unos 50 metros, deteniéndose en la margen del río Guazumal”. La realidad fue que estas damas fueron eliminadas a garrotazos y palos . Este vil asesinato fue la gota que lleno el vaso de la Dictadura Trujillista Así salió publicado en la prensa al otro díala reseña de "accidente " .La informacion dada del hecho fue la siguiente : “Trujilo le manda a Ciriaco de La Rosa, uno de sus criminales y esbirros más desalmados, como refuerzo para ejecutar la orden. Aun así, no la cumplieron en la primera acechanza. Y cuando Trujillo les reclamó, alegaron, con razón que en ese viaje fueron con niños"Porfirio Rodríguez afirmó que no sólo el dictador dio la orden para matar a Patria, Minerva y María Teresa Mirabal, sino que expresó que aunque viajaran con sus niños debían ser asesinadas junto con ellos. En un extenso comentario agregado debajo de la entrevista que Acento.com.do hizo al nieto del dictador Trujillo con motivo del 51 aniversario del ajusticiamiento, Rodríguez expresa su indignación por las afirmaciones del hijo de Angelita Trujillo, y sostiene que hasta el profesor Euclides Gutiérrez Félix, admirador y nostálgico de la dictadura, ha argumentado que nadie se atrevía a dar esa orden (de matar a las Mirabal), que no fuera el mismo generalísimo en persona. A continuación la respuesta de Porfirio Rodríguez a Luis José Ramfis Rafael Francisco Miguel Domínguez Trujillo, nieto del dictador. “Da vergüenza ajena ver a este nieto de Trujillo ufanarse sonriente porque, en el grado de abyección, cobardía y adulación a que Trujillo degradó parte del país, hubo hombres que le ofrecieron sus hijas o sus esposas al déspota. “Eso sólo es un ejemplo de la denigración en que se vivía y de las aberraciones a que el tirano llevo al país. "Trujillo ordenó que hasta si iban con niños los mataran y los tiraran también, pues se supone que sería un accidente"“¿Como puede decir que Trujillo era un nacionalista, si su carrera militar la inició poniéndose a las órdenes de un ejército invasor, bajo la bota del ejército yanki al que sirvió vilmente, persiguiendo a los patriotas que resistían, ellos sí con nacionalismo, a la funesta invasión norteamericana del 16 al 24?. “Ofende la inteligencia de los dominicanos al pretender decir que su abuelo no fue que ordenó asesinar a las hermanas Mirabal. ¡¡Por Dios!! “Es que hay que ser cínico y temerario para insinuar tal disparate (o hijos o nietos del asesino que tienen que vivir con esa vergüenza y estigma, que tienen que engañar y distorsionar para tener que conciliar sus conciencias). “Hay que ver el contexto en que Trujillo ordena ese horrendo crimen. Noviembre del 60. En julio había fracasado el atentado de asesinar al presidente Betancourt de Venezuela por parte de Trujillo. La OEA (incluyendo el gobierno yanki) le impuso sanciones económicas y diplomáticas totales a Trujillo y su régimen por ese atentado, desde agosto del 60. “Trujillo tuvo que hacer renunciar a su hermano Negro y coloca a Balaguer como presidente títere. “La mayoría de los trujillistas, viendo el bloqueo de la OEA y la posición de los norteamericanos veían que ya a Trujillo le quedaba poco. “Las cárceles seguían con jóvenes presos y la resistencia interna crecía. Los calieses le informaban a Trujillo de la resistencia, y la simpatía que generaban las hermanas Mirabal, a las que no les perdía la vigilancia. Ordena trasladar los esposos (de las Mirabal), presos en La Victoria, a Puerto Plata. Y ordena al SIM asesinarlas cuando vayan a visitar sus esposos. El propio Alicinio Peña Rivera, jefe del SIM de Santiago le dijo a Trujillo: “Jefe yo no tengo personal suficiente y capaz de matar a esas dos mujeres” (la orden original era contra Minerva y María Teresa). “Trujilo le manda a Ciriaco de La Rosa, uno de sus criminales y esbirros más desalmados, como refuerzo para ejecutar la orden. Aun así, no la cumplieron en la primera acechanza. Y cuando Trujillo les reclamó, alegaron, con razón que en ese viaje fueron con niños. “Después Trujillo ordenó que hasta si iban con niños los mataran y los tiraran también, pues se supone que sería un accidente. “Finalmente, en la ocasión que ocurrió, las acompañó su hermana mayor Patria y, al igual que el compañero Rufino de la Cruz, a todos los mataron a garrotazos y simularon el accidente. “El propio Euclides Gutiérrez, admirador y nostálgico de la dictadura, y que no desaprovecha cuanta oportunidad o resquicio encuentra para alabar algo de Trujillo, ha afirmado que decir que no fue Trujillo que ordenó y supervisó la ejecución de ese crimen es un disparate. Que aquí nadie tenía la autoridad de movilizar al SIM, coto cerrado bajo sus estrictas órdenes, para llevar a cabo un crimen tan horrendo y de tanta implicación política. “Ramfito se la pasa diciendo que la dictadura tuvo luces y sombras.... Eso lo tiene este gobierno y el de Hipólito (por cierto su primo, por los Domínguez y trujillista nostálgico confeso). “La era de Trujillo tuvo muchas más sombras que luces.. Es más, fue una LARGA NOCHE OSCURA QUE DURO 31 AÑOS y que hoy 30 de Mayo, Día de la Libertad, aunque tenemos muchas lacras e injusticias que superar, no podemos olvidar”. Porfirio Rodríguez CUANDO LAS MARIPOSAS NO VOLARON En honor al martirilogio de las hermanas Mirabal, Autor : TONY PINA Obligadas a punta de pistola a desmontarse del jeep Land Rover en el que regresaban a Salcedo por cinco matones que bloquearon el paso de la antigua carretera Duarte, con un carro “cepillo” atravesado en el puente Marapicá, las víctimas fueron metidas a empujones a una casa de adobe y caoba situada en las inmediaciones de La Cumbre.Allí, un día como hoy, hace 51 años, aguardaba a los matones el capitán Alicinio Peña Rivera para asegurarse que esta vez se cumpliera el macabro plan de asesinar a las hermanas Patria, Minerva y María Teresa Mirabal y de Rufino de la Cruz, no sólo un chofer, sino un amigo solidario de la familia, consciente del riesgo que asumía. Ciriaco de la Rosa, quien llegó a Santiago una semana antes para coordinar el crimen, asignó una víctima por cada uno de los cuatro matones, tras recibir la orden del exterminio impartida por Peña Rivera, a la sazón jefe en el Cibao del Servicio de Inteligencia Militar (SIM). A palos y con pañuelos apretados al cuello para apagar los quejidos, se consumó la matanza. Luego, tiran los cadáveres al jeep que fue empujado al precipicio, mientras, en la prisa de la impunidad, los asesinos huyeron del entorno cómplice. “Dos días después, en la página 9 del diario El Caribe, el periodista Domingo Saint Hilaire hijo, escribíaa desde Santiago una crónica con el lead de una pirámide construida con retorcidos datos policiales: “El conductor de un jeep y tres hermanas que viajaban como pasajeras murieron, al precipitarse el vehículo por un abismo de 50 metros de profundidad, en la vía que enlaza la carretera de Luperón con la autopista Duarte”. (El Caribe, página 9 del 27 de noviembre de 1960). Cuando se celebró el juicio a los asesinos, en junio de 1962, De la Rosa, parado ante el juez Osvaldo Soto, quien conoció el expediente instrumentado por el fiscal del Distrito Nacional, Rafael Valera Benítez, confesó fríamente: “Después de apresarlas, las condujimos al sitio cerca del abismo, donde ordené a Rojas Lora que se llevara una de las muchachas. Cumplió la orden en el acto y se llevó una de ellas, la de las trenzas largas (María Teresa). Alfonso Valerio eligió la más alta (Minerva); yo elegí a la más bajita y gordita (Patria), y Malleta, al chofer, Rufino de la Cruz. Ordené a Pérez Terrero que permaneciera en la carretera para que avisara si se acercaba algún vehículo o alguien que pudiera enterarse”. En esa ocasión en que declaró al tribunal, sin que en su ceño se advirtiera señal de arrepentimiento, acaso sí de satisfacción, el confeso asesino relató que se dirigió a Peña Rivera con la siguiente expresión: “Señor, misión cumplida”. En su libro “Trujillo y yo” (página 68), Jhonny Abbes García, que en ese entonces no dirigía el SIM porque estaba al frente de las agresiones contra la jerarquía católica, refiere que el general José René Román Fernández (Pupo), secretario de las Fuerzas Armadas, instruyó al mayor de la Marina, Candito Torres Tejada, titular interino del SIM, para que asumiera personalmente la operación. l Acciones previas a los asesinatos El 18 de mayo de 1960, Minerva y María Teresa fueron juzgadas y condenadas a tres años de prisión por “atentar contra la seguridad del Estado”. En el mismo juicio fueron condenados Manolo Tavárez Justo y Leandro Guzmán, esposos de Minerva y María Teresa. Los cuatro comenzaron a purgar sus condenas en la cárcel de La Victoria, pero el 9 de agosto, en un gesto extraño de la dictadura, las dos hermanas fueron puestas en libertad. A finales de ese mes, Manolo y Leandro fueron trasladados a la cárcel de Salcedo, aunque no habían transcurrido dos semanas cuando se les confinó en la cárcel de Puerto Plata, alegándose que el régimen había descubierto un arsenal de armas en manos de dirigentes del Movimiento Revolucionario 14 de Junio. En realidad, el plan criminal contra las hermanas Mirabal había sido puesto en marcha. Se buscaba eliminarlas en una de las visitas a sus maridos, plan que se frustró el 18 y el 22 de noviembre porque en ambas ocasiones los esbirros argumentaron que las Mirabal andaban en compañía de niños. De ahí que el propio Peña Rivera supervisara el fiel cumplimiento del plan. CIRIACO DE LA ROSA Jefe del grupo de matones Ciriaco de la Rosa llegó a Santiago en un “cepillo” del SIM el 15 de noviembre y ese mismo día constató a Ramón Emilio Rojas Lora, Alfonso Cruz Valerio, Néstor Antonio Pérez y Emilio Estrada Malleta, de origen cubano, para llevar a cabo los asesinatos.
Evelio Hernández: "Trujillo ordenó matar a las Mirabal"
Copiado de diariolibre Dijo que fue testigo de excepción de la orden que terminó con las tres hermanas
SANTO DOMINGO. El comandante constitucionalista Evelio Hernández reafirmó que Rafael L. Trujillo Molina ordenó a Johnny Abbes García dar muerte a las hermanas Mirabal. Con su afirmación contradice la versión de Angelita Trujillo, en el sentido de que Luis Amiama Tió, uno de los ajusticiadores del tirano, y Segundo Imbert Barreras habían tenido participación en la planificación y ejecución de ese crimen.
En una carta enviada a este diario, Hernández explica que fue testigo de excepción de la orden de ejecutar a las Mirabal por ser parte de la XII Compañía del Ejército Nacional, ubicada en San Cristóbal y donde existía un sistema de radio para la comunicación que recibía las instrucciones y órdenes confidenciales que daban los altos mandos de las Fuerzas Armadas. Hernández narra que el 25 de noviembre de 1960 se encontraba en la unidad de radio junto al sargento mayor Darío Piña cuando "entre las doce y doce y media (del día) llamaban insistentemente al capitán Alicinio Peña Rivera, quien estaba de puesto en Santiago, y se le preguntó: "Cuántos cocos tiene hoy la mata de cocos de Puerto Plata, y éste contestó: cuatro. Y la orden que siguió a la respuesta fue un tajante: túmbelos los cuatro". Al día siguiente, agrega Hernández, "la noticia de la muerte de tres de las hermanas Mirabal y del chofer del vehículo que las transportaba, Rufino de la Cruz, consternaba a toda la sociedad dominicana". "Inmediatamente concatené lo escuchado en la radio con la muerte de las tres heroínas y el chofer (pues era coherente que éstos fueran los cuatro cocos)", detalla Hernández. Otra prueba de su planteamiento es una conversación que sostuvo años más tarde con Porfirio Dante Castillo (Popi), subjefe de la Marina de Guerra, en la que participó también Ramón Montes Arache. Según la versión de Hernández, Popi les contó que Johnny Abbes le propuso una noche en una fiesta de la Marina, la eliminación física de Minerva Mirabal, por el nivel de agitación que mantenía en el Cibao central, pero él le respondió que no "mataba mujeres". Sostiene que ante la negativa de Popi, Abbes cambió de estrategia y gestionó que nombraran al capitán Basilio Camilio, un hombre de su confianza, como gobernador de Salcedo, tierra de las Mirabal. En su versión de los hechos, Hernández indica que "después de tomar posesión y de unos meses en el cargo, por mandato de Abbes, Basilio Camilio aprovechó otro encuentro con 'El Jefe' para reiterarle que si no hacía algo con Minerva Mirabal no se garantizaba el Cibao Central, a lo que Trujillo contestó: 'Hagan lo que sea'".
“Trujillo era un asesino político”
Euclides Gutierrez no esconde por sus comentarios y exposiciones su admiración por la figura de Trujillo,sin embargo es justo y desapasionado cuando analiza el caso del asesinato de las hermanas Mirabal .Del blog de José Peguero recogimos esta información, que a su vez él toma como fuente de opiniones vertidas por el abogado y politico en un programa de la emisora Z101.
Publicado en Noticias y más.. - Por José Peguero
El Martes, marzo 2nd, 2010
“Trujillo era un asesino político”, que rompió todos los límites de la prudencia, aseguró hoy el historiador, Euclides Gutiérrez Félix, al referirse en El Gobierno de la Tarde, de la Z101, a las afirmaciones que hace Angelita Trujillo en su libro “Trujillo, mi padre”.
Gutiérrez Félix rechazó la afirmación de que el asesinato de las hermanas Patria, Minerva y María Teresa Mirabal, a fines de 1960, fue ordenado por Luis Amiama Tió, uno de los conspiradores para matar al dictador dominicano, al entonces secretario de las Fuerzas Armadas,José René – Pupo – Román.
Aseguró que un crimen de esa naturaleza sólo podía hacerse en el país con el conocimiento y apoyo del dictador Rafael Leonidas Trujillo.
Dijo que la afirmación de la hija más pequeña del dictador es descabellada y consideró que “no se ha conocido un absurdo mayor” en torno a la historia dominicana.
Fuente: z101digital.com
Quién dio la orden de matar a las Mirabal fue Trujillo, según Joaquín Balaguer
Por Aquiles Julián
“Trujillo utilizó la simulación hasta para engañar a sus propios hijos”.
Joaquín Balaguer
El crimen de las hermanas Patria, Minerva y María Teresa Mirabal y el chofer Rufino de la Cruz a manos de sicarios del Servicio de Inteligencia Militar, SIM, ocurrió el 25 de noviembre del 1960 mientras Joaquín Balaguer fungía de presidente títere de la tiranía.
Balaguer había asumido la indecorosa posición el 3 de agosto de 1960, en una jugarreta destinada a aparentar una liberalización del país, tras las sanciones impuestas por la OEA a nuestra república debido al atentado a la vida del presidente venezolano Rómulo Betancourt.
Frente al intento renovado de los nostálgicos de la tiranía por confundir y engañar a dominicanos ingenuos que desconocen la verdad histórica, queriendo atribuir la responsabilidad de ordenar el crimen a uno de sus ajusticiadores: el Lic. Luis Amiama Tió, calumnia que aparece formalmente registrada en el libelo “Trujillo, Mi Padre en Mis Memorias”, que firma su hija Angelita Trujillo, es oportuno recurrir a un testimonio muy oportuno, el del presidente títere en ejercicio para cuando sucedió la tragedia.
Calumniar, mentir y desinformar son viejos recursos trujillistas en que todos los serviles a aquella satrapía pulieron sus dotes.
De hecho, Balaguer mismo se llevó montones de secretos a la tumba, porque era cómplice de muchas de las inconductas de aquel régimen. Pero hubo ocasiones en que quiso deslindar responsabilidades.
Como este crimen horrendo aconteció bajo su presidencia nominal, buscó aclarar con esa particular tesitura suya de dar a entender y señalar indicios, propia de quien elude incriminarse más de la cuenta.
EL LIBRO PENDIENTE DE BALAGUER
Balaguer mismo dejó un libro que todavía no ve la luz, aunque anticipó algunos capítulos en su obra “La Palabra Encadenada”: es su libro sobre la tiranía trujillista.
Balaguer mandó que ese libro se publicara, si es que alguna vez ve la luz, veinte años después de su muerte, es decir, a partir del 2022.
Sin embargo, publicó algunos capítulos. Esas páginas son un verdadero retrato más que de Trujillo de la profunda distorsión moral del propio Balaguer, atrapado en la colaboración servil a un criminal frente al cual padecía tanto atracción como repulsión. Y esa doblez permea cada palabra, cada adjetivo.
Triste destino de quienes venden, como él, su alma al diablo literalmente.
El libro que previsiblemente se publicará será un monumento a la inmoralidad de una intelectualidad que arrojó valores, principios, cordura y decencia tras puestos, canonjías y migajas, y que no vacilaron en convertirse en calieses y sicarios.
Balaguer se emplea a fondo para mostrar que su abyección no fue exclusiva, que fue común a muchas otras figuras que luego quisieron venderse como decentes, impolutas, sanas.
Por ejemplo, un párrafo sirve para mostrar a su cofrade, el historiador Emilio Rodríguez Demorizi, en su papel de calié.
Hablando sobre la Carta Pastoral que la iglesia católica hizo leer en las iglesias el 25 de diciembre de 1959 y que encendió la irá de Trujillo y marcó el comienzo de su descalabro total, Balaguer, que era un maestro de las inferencias y las connotaciones, que empleaba con suma meticulosidad las palabras, escribe: “La primera noticia se la dio por teléfono (a Trujillo, AJ), Virgilio Álvarez Pina, quien a su vez la obtuvo de boca de Emilio Rodríguez Demorizi” (La Palabra Encadenada, Pág. 310).
Ese “la obtuvo de boca de Emilio Rodríguez Demorizi” señala a aquel como calié del régimen, algo que todo funcionario de la Era lo era, pues era una precondición para tener una posición pública el ser calié. No hubo nadie en la administración pública que no lo fuera, incluyendo al propio Balaguer.
BALAGUER, DE PUÑO Y LETRA, SEÑALA A TRUJILLO COMO MANDANTE DEL CRIMEN
Personalidad tortuosa y amiga de la teatralidad y el disimulo, Trujillo gustaba de jugar con la inteligencia de los demás y mantenía una farsa continua.
Balaguer lo pinta en una frase concisa: “Fingía a toda hora y en todas las ocasiones”.
Entonces, nos cuenta el asunto que nos interesa: la responsabilidad de Trujillo en aquel crimen inmundo.
Leamos a Balaguer:
“Sus simulaciones eran muchas veces cínicas. Cuando las hermanas Mirabal fueron asesinadas y se hizo pública la especie de que habían perecido en un accidente en la carretera Luperón, Trujillo llamó a su residencia de Fundación al mayor Cándido Torres, encargado en esos momentos de los Servicios de Seguridad. “¿Qué hay de nuevo?” , le preguntó con aire despreocupado. Cuando el interpelado empezaba a informarle sobre las últimas novedades del departamento a su cargo, Trujillo lo interrumpió para decirle: “Y no sabe usted que las hermanas Mirabal han sufrido un accidente y que es posible que ese crimen se achaque al Servicio de Inteligencia, como ocurre cada vez que muere alguien señalado por el rumor público como enemigo del Gobierno? Váyase seguido y adopte las medidas que sean de lugar para que ese acontecimiento casual no se tome como pretexto para un escándalo”. El Mayor Torres salió de allí confundido. La muerte de las hermanas Mirabal había sido largamente elaborada. La orden había llegado hasta el Servicio de Seguridad, pero los mismos sabuesos que se habían formado en esa escuela de crímenes habían retrocedido ante esa monstruosidad. Johnny Abbes García, cerebro diabólico que introdujo en el presidio de “La Cuarenta” los sistemas de tortura más odiosos, escurrió el bulto a semejante iniquidad y precipitó con ese fin el viaje que hizo a fines de 1960 a Chevoslovaquia y a otros países situados tras la Cortina de Hierro. El Secretario de Estado de las Fuerzas Armadas, general José Román Fernández, a través de quien fue transmitida la orden, tuvo que hacer uso de toda su autoridad para que se cumpliera el hecho horrendo. Una vez consumada la iniquidad, sin duda el más repugnante de los crímenes realizados durante la Era de Trujillo, el responsable del hecho se presentaba ante sus propios esbirros como un ser inocente que había sido abrumado por la noticia. Algunos días después, pasando frente al precipicio en que las tres hermanas fueron victimizadas, Trujillo hizo detener su automóvil para decir a su acompañante, el señor Virgilio Álvarez Pina: “Aquí fue donde murieron las hermanas Mirabal. Qué Dios las tenga en gloria” (La Palabra Encadenada, Págs.316-318).
La narración de Balaguer muestra claramente quién ordenó el crimen: el propio Trujillo, al que llama “el responsable del hecho”. Si alguien sabía eso, era Balaguer, en cuya presidencia aconteció el crimen.
UN LAPSUS LINGUAE DE TRUJILLO
Sigmund Freud describió en su libro “Psicopatología de la vida cotidiana” el lapsus linguae, el error involuntario al hablar que ponía en evidencia una verdad que el individuo hablante intentaba reprimir y ocultar.
El lapsus linguae, el resbalón de lengua, declara inconscientemente aquello que el perpetrante persigue ocultar. Su habla lo traiciona.
Y Trujillo, en el relato de Balaguer, incurre en uno.
Cuando le dice al Mayor Cándido Torres, mismo que había cursado la orden para asesinar a las Mirabal que provenía de él, de Trujillo: “¿Y no sabe usted que las hermanas Mirabal han sufrido un accidente y que es posible que ese crimen se achaque al Servicio de Inteligencia, como ocurre cada vez que muere alguien señalado por el rumor público como enemigo del Gobierno?”, Trujillo se denuncia a sí mismo al calificar de crimen lo que él mismo antes tildaba de accidente.
Su inconsciente lo traicionó.
Balaguer recogió y preservó la conversación para la posteridad.
Y puso en ella la evidencia de la culpabilidad del propio Trujillo en el crimen, pese a su teatralidad y a su simulación.
Quería que se supiera bien quién era el responsable, de forma que esa sangre no le salpicara, algo que él no podía impedir porque era una de las principales figuras del régimen que asesinó a las Mirabal y la sangre de esas mártires también a él lo embarra.
UN ESTADO ASESINO Y DE ASESINOS
La tiranía trujillista instaló un Estado asesino, integrado por asesinos y servidores de asesinos.
Nadie escapó a esas responsabilidades.
El mismo Balaguer, cómplice de Trujillo y presidente nominal por entonces del país, escribe que “La muerte de las hermanas Mirabal había sido largamente elaborada”...
DEL ARTICULO REVISIONISMO HISTORICO Y TRUJILLO Por Carlos Báez "Trujillo se inicio en el poder con el crimen de una mujer la esposa de Martínez Reyna estando embarazada , con su gente mató miles por razones políticas ,torturó ,desapareció ,”accidento” y colmó de terror a todos los que no le amaban con fé y devoción en 31 años.Por ultimo para coronar su “maravillosa” administración, terminó su régimen así como comenzó: eliminando mujeres ,con el crimen horrible de las hermanas Mirabal que cada 25 de Noviembre cumple un año mas de triste recordación .Inspirado en esto se creó en 1999 el día internacional de la no violencia contra la mujer. Contrario a las mentiras que han dicho últimamente sobre este horrendo ,atroz y desafortunado hecho como parte de la revisión peyorativa de la historia particular de la familia del dictador ,su pariente , amigo y colaborador de toda una vida Don Virgilio Alvarez Pina (Don Cucho )dice en relación a este vulgar asesinato en la pagina 151 de sus memorias : “Trujillo se refería a esto como un acontecimiento ajeno a su voluntad, pero los que le rodeábamos sabíamos que ordenes de esa naturaleza no podían provenir de ninguna autoridad inferior al arbitro nacional y mucho menos producirse sin su consentimiento expreso” ¿Qué fue de los asesinos de las Hermanas Mirabal?Eva AlvarezEl 27 de junio de 1962, comenzó el juicio contra los asesinos de las Hermanas Mirabal. Después de más de treinta sesiones, el 25 de noviembre de ese mismo año la Cámara Penal Nacional dominicana condenó a Manuel Alfonso Cruz Valerio, Emilio Estrada Malleta y Ramón Emilio Rojas Lora a 30 años de prisión y trabajos públicos y a Ciriaco de la Rosa, Néstor Antonio Pérez Terrero, Víctor Alicinio Peña Rivera y Cándido Torres Tejada (prófugo) a 20 años de prisión y trabajos públicos.
Durante la Revolución de 1965, el ex jefe de la marina de guerra y por aquel entonces militar constitucionalista Manuel Ramón Montes Arache tuvo a bien poner en libertad a Peña Rivera. Ex jefe del SIM en el Cibao, hubiera salido de la República Dominicana tras el ajusticiamiento del tirano con los Trujillo de no haber sido detenido por el general Pedro Ramón Rodríguez Echavarría. Pocos meses después, el resto de los asesinos serían puestos en libertad por el entonces coronel Neit R. Nivar Seijas. Ninguno de los asesinos de las heroínas de Salcedo cumplió más que cuatro años de prisión.
¿Qué ocurrió, tras su puesta en libertad, con los asesinos de las Mirabal?
Victor Alicinio Peña Rivera: Gracias a sus contactos militares, logró escapar hasta Puerto Rico. Más tarde se radicó en Estados Unidos, concretamente en Miami. Se dedicó a vivir de las rentas dictatoriales, escribiendo sobre Trujillo y el play-boy y maltratador de mujeres Porfirio Rubirosa. Llegó incluso a volver a la República Dominicana, presumiendo de su conciencia tranquila y categoría de mandado, ofreciendo entrevistas a todo el que lo quisiera escuchar. Sus víctimas y el pueblo solidario reaccionaron con coraje y abandonó el país con protección y trato de favor. Murió de cáncer en Puerto Rico durante el año 2001.
Ciriaco de la Rosa: Se mudó a Lawrence con Estrada Malleta, ludópata al igual que él, terminando a mal por líos de juego. Siendo entrevistado, mantuvo la actitud victimista del juicio, dando a entender que él no tuvo otro remendio que actuar según órdenes. Lo que olvidó este mentiroso patológico, fue mencionar otros de sus funestos crímenes, como los de Juan Tomás Díaz y Antonio de la Maza, por poner alguno entre tantos ejemplos. Sus hijos también lo calificaron de excelentísimo padre y sus vecinos destacaron que siempre saludaba. Murió en el mismo Lawrence durante 2002.
Candito Torres: Fue el único que nunca entró en prisión. Salió de República Dominicana con los Trujillo, no siendo nunca extraditado. No me consta que haya muerto en La Vega, como por ahí he llegado a leer, inclinándome más por la opción de que aún vive en Estados Unidos.
Cruz Valerio: No he logrado averiguar nada de él, pero al igual que Ciriaco de la Rosa y otros demonios de la dictadura trujillista se cambiaron el nombre; probablemente éste hiciera lo mismo.
Estrada Malleta: Tras su pelea con Ciriaco de la Rosa, se trasladó a vivir a Miami. Cubano de Batista -lo que comunmente conocemos como gusano-, también modificó su identidad a posteriori. Se comenta que pudo morir en los últimos años, noticia no confirmada.
Rojas Lora: Continuó viviendo en República Dominicana. Pese a las murmuraciones, nadie se atrevió a hacerle nada. No le dio buena vida a su familia, dejándolos llenos de problemas y sin un centavo. Murió a consecuencia de una caída en el barrio de Los Mina, uno de los más pobres y conflictivos de Santo Domingo, hace algunos años.
Pérez Terrero: No sé mucho de su vida, lo único que me consta es que ya murió.
Lo que me pasma es que nadie tuviera las agallas de volver a enjuiciarlos -consecuencias de que aún muchas manos manchadas de sangre permanezcan en posiciones privilegiadas-, de devolverlos a la cárcel -de donde nunca debieron salir-, ó de hacerles probar directamente de su propia medicina.
VISION HISTORICA DEL REGIMEN El 25 de Noviembre fue declarado como el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. La fecha fue elegida como conmemoración del brutal asesinato en 1960 efectuado por orden del dictador Rafael Trujillo (1930-1961) de las tres hermanas Mirabal :Patria ,Minerva y Maria Teresa . Activistas políticas de la República Dominicana. La informacion dada del hecho fue la siguiente : “en un accidente que se presume ocurrió cuando el conductor perdió el control del vehículo placa J-19488, y cayó unos 50 metros, deteniéndose en la margen del río Guazumal”. La realidad fue que estas damas fueron eliminadas a garrotazos y palos . Este vil asesinato fue la gota que lleno el vaso de la Dictadura Trujillista ,la ceguera creada por la desinformacion ,la promocion del culto a la personalidad del tirano que subyugaba la psicologia del pueblo y el terror impuesto por su regimen ,empezo a flaquear ante esta ignominia y la gente desperto. Trujillo fue - ¡ por fin! - ajusticiado a tiros la noche del 30 de mayo de l961................... Mary Jerez "Qué si fuere mil veces esclava otras tantas ser libre sabrá”. MONUMENTO A LOS HEROES DEL 30 DE MAYO. Silvano Lora Luego de decapitada la dictadura empezó a organizarse el país, entonces en junio de 1962 se realizo el juicio por el vil asesinato de las hermanas Mirabal y el chofer Rufino de la Cruz. "Los autores materiales del cuádruple crimen, Ciriaco de la Rosa, Alfonso Cruz Valerio, Emilio Estrada Malleta, Ramón Emilio Rojas Lora y Néstor Antonio Pérez ,como complices :fueron juzgados Sandito Almonte, Cándido Torres Tejada (Ausente en el juicio), jefe de Operaciones del Servicio de Inteligencia Militar en la estación Central en Ciudad Trujillo, Víctor Alicinio Peña Rivera, jefe de Operaciones del SIM en el Cibao, Silvio Antonio Gómez Santana, Viterbo Alvarez (Pechito), Pedro Peña Ortiz y David Olivero". La mayoría de estos fue condenado a 30 años de prision ,a excepción inexplicablemente de Ciriaco de la Rosa que le dieron 20. Muy corto tiempo despues con la ayuda de grupos militares Trujillistas fueron provistos de pasaportes y sacados del país. "Muchos de ellos han muerto en distintas circunstancias, otros , muy pocos, se encuentran vivos gozando de la impunidad que les permitió la complicidad oficial y un pueblo con ansias de libertad y a veces un poco olvidadizo".Arq.Raffi Genao ALGUNAS HISTORIAS SOBRE TRUJILLO Trujillo fue acusado de cuatrero ,violador y otros delitos El primer asesinato de la Era de Trujillo en el año 1930, sucedió en Sosúa, Puerto Plata; lo fue el agricultor José Joaquín Pelegrín (a) Culula. Trujillo hizo matar a Martinez Reyna y su esposa embarazada Con posterioridad a la muerte de Cipriano Bencosme por ordenes de Trujillo en 1930 , varios miembros de su familia fueron asesinados, entre ellos Sergio en el 1935 en Nueva york ,mas tarde Toribio y Donato Bencosme. En 1931 Trujillo dispuso el asesinato del senador Desiderio Arias. La misma noche del crimen se personó en la casa del difunto y, sentado junto al ataúd, veló hasta la mañana siguiente cuando decretó tres días de duelo nacional. Algunos hasta han dicho que era tan malo que no podía ser humano , que era un dictador reptiliano.El 28 de septiembre de 1937 en la mañana se inicio al sur de Dajabon el exterminio de los residentes haitianos, los mataban con cuchillos, palos y machetes con la intención de que pareciese un motín llevado a cabo por campesinos dominicanos.intensificándose y expandiéndose a partir del 2 de octubre. Entre 12,000 y 25,000 nacionales haitianos fueron asesinados en esta matanza, las cifras no son exactas debido al clima de especulación preponderante en la época...la matanza de haitianos continuo hasta el 15 de noviembre de forma disminuida y esporádica" Wanda Andujar .Monografia sobre el tema . EN EL TERREMOTO DEL 46Dos señores, muy conocidos por su militancia antitrujillista, fueron detenidos y acusados por la Policía de haber sido los que propagaron los rumores de que el mar estaba entrando en la capital. Ambos fueron condenados a seis meses de prisión correccional “por vagos y por alterar la paz pública”. Jesús de la Rosa . Entre los muertos de la invasion de Luperón en 1949 estaban: Gugu Henríquez “Dominicano” Hugo Kunhart “Dominicano” Salvador Reyes Valdez “Dominicano” Manuel Calderón Salcedo “Nicaragua” Alejandro Celva “Nicaragua” Humberto Ramírez “Nicaragua” Alfonso Leyton “Costa Rica” El 8 de Diciembre de 1950, agentes encubiertos al servicio de Rafael Leónidas Trujillo se presentaron en casa número 8 de la calle Cervantes, en el reparto Sevillano en la Habana Cuba, secuestraron a Mauricio Baez , y nunca más se le volvió a ver. Andres Requena desaparecio misteriosamente en Nueva York en 1952 El 12 de marzo de 1956 se secuestro por orden de Trujillo Jesus de Galindez ,nunca aparecio. José Almoina, autor de la obra “Una Satrapía en el Caribe” quien fue “atropellado” por un automóvil en México en 1957 exclamando al morir: “Fue Trujillo”. Despues de sufrir las mas crueles e inimaginables torturas,más de doscientos fueron fusilados en la 40 a raiz de la invasion del 14 de junio de 1959 Entre el 29 y el 30 de enero de 1960 fueron asesinados 27 jovencitos que provenían de los barrios de Pueblo Nuevo, Marilópez, Nibaje y el Callejón de San José de Santiago. Su líder, Wenceslao Guillén enfrentó las torturas y la muerte Hoy, cuarenta y siete años después, muchas madres no saben dónde están las tumbas de sus hijos. Porque quien sabe donde reposan los restos mortales de: Wenceslao Guillén.Luis Prud Home- El Haitianito.Pedro Jaime Tineo Tejada.Jorge Marín.Henry Stresse Cepeda- El Alemán.José Emilio Soriano- Chepe.Porfirio Gómez.Manuel Medina.Ramón Mejía.Manuel Ramón Liviano- El Chino-.Napoleón Sánchez Cabreja.Manolito González.Victor González Pardi.Miguel Ramírez.Roque Peña.José Camilo Disla.Jorge Khoury.Guarino Jiminián.Manuel Antonio Arias Villamán – El Locutor.Anastasio Sudi Díaz - Millan-Domingo Russo.Eugenio Perdomo Ramírez". Apuntes de Ramon Antonio Veras . El 24 de junio de 1960 se efectuo el atentado ordenado por Trujillo contra el presidente de Venezuela Romulo Betancourt ,este "salió de entre las llamas de su vehículo con la cara y las manos llagadas por el fuego ,parecio la explosión de 100 kilos de dinamita ,se volcó e incendió el auto que iba delante y el del mismo Betancourt, resultando muertos el coronel Ramón Armas Pérez, jefe de la Casa Militar, otro oficial y el chofer del Presidente" "La criminal acción, preparada por Johnny Abbes García, se ejecutó con una bomba de alto poder explosivo accionada por micro-ondas, colocada en un automóvil estacionado en una calle" J.Armando Lora. El 25 de Noviembre de 1960 ocurrio el brutal asesinato de las hermanas Mirabal ,ordenado por el tirano .Este acto abominable empezo a despertar la conciencia del pueblo Dominicano y asi seis meses despues se decapito la dictadura con el ajusticiamiento el 30 de mayo del sanguinario dictador Rafael Leonidas Trujillo Molina . EL COMPLOT DEL 30 de MAYO MUERTO EL PERRO SE ACABO LA RABIA Dos grupos complotaban para eliminar la tirania. El de Santo Domingo liderado por Juan Tomás y Modesto Díaz y el de Moca por Antonio de la Maza . El complot se habia realizado en dos partes:La eliminación de Trujillo y luego el Golpe de Estado para celebrar elecciones libres . LOS HEROES DEL 30 DE MAYO Antonio de la Maza,Salvador Estrella Sadhala,Huascar Tejeda,Roberto Pastoriza ,Antonio Imbert Barreras, Pedro Livio Cedeño , ,Amado Garcia Guerrero,Juan Tomas Diaz ,Luis Amiama Tio, Miguel Angel Baez Diaz y Modesto Diaz Este grupo de valientes son los héroes del 30 de mayo .Los primeros ocho mencionados fueron el grupo de acción que jugo un papel de principalía y coraje en el malecón de Santo Domingo, enfrentándose a tiros con el hombre mas fuerte del país .Los otros cuatro fueron los tácticos y hacedores de seguimiento al complot . Cabe destacar a Tunti Cáceres como parte del grupo de acción, quien fungiera como volante en las simulaciones previas al hecho, por razones fortuitas del destino esa noche estuvo en Moca y se acostó a dormir temprano para estar descansando, todos pensaban que el día después del hecho era la fecha esperada, pero el 30 de Mayo era cuando el universo fluía para que se ajusticiara al tirano y así se diera inicio al comienzo de la libertad y la democracia en República Dominicana. Lograr esto bajo el régimen de terror que se vivía en el país fue una verdadera hazaña, que no se habría ejecutado sino hubiese sido con el concurso y la colaboración de muchos hombres y mujeres que trabajaron tras bambalinas luego de que el plan del complot de De la Maza y Juan Tomas Díaz se elaborara. ALGUNOS DETALLES SOBRE EL REGIMEN DEL DICTADOR TRUJILLO "Su megalomanía es proverbial. Por la época de la celebración de los 440 años de fundación de la capital, Santo Domingo la ciudad más antigua de América, bautizada así por Bartolomé Colón, el Generalísimo decidió cambiarle el nombre por el de Ciudad Trujillo, denominación que subsistió, desde enero de 1936, durante el siguiente cuarto de siglo. Similar suerte corrió la montaña más alta de la isla, conocida desde entonces como Pico Trujillo. En la ciudad se yerguen altaneras 1.217 estatuas de Trujillo, esculpidas, moldeadas y fundidas en toda clase de materiales nobles, y en toda las posiciones imaginables: a caballo, con toga, pedestres, heroicas. En cada hogar dominicano, una placa votiva reza: En esta casa, Trujillo es el jefe "El tiempo.com "Nombrado a los siete años de edad coronel del ejército, Ramfis Trujillo Martinez se convirtió a los diez en general, alcanzando durante la Feria de la Paz y la Confraternidad del Mundo Libre el grado de teniente general". La otra fiesta del chivo .Luis Morillo Vilchez. "Todo articulo, discurso o conferencia, aun cuando sea en la Universidad, tiene que comenzar allí con el encendido elogio para el Benefactor, y ay! Del que así no lo hace, porque su nombre será agregado prestamente a la lista negra”. Y no solamente exige que se diga que todo es obra suya y gracia a él, sino que ya hasta de las obras de Dios se ha incautado. Hay elocuentes letreros que dicen: “Trujillo es el único que te da agua”. Hasta ahí llega su enfermo afán de apoderarse de lo ajeno..” “Todo empleo por insignificante que sea, tiene que serle solicitado directamente por carta” “Encarcelar, golpear hasta bañarlo en sangre; torturar hasta la muerte; matar por la espalda, son cosas tan corrientes en la dictadura de Trujillo, como la salida o puesta del sol” “Muchas veces matan a alguno a balazos o le cortan la cabeza y entonces, son tan cínicos que le taponan los orificios de los balazos con algodón y le cosen la cabeza, y le mandan el cadáver a la familia, informándole que murió de fiebre en el hospital: como sucedió en el caso del Coronel Blanco (Blanquito)” Libro Yo acuso 1946 de Carmita Landestoy El control del “Jefe” era absoluto, cualquier sospechoso de conspiración o deslealtad podía terminar de huésped de “La 40”, “El 9”[12] o víctima de los más crueles tratos en el manicomio del Km 28. Unos lograban sobrevivir a las torturas ideadas por Johnny Abbes[13] y sus secuaces, los que no, eran arrojados a los tiburones en las inmediaciones del matadero de reses de la Autopista Sánchez. Nadie parecía escapar a la mirada inquisitiva del Jefe, que mantenía su régimen de “orden y paz”a través de una impresionante red de espías que controlaban los movimientos de todos: el limpiabotas, el vecino o el compañero de trabajo podían ser pagados por las huestes de Chapita[14]. El temor cobraba formas inusitadas, así durante la estancia de un grupo de exiliados anarquistas en las colonias agrícolas de la provincia de San Juan de la Maguana, los campesinos alertan a los españoles de los peligros que entraña hablar de Trujillo. No hay hora del día, ni sitio que escape a su control, cuando la red de caliés[15] deja de trabajar, los poderes sobrenaturales vienen en su auxilio, pues el Jefe durante las noches “manda a las brujas” a escuchar las conversaciones.[16] Cada día la gente esperaba con ansía el periódico para revisar con mano temblorosa la sección de “El Foro Público”, columna que rezumaba el malestar de Trujillo destruyendo reputaciones y condenando al ostracismo a los que caían de su gracia y pasaban a engrosar la funesta lista de los “desafectos”[17].Trujillo Mito y emblematica de una dictadura.Paola Torres de la Cruz .Trujillo es sencillamente Trujillo o mejor el jefe .J.Castellanos Regularmente las patrullas militares que recorrían la ciudad exigían a los ciudadanos “los tres golpes”: • La cédula de identificación personal. • El papel de certificación de haber hecho el servicio militar obligatorio. • El carnet de miembro del PD, conocido popularmente como “la palmita”. Quien no tuviese estos tres documentos podía ser acusado de delito de vagancia "¿Sabía usted que Trujillo, aquel pedazo de analfabeto, fue nombrado doctor honoris causa por la Universidad de Pittsburgh? Lo más curioso es que los sobornos que pagó para conseguir el título los sacó de unos fondos especiales que los judíos norteamericanos le habían dado para que acogiera a judíos europeos fugitivos del terror nazi", denuncia Manuel Vázquez Montalbán en Galíndez, donde se relata el secuestro .La dinastia Trujillo Existía una orden del Dictador Trujillo de exigir que en todas las casas Dominicanas tuvieran el cartel que decía: "En esta casa Trujillo es el jefe" Los dominicanos que nacimos entre 1930 y 1961 nacimos en La Era. Los que nacimos en La Era aprendimos desde la cuna a hablar poco y callar todo. Los que nacimos en La Era sabíamos por ósmosis que vivíamos en el terror. Lo sabíamos aunque nadie nos lo explicara. Los que nacimos en La Era recordamos tiempos tan apacibles que tenían que ser un mito. Y así era. Debajo de esa engañosa tranquilidad había un tumulto de horrores y temor que lo empañaba todo. Y aún así vivimos una niñez dorada... ESTE ES EL SITIO PARA RECORDAR LOS SUCESOS POSTERIORES AL AJUSTICIAMIENTO DE TRUJILLO Y LOS HECHOS DE LA HACIENDA MARIA El día 19 de noviembre fue publicada la foto de la “perrera” de donde supuestamente habían escapado los seis presos que fueron asesinados. 30 Mayo 2011, 12:15 AM Trama criminal. El plan orquestado por Ramfis y sus colaboradores más cercanos conllevó el asesinato de tres policías que fueron usados como señuelos para simular que eran custodias de los presos “fugados” Escrito por: SORANGE BATISTA (s.batista@hoy.com.do) (1 de 2) La sed de venganza por el ajusticiamiento del tirano Rafael Leónidas Trujillo, ocurrido un día como hoy, hizo rodar la sangre de hombres que, a fuerza de coraje, decidieron ponerle fin a la satrapía que por 30 años martirizó a la República Dominicana. A su hijo Ramfis Trujillo solo le bastaron 48 horas para ejecutar en noviembre del año 1961 lo que constituyó el último gran crimen del régimen, cuando en una orgía de sangre y alcohol él y sus colaboradores acribillaron en la Hacienda María a los seis conjurados que habían sido apresados por matar a “El Jefe”. El hecho fue el resultado de toda una trama orquestada, dirigida y ejecutada por el propio Ramfis, quien, con el poder que mantenía, pasó por encima de todo obstáculo legal que le impidiera realizar sus planes. La trama. El 17 de noviembre de 1961 Ramfis encomendó a su cercano colaborador y cuñado José León Estévez (Pechito) que agenciara el traslado de los presos que estaban recluidos en la cárcel de La Victoria, con la excusa de realizar un descenso en el lugar donde mataron a Trujillo. Esto así porque el plan inicial era matar a Huáscar Tejeda, Pedro Livio Cedeño, Roberto Pastoriza, Tunti Cáceres, Salvador Estrella Sadhalá y Modesto Díaz en el mismo sitio donde cayó el tirano. De acuerdo con interrogatorios contenidos en el expediente del proceso judicial que siguió a esos hechos, León Estévez tramita la solicitud al jefe de la Policía, Marcos Antonio Jorge Moreno, para que pidiera al fiscal del Distrito Nacional, Fabio Rodríguez, que “de orden superior” autorice el traslado, pero éste le respondió que ya esa acción no le correspondía porque el caso había adquirido una providencia calificativa que lo enviaba a juicio. Jorge Moreno responde con esos argumentos a León Estévez pero éste no entendió la justificación, y entonces el jefe policial se dirige al procurador general Porfirio Basora, que le explica lo mismo y, a su solicitud, le dicta un memorándum (que tomó su asistente José Morillo López) en que le detalla las razones jurídicas que impedían el traslado. Según narró Jorge Moreno, esa acción enfureció aún más a Ramfis y próximo a las 6:00 de la mañana del 18 de noviembre, lo manda a buscar y hasta se vio obligado a ponerse un “jacket” de cuero sobre la pijama. Es ahí cuando llama al comandante de La Victoria, Dante Minervino, y le pide el traslado de los reos. Minervino dice que le extrañó que solo pidiera tres custodias para los seis reos. Últimas horas. Contra todo procedimiento llevaron los presos a Ciudad Nueva y dispusieron que el fiscal Fabio Rodríguez hiciera el descenso,y así lo hizo. Empero, narra en su testimonio de los hechos, que tomó previsiones ante la sospecha de que se urdía un plan contra los conjurados. Tras concluir el descenso, en lugar de ser retornados a La Victoria, los custodias los retornaron a la cárcel del Palacio de Justicia. Ya para ese momento sus familiares sospechaban que algo podría pasar y hasta fueron donde el presidente Joaquín Balaguer en compañía del cónsul dominicano en México para que los orientara, pero la respuesta no fue más de que estaban haciendo un descenso. “¡Gasparín, coño, nos van a matar a todos!”. Esa frase la pronunció Luis Manuel (Tunti) Cáceres al secretario del tribunal, Gaspar Tevenin, a quien conocía de infancia, en el momento en que fueron retornados al Palacio de Justicia. Ya lo presentían. Como parte de la trama mandan a buscar la guagua que los trasladaba y los custodias, supuestamente para un servicio, y próximo a las 4:00 de la tarde envían una nueva custodia compuesta por miembros del Servicio Secreto que fueron uniformados a tales fines y éstos informan al llavero Zoilo Hernández que harán otro descenso. Esto, aprovechando que ya no estaban el fiscal ni el resto del personal. Ahí inició el final. Traslado a la hacienda. La nueva custodia la integraban los agentes del Servicio Secreto Ramón Rivas Viñas y los exsargentos Rafael Palma Pichardo (Frillo) y Pedro Julio Vizcaíno. Ciertamente, la orden inicial era dirigirse con los presos hacia el lugar donde cayó “El Jefe”, y así lo hicieron, pero allí les esperó un carro marca Zodiac, azul claro, con soldados de la Aviación Militar a bordo quienes les hacen señas de que los siguieran, y la ruta fue hacia la Hacienda María. Así lo afirma Vizcaíno en su interrogatorio. Allí esperaban Ramfis, los hermanos Luis José y José Alfonso León Estévez, el coronel Juan Disla Abreu, Gilberto Sánchez Rubirosa y otros que compartían tragos con Ramfis, al parecer, desde horas antes ya que se ha afirmado que el hijo de Trujillo estaba ebrio. Como un guayo. Dante Minervino, quien en los diferentes interrogatorios de que fue objeto se incrimina, confesó que estuvo ahí y narró paso a paso lo que vio ese sábado en la noche. Minervino dice que inmediatamente llegó la guagua con los presos se les acercó José Alfonso León Estévez y ordenó a Pedro Livio Cedeño que bajara. “Éste bajó y lo agarró por un brazo y lo llevó donde estaban Ramfis, Pechito y Sánchez Rubirosa. Ellos estaban en una plataforma de cemento un poco alta y Cedeño fue llevado frente a ellos, inmediatamente fueron escuchados los disparos, y fueron muchos, con diferentes armas ya que nosotros los militares podemos distinguir los tipos de arma, nosotros alcanzamos a ver que los tres disparaban, pudimos distinguir de espalda a los que tiraban, que eran Ramfis, después el marido de Angelita y luego Sánchez Rubirosa...”. El procedimiento fue usado con los otros cinco y el hecho quedó consumado. Mataron a los seis de los héroes sobrevivientes. ¿Y los cadáveres? Sobre el paradero se han tejido varias versiones: se dice que fueron sepultados en una fosa que luego fue sellada con concreto, que fueron lanzados al mar o que fueron incinerados. Aunque a 50 años quedan vivos algunos actores de ese acontecimiento, nunca han aclarado lo ocurrido.El proceso de investigación del asesinato de la Hacienda María fue retomado hace alrededor de tres años y los nuevos investigadores ubicaron e interrogaron a Vizcaíno, y al preguntarle qué había pasado con los cuerpos de los prisioneros acribillados respondió con seguridad “pregúntenle a la Aviación, que ellos son los que saben”. Las claves Huida de Ramfis Tras cometer el asesinato, Ramfis abordó su fragata hasta nunca, no sin antes dejarle instrucciones a Jorge Moreno de recomendar un ascenso a Dante Minervino y de entregar el vehículo que dirigió los presos hacia la Hacienda María. A 50 años El destino de los cadáveres de los conjurados aún es un misterio. La mentira El final de la trama urdida por Ramfis era simular que los asesinados se habrían fugado mientras eran trasladados a la cárcel. ¿Cómo lo hicieron? Tomaron el vehículo en que trasladaron a los reos y lo estrellaron a tres kilómetros de la cárcel de La Victoria en un árbol de javilla, lo ametrallaron y colocaron los cuerpos de tres “policías” que habían sido asesinados en otra operación parte del plan en horas de la tarde. El propio Dante Minervino admitió haber participado en esos hechos, sin embargo, siguiendo el plan, se dirige a la cárcel de La Victoria y allí, supuestamente, a las 10:30 de la noche es “enterado” de que la vagoneta con los policías se había estrellado y que los tres custodias estaban muertos. El hombre hizo sonar la alarma y ordenó a decenas de policías que capturaran “vivos o muertos” a los prisioneros. Esos mismos que admitió haber visto caer horas antes en la hacienda María. Los señuelos Sobre los tres muertos colocados como que eran los que conducían los reclusos a La Victoria, Minervino admitió durante el proceso del caso en instrucción que en horas de la tarde tomaron unos policías especiales que no eran más que ex convictos que tenían para “operaciones específicas”, y los enviaron al ensanche Isabelita en un vehículo para que realizaran “un servicio”. En su testimonio dice que estando ellos allá, en cumplimiento de sus órdenes, él mismo y un policía llamado Dedé les dispararon a quemarropa y guardaron los cuerpos hasta el momento en que fueron colocados en el vehículo en que simularon que se habían fugado los presos. Los pusieron uno en el asiento del chofer y otros dos afuera, les colocaron las cananas vacías y luego ametrallaron la guagua para simular la fuga. En el expediente de ese proceso figuran los nombres de los diferentes custodias y las fichas de los que fueron usados como señuelos. Los que trasladaron a los seis ajusticiadores de Trujillo desde el Palacio de Justicia de Ciudad Nueva a la Hacienda María fueron el segundo teniente Ramón Rivas Viñas y los exsargentos Rafael Palma Pichardo (Frillo) y Pedro Julio Vizcaíno de los Santos, miembros del Servicio Secreto que fueron uniformados. Mientras que los que fueron colocados en la guagua ametrallada fueron los rasos Pedro Romero Félix Calderón Castillo, José Fabriziano Cruz Guaba, indultados tras cometer delitos. 31 Mayo 2011, 12:12 AM Asesinos impunes Grupo masacró héroes nunca cumplió penas impuestas Escrito por: SORANGE BATISTA ( s.batista@hoy.com.do) 2 de 2 A casi medio siglo del bestial asesinato de seis de los héroes del 30 de mayo en la Hacienda María, en Nigua, San Cristóbal, el histórico expediente reposa en manos del Ministerio Público sin que en sus desgastadas páginas aparezca registro alguno de que aunque sea uno de los encontrados culpables haya pagado por los hechos. Siete personas, entre ellas dos militares, fueron procesados: cinco fueron condenados en contumacia y otros dos declinados a la justicia militar, donde fueron descargados de cualquier responsabilidad. El informe del fiscal Fabio Rodríguez sobre la supuesta fuga de los presos, dio paso a que el procurador Porfirio Rodríguez Basora apoderara a la jurisdicción de Instrucción e iniciara el proceso por el que fueron judicializados Rafael Leónidas Trujillo Martínez (Ramfis), Luis José León Estévez, Américo Dante Minervino Matías, José Ángel Saviñón y Federico Cabral Noboa, así como los coroneles Marcos Antonio Jorge Moreno y Rubén Antonio Tapia Cessé. En el oficio 3982, del 22 de noviembre de 1961, el fiscal señaló que le resultó extraño el hecho de que el vehículo en que eran conducidos a La Victoria los reclusos Modesto Díaz Quezada, Huáscar Tejeda Pimentel, Pedro Livio Cedeño, Roberto Pastoriza Neret, Luis Salvador Estrella Sadhalá y Luis Manuel Cáceres Michel fuera asaltado próximo a las 10:00 de la noche si habían salido antes de las 5:00 de la tarde del Palacio de Justicia “…es decir, después de 5 horas de su partida cuando este viaje se puede realizar en 30 minutos”. Esta duda enlazada al secreto a voces en que se habían convertido los intentos de Ramfis por eliminar al grupo motivaron al procurador Porfirio Basora a apoderar al Juzgado de Instrucción el 2 de diciembre del citado año, quien para ese entonces aseguró que no escatimarían esfuerzos para extraditar personas por el caso. Entre los elementos que señaló como válidos para el proceso estaba el clamor público y el hecho de que el traslado de los reclusos desde La Victoria hacia la Hacienda María no fuera recomendado por ninguna autoridad judicial, “hechos y circunstancias que permiten establecer seriamente que en la especie no se trata de un hecho como se ha querido pretender, sino de un asesinato del cual fueron víctimas, no solo los reclusos mencionados sino los que fungían como custodias...”. Inicia proceso. De acuerdo con las exigencias del sistema de entonces se inició la recopilación de pruebas documentales y testimoniales que permitieron establecer que esos reclusos fueron asesinados como parte de una trama ideada por Ramfis Trujillo. Entre esos testimonios fue debatido hasta fechas recientes el tomado al entonces comandante de la Penitenciaría Nacional de La Victoria, Américo Dante Minervino, quien produjo declaraciones en las que detalló su participación en los hechos y señaló a Jorge Moreno, los hermanos Luis José y José Alfonso León Estevez y al coronel Disla Abreu dentro de la trama. Dante Minervino. En una serie de declaraciones, relató que recibió de Jorge Moreno la orden de trasladar los reclusos al Palacio de Justicia para un descenso. Dijo que de esos hechos participó en el asesinato de los policías que fueron colocados como supuestos custodias que habrían asesinado los presos. De acuerdo a declaraciones tomadas hace pocos años al secretario del tribunal de ese entonces, Ricardo Gaspar Tevenin, llamaba la atención la frialdad con que Minervino narraba esos hechos al punto que a veces dudaban de su testimonio. “Yo iba manejando y él (Jorge Moreno) se sentó al lado mío, ya que detrás venían los cadáveres, durante todo el camino no hablamos y él no me dijo a lo que íbamos porque como usted sabe los militares hablan poco con sus subalternos... caminamos a una velocidad moderada bastante regular y llegamos a la Hacienda María; ya estaba oscuro porlo que tuvimos que encender las luces del carro...” Según ese interrogatorio que reposa en el expediente, a su encuentro llegaron Ramfis, los hermanos Luis José y José Alfonso León Estévez y el coronel Juan Disla. Dijo que todos portaban ametralladoras aparte de sus armas de reglamento y que Jorge Moreno conversó con ellos mientras él se estacionaba. En otras declaraciones Minervino obvia detalles como el señalado anteriormente, en otras no menciona al jefe policial y años después del hecho asegura que fue presionado para inculpar a Jorge Moreno, quien falleció en 2005. Jorge Moreno. Tras un conflicto de jurisdicción Jorge Moreno y Tapia Cessé fueron investigados por una junta militar integrada por los coroneles Neit Nivar Seijas, Carlos Vinicio Féliz y Rogelio Augusto Jiménez Herrera. Sobre las declaraciones de Minervino y la participación de Jorge Moreno en los hechos de la Hacienda María en el libro titulado “Marcos A. Jorge Moreno, el último ayudante militar de Trujillo” los historiadores Juan Daniel Balcácer y José Chez Checo reproducen informaciones detalladas que liberan a Jorge Moreno de todo tipo de implicación en las muertes. Sobre lo dicho por Minervino señala, con documentos de la época, que posteriormente éste admitió ante la Junta Militar que fue forzado a emitir esas declaraciones, que lo obligaron a firmar interrogatorios elaborados en base a torturas que luego fueron comprobadas por certificaciones médicas. Allí figura un interrogatorio a Jorge Moreno en que dice que el día de los hechos solo estuvo en la entrada de la Hacienda María tras ser llamado por Rubirosa. Señala que éste le dijo que les darían unas instrucciones en el muelle de Haina, pero que allí solo le pidió que le reforzara la vigilancia. No ha lugar y Contumacia. En la citada publicación figura que la Junta Militar determinó que no procedía el envío a la justicia de Jorge Moreno y Tapia Cessé, debido a que no existían elementos que los vincularan a los asesinatos. El 24 de abril de 1964 se emitió un Auto de No Ha Lugar a favor de Jorge Moreno y el 4 de febrero de 1965 la Primera Cámara Penal condenó en Contumacia, a Ramfis Trujillo, Luis José León Estévez y Gilberto Sánchez Rubirosa, considerados autores materiales de las muertes y los condenó a 30 años de trabajos públicos, y como cómplices fueron sentenciados José Alfonso León Estévez, Fernando Sánchez y Federico Cabral a 20 años. El 23 de diciembre de 1986 se declaró la prescripción sobre Luis José León Estevez (Pechito). Las claves Declara prescripción En 1986 la jueza interina Rosa Herminia Bautista declaró prescrita la acción contra Luis José León Estevez -Pechito- por haber transcurrido más de 10 años de la condena. Este decidió poner fin a su vida en mayo del 2010 cuando se suicidó de un disparo en la cabeza. Al momento de su muerte era diácono. Balaguer se pronuncia Al referirse a los hechos ocurridos en la Hacienda María en el diario La Prensa del 16 de abril de 1963, Joaquín Balaguer dijo que el día del traslado de los reos recibió la visita de uno de los vicecónsules de los Estados Unidos que le dijo que corría el rumor de que eliminarían a los presos. PGR retomó expediente en el 2007 A raíz de una querella interpuesta en contra de los torturadores de la Era de Trujillo por familiares de víctimas, la Procuraduría General de la República retomó el expediente e inició una serie de interrogatorios tendentes a llevar el caso por ante tribunales internacionales. Esto bajo el principio de que los crímenes de lesa humanidad no prescriben y al tratarse de crímenes políticos forman parte de esa categoría. Del proceso fue apoderado el procurador adjunto Bolívar Sánchez quien dijo a HOY que el proceso se ha visto truncado por falta de que alguien testificara que había sido torturado por uno de los señalados y la única persona que podía ofrecer ese testimonio para dar curso al proceso es la ingeniera Tomasina Altagracia Cabral Mejía que, afirma, nunca respondió al llamado de la Procuraduría. Explicó que entrevistaron a Leandro Guzmán, Mayobanex Vargas, Ricardo Gaspar Tevenin, al que fuera cónsul en México Julio Estévez Cabrera e interrogaron a Pedro Vizcaíno y a Juan Disla Abreu quien fue edecán y jefe de la seguridad de Ramfis Trujillo. De éste último, Sánchez dijo que acudió “con una amnesia selectiva” sobre los hechos de la Hacienda María. Aunque la mayoría de las víctimas han muerto aún quedan con vida torturadores y víctimas de la sangrienta era. TODOS CALLARON ANTE SU ASESINATO CRUEL “Ningún partido, ningún líder político ni de la sociedad puso atención al asesinato. La prensa no dijo nada y puedo mencionar a personas, Bosch y Viriato Fiallo, que eran los principales líderes políticos no reaccionaron”, manifestó. Otro gran olvidado, dijo también, ha sido Fabio Rodríguez. El 17 de noviembre de 1961 Ramfis encomendó a su cercano colaborador y cuñado José León Estévez (Pechito) que agenciara el traslado de los presos que estaban recluidos en la cárcel de La Victoria, con la excusa de realizar un descenso en el lugar donde mataron a Trujillo. La matanza de los seis fue un día después en la Hacienda María. A la fecha no se sabe el paradero de los mártires. Se dice que fueron sepultados en una fosa que luego fue sellada con concreto, que fueron lanzados al mar o incinerados. Luichi Estrella dice que no le interesa saber dónde se encuentran los restos de su padre, tras asegurar que tampoco se lo van a decir. Además, criticó que los ajusticiadores de Trujillo no se encuentren en el Panteón Nacional. MAS DE 50,000 PERSONAS MURIERON VICTIMAS DE LA DICTADURA DE TRUJILLO:Más de 50,000 personas perdieron la vida durante la dictadura de Rafael Leónidas Trujillo, afirmó Luisa de Peña Díaz, directora del Museo de la Resistencia, quien destacó que entre esas víctimas se incluyen alrededor de 17,000 haitianos que murieron en el genocidio de 1937 ordenado por el dictador dominicano. En ese grupo no se incluyen los que sufrieron torturas en las diferentes cárceles. Aunque la disidencia política fue la principal causa de los crímenes, muchos murieron por ser familiares de un enemigo del régimen, por negarse a trabajar en las empresas y plantaciones del dictador, o por no venderle sus propiedades. Esos datos aparecen en el Centro Nacional de Registro de Víctimas, Torturados y Desaparecidos, que opera en el Museo de la Resistencia, y en cuyo departamento de investigación se comprueba que esas muertes sean responsabilidad de la dictadura. El departamento de investigación, dirigido por el historiador Franklyn Franco, indaga si la persona realmente existió y cómo murió o desapareció. “Se indaga si la víctima fue asesinada por disidencia política o por crímenes comunes de la dictadura como los cometidos en los campos de El Sisal de Azua, en las plantaciones de arroz de El Pozo, Nagua, donde llevaban a los presos políticos y a los campesinos a trabajar sin paga”. Al ofrecer las declaraciones en el Almuerzo del Grupo de Comunicaciones Corripio, expresó, con relación a los disidentes políticos, Trujillo se valió de una especie de asociación de dictadores para cometer crímenes en el extranjero. Entre esos citó a Anastacio Somoza, de Nicaragua; Francisco Franco, de España; Marcos Pérez Jiménez, de Venezuela, dictadores como Francisco Franco, en España; Carlos Castillo Armas, de Guatemala; Fulgencio Batista, de Cuba, y Gustavo Rojas Pinilla, de colombia. Décadas sangrientas. La mayor cantidad de crímenes se cometieron en la primera y última décadas del régimen, explicó De Peña al destacar que en la década de 1940 se registraron menos asesinatos por conveniencia del dictador. En ese período se permitió la creación de partidos políticos para dar la impresión de que habían aires de libertad, expresó. Entre las organizaciones políticas creadas entonces se citan el Partido Democrático Revolucionario Dominicano, que se convirtió posteriormente en el Partido Socialista Popular. “Cuando el régimen se dio cuenta de la fuerza que tenía esa organización le sirvió esa apertura temporal para poder identificar a los disidentes, por lo que ahí hubo represión pero en menor escala, aunque hubo un gran exilio. “Pero en el extranjero comenzó el exterminio de la disidencia”. El exterminio subió en la década de 1950 y alcanzó su cúspide en los últimos tres años de la dictadura (1959-61) en los que se registran los asesinatos de los miembros del movimiento clandestino 14 de Junio y de Los Panfleteros, expresó De Peña. “Pero también se cuentan los asesinatos de obreros que trabajaban en obras del régimen, quienes en vez de recibir los pagos por su trabajo eran asesinados y enterrados en fosas comunes. De esa forma murieron más de 100 personas”. Derechos conculcados. Luis Manuel Pellerano Amiama, antiguo presidente de la Fundación 30 de Mayo, expresó que el crimen y la tortura eran los instrumentos de terror que el régimen utilizó. “Pero la otra parte que cubría a la ciudadanía estaba en la carencia de libertad de expresión, de tránsito, de religión, el derecho de propiedad. “Esta es la otra faceta del régimen que va más allá del crimen; por eso la celebración del 50 aniversario del ajusticiamiento de Trujillo significa un hito en la vida republicana del país, porque se inicia la democracia con avances y retrocesos”, expresó De Peña. El prontuario de Trujillo. La carrera criminal del dictador no comenzó en 1930, cuando asumió la presidencia de la República, sino antes de ingresar a la Policía, antes de la década de 1920, cuando se dedicaba al robo de ganado, dijo De Peña. “Pero los crímenes que él cometió en El Seibo, en esa época, están registrados sólo como relatos, porque cuando llegó a la presidencia quemó los archivos donde estaban dos expedientes de violación, otros por asociación de malhechores y chantaje”. Pero el daño de Trujillo a la sociedad dominicana no sólo fueron los crímenes, sino el envilecimiento de la sociedad que traspasó la dictadura, porque el crimen no queda sólo ahí, sino en el clientelismo político y el culto a la personalidad que todavía sufrimos hoy”. LO QUE OPINA EL HISTORIADOR ROBERTO CASSA SOBRE EL REGIMEN DE TRUJILLO. Participo en este encuentro acerca del libro atribuido a María de los Ángeles Trujillo (Angelita), Trujillo. Mi padre con el fin de exponer opiniones personales. Aclaro que el hecho de ser yo director general del Archivo General de la Nación, institución que convoca esta noche, no la compromete en ningún sentido, puesto que posicionamientos de ese género no forman parte de sus atribuciones. He querido traer escrita la ponencia para, en aras de la economía del tiempo, obviar por adelantado hacer referencia a las posiciones que expresen los demás expositores que me acompañan.Roberto Cassá junto a Mario Bonetti, Bernardo Vega y Euclides Gutierrez Felix debatiendo el libro de Angélita Trujillo Este encuentro se celebra por haberse considerado valederos los motivos de la solicitud del profesor Mario Bonetti. Pero si asisto como expositor es porque pienso que lo que procede analizarse no es tanto el “libro de Angelita”, sino el reclamo anacrónico que contiene. Hoy el trujillismo carece de toda importancia práctica, por lo que ha optado por restringir su discurso a la validación de su pasado. Si bien tal reivindicación constituye un despropósito producto de una bancarrota política y cultural, no deja de tener posibles implicaciones. Finalmente, lo que aconteció durante los treinta y un años ha dejado no pocas estelas todavía no del todo superadas. Por tanto, puede ser esta una ocasión para desmontar argumentos con que se pretende cuestionar la lucha por la democracia que tanta sangre ha costado. Sin embargo, no hay nada nuevo que decir a propósito de este libro, que no pasa de ser un pestilente desecho de infamias. Ahora no hago más que reiterar posiciones que he esbozado desde hace mucho tiempo como historiador social y antitrujillista de izquierda. Parto de la premisa de que el libro no es “de Angelita”, sino una obra colectiva, en la cual se ha pretendido validar el trujillato con idénticos argumentos y procedimientos que los utilizados en su momento por los alabarderos del régimen. Carece de importancia quiénes han sido los autores de esta obra, puesto que al parecer participaron movidos por el interés mercurial. Lo interesante es que han aunado esfuerzos en el propósito para presentarse como la emanación actual del discurso despótico. De paso, cabe constatar la indigencia intelectual de esta capillita trujillista, que hace presencia en un libro muy mal escrito, plagado de faltas ortográficas, disparatoso, carente de todo ingrediente intelectual y de cualquier consistencia expositiva. Posiblemente estos señores han llegado a la conclusión de que el ordenamiento democrático vigente ha dado muestras de tal grado de incapacidad que hace creíble que se reproduzca al pie de la letra el discurso ideológico de antaño. A pesar de la indignación que suscita la intención malévola que guía este libelo de manchar las reputaciones de los antitrujillistas, en seguimiento de los moldes del discurso de la Era, no se le puede evaluar de manera emotiva, puesto que lo que requiere es de una refutación política. En el meollo del asunto, lo que está en juego es desmontar el supuesto balance favorable a la tiranía de los treinta y un años, que según ellos se define no más que por sus magnas realizaciones materiales.Dr. Roberto Cassá, director del AGN y expresidente de la Academia Dominicana de la Historia Ante sus seudo-argumentos del “libro de Angelina”, puesto que no trae nada nuevo, lo que queda es reiterar posturas que asumieron los antitrujillistas en sus luchas por la libertad. La “importancia” es del todo punto insustancial porque está hecho en pura clave retrospectiva. El libro parece estar escrito en 1961, como si el tiempo de la historia se hubiese detenido y la verdad horrorosa del esquema trujillista de dominación no se hubiese hecho inconcusa. Aquí se encuentra, por lo demás, una señal de uno de los rasgos de la elaboración ideológica del trujillato, que fue la alteración flagrante de la realidad de las cosas. La mentira hiriente se renueva en la tónica dominante de este libro, que intenta pasar por alto los charcos de sangre que dejó detrás de sí la larga noche del terror de Chapita. A la luz del tiempo presente, esta operación adolece de falta de eficacia. El solo hecho de que estemos congregados aquí para cada quien expresar sus criterios de manera libre delata un progreso histórico que inutiliza los alegatos contenidos en el libro. Bajo el trujillato la mínima disidencia conllevaba muerte, tortura o exilio. El hecho de que todavía tengamos que afrontar este debate tiene una causa: Tras el ajusticiamiento del tirano no hubo una drástica solución de continuidad y no se ajustaron cuentas con los criminales materiales e intelectuales. De todas maneras qué bueno que este adefesio de libraco pueda circular, porque nos ayuda a ratificar el develamiento de las matrices ominosas del trujillismo. Visto el contenido del libro, no es solo desfasado, sino sobre todo resulta infamante sin apelación. Por tal motivo, carece de objeto discurrir acerca de sus afirmaciones, todas cargadas de una perversidad inaudita. Nada lo hace merecedor de un debate historiográfico especializado o de una ponderación profesional como fuente. El libro destila mierda, es el peor desecho que puede emanar del ser humano, en este caso un excremento de un concierto de individuos que, desde sus antepasados legitimadores de la mentira y el crimen, perdieron la honra y, por ende, el atributo de la humanidad bien entendida. Solo hay que ver cuánta infamia recorre sus pestilentes páginas, cuando asevera mentiras flagrantes para traspasar los crímenes del tirano a otros. Es el caso de la trama fantasiosa para exculpar al inefable “papá” del crimen de las hermanas Mirabal, hecho que no puede negarse y que tiene que ser recogido por el espíritu malicioso como procedimiento para obviar miles de crímenes y de pasada y a conveniencia endilgar a otros algunos de ellos. En el mismo tenor, pretende que el complot que desembocó en la muerte de Trujillo estuvo originado por una maniobra de la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos, que concibió y alentó el asesinato de las hermanas Mirabal a través de Luis Amiama Tió y José René Román Fernández. Ante un hecho de tal gravedad como ese crimen múltiple, se pretende que Chapita, que controlaba el mínimo movimiento de todos los dominicanos con significación social o política, iba a quedar impasible.Parte del publico asistente al debate libro Angelita Trujillo Vale reiterar lo que es ya un saber acerca del 30 de Mayo: Fue un hecho libre de dominicanos que decidieron correr todos los riesgos. Su hazaña los hace acreedores de la categoría de la heroicidad. Obraron por su cuenta, en suprema manifestación de libertad y bravura. Aceptaron la colaboración de la Agencia Central de Inteligencia, pero los conjurados del interior del país no eran sus agentes o instrumentos. Está documentado que el gobierno de Estados Unidos, ante el fracaso de la expedición contrarrevolucionaria de Bahía de Cochinos, ordenó detener el operativo y que los “disidentes” rechazaron ese criterio imperial. Siempre dentro de ese tenor, se llega a la infamia de pretender que todos los antitrujillistas obraron con el propósito de apoderarse de la fortuna de “papá”, ese hombre angelical (como la hijita), tan bondadoso que parece alcanzar la santidad. Esa inmensa fortuna, labrada a costa de la sangre de todo un pueblo, parece que fue bien habida, pues ni siquiera se molestan los autores en explicar su origen. Se llega a lo grotesco cuando se asevera que los movimientos del héroe Antonio de la Maza durante la ejecución libertaria del 30 de Mayo tuvieron por móvil apoderarse del maletín del gran ladrón. Se le adjudica esta caricatura a quien durante años se dedicó a dilapidar el dinero que provenía de su aserradero en Restauración, penetrado por la amargura lacerante de la espera de la justa venganza. Esta letrina descarta, pues, toda reflexión concienzuda en el terreno historiográfico. Nada de lo que contiene este libro alcanza la entidad que lo haga un medio de obtención de información o de replanteo de lo conocido. Su pretendido sustento documental está cimentado en documentos por encargo carentes de toda veracidad. Pongo el caso del propósito de presentar como dos cobardes a los presos Segundo Imbert y Rafael Sánchez Sanlley, asesinados al otro día del tiranicidio. Angelita y sus socios se amparan en unas declaraciones hechas años después y en el exterior, ante notario, por el coronel Horacio Frías, jefe del penal de La Victoria, un criminal cobarde que ese mismo día asesinó a un teniente del ejército. Dice Frías que hubo que cargar a Imbert mientras chillaba de miedo, al tiempo que Sánchez también se había desencajado por el temor a la muerte. Sin embargo, José Daniel Ariza, compañero de prisión de ellos, afirma que los vio salir sin que notara señal alguna que delatara el pánico que les atribuye Frías. Rafael Martínez, otro de los prisioneros, ratifica la versión de su compañero de celda. Ambos, al igual que otros del penal, como el fenecido doctor José Antonio Fernández Caminero, son categóricos en cuanto a que no es cierto, contrario al expandido mito retomado en este libelo, de que Segundo Imbert fue sacado del penal para dirigir el asesinato de las hermanas Mirabal.El concurrido acto contó con la presencia de importantes personaliidades Se exige la reiteración de la apología de quienes dieron sus vidas, al margen de deslindes ideológicos y políticos. Me permito hablar a nombre de los muertos, de los torturados, de los castigados, de todos, con independencia de las culpas que algunos pudieron albergar con antelación y de las diferencias que pueda haber, pasadas o presentes, con las posiciones de muchos de ellos. Aunque el antitrujillismo de derecha iba en sentido contrario a la historia, sus exponentes, como gran parte de los complotados para la gesta del 30 de Mayo, al igual que todos los demás antitrujillistas, tuvieron la razón, iban en el sentido progresivo de la historia, porque el trujillato representaba lo peor. Este carácter se reitera cuando, a medio siglo de distancia, se reproduce en el libro la criminalidad inherente al orden trujillista. Angelita asume la desenfadada validación del asesinato como procedimiento político. Es lo que hace respecto al grupo de complotados del 30 de mayo en la Hacienda María. No fue únicamente Ramfis Trujillo, pues, quien asumió la criminalidad ante el futuro por sus actos desenfrenados y la remembranza de su amigo y no menos criminal ex marido de Angelita. No es casual que Angelita también se asocia con el crimen. La en apariencia cándida Reina de la Paz reunía desde entonces un complejo de figuras delictivas. Los encajes y diamante proveían resumían el crimen con glamour. La Reina de la Paz, la hija mimada, se devela en estas páginas como lo que es: una vampiresa, Reina de las Tinieblas de la Larga Noche. Esta abuela obesa de hoy y pretendida santurrona casi desde la niñez dio rienda suelta a delirios desenfrenados de connotación patológica. Es suficientemente elocuente el suicidio de su marido, tan denostado en el libelo pese a haber sido también un sádico criminal, al tiempo que portavoz retrospectivo de la criminalidad del hermano primogénito. Angelita pertenecía a una familia que reunía a varios criminales. Ella estaba enterada de todo lo que sucedía y no dejó de tener su cuota en el horror, como se podría demostrar con facilidad. Bueno, ¿algo entonces razonable en esas páginas? Al menos que queda retratada la sustancia irremediable del trujillismo. Al fin y al cabo dicen verdades que todavía son aleccionadoras, aunque sean bien conocidas. Es el caso de la empatía de papá por Estados Unidos y su correspondiente furor anticomunista. Igual de sintomática es la reiteración de la sustancia ideológica y cultural del trujillismo. En páginas escritas por algún idiota, que usa la ocasión para pretender erigirse en filósofo emergente del trujillismo, se recurre al argumento manido del progreso material como signo esencial de la Era, por consiguiente, como se afirma, el único periodo de realización del pueblo dominicano. Es lo que le dio la tónica a los discursos de Manuel Arturo Peña Batlle y demás intelectuales envilecidos. Todo lo que se dijo acerca de las excelencias de realización de aquel pasado no fue más que una falsificación colosal de la realidad. En realidad, se vivía bajo una opresión generalizada, en que campeaba el miedo, el crimen cotidiano, la deshonra colectiva, la tortura, la explotación social desenfrenada. Detrás del oropel de las obras públicas magnificentes, subyacía la miseria de las masas. Nadie podrá probar lo contrario. El país trabajaba a todo vapor y sin pausas en beneficio de este supremo señor de fortunas y vidas, de este Lucifer que se deleitaba sin ambages con la posesión de las esposas de sus áulicos, víctimas tristes al igual que victimarios feroces. Ahí, en tantas cosas, como la mentira y el comportamiento disoluto, se comprueba la validez del De tal palo tal astilla. Todo lo que se pretende acerca de una época de realización absoluta de todo un pueblo no es sino la pieza articuladora del discurso ideológico del trujillato, la mentira más mendaz jamás lanzada en la historia dominicana. José Daniel Ariza, combatiente de la guerrilla de Manaclas, narra los crímenes de la dictadura No significa, claro está, que bajo la Noche Larga no hubiese crecimiento económico y hasta desarrollo, según se le conceda una acepción al término. Aquel tirano ha sido hasta hoy el gran héroe del capitalismo dominicano. En ningún otro momento de nuestra historia se ha reiterado en igual manera la hegemonía del interés del capital. De acuerdo que, en términos materialistas, estaba implicado el avance del proceso histórico. Pero avance histórico no es sinónimo de realizaciones, por lo que la única posición correcta desde el punto de vista socialista era oponerse a esa situación. El capitalismo personalizado por el monstruo implicaba crimen y opresión en forma generalizada. No podía haber nada que pudiera hacer valer una solidaridad con el trujillato a nombre del capitalismo nacional y del progreso histórico que comportaba. En esa etapa todavía incipiente, el capitalismo en una formación periférica tenía por necesidad dosis de horror, que se magnificaban con los ingredientes particulares de la dominación trujillista. Los salarios eran miserables. Las masas sobrevivían en la indigencia atroz. Los campesinos iban descalzos, a lo sumo con soletas de cuero o de goma, o vestidos de harapos o no pocos hasta cierto momento con piezas burdas hechas de sacos de cabuya. Los niños estaban muy lejos del paraíso pretendido por la propaganda, aquejados de enfermedades crónicas que disparaban la mortalidad. Miles de campesinos trabajaban gratuitamente en las carreteras y en las empresas emblemáticas del supuesto progreso. No pocos murieron después de sufrir devastadoras palizas ejemplificadotas de la disciplina laboral. La explotación desenfrenada se amparaba en un miedo interiorizado por todos. La delación se tornó en virtud dentro de la proterva Cartilla cívica. Era frecuente que los esposos no se confiaban sus pensamientos ante lo que vivían. El que no se viviera así por muchos, la mayoría incluso en el campo, tiene su explicación materialista, en razón de los efectos de la imposición de un sentido del orden, que era el resultado de un estado interiorizado de temor. Buen discípulo de los infantes de Marina, el tirano dio el puntillazo a la subordinación de todos, en especial los del campo, a los designios del Estado. Hubo desarrollo económico capitalista pero no progreso. Por esto resulta inadmisible hablar de realizaciones o de aspectos “positivos”. Progreso implica la humanización progresiva de la sociedad, y el trujillato representaba lo contrario. No hay progreso sin dignidad, sin libertad, sin el imperio de la ética, sin participación, sin desarrollo educativo genuino. El avance material formó parte del remolino de horrores. La comparación con el presente, a la que hice alusión más arriba, constituye otro de los tópicos del sofisma de la ideología trujillista. Es indiscutible que el esquema de la democracia posterior a 1978 no ha cumplido con un desideratum genuino. Es indiscutible también que han aparecido nuevos problemas que se adicionan a los anteriores. Pero no quiere decir que el ordenamiento político que existe hoy sea más negativo que el instaurado en 1930. Es fácilmente demostrable con indicadores económicos que el pueblo vive mucho mejor que antes, aunque las condiciones de la mayoría pobre continúe siendo altamente deplorables. El desarrollo económico impulsado por el régimen despótico no podía repercutir en una mejoría de la condición de vida de la gente ya que se puso en operación una maquinaria infernal que succionaba todas las riquezas, hasta los niveles más infinitesimales, hacia las arcas de papá y, en menor media, de los integrantes de la corte de familiares y secuaces. Todos los indicadores sociales resultan indiscutibles en cuanto a mejorías puntuales respecto al pasado. Y no es pequeña cosa y sin que por supuesto, en sentido contrario, se pretenda hacer la apología del presente. Pero si persisten graves problemas y han aparecido otros no se debe a que se haya dejado atrás el trujillato. Más bien es lo contrario: muchos de los problemas de que está aquejada nuestra sociedad todavía, como la persistencia de estilos autoritarios, son en parte atribuibles a que no se ha practicado la necesaria cirugía de las masas purulentas del espíritu del trujillismo. La solución de los problemas no puede estribar en una reorientación hacia el pasado, como pretenden los sicofantes redactores de esta porquería. La agenda que tiene por delante el logro del progreso social presupone la orientación exactamente inversa de lo que representó el trujillismo. Nada es más importante, en primer lugar, que la libertad. El espíritu de la equidad social, obligado ingrediente del único progreso posible, también es lo inverso de aquel régimen en que se concentró la riqueza de forma inaudita. LA MATANZA DE HAITIANOS DE 1937 ES UNA FATIDICA DEUDA
La historia no ha podido precisar la cantidad de haitianos muertos
El 2 de octubre de cada año, desde 1937, deberá de ser una fecha lúgubre para los dominicanos. Y mucho más lúgubre, para los haitianos. Dominicanos y haitianos de todas las generaciones.
FRANCISCO BERROA UBIERA, HISTORIADORSentado en un diván pueblerino, calzando botas militares, cabalgando sobre la soberbia del dictador que empezaba a afincarse de manera definitiva en su maldad, Rafael Trujillo dio un zapatazo y gritó, sonando el eco de su voz en la madrugada, para que le llamaran al comandante militar de entonces, general Fausto Caamaño. Quería darle una orden, personalmente. La escena se desarrollaba en el Palacio Consistorial de Dajabón, en donde todavía, hoy, resalta la presencia de aquel edificio construido en madera. Así dio inicio el fatídico suceso, extendiéndose durante cinco o seis meses, y que los dominicanos cargamos como herencia maldita. Como deuda nunca saldada, pese a las marrullas logradas por Trujillo, con los gobernantes haitianos, tan perversos como él mismo, para tasar en dólares cada cabeza haitiana degollada, o apaleada. Trujillo no pensó en el número que la violencia desatada por su disposición generaría y agrandaría. Pensaba, más bien, en el éxito electoral que aquella inspección fronteriza que encabezaba le otorgaría para afincarse como el jefe total. La historia no ha podido determinar con precisión la cantidad de haitianos muertos en aquella horrenda cacería de hombres, mujeres y niños que siguió a la orden de Trujillo. “Los años, las manipulaciones y los silencios cómplices hacen aparecer el hecho distorsionado, ignorándose con exactitud sus dimensiones”, expuse en la introducción de mi libro “La Matanza de los Haitianos. Genocidio de Trujillo, 1937”, al darlo a conocer en su primera edición, en 1983. Ciertamente, a partir de entonces, los haitianos han ido convirtiendo en realidad indetenible, con gradualidad creciente, en una sentencia demoledora, aquel contenido de su Constitución, nunca bien advertido, de que “la isla es una e indivisible”. Joaquín Balaguer, aquel canciller bisoño a quien tocó lidiar, en 1937, con aquella matanza que él mismo minimizó, rubricando con su firma que sólo se trató de “incidentes fronterizos”, dictó su propia sentencia: “Los haitianos son un pueblo más homogéneo, racialmente”, por lo que acabarán imponiéndose a los dominicanos. Y lo decía, en busca de sepultar, como al final lo logró, la posibilidad de que José Francisco Peña Gómez llegara a la Presidencia de la República. Siempre lo consideró un “haitiano con perspectivas presidenciales, en la República Dominicana”. Cosas que nunca negó el doctor Peña Gómez, ni su ascendencia haitiana ni su legítimo interés en la Presidencia dominicana. Aunque el periódico Listín Diario y La Opinión, medios de prensa importantes de la época, silenciaron la noticia, el mundo entero y sus autoridades doblegaron la soberbia y osadía de Trujillo. Y lo estigmatizaron como un bárbaro culpable por aquel acontecimiento. El mundo conoció que los muertos fueron 17 mil, según el mismo Balaguer. O, 18 mil, según Frank Moya Pons, y más de 12 mil, para el historiador haitiano Jean Price Mars. Todos los historiadores dominicanos de la época hablan de más de 10 mil haitianos muertos. El acuerdo entre Trujillo y el presidente haitiano Stenio Vincent, el 31 de enero de 1938, no paró la masacre desatada. Cuando indagué durante meses para mi trabajo periodístico sobre la matanza, encontré muchos obstáculos para realizar el trabajo. En la Secretaría de Relaciones Exteriores había centinelas funcionarios que daban la vida para que no los removieran de sus puestos en el Departamento de Asuntos Haitianos, sólo para que nadie indagara en papeles allí depositados. Algunos de ellos eran parientes de dueños de fincas ubicadas en la localidad de Restauración, fincas que fueron utilizadas como paredón, durante la matanza. El licenciado Ramón Lugo Lovatón, “historiador”, llegó a confesar en el prólogo de la obra de Carlos Cornielle, sobre el Proceso Histórico Dominico-Haitiano, que si se le hubiese antojado publicar documentos que él poseía, de carácter militar y civil, se hubiese descorrido el velo de muchas verdades poco conocidas. Lugo Lovatón se llevó sus secretos a la tumba. Pero esos papeles andan por ahí.
Recordando una fecha trágica para avanzar al futuro
Haroldo Dilla Alfonso
Hace 75 años el trujillismo cometió uno de los más bárbaros crímenes en su largo historial de horror: una limpieza étnica en la frontera y el Cibao en la que murieron alrededor de 15 mil personas. Los historiadores del continente coinciden que esta masacre puede figurar entre los hechos más atroces de la historia hemisférica. Para nuestra isla compartida fue un genocidio sólo superado por el exterminio de la población aborigen en los primeros años de la vida colonial.
Los dominicanos debemos mirar a esta página luctuosa sin sentimientos de culpas. No fue una masacre perpetrada por los dominicanos contra los haitianos, como los patrioteros de ambos lados gustan afirmar. Fue el castigo feroz de una dictadura que no conoció nunca la piedad contra haitianos, dominico/haitianos y dominicanos negros. Fue también un castigo de Trujillo contra la sociedad dominicana.
Pero también debemos mirar a ella con toda responsabilidad, para garantizar que nunca más vuelva a ocurrir, que ni siquiera alguien pueda pensar –por ignorancia o alevosía- que fue una acción justificada para salvar la nación. Como aún se repite en algunos corrillos intelectuales y políticos. Como aún gusta regodearse la prensa xenófoba e irresponsable.
La historia es conocida.
La frontera era entonces muy poco poblada del lado dominicano –diría que virtualmente despoblada en todo el sur y centro. Dajabón era una aldea que un escritor describía como tres calles de chozas que desembocaban en el río. Jimaní no existía, y tanto Comendador como Pedernales eran aglomeraciones de pocas casas muy pobres. Del lado haitiano, más poblado, la vida era más intensa, y de hecho los habitantes de la frontera tenían más relaciones con las ciudades haitianas que con Santo Domingo o Santiago.
Siempre había sido una frontera porosa, con múltiples relaciones de intercambios entre los habitantes de ambos lados. Abundaban las parejas mixtas, y muchos descendientes de haitianos habían nacido en suelo dominicano y eran, por consiguiente, dominicanos. La población haitiana asentada en el lado dominicano era numerosa, y así había sido por muchas décadas. Los continuos contactos habían generado una simbiosis cultural admirable del tipo que temen y aborrecen los chovinistas y patrioteros, siempre inseguros de sus propias condiciones nacionales.
Entre 1929 y 1936 el estado dominicano había conseguido terminar la delimitación y demarcación de su frontera con Haití. Trujillo y el presidente haitiano Stenio Vincent firmaron el último acuerdo fronterizo, aún vigente. Aunque con frecuencia este acuerdo es citado como un ejemplo del celo trujillista por la nación dominicana, es conocido que Trujillo cedió al estado haitiano cerca de 700 mil tareas de suelo nacional a cambio de la represión de los exiliados opositores estacionados en Haití.
Un año más tarde, buscando argumentos para legitimar su propia estancia en el poder mediante la propaganda xenofóbica y mostrando al debilitado Haití como el enemigo de un mito nacional hispánico, blanco y católico, inició una cruzada antihaitiana que algunos de sus sucesores políticos aún sostienen. Y la comenzó justamente con la masacre en la frontera y el Cibao.
La documentación existente indica que se inició el 28 de septiembre por la parte alta de Dajabón y Bánica y tuvo su momento climático los días siguientes al discurso que el tirano dio en Dajabón el día 2 de octubre. Aunque en el Norte se detuvo fundamentalmente a mediados de octubre, en el sur continuó por algunos meses de manera selectiva. Miles de personas –de todos los sexos y edades- fueron acuchilladas, macheteadas y tiroteadas por bandas de criminales entre los que se contaban militares y reos liberados de la capital. Los habitantes de la frontera, aterrorizados, trataron de esconder a las familias perseguidas y muchos haitianos y dominico-haitianos salvaron sus vidas gracias a la solidaridad dominicana.
Centenares de familias quedaron divididas. Numerosas propiedades abandonadas pasaron al poder de los seguidores del tirano. Muchas personas obligadas a participar en las matanzas o a enterrar los cadáveres en fosas comunes, vivieron todas sus vidas atenazadas por el recuerdo y por el sentido de culpa. Y la frontera fue cerrada excepto para permitir el paso anual de los braceros haitianos que trabajaban en los cañaverales de los centrales azucareros norteamericanos. Y que al mismo tiempo constituía un negocio altamente lucrativo del que se beneficiaban los mandos militares de los dos países.
Siete décadas y media después, la frontera es un lugar de diferencias, pero de convivencia y de construcción de solidaridades. En diferentes puntos de la franja los habitantes de ambas partes se aprestan a recordar el crimen cometido contra todos, dominicanos y haitianos. En Dajabón, Jimaní y Elías Piña se organizan vigilias, festivales culturales, programas de charlas, habilitación de íconos conmemorativos, etc. Actividades que reúnen a dominicanos y haitianos. No para abrir heridas, pero tampoco para ignorarlas.
Recordar, reconocer la trágica vastedad del crimen, hurgar en esa coyuntura de solidaridades imprescindibles, es la mejor manera para continuar avanzando en un futuro mejor. Un futuro que inevitablemente implicará compartir retos y oportunidades en medio de esta diferencia que a todos y todas enriquece.
DEUDA EXTERNA Y TRUJILLO La nación dominicana fue endeudada enormemente durante la segunda mitad del siglo 19 por el dictador dominico-haitiano Ulises Hilarión Heureaux Lebert o Level (a) Lilís, quien a la hora de su muerte en 1899 deja pendiente de pago la suma de 40 millones de pesos mejicanos y las aduanas en manos de extranjeros de la compañía denominada The San Domingo Improvement Company of New York. Después de ciertas negociaciones y de muchas amenazas de desembarco militar por parte de los acreedores extranjeros del país, el gobierno dominicano de Ramón Cáceres fue obligado a firmar un arreglo de cuentas en 1907 o Convención Dominico-Americana, por medio de la cual la deuda externa se fija en la suma de US $ 20.0 millones para ser pagados a más tardar en 1927. A esta onerosa deuda se le agrega una nueva que fue contraída por los gobiernos norteamericanos de ocupación entre 1916 a 1924; en este último año la nueva deuda fue consolidada por medio de una nueva Convención que la fija en US $ 25.0 millones. Trujillo inicia su dictadura en febrero de 1930. Yo nací a finales de 1953, y crecí en la ciudad de Santo Domingo, valga decir en un ambiente urbano en medio de una familia trujillista; fui educado en la escuela trujillista, oyendo decir a los maestros que Trujillo era mejor que Dios y más grande que los padres de la patria, incluso era considerado por esos calieses o espías del gobierno enganchados a educadores como superior a Juan Pablo Duarte el fundador de la República, y decían además que Trujillo era más ético que el maestro de maestros don Eugenio Maria de Hostos, y más magnánimo y espiritual que el Papa y que los obispos de la iglesia católica. La propia iglesia lo endiosaba y muchos curas estaban más al servicio de la dictadura que a sus propios templos y seguidores. Recuerdo haber oído decir a mis mayores que el Jefe Trujillo era el único dominicano que había pagado la deuda externa como algún uno todavía hoy lo sostiene. Ese es otro mito que han divulgado hasta la saciedad los periodistas, los políticos, los pseudos historiadores, y sobre todo los mitómanos trujillistas hijos de los cleptocratas y alcahuetes que se enriquecieron a su lado supuestamente administrando sus bienes y propiedades. Trujillo y la deuda externa La afirmación de que Trujillo pago la deuda externa esta basada en el hecho de que en 1947 el otrora dictador ordenó la tesorero de la nación el pago la suma de US $ 9, 271, 855.55 adeudados a los Estados Unidos desde 1924, es decir, la deuda de US $ 25.0 millones reconocida mediante la Convención Dominico-Americana, y que aunque debió pagarse en 1942, el legendario Dictador no la pagó. Trujillo gestionó en 1940 un arreglo de cuentas con el gobierno de los Estados Unidos denominado Convención Dominico-Americana de 1940 (divulgado por los publicistas del funesto régimen con la denominación de Tratado Trujillo-Hull), por medio de la cual la deuda que debía ser pagada en 1942 fue diferida para pagarse en 1947, es decir que Trujillo pagaba tarde, y por lo tanto pagaba mal porque el retraso de un pago de una obligación de este tipo conlleva el pago adicional de moras y de intereses adicionales. Sin embargo, hecho el pago de la deuda en 1947 el dictador actuó como una buena gallina cuando pone el huevo, y cacareó a los cuatro vientos por todos los medios de comunicación y de propaganda a su servicio -que eran muchos- que había pagado la deuda externa, y lo dijo con tal intensidad que todavía ciertos ecos extraviados en el tiempo lo continúan repitiendo. Y ciertamente Trujillo pago esa deuda tarde y mal porque dicha deuda debió liquidarse en 1942, y no lo hizo. Sin embargo, mucho antes que Trujillo el general don Horacio Vásquez Lajara liquidó en 1927 la deuda heredada del siglo 19 que fue consolidada mediante la Convención Dominico-Americana de 1907. Tras Rafael Trujillo alcanzar el poder por medio de un golpe de estado contra don Horacio Vásquez, su protector, impuso dos gobiernos títeres (los de Rafael Estrella Ureña y el de Jacinto B. Peynado), y organiza una farsa electoral antes de juramentarse como Presidente el 16 de agosto de 1930. Habiendo los nuevos gobernantes heredado una deuda de aproximadamente US $ 20.0 millones, no obstante entre mayo y agosto de 1930 Trujillo viaja a los Estados Unidos para solicitar en los Estados Unidos un nuevo préstamo por la suma de US $ 50.0 millones, siendo considerado por los funcionarios norteamericanos del Departamento de Estado como un loco e insensato, y claro dicha solicitud de préstamo no fue atendida. Pero lo que nadie se imagina es que después de ser saldada la deuda de 1925 en 1947, con un retraso de cinco años, el dictadorcillo concentra sus esfuerzos en la tarea de endeudar la nación. Solicita y obtiene varios préstamos del Eximbank, uno del Fondo Monetario Internacional, y otros varios con bancos extranjeros y nacionales, gestionando y obteniendo varios préstamos para sus empresas privadas pero dando en garantía bienes públicos. Por ejemplo, en 1960 obtuvo un préstamo del Banco Nova Scotia por la suma de US $ 30.0 millones para destinarlos supuestamente para la renovación tecnológica de sus ingenios azucareros, pero dando en garantía la Reserva Monetaria del Banco Central, claro está que con el visto bueno del presidente títere Joaquín Balaguer. En fin, a la hora de su muerte en 30 de mayo de 1961 de este último préstamo Trujillo no había pagado un solo centavo, y Balaguer vació las bóvedas del Banco Central para pagar los US $ 30.0 millones, mora e intereses, y esta operación no fue registrada en términos contables como una deuda externa de la nación, aunque de hecho lo era. Por lo tanto, Trujillo a la hora de su muerte dejó a los dominicanos deudas por encima de los US $ 60.0 millones, es decir, más de tres veces la deuda encontrada por su primer gobierno en 1930, aunque en el Banco Central solamente se registra en 1961 una deuda externa por la suma de US $ 14.0 millones. Cuando ustedes oigan decir que Trujillo pagó la deuda externa, díganle a quien lo afirme que esa es una gran mentira fruto del desorden propio de un estado fallido en donde reinan la cleptocracia y la impunidad judicial. TRUJILLO Y LA INDUSTRIALIZACION Guido Riggio
Una de las tesis que más se utiliza para mostrar aspectos positivos de la dictadura de Trujillo es el difundido argumento económico que afirma que ese régimen logró promover y desarrollar la Industria Nacional.
Pero, como no es el lenguaje el que revela la verdad sino los hechos concretos, para poder sostener aquel juicio tendríamos que encontrar algún rastro de lo que a la sazón debió ser, oficial u oficiosamente, la "política de industrialización nacional de Trujillo". Veamos. Empresas personales Si bien es cierto que Trujillo fundó una serie de "industrias nacionales" hay que destacar que casi todas estas industrias fueron "industrias personales" (a veces aliado con socios extranjeros) y que por circunstancia repentina de su muerte no pudieron ser traspasadas (con algunas excepciones) a sus descendientes o testaferros. De todas maneras, quedó muy claro que cuando las creó, no fue su intención pasar estas empresas, ni sus beneficios, al Estado Dominicano. Más por el contrario, las industrias de Trujillo, que surgieron en plena guerra mundial debido a la escasez de productos en los mercados internacionales, prosperaron amparadas en: 1) precios excesivos y 2) negocios monopólicos amañados que hacía con un Estado que lo financiaba y que además lo exoneraba de impuestos aduanales . Lo que sí podríamos afirmar, para ser objetivos, es que Trujillo, sin proponérselo, al morir, devolvió lo robado al Estado Dominicano: un considerable número de empresas "personales" que luego fueron llamadas "estatales". El atraso dominicano Pero, para evaluar más objetivamente la cuestión, examinemos en perspectiva a la República Dominicana dentro del contexto internacional y preguntémonos: ¿Qué sucedía por aquel entonces en la economía, en la industria y el comercio de Cuba, de Argentina, de Chile, de Colombia, de Venezuela, de México y de otros países del mundo, durante aquellas "décadas tiránicas"- 1930 al 1960- en que aquí gobernaba Trujillo para él y su familia? Pues sucedía lo que debía de suceder: sus clases empresariales y sus economías se expandían a mayor velocidad y a mayor escala que la nuestra, debido, lógicamente, a las mayores libertades y al grado de tolerancia mayor de sus regímenes políticos. Mientras aquellos gobiernos promovían una política de "desarrollo empresarial e industrial", nuestro país se quedaba rezagado. Aquí el Estado sembraba una política para promover el "negocio industrial monopólico del Jefe". Y no existe señal alguna razonable que nos impida inferir que el enorme crecimiento industrial que experimentaron aquellos países latinoamericanos, también hubiese acontecido aquí, si no hubiera existido un régimen tan egoísta como el de Trujillo. Mientras que en 30 años Trujillo creó sólo unas 30 nuevas empresas importantes, en aquellos otros países- aun existiendo dictaduras en algunos de ellos - gozaban de ciertas libertades políticas y económicas, y en los mismos 30 años, este número de empresas fue superado cientos de veces. No existía un plan de desarrollo industrial De manera que jamás podemos afirmar razonablemente que Trujillo se dedicó a poner en marcha un plan efectivo, una "política para el desarrollo de la industria nacional", como se dice falsamente. Más bien él fue "sepulturero de la industria nacional", fue quien castró la iniciativa privada, para constituirse, prácticamente como en todo, en el único súper empresario criollo, superando a otros dictadores latinoamericanos. Además, a nadie se le ocurriría decir que la mayoría de las empresas importantes surgidas durante La Era, fueron todas propiedades del tirano, a razón de que el resto de la oligarquía dominicana y los demás ciudadanos carecían de la inteligencia y de la capacidad para desarrollar una importante industria nacional. Monopolio personal Porque los inversionistas de otros países no tenían en contra, como los empresarios dominicanos, a un empresario mafioso, monopolista, criminal y asesino, con todo el poder militar en sus manos, que se había apoderado del gobierno en 1930 a base del terror, asesinando a sus opositores políticos a sangre fría. En aquella Era bastaba tener una próspera finca, o un hermoso caballo, o un toro de raza, para provocar la envidia del sátrapa o la de sus ladrones hermanos, a quienes había que cederle o, con suerte, "venderle" la propiedad a precio vil. En esto superaba a otros dictadores. Trujillo : ¿empresario o ladrón? Porque Trujillo fue un temible "ladrón personal" y un "asesino vulgar", y no sólo un "asesino político" que mató por razón de Estado, como sus admiradores y devotos afirman falseando la historia. Además, si damos un vistazo a nuestras tres décadas 'democráticas' comprendidas entre el año 1978 al 2008, veremos que en estos últimos 30 años, nuestro desarrollo industrial creció y sigue creciendo enormemente, porque tomó el camino de la normalidad, el camino de los otros países con políticas empresariales liberales. Algo parecido pudimos observar en España después de la muerte de Franco. Con el fin de la dictadura, aquella nación gozó de una transformación económica extraordinaria y vertiginosa, pasando de una sociedad atrasada, a una de las más avanzadas de Europa y del mundo, esto, como muestra fehaciente del daño al desarrollo y a la empresa industrial que ejerce toda dictadura, aun aquellas dictaduras un poco moderadas, que no hacen de su país una finca a su servicio personal y familiar. Si bien podemos contabilizar las 30 industrias propiedad del Jefe, jamás podremos contabilizar las decenas de industrias que hubiesen surgido si el país hubiese estado gobernado por un régimen liberal, orientado hacia la libre empresa. O quizás otro hubiese sido nuestro destino industrial, si hubiésemos tenido un dictador menos egoísta, un dictador que no se dedicara a perseguir a sus competidores, como lo hizo Trujillo. Solo fue propaganda En su reciente obra "La Otra Historia Dominicana", dice el historiador Frank Moya Pons: "Buscando en bibliotecas y archivos públicos y privados la existencia de publicaciones o escritos que contengan las ideas que pudieron haber inspirado el 'desarrollo industrial' durante la Era de Trujillo, sorprende la falta de una teoría explicita, o de una justificación del proceso dominicano, aparte de las acostumbradas alusiones al 'genio portentoso' de Trujillo". Pero Moya Pons descarta la única evidencia histórica de lo que pudo ser un 'Plan de Industrialización' trujillista , y niega que la existencia del Índice ,elaborado por Manuel Resumil Aragunde, fuese un plan preexistente que esbozara el desarrollo industrial dominicano, a razón de haber sido escrito a posteriori , con la finalidad de justificar lo ya acontecido. Por todo lo visto, podemos concluir razonablemente que el régimen de Trujillo (como toda dictadura) fue el sepulturero y el perseguidor de la clase industrial criolla y por ende, de la industrialización dominicana. Hubiésemos podido hablar de la "Industrialización de Trujillo", si él hubiese implementado una política para el desarrollo industrial general y no personal, si hubiese estimulando a todos los sectores a invertir, sin la amenaza del despojo y la intimidación con que eliminó a su competencia, aplastó al empresariado e impidió el desarrollo de la Industria Nacional. En este caso, el significado de las palabras propagadas en el sofisma que afirma que "Trujillo creó la Industria Nacional", debe tener su origen en el uso de un lenguaje con significado y juicio histórico desacertado , y por demás arbitrario; a decir de Platón : 'Algunos falsos juicios son producto del hábito irreflexivo de hablantes interesados'. Trujillo y su familia amasaron una enorme riqueza. Adquirió propiedades incluyendo tierras ganaderas a gran escala, y entró en producción de carne y leche, las operaciones pronto evolucionaron hacia el monopolio. Otras industrias eran, de sal, azúcar, tabaco, madera y lotería. Ya en 1937 el ingreso anual de Trujillo era de aproximadamente 1,5 millones de dólares. Para 1940 ya se había adueñado de la mayoría de las empresas dominicanas creando un monopolio en el país, y para 1960 poseía el 60% de la industria azucarera dominicana, acumulando una fortuna personal de 800 millones de dólares, lo cual lo colocó entre los 6 hombres más ricos del mundo. En el momento de su muerte, en el país había más de 111 empresas de su propiedad. De distintas maneras logró concentrar a lo largo de su vida una gran parte de la economía dominicana en su mano:
La Fortuna de Trujillo Fuente:http://onorioster.blogspot.com/2009/06/la-fortuna-de-trujillo.html El pequeño libro que lleva el título de La Fortuna de Trujillo tiene una historia que comenzó al iniciarse el año 1959, época en la que el autor estaba viviendo en Venezuela desde que tuvo que salir de Cuba en abril de 1958 a raíz de haber sido detenido por la policía en cumplimiento de órdenes del comandante Ventura que figuraba en la galería de los jefes policiales batistianos más conocidos por sus crímenes. Al comenzar ese año 1959 los pueblos de lengua española del Caribe estaban conmovidos por la agitación política. En enero de 1958 había sido derrocada en Venezuela la dictadura de Pérez Jiménez y en diciembre se habían celebrado elecciones que ganó Acción Democrática, cuyo candidato presidencial fue Rómulo Betancourt. Ese sólo hecho bastaba para enardecer los ánimos de las grandes masas venezolanas, pero apenas veinticuatro días más tarde Fulgencio Batista huía de Cuba y el 8 de enero siguiente entraba en La Habana Fidel Castro seguido por un mar humano que lo aclamaba en Cuba y por el entusiasmo de los pueblos de la región, entre los cuales estaba en primer lugar el de Venezuela. Sucedía, sin embargo, que ese estado de ánimo ebullente generalizado en la región del Caribe daba paso, al mismo tiempo, a una pregunta que no hallaba respuesta: ¿Por qué en medio del estado de agitación que se vivía en el Caribe la dictadura de Rafael Leonidas Trujillo se mantenía como una montaña de horrores y de opresión totalmente inconmovible? La inmutabilidad de la dictadura trujillista preocupaba de manera especial a los revolucionarios y a los intelectuales democráticos de Cuba y de Venezuela, donde los exiliados antitrujillistas habían mantenido una constante denuncia de los crímenes que se cometían en nuestro país, y esa preocupación explica el hecho de que las autoridades de la Universidad Central de Venezuela le pidieran al autor de este pequeño libro que organizara un acto dedicado a conmemorar el 27 de febrero de 1959 el 115 aniversario de la separación dominicana de Haití. El acto se llevaría a cabo en el Salón de Conciertos de la Universidad bajo los auspicios de la Dirección de Cultura del alto centro de estudios y se me pidió que tratara de explicar en él, en la medida de lo posible, la historia dominicana y las causas de la solidez y la dureza de la dictadura de Trujillo. Esas líneas generales que me fueron propuestas están expresadas en el título del libro que a base de lo dicho en la conferencia del 27 de febrero escribí unos meses después —fue terminado el 16 de agosto de 1959—. El título era Trujillo: Causas de una tiranía sin ejemplo. De esa obra se hicieron en Venezuela dos ediciones, una en 1959 y otra en 1961; la última empezó a circular apenas dos meses y medio antes de la muerte de Trujillo. Otra edición se hizo en Perú y dos se hicieron en la República Dominicana a raíz de mi vuelta al país tras casi veinticuatro años de exilio. Es posible que el lector no sepa algo qüe he dicho numerosas veces; y es que antes de 1969 yo no conocía a Marx y Engels, de quienes había leído, hacía muchos años, el Manifiesto Comunista, y en el caso de Engels, Origen de la familia, la propiedad privada y el Estado. Si no está enterado de eso que acabo de decir, el lector pensará que yo era marxista cuando escribí Trujillo: Causas de una tiranía sin ejemplo porque de otra manera no se explicaría que dijera en ese libro cosas como éstas: "La tiranía trujillista fue consecuencia de los males dominicanos. Pero la perpetuación y el monstruoso desarrollo de esa tiranía obedecen a dos razones determinantes: una, que la arritmia histórica de Santo Domingo mantuvo al país al margen de las corrientes capitalistas, lo que le ofreció a Trujillo la oportunidad de convertirse en el empresario de un desenvolvimiento industrial y financiero que ya no podía demorar más; otra, que el clima económico y político internacional creado por el estado de guerra que se adueñó del mundo a partir de la invasión de Etiopía en 1935 le permitió al dictador desenvolver al máximo sus empresas capitalistas bajo un sistema de terror político internacionalmente protegido". A ese párrafo seguían otros, de los cuales el segundo decía así: "Lo que le ha dado consistencia y perdurabilidad al trujillismo no es su carácter de tiranía militar y política, sino la transformación del país en una empresa capitalista despiadada, de la que sólo Rafael Leonidas Trujillo es propietario, y a la cual sirven de instrumentos incondicionales el gobierno civil y las fuerzas armadas". Esa tesis está expuesta en varias descripciones, una de las cuales es ésta: "El país se ha convertido en un cartel financiero, industrial y comercial con apariencia de Estado soberano. Si la República Dominicana cambiara su nombre por el de Empresas Trujillo, C. por A., estaría mejor definida y su situación política quedaría fuera de discusión. El gobierno existe sólo como órgano legal y público de la empresa, y el ejército es la fuerza armada que ejecuta las órdenes de la empresa, defiende sus instalaciones y garantiza sus beneficios. A pesar de que están exclusivamente a su servicio, no es la empresa sin embargo quien paga el gobierno y la fuerza armada, sino el pueblo; de manera que la empresa tiene a su disposición gratuitamente un gobierno —con congreso, poder judicial, diplomacia y administración pública— y un ejército de tierra, mar y aire". El libro Trujillo: Causas de una tiranía sin ejemplo se componía de quince capítulos, una sección titulada Conclusiones y otra con la lista de los negocios que tenía Trujillo en 1959. De todo ese material para La Fortuna de Trujillo se han reproducido los capítulos XI, XII, XIII, XIV y XV, las Conclusiones y la lista de los negocios del dictador, material que en Trujillo: Causas de una tiranía sin ejemplo (tercera edición, hecha en Santo Domingo en la impresora Arte y Cine de Luis Miura Baralt) ocupaba ochenta y una paginas, a las que se agregan ahora siete artículos que con el título común de La Fortuna de Trujillo se publicaron en Vanguardia del Pueblo, ediciones correspondientes al número 81 del 4 de mayo de 1977 hasta el número 87, del 15 de junio de 1977. Aunque esos artículos aparecieron en Vanguardia sin firma, su autor fui yo, pero no podía firmarlos porque en esos siete números aparecían otros artículos míos que estaban firmados y no es de buen gusto que en un número de un periódico aparezcan dos artículos de la misma persona, y peor habría sido que se publicaran dos en cada edición durante siete semanas. Lo que se decía en los primeros diez capítulos de Trujillo: Causas de una tiranía sin ejemplo era historia anterior al establecimiento de la dictadura trujillista; historia que debía ser novedosa para los lectores no dominicanos del libro, y para ellos se escribieron puesto que el libro no podía circular en el país; pero no tienen interés para los que leen obras históricas nacionales, y en cambio, sí debe tener interés para los dominicanos lo que dije fuera del país en los últimos años de mí exilio y sobre todo los datos que se dan en esta nueva versión de aquel libro escrito en 1959 de lo que era el inventario de los bienes de Trujillo a la altura de ese año. Ese inventario demuestra que es absolutamente cierto lo que he dicho más de una vez, y más de una docena de veces: Que Trujillo fue el autor del impulso desarrollador del capitalismo dominicano en sus aspectos industrial y financiero pero al mismo tiempo fue el monopolizador de los beneficios económicos generados por ese desarrollo. Espero que el lector de este pequeño libro acabe su lectura compartiendo esa opinión. Santo Domingo, 31 de mayo de 1985. LA FORTUNA DE TRUJILLO I ¿Cuál era la fortuna de Rafael Leonidas Trujillo? Según un informe detallado hecho por el jefe o encargado de la llamada Oficina Particular del Generalísimo, el licenciado Tirso E. Rivera J., al morir el 30 de mayo de 1961 Trujillo tenía en la República Dominicana bienes a su nombre por valor de 55 millones, 110 mil 728 pesos con 28 centavos; tenía además inversiones y acreencias (dinero que le debían) por 69 millones 342 mil 176 con 87, y a nombre de María Martínez 24 millones 358 mil 124 con 60, lo que hacía un total de 148 millones 811 mil 29 con 75. El Monto y los Detalles ¿Pero era ése el monto de toda la fortuna de Trujillo? No. Además de esa suma (le faltaban 189 mil pesos para llegar a 149 millones) que tenía en el país, a nombre suyo o de su señora María Martínez de Trujillo y de sus hijos Ramfis, Radhamés y Angelita, Trujillo tenía dinero depositado en un banco suizo (o tal vez en más de uno) por una cantidad mayor que ésa. En mi libro Composición Social Dominicana se cuenta que "El d fa 8 de junio de ese año (1954), mientras el dictador se hallaba en Madrid, su señora envió a Suiza, para ser depositada a su nombre, una cantidad de dólares que pasaba de los cien millones". El relato de ese episodio me fue hecho por un testigo presencial que merece fe . La cantidad de dólares enviada a Suiza llegó a 150 millones. De manera curiosa, en el estado de cuenta hecho por el licenciado Rivera no figura la finca Fundación, aunque figuran terrenos en varios lugares del país, unos a nombre del dictador y otros a nombre de su señora, así como acciones y bonos por valor de varios millones de pesos a nombre de sus hijos Ramfis, Angelita y Radhamés. A menudo se dijo que Trujillo tenía propiedades en Puerto Rico y en los Estados Unidos, pero de ser así, esas propiedades no figuran en el informe a que estamos refiriéndonos. Ese informe fue hecho, al parecer, inmediatamente después de la muerte de Trujillo, pues está fechado así: "Al 5 de julio de 1961", a los 36 días del histórico 30 de mayo en que el dictador perdió la vida. A pesar de que el poderoso millonario, el hombre más rico en toda la historia de la República Dominicana, estaba muerto hacía mes y medio, el informe fue encuadernado con tapas rojas y con una leyenda encabezada por las cinco estrellas de su rango militar. La leyenda dice: "Bienes e inversiones del Generalísimo Dr. Rafael L. Trujillo Molina", y debajo la fecha mencionada. El informe está dividido en varias partes; la primera se titula "Bienes e Inversiones a nombre de Su Excelencia el Generalísimo Dr. Rafael L. Trujillo Molina" y ocupa 17 páginas. En la primera de las 17 figuran las acciones de varias empresas con un valor total de 41 millones 965 mil pesos; en la segunda y la tercera figuran varios deudores de Trujillo por un total de 8 millones 882 mil 223 pesos con 68 centavos; la parte final de la tercera está dedicada al yate que figura valorado en 2 millones 130 mil 695 pesos con 13 centavos, y la tercera comienza con solares en la capital de la República por 1 mil 988 pesos con 55 centavos, y como se trata de dos solares con 398 metros cuadrados, se llega a la conclusión de que su precio por metro cuadrado era de alrededor de 5 pesos; después se detallan 36 solares de Cambita Garabito con 7 mil 708 metros cuadrados con un valor de 6 mil 60 pesos con 3 centavos (menos de un peso el metro cuadrado). A partir de ahí vienen "Haciendas y Propiedades Rurales" que empiezan por la finca de La Victoria (55 mil 762 tareas con un valor de 918 mil 28 pesos con 37 centavos, lo que da un valor de 16 pesos la tarea). En la parte final de la página número 5 y en la 6 y la 7 figura la finca La Estrella, con 97 mil 943 tareas por un valor de 619 mil 865 pesos con 67 centavos (a alguito más de 6 con 30 la tarea). Las páginas 8 y 9 están dedicadas a la colonia Angelita, en Hato Nuevo: 12 mil 285 tareas con un valor total de 240 mil 334 pesos con 1 centavo (a algo menos de 20 pesos la tarea). Otras Tierras y Acciones Después aparecen detallados terrenos en San Cristóbal (544 tareas por 3 mil 166 pesos con 98 centavos); terrenos en La Vega: 55 mil 363 tareas de pinares en Constanza, con un valor de 82 mil 921 pesos con 31 centavos (a más o menos peso y medio la tarea); 1 mil 107 tareas de tierra en Santiago con un valor de 5 mil 946 pesos con 88 centavos (a menos de 5 pesos y medio la tarea); terrenos en Maimón, Bonao: 1 mil 855 tareas por un valor de 2 mil 775 pesos con 78 centavos (a peso y medio la tarea); terrenos en Sabana Grande de Cotuí, que estaban en trato de venta a la Secretaría de Agricultura: 10 mil 683 tareas con un valor de 21 mil 558 pesos con 41 centavos (a dos pesos y centavos la tarea); en Maimón y Hatillo de Maimón, reservados para las minas de hierro de Hatillo: 437 tareas con valor de 1 mil 311 pesos con 90 centavos (a 3 pesos la tarea); en Chacuey y Zambrano, que estaban también en tratos para ser vendidos a la Secretaría de Agricultura: 33 mil 362 tareas con un valor de 36 mil 119 pesos con 83 centavos (a alguito menos de un peso y 10 centavos la tarea); terrenos en Quita Sueño, que estaban también en venta a la Secretaría de Agricultura: 77 tareas valoradas en 232 pesos con 44 centavos (a 3 pesos la tarea); terrenos en Ciénaga Azul, que estaban también en trámite de venta a la Secretaría de Agricultura: 11 mil 352 tareas con un valor de 26 mil 538 pesos con 61 centavos (a 2 con 33 la tarea); terrenos en San Blas, pendientes de venta a la Secretaría de Agricultura: 25 mil 24 tareas valoradas en 57 mil 371 con 15, o sea, a menos de 2 con 30 la tarea; terrenos en Los Ranchos, El Plátano y Yuna Arriba, en trámite de venta a la Secretaría de Agricultura: 15 mil 873 tareas valoradas en 46 mil 554 pesos con 65 centavos (a unos 3 pesos la tarea); terrenos en Rincón y Monte Bonito, pendientes de venta a la Secretaría de Agricultura: 24 mil 759 tareas con un valor de 53 mil 830 pesos con 72 centavos (a menos de 2 con 20 la tarea); y terrenos en Sabana Larga, también en tratos para ser vendidos a la Secretaría de Agricultura: 3 mil 119 tareas en 7 mil 233 con 29 (a unos 2 pesos con 15 centavos la tarea). En total, los terrenos que Trujillo tenía en Cotuí, que con la excepción de las 437 tareas de Maimón y Hatillo iban a ser vendidos a la Secretaría de Agricultura nadie sabe en cuánto, valían 250 mil 751 pesos y sumaban unas 124 mil 405 tareas. En la Oficina Particular había en caja 2 mil pesos y muebles por valor de 979 pesos con 44 centavos. El valor total que aparece en esa primera parte del informe es, como dijimos, de 55 millones, 110 mil 728 con 28 centavos; y en la página 16 aparece toda esa primera parte resumida así: Acciones, 41 millones 965 mil; otros deudores, 8 millones 882 mil 223 pesos con 68 centavos; el yate Angelita, 2 millones 130 mil 695 con 13; solares, 6 mil 60 pesos con 3 centavos; haciendas y propiedades rurales, 2 millones 123 mil 770, y oficina particular, 2 mil 979 con 44. Posesiones y sus grandes beneficios económicos:La presidencia le daría la oportunidad de convertir al país de su propiedad. Trujillo utilizaba el método de adquirir propiedades, fincas y negocios lucrativos, a precios bajísimos y con esto los sectores de la clase alta e inversionistas se aterrorizaban cuando Trujillo se interesaba en alguna de sus propiedades: después de la destrucción (debido al ciclón San Zenón en 1930) de la antigua capital dominicana, (Santo Domingo), el dictador mandó reconstruirla, y una vez modernizada, la rebautizó como "Ciudad Trujillo".MUERTO TRUJILLO?
FranK Moya Pons
LO BUENO DE TRUJILLO Publicado en diario libre 4 de Sept. 2010. Con la muerte de Trujillo en 1961 se desataron todas las energías de la nación que la dictadura había mantenido reprimidas. Los grupos medios que habían venido formándose empezaron a organizarse en una pléyade de instituciones, grupos de presión, grupos de intereses y asociaciones que han terminado dándole a la República Dominicana una fisonomía institucional que contrasta radicalmente con la hegemonía gubernamental y estatal que fue la norma de la vida dominicana hasta entonces. Al caer la dictadura se liberalizaron los controles políticos que impedían a los dominicanos el ejercicio pleno de la libre empresa, y los gobiernos mantuvieron la política de permitir la libre competencia contra los antiguos monopolios trujillistas que quedaron como propiedad del Estado luego que éstos fueron confiscados por el Estado a partir de 1961. Muerto Trujillo comenzó a configurarse un nuevo empresariado nacional compuesto inicialmente por comerciantes y artesanos que luego se hicieron industriales o que ampliaron sus negocios de importación y exportación. En 1941, por ejemplo, el 87 por ciento de toda la inversión industrial en la República Dominicana estaba controlada por extranjeros, mientras que hoy, gracias a la proliferación de industrias nacionales, el control extranjero en este sector está reducido a menos de un 20 por ciento. La presencia extranjera en el sector industrial es más visible hoy en las llamadas zonas francas para la exportación de productos manufacturados y bienes intermedios que empezaron a instalarse en el país a partir de 1968. La primera de estas zonas francas fue instalada en La Romana, y a ella siguieron otras dos, una en San Pedro de Macorís y otra en Santiago de los Caballeros. Con los años las zonas francas han seguido proliferando, estableciéndose en Santiago, La Vega, Puerto Plata, Moca, Haina, San Isidro, Los Alcarrizos y la Autopista de Las Américas, además de algunas llamadas zonas francas especiales. En conjunto todas las zonas francas ofrecen hoy empleo a unas 200,000 personas, muchas de ellas mujeres que al ocupar estos nuevos puestos de trabajo están aprendiendo nuevas destrezas laborales, están emancipándose económicamente de sus maridos, y están adquiriendo una mayor libertad económica. No han sido sólo las industrias de sustitución de importaciones las que han quedado en manos dominicanas pues también el comercio está mayormente controlado por empresarios nacionales, con excepción de las grandes casas importadoras y exportadoras que permanecen en manos de una pequeñísima élite de comerciantes españoles e hijos de españoles que han sabido integrarse a la sociedad dominicana. Otro visible grupo de comerciantes está conformado por los hijos de los inmigrantes sirios, libaneses y palestinos que llegaron al país a finales del siglo XIX y principios del XX y que, desde el principio, se dedicaron a la vida mercantil y terminaron controlando importantes segmentos del mercado en algunos de los principales pueblos dominicanos. Con el tiempo los hijos de estos árabes se dedicaron a las profesiones y hoy forman un importante conglomerado que combina las actividades comerciales e industriales con las profesionales. Poco a poco fueron formándose grupos económicos en torno determinadas actividades, como ha sido el caso de los antiguos industriales que forman el núcleo del llamado "grupo industrial de Santo Domingo", o el de los nuevos industriales de Herrera. También son muy visibles los empresarios locales conectados con la banca, los negocios de las zonas francas, los empresarios turísticos, los importadores, o el de los exportadores de productos primarios, los importadores y fabricantes de productores farmacéuticos, así como muchas empresas extranjeras asociadas en la Cámara Americana de Comercio. Como empresarios nacionales también se destacan los productores de leche, carne de pollo, cerdo y res, y los procesadores de frutos para la producción de jugos y granos enlatados, al igual que los productores de cigarros y cigarrillos, cervezas y refrescos, y exportadores de café, cacao y tabaco. Hay también nuevos grupos de exportadores de productos no tradicionales como yuca, ñame, yautía, plátanos, limones agrios y frutas, además de los tradicionales productores y exportadores de bananos. Después de muerto Trujillo, muchos comerciantes importadores y algunos industriales se valieron de sus relaciones políticas e influyeron en los gobiernos para que éstos aprobaran leyes dirigidas a favorecer el desarrollo de sus intereses. Las leyes de incentivo industrial, turístico, agroindustrial, y de fomento a las exportaciones, entre otras, han contribuido mucho al desarrollo de sectores productivos que antes tuvieron poca importancia en la economía nacional. Concomitantemente, el país ha visto crecer una pléyade de asociaciones e instituciones que agrupan a estos empresarios y que interactúan constantemente con los administradores del Estado en una dinámica siempre cambiante de intereses encontrados que, en última instancia, ha favorecido el desarrollo del mercado nacional. Aunque dominado por varias grandes empresas en determinadas áreas, este mercado es bastante abierto y dinámico, y en él concurren todos los empresarios que desean invertir tanto en grande como en pequeña escala como lo muestra el crecimiento del sector de las microempresas, de las cuales había 650,000 unidades en todo el país en 2009. Estas microempresas son negocios que tienen diez empleados o menos, son responsables de más de un quinto del producto nacional bruto y ofrecen empleo a más de un millón de personas. Las microempresas están distribuidas por todo el país y son hoy uno de los principales indicadores del dinamismo de la economía dominicana. Ellas expresan la vitalidad del sector mercantil dominicano pues en casi todos los pueblos del país proliferan los negocios al tiempo que se modernizan los establecimientos comerciales. De la misma manera, esos micronegocios reflejan la continua innovación y renovación de los talleres artesanales pues una de cada cuatro microempresas son unidades manufactureras. Una de las nuevas características del comercio interno del país es su amplísima dispersión geográfica. A principios de siglo, las tiendas estaban casi siempre concentradas en "el centro" de los pueblos, generalmente alrededor de las plazas y mercados, en donde inicialmente se celebraban las ferias. Los establecimientos comerciales se ven por todas partes, y aunque los pueblos siguen exhibiendo sus zonas comerciales alrededor de estos antiguos centros, el desarrollo de los barrios populares y las urbanizaciones ha obligado a la dispersión de las tiendas. En las ciudades más grandes existen ahora muchas zonas comerciales ubicadas, no en un solo punto como antes, sino a lo largo de las grandes avenidas o de las principales arterias viales. En los barrios pobres y marginados también existen centros de servicios, casi siempre en las calles fronterizas de estos vecindarios con otros de mayor nivel económico. Por otro lado , se observa hoy una clara tendencia entre los empresarios dominicanos hacia el establecimiento de vínculos con empresas extranjeras, generalmente norteamericanas, que aportan capital, experiencia tecnológica y conocimientos gerenciales. Proliferan hoy las alianzas estratégicas entre compañías dominicanas y extranjeras que están abriendo el mercado nacional a la competencia internacional, y están obligando a los empresarios nacionales a modernizar sus empresas y a hacerlas más eficientes. En algunos casos, empresarios jóvenes con apoyo financiero de sus familias o de los bancos se han lanzado a la apertura de franquicias que representan grandes cadenas de comercialización de productos de consumo popular, como es el caso de los tacos, las rosquillas, las hamburguesas, el pollo frito, las pizzas, o la ropa y los zapatos deportivos. La implantación de estos negocios marca el inicio de una nueva etapa del proceso de norteamericanización económica que, a juzgar por otros procesos similares, terminará imponiendo una nueva fisonomía a las ciudades y pueblos, y a los cruces de caminos en todo el país. Por otro lado, la demanda de alimentos por parte de los centros turísticos, continúa ejerciendo un importante impacto sobre la agricultura dominicana y sigue aportando un fuerte estímulo a la producción que ha llevado a los productores nacionales a expandir el horizonte agrícola dominicano con nuevas plantaciones de frutas. Se destacan, particularmente, cítricos, cocos, bananos, aguacates, papayas y piñas, así como nuevos centros productores de pollos, carnes y productos lácteos que los turistas consumen en grandes cantidades. Estos nuevos mercados han fomentado la modernización y expansión de las industrias de bebidas, alimentos enlatados y cigarrillos, entre otras. Después de muerto Trujillo, muchos comerciantes importadores y algunos industriales se valieron de sus relaciones políticas e influyeron en los gobiernos para que éstos aprobaran leyes dirigidas a favorecer el desarrollo de sus intereses. BERNARDO VEGA
Trujillo, en 1960, puso todo el oro de nuestro Banco Central como garantía para un préstamo internacional a sus ingenios y, al no pagarlo, dejó al país sin reservas. El día de su muerte éstas no llegaban al millón de dólares
La masiva y cotidiana propaganda de un régimen trujillista que perduró una cantidad de años equivalente a lo que vive una generación, todavía condiciona nuestra forma de pensar.
Uno de los supuestos grandes logros de Trujillo lo fue el pago de la deuda externa en 1947, pero resulta ser que ese año lo mismo hizo Haití utilizando los mismos superávit en el comercio exterior resultantes de la bonanza de la Segunda Guerra Mundial. Ambas deudas se habían contratado casi por las mismas razones, en fechas algo similares y por montos parecidos, pero nadie en Haití considera que el gobierno de Dumarsais Estimé logró una gran hazaña. Además, Trujillo pudo haber pagado esa deuda en 1934 cuando nuestros bonos se cotizaban en la Bolsa de Nueva York a apenas quince centavos por dólar, pero terminó pagándola a un dólar, sin descuento alguno. Se dice que Trujillo industrializó el país. Pero las industrias que se establecieron aquí en las décadas de los cuarenta y cincuenta reflejan el proceso de sustitución de importaciones de toda América Latina y el Caribe. Esto ocurrió por donde quiera, con la diferencia de que aquí casi todas fueron industrias monopólicas y en su mayor parte pertenecían al dictador. Trujillo indudablemente ayudó al campesinado con su repartición de tierras en los años treinta, pero echó todo eso para atrás cuando decidió convertirse en dueño de una docena de ingenios, deviniendo en el mayor terrateniente del país y expulsando a miles de campesinos de sus tierras. Mientras La Habana, Puerto Príncipe y Montego Bay estaban llenos de turistas, aquí no venían por la mala imagen que sobre el país proyectaba la dictadura. ¿Cuántos empresarios dominicanos y extranjeros dejaron de invertir durante esos años por la falta de confianza? Se dice que durante la “Era de Trujillo” la economía dominicana creció mucho. En esa época no existían estadísticas sobre el Producto Nacional Bruto (PNB) y su crecimiento, pero si tomamos como indicador el consumo de cemento, veremos que la tasa promedio de su crecimiento durante esos treinta y un años fue muy inferior a la de América Latina. Es cierto que creó el Banco Central y la moneda nacional en 1947, pero eso coincidió con la fundación de los bancos centrales en toda nuestra región y en esos mismos años. La misma misión técnica norteamericana que nos asesoró lo hacía igualmente en Guatemala. Sin embargo, Trujillo en 1960 puso todo el oro de nuestro Banco Central como garantía para un préstamo internacional a sus ingenios y, al no pagarlo, dejó al país sin reservas. El día de su muerte, las mismas no llegaban ni siquiera a un millón de dólares. Los ultranacionalistas citan que Trujillo, con la matanza de 1937, sacó a los haitianos del país. Eso no es cierto, pues permanecieron trabajando en todos los ingenios. No hizo como el gobierno de Cuba que a partir de 1933 deportó a miles de cortadores de caña jamaiquinos y haitianos y desde entonces en esa isla tan sólo cubanos (blancos, negros y mulatos), cortan la caña. Trujillo, al convertirse en el dueño de casi todos los ingenios dominicanos, terminó siendo el mayor empleador de haitianos. Cuando Trujillo subió al poder en 1930, el país exportaba azúcar y sus derivados, cacao, café y tabaco. Treinta y un años después, se exportaba exactamente lo mismo, agregando un poco de bauxita. Sintamos nostalgia por otras cosas.
Un ejemplo. Hace 51 años que fueron asesinados por Trujillo las Hermanas Mirabal y su chofer Rufino de la Cruz. Ellos, como miles de dominicanos, fueron víctimas de un régimen negador de derechos y de libertades públicas.
Los que vivieron y recuerdan aquella época, en la que no podía haber disidentes y en la que todos tenían que someterse al régimen dictatorial de Rafael Leonidas Trujillo, valoran las conquistas de las libertades públicas que hoy se disfrutan en la República Dominicana como un legado de quienes tuvieron el valor heroico de denunciar e incluso ofrendar sus vidas enfrentando al sátrapa. Rafael –Fafa- Taveras fue un luchador antitrujillista desde el Movimiento 14 de Junio. Sufrió tortura y represión como muchos tantos jóvenes izquierdistas de la época. Recordaba con amargura sus vivencias y dice sentir rabia cuando escucha personas expresar que en el país hace falta un Trujillo. “Los que dicen eso no tienen conciencia, o no vivieron la época, o son sus beneficiarios, o en cierta medida están comprometidos con ese recuerdo”, expresa Taveras. Durante la dictadura de Trujillo, de 1930 al 1961, las libertades públicas no existían. Todo estaba bajo el control del régimen. “Trujillo fue el crimen y el saqueo organizado, la ausencia total de libertad”, así califica Taveras al sátrapa. El vio cómo los presos eran llevados a trabajar la tierra para Trujillo, se morían por las sanguijuelas y el paludismo. Había que tener cuidado porque la degradación humana llegaba a tal nivel que las mujeres bonitas no podían exhibirse para evitar ser reclamadas por un alabardero de Trujillo y presentarlas como una ofrenda al dictador. Las cárceles eran centros de tortura. El crimen estaba legitimado por las autoridades para defender el nombre de Trujillo. Taveras dice que la concentración indescriptible del poder estaba santificada por la Iglesia Católica, aunque se reivindicó en 1959 cuando una parte de los jóvenes seminaristas y sacerdotes, en rechazo a la dictadura formaron parte del Movimiento 14 de Junio, siendo uno de sus miembros el cardenal Nicolás de Jesús López Rodríguez. Movimientos por la libertad. Desde que surgió el régimen se crearon diversos grupos y movimientos con la finalidad de dar fin a la dictadura. Trujillo con su poderío pudo gobernar el país por 31 años. Su aparato represivo había aplastado inmisericordemente todo intento de rebelión o conspiración en su contra, lo que, aparentemente, daba la impresión de que el Ejército Nacional era un bloque monolítico que apoyaba irrestrictamente todos sus desmanes. No ocurrió así. El historiador Emilio Codero Michel en su libro “Movimientos de oposición a Trujillo en la década 1930-1939”, plantea que en el cuerpo castrense hubo oficiales y soldados que, aunque al principio adoptaron actitudes indiferentes o se hicieron cómplices de las atrocidades de Trujillo, ya a la vuelta de unos años no estaban dispuestos a seguir apoyando su creciente criminalidad, que los hacía culpables ante la sociedad. La clase obrera combatió al régimen desde sus inicios, pero con la aplicación del terror quedó sojuzgada y tuvo que esperar hasta la década siguiente para conquistar objetivos clasistas y revolucionarios. Expresa Cordero Michel que la tiranía se entronizó en base al terror sistemático, tanto físico como psicológico, aplicado por los diversos organismos represivos del Estado, cuerpos paramilitares y grupos de matones, como los integrantes de “La 42”. Los que se atrevieron a enfrentar el régimen trujillista tenían tres duras posibilidades: la cárcel, la muerte y el exilio. La opresión era la respuesta de Trujillo para el que osaba protestar. En enero de 1946 un grupo de manifestantes obreros llamado “Federación Local del Trabajo”, fundado por el líder sindical Mauricio Báez, hizo una huelga que duró más de una semana. La dictadura terminó cediendo a las peticiones de los demandantes, pero más tarde algunos fueron perseguidos y asesinados, mientras que otros se exiliaron. Tiempo después, Trujillo desintegró todos los sindicatos del país, obligándolos a pertenecer a una federación de él. En 1950, Mauricio Báez fue secuestrado en Cuba, donde estaba exiliado. Nunca se supo de su paradero. Después de 50 años. Tras el tiranicidio, el 30 de mayo de 1961, lo más importante ha sido el recuperar los derechos a la palabra, a la opinión, a la libertad de expresión, al uso de las nuevas tecnologías de la comunicación y de la información, a la libre organización, al libre tránsito, a la libre empresa, a la libertad de profesar la fe y ejercer la profesión que deseas, a la libre elección, al voto. Taveras valora que el país viva la Era de la democracia y de la libertad, en la que se puede disentir y opinar. Recuerda que en el trujillismo hasta tirar piropos podía ser sospechoso, por lo que ve una gran conquista que ya en un régimen democrático uno se puede enamorar. Después de 50 años los movimientos sociales se fortalecen, reclaman y protestan en sus diversas formas. Tras la caída de la tiranía de Trujillo han sido muchos los movimientos que han luchado por reivindicaciones sociales y políticas, por el fortalecimiento institucional y mayor calidad de la democracia. Las últimas expresiones de democracia y libertad son las elecciones celebradas en el país y las protestas innovadoras. La diferencia entre el régimen dictatorial de Trujillo y los sucesivos gobiernos democráticos del país se evidencian a partir de las protestas sociales y la cada vez más activa participación ciudadana reclamando sus derechos. Se citan conquistas como las de evitar que el Gobierno construya una isla artificial, la cementera de los Haitises y el reclamo del 4% del Producto Interno Bruto (PIB) para la Educación. Cuando se hace un análisis retrospectivo, hay quienes concluyen que hay avances significativos. La socióloga Rosario Espinal dice que a 50 años de la dictadura hay mayores espacios para la disidencia y la expresión. En la Era de la democracia, el uso de los medios de comunicación, las redes sociales, la publicidad, ha significado un gran cambio para el país”. LA FRASE Rafael -Fafa- Taveras Viví en una época en la que los medios de comunicación existentes estaban bajo la fiscalización del régimen. Tenían que ser una bocina que alabe al jefe. No había ninguna libertad para el dueño de una emisora ni de un periodista para decir lo que le pareciera”. FAMILIARES Y AMIGOS RECUERDAN VICTIMAS DE LA TIRANIA POR EDDY PEREYRA ARIZA
La propaganda política, como instrumento dirigido a orientar, excitar y manipular el pensamiento social, busca influir en la conducta y en el sistema de valores de las personas, con la intención de apuntalar una determinada opinión ideológica o política. Sigue la preferencia y el movimiento de la sociedad, sin dejar de ser la técnica científica que Jean Jacques Chevalier ha interpretado como “uno de los fenómenos más impresionantes e inevitables de nuestra época; que por ser dominante por naturaleza, discurre con acrecentada tendencia al totalitarismo”. Su meta ha sido obtener el apoyo o el rechazo de la población, apelando a argumentos emocionales, más que racionales, porque el instinto y las emociones son los polos de las acciones políticas, no la lógica ni el razonamiento. Así lo asume, Carlos Luis Napoleón Bonaparte III, cuando establece que “uno conmueve a las masas mediante el corazón, nunca mediante la fría razón.” Hubo siempre personas con tendencia a la dominación y otras propensas a la sumisión y, según Kimball Young en su obra “Psicología Social”, aún en las formas de vidas inferiores se desarrolla una jerarquía de dominio y de sumisión en que los miembros más viejos y fuertes, llegan a mandar y dominar a sus demás congéneres. La organización humana es forjada en torno al poder, siendo éste el gran objetivo de los hombres y de los pueblos. En su ámbito se arremolinan las multitudes y las individualidades. Esto se explica en función del ansia de dominio del ser humano. Muchas cosas han girado alrededor de ese ímpetu o impulso humano, que Fredrich Nietzsche llama la voluntad de poder. Los que lo promueven, en cualquier sistema, inquieren siempre la estimulación de voluntades, bajo la invocación de una idea motivadora, suficientemente atractiva, como para movilizar a la gente alrededor de un propósito común. El sentido del poder no está orientado a exigir obediencia por la fuerza, debido a que la experiencia ha demostrado, cada vez más, que la represión genera reacciones rebeldes e incontrolables de parte de las personas y poblaciones. En algunos casos, ésta ha tenido éxitos, pero no duraderos. Por esta y otras razones, surge como necesidad política inaplazable la de reproducir ese arte, que es la propaganda, capaz de contribuir por medio del manejo de la conducta social, al sometimiento y mantenimiento del poder político, con la menor intervención posible del uso excesivo de la fuerza. Entonces, la propaganda emerge como el fenómeno político del Siglo XX, el medio de control social que produce el armamento psicológico del poder, para vender una idea, una acción o un perfil en el mercado político electoral, así como, mantener una buena imagen ante la sociedad. PIONEROS En República Dominicana, es el dictador Rafael Leónidas Trujillo Molina y sus colaboradores, los que desentrañaron los secretos y los influjos de la propaganda política moderna, empleada como efectivo lavado cerebral sobre la población civil. La operaron con impresionante destreza para triunfar y detentar el poder. Trujillo Molina implantó un régimen autoritario pero mantuvo la preocupación de justificar las actuaciones de su dominio y así salvaguardar su base social y la imagen del contenido ético del Estado. Mientras, el instrumento represivo del gobierno operaba con su naturaleza violenta, el aparato ideológico funcionaba por medio de las ideas para conquistar, conformar a los sojuzgados y evitar que perciban su estado de opresión. El trujillismo reprodujo una ideología dominante, que actuó como encerado para mantener fluidas las relaciones sociales, proporcionando el consenso social necesario, mediante la justificación del predominio de su dictadura. El dictador tuvo en sus manos el aparato coercitivo del Estado, (Ejército, Policía, Justicia), destinados a hacer que las masas estén sojuzgadas, sometidas al sistema autocrático de gobernar que implantó. Pero utilizó cuatro instituciones esenciales en la difusión de la ideología trujillista: la Iglesia, la educación escolar, los medios de comunicación y el Partido Dominicano. La función de la hegemonía, realizada por la propaganda trujillista, fue asumida, entonces, por los intelectuales, sacerdotes, maestros, funcionarios del gobierno y militantes del Partido. La dictadura de Trujillo, tuvo una característica singular: fue la única en América Latina que usó la persuasión, por vía de la propaganda política, para sostener su dominio, por encima de la represión física. Dándole, un orden a esos valores, la fuerza jugó un su rol en la aplicación, pero el aparato ideológico de Trujillo, montado en su tribuna de difusión, constituyó la sustancia fundamental del poder político. Con la fuerza puede mantenerse el poder, en base al miedo y el castigo, pero no se logra la adhesión espontánea, duradera y masiva. El doctor Paúl Joseph Goebbels, Ministro de Propaganda del régimen alemán nazi, afirma en su discurso del 6 de septiembre del 1934 en el Congreso de Neurembens, Alemania, que: “Quizás sea bueno el poder que reposa sobre la fuerza de las armas. Pero es mejor y más perdurable ganarse el corazón de un buen pueblo y conservarlo”. Harold Lasswell, en sus reflexiones sobre “Propaganda Techniques in the World War (Técnicas de propaganda en la Guerra Mundial, 1927), afirma que la propaganda, sobre todo, a través de los nuevos medios de comunicación, permite conseguir la adhesión de los ciudadanos a unos planos políticos determinados sin recurrir a la violencia, si no, mediante la manipulación. Asimismo, entiende la comunicación en términos propagandísticos, como la forma más eficaz de mediación. Está comprobado, que el apoyo político invariable se obtiene a través del convencimiento. Con las armas se obliga y con el dinero se compra, pero este último hay que utilizarlo de manera constante, porque si se deja de apuntar con el fusil o se deja de pagar las monedas, los soportes sociales finalmente se van gastando, hasta derrumbarse. DIOS Y TRUJILLO Trujillo sustrajo de las ideas teocráticas, que la naturaleza da a los hombres autoridad sobre sus semejantes y rechazó la tesis de que la fuerza por sí sola, pudiese ser la columna principal del mando político. Por eso, su desmedido afán por sobresalir y encumbrar su imagen, hasta lo divino como el slogan “Dios y Trujillo. Ese poder político que logró el autócrata, mantenido por el rito de la propaganda política como control social, fue lo que permitió superar las barreras de los 30 años, a la dictadura de Rafael Leónidas Trujillo Molina, que, de alguna manera, sigue presente.
27 Diciembre 2011, 11:05
Educación de TrujilloOtra pieza en la maquinaria de control de la dictadura
Dominación. Durante los años de la dictadura, desde las aulas se sembró el respeto y devoción por Trujillo, a través de un profundo temor que era inculcado desde los libros, cátedra, marchas y las actividades de la escuela
Luego de saludar a la clase, la rutina de la maestra era siempre la misma, tomaba un pedazo de tiza y escribía la fecha en la pizarra. Lo siguiente era plasmar una idea alusiva al dictador Rafael Leónidas Trujillo Molina, que luego era comentada durante la jornada.
Mientras, en el patio, grupos de alumnos en perfectas filas ejercitaban marchas militares, con sus zapatos brillantes, uniformes impecables y crispados por la insistencia de la plancha. Durante los 30 años de la dictadura, las escuelas sirvieron como un mecanismo más de adoctrinamiento y sumisión, que enseñaba el orden y limpieza, a través de un profundo temor, y que sobre todo, fomentaba admiración por la figura del caudillo. Los actos, efemérides, programas académicos y en sentido general la rutina escolar conspiraban durante la época para crear “fascinación” por Trujillo, que se continuaba en los pasillos, aulas y oficinas, por la colocación de las fotos del sátrapa. Curiosamente, se trata de una costumbre que persiste hasta estos días, en las instituciones y oficinas del Estado, donde se colocan copiosas imágenes del Presidente de la República. Trujillismo escolar. Al inicio de la dictadura, en el país no había Ministerio de Educación sino una Superintendencia General de Instrucción Pública, la cual estaba adscrita a la Secretaría de Estado de Justicia. Sin embargo, el 31 de diciembre de 1934 esa institución fue suprimida y se creó la Secretaría de Estado de Educación Pública, Bellas Artes y Cultos, siendo su primer titular el poeta Ramón Emilio Jiménez. En su gestión, el también folclorista escribió cantos y poesías a la Bandera Nacional, a Francisco del Rosario Sánchez y a Ramón Matías Mella, que aun son entonados en los centros. Pero, al mismo tiempo, fue durante la gestión de Jiménez que las escuelas públicas del país se llenaron de un ambiente “trujillista”, que se evidenció en acciones de propaganda. En una serie de ensayos sobre la educación en la Era de Trujillo, el profesor Jesús de la Rosa, asesor de Educación, explica que en 1935, para conmemorar el Día de la Escuela, en todos los planteles públicos se realizó la “Campaña del Chele”, mediante la que todos los estudiantes debían aportar un centavo para regalarle al hijo del dictador, Ranfis, una medalla por sus “altos méritos”. Ranfis entonces solo tenía 5 años de edad. También, a los directores de centros se les ordenó organizar actos para hablar de las razones para cambiar el nombre de la capital de Santo Domingo a Ciudad Trujillo. Además, mediante circular, el secretario Jiménez exhortó a los directores de escuelas a difundir “la sabia política que, para bienestar de todos los dominicanos, llevaba a cabo el generalísimo Trujillo, primer maestro dominicano”. En sentido general, durante los años de la dictadura, los programas académicos tenían el objetivo de lograr la adhesión al régimen, a través de distintos mecanismos infiltrados. Todos los libros impresos por el Estado traían una imagen y mensaje del sátrapa. Además de Jiménez, en la primera década de la dictadura dirigieron la Secretaría de Educación los maestros Víctor Garrido, Virgilio Díaz Ordóñez, Arturo Logroño, Emilio C. Joubert, Max Henríquez Ureña, Osvaldo Báez Soler, Pedro Henríquez Ureña y otros. Al día de hoy. Al inicio de la dictadura, en 1930, la población escolar era de 50,739 alumnos y la población nacional estaba estimada en 1,250,000 habitantes. Solo un 4 por ciento de los niños en edad escolar asistía a la escuela. El sistema educativo nacional disponía de 526 escuelas primarias y 52 secundarias, de las que 400 se ubicaban en la zona rural. No por casualidad el analfabetismo era la principal preocupación del régimen, arropando hasta a un 90% de adultos. En los siguientes 50 años, el sistema educativo tuvo un crecimiento acelerado y progresivo, principalmente vinculado a los planes de construcción masiva de recintos y a los esfuerzos para inclusión de niños que estaban fuera de las aulas. Para el año escolar que recién concluyó, el sistema educativo registró una matrícula total de 2,648,649 estudiantes, distribuidos en 11,093 centros educativos públicos y privados en todo el país, que laboran en dos y hasta tres tandas de clases. Contrario a lo que ocurría en los años de la dictadura, la mayoría de centros están ubicados en la zona urbana y tienen en su gran mayoría dos y hasta tres niveles, no solo uno, como entonces. A pesar de que durante los años de la dictadura el analfabetismo era uno de los principales problemas educativos, la estadística de personas que no saben leer y escribir se han reducido considerablemente. En 1960 el analfabetismo se estimaba en 35% de la población de 15 años y más, de ahí se redujo a 11%, en 2005, y ahora se estima en alrededor de 9%. Empero, los avances del sector se han quedado cortos en materia de calidad, por lo que los estudiantes del país se ubican en los últimos puestos de las evaluaciones internacionales. Los resultados de las pruebas nacionales también son penosos, con bajas notas especialmente en Lengua Española y Matemática. Su salida de la escuela. Aunque fue un proceso paulatino, que tardó años, el trujillismo ha salido de la escuela dominicana. Primero, se notó en un silencio temeroso que obligó a evitar los temas relacionados con Trujillo y su familia, y que se manifestó en su salida de los libros de texto y, más tarde, en una crítica abierta a las violaciones de derechos ocurridas durante el régimen. Los 30 años de la dictadura son estudiados en los sectores público y privado de forma abierta, y con libertad en las aulas para la expresión de opiniones y críticas. Las claves 1. Trabajo extra Durante los años de la dictadura, a los profesores se les exigía salir a las calles a buscar alumnos que no estén asistiendo a la escuela, para llevarlos “casi forzosamente”. La idea era incrementar la matrícula estudiantil a nivel rural y urbano. 2. Las efemérides Era común en los años de la tiranía que en las escuelas se celebrara como una efeméride el natalicio del caudillo, el 24 de octubre, y otras fechas ligadas a la familia Trujillo. Por la ocasión, se hacían fiestas y marchas. TRUJILLO ERIGIO TIRANIA BAJO LEY Y BATUTA
Rafael Leónidas Trujillo Molina su nombre, “Chapita” su apodo, por presuncion, y el “Jefe” por adulación.
El 16 de agosto de 1930, a la edad de 38 años, inauguró un régimen antecedido de una rebelión contra Horacio Vásquez. Se puso al frente de un país pobre y sin instituciones, donde pocos presidentes terminaron sus períodos cuando eran “tumbados” por revueltas y conspiraciones. En plena marcha de esa tercera década del siglo 20, el país no tenía un liderato político consistente, ni una clase social fuerte y progresista, ni instituciones de gobierno, ni un cuerpo de orden público y armado obediente. Ante todo eso, Trujillo llega a mandar, no a obedecer. Se erigió como batuta y constitución, y bajo el lema de dictadores como Porfirio Díaz, en México; Anastacio (Tacho) Somoza, en Nicaragua, y Pérez Jiménez en Venezuela, él aplicó la ley de “palo y orden”. Diseñó la infraestructura del aparato social con él como centro de todo y, para sus planes ulteriores, delineó un sistema de leyes que jugaron un papel elemental para su proyecto de dominio absoluto. En materia de legislación y justicia, que abarca los capítulos sociales, políticos y de orden público, se impulsó un montón de leyes que abrieron el camino hacia el despegue de la nación, sólo oscurecido en la vida política por los encarcelamientos, torturas, crímenes y vejaciones cometidos contra sus enemigos. Cientos de leyes y decretos fueron formulados durante los 30 años de dictadura. Este ritmo sólo disminuyó en 1956, cinco años antes de su ajusticiamiento, el 30 de mayo de 1961. No todo el sistema de leyes de Trujillo era malvado y violento. Los tribunales funcionaban con precisión. Estaban bien organizados. Los jueces dictaban sus sentencias con apego a la ley, menos cuando el caso tenía motivación política. Si había que condenar a enemigos del régimen, ahí salían las marcas del desafuero. Nadie podía vacilar para ese propósito. Fueron creadas ocho Cortes de Apelación y los Juzgados de Primera Instancia de la entonces “Ciudad Trujillo” y Santiago alcanzaron división en Cámaras Civiles, Comerciales y Cámaras Penales. De esta manera se le dio una salida rápida a los casos de juicios políticos contra los opositores al régimen. La promulgación de códigos y leyes fueron abundantes. La Constitución tuvo siete modificaciones: 1934, 1942, 1947, 1955, 1959 y dos veces en 1960. Cuantas veces se hizo fue para dar más poderes o exaltar la figura del “Jefe”. Los municipios perdieron su independencia económica al aprobarse que síndicos y regidores no fueran electos por el pueblo, sino nombrados por el tirano. Eso ha cambiado hoy al darse esa decisión a los electores. En el aspecto social se dio rango constitucional a la asistencia del Estado a la familia, desocupados, ancianos, enfermos e incapacitados. Hoy, estos últimos cuatro grupos humanos no tienen protección real y una fracción de las familias reciben asistencia solidaria. Legislación y justicia Trujillo lo reglamentó todo. Hizo aprobar leyes, reglamentos, decretos, ordenanzas y disposiciones. En 1935, en sus primeros cinco años, entre leyes y resoluciones sumaron 259 y los decretos 312. Quince años después, en 1945, el Congreso había dictado 787 leyes y resoluciones y el Poder Ejecutivo emitió 880 decretos. Leyes en el marco social Se aprobó la separación de bienes como régimen de derecho común en el matrimonio y se permitió la desheredación de hijos. En el ámbito religioso se conserva la firma del Concordato con el Vaticano, de 1954, que organizó las relaciones entre el Estado y la Iglesia Católica, mientras se prohibía la práctica haitiana del vudú. Hoy, la nueva Constitución de 2010 establece que: “Las relaciones de la Iglesia y el Estado están reguladas por el Concordato entre la Santa Sede y la República Dominicana…” Entre las abolidas hoy figura la ley del año 1957, que prohibía la práctica de los Testigos de Jehová. El artículo 45 de la Constitución de enero de 2010 indica que “El Estado garantiza la libertad de conciencia y de cultos, con sujeción al orden público y respeto a las buenas costumbres”. Los gobernadores de provincias, hoy nombrados por el Poder Ejecutivo, eran seleccionados por elección popular. La ley 775 aprobó la Convención sobre Asilo Político, la 1422 de 1937 reguló la navegación fluvial y marítima, la ley del Cuerpo Diplomático del año 1938 y la ley de Neutralidad del 1939. En 1934, en la primera modificación de la Constitución, se permitió los monopolios estatales, con el control casi absoluto de Trujillo, que también quitó al Congreso el derecho de aprobar las facultades municipales y las pasó a su poder. Igual aprobó inmunidad de los bienes de presidentes y vicepresidentes de la República. En 1936 se dio el nombre de Pico Trujillo a la altura de montañas del país, hoy Pico Duarte. El de la capital fue cambiado, de Santo Domingo a Ciudad Trujillo. La Era del tirano fue consagrada oficialmente en 1940 cuando se hizo obligatorio colocar el retrato de Trujillo en escuelas y oficinas públicas. Hoy no es obligación de ley, aunque la mayoría de las oficinas públicas colocan la foto del presidente de turno. En febrero de 1941, tras pagar la deuda externa del país, consagrada a través del tratado Trujillo-Hull, la ley 603 creó los Tribunales Tutelares de Menores, hoy existentes. En 1942 fue aprobado el voto elector a la mujer. En efecto, el nuevo artículo 9 de la Constitución considera ciudadanos a todos los “dominicanos de uno u otro sexo, mayores de 18 años”. La ley 391 creó la cédula para las mujeres y la 116 que obligaba a un examen para conocer la actitud física antes de casarse. También se estableció los derechos de la clase obrera mediante la libertad de trabajo, jornadas máximas de ocho horas, días de descanso y vacaciones, sueldos y salarios mínimos y sus formas de pago, seguros sociales, participación mayoritaria de los nacionales en todo trabajo y medidas de protección y asistencia del Estado. Una ley arbitraria de ese mismo año fue la que estableció castigo a cualquier dominicano que asumiera una nacionalidad extranjera. Eso ha cambiado hoy. El artículo 20 de la Constitución de 2010 establece la doble nacionalidad. “La adquisición de otra nacionalidad no implica la pérdida de la dominicana”, reza ahora nuestra Carta Magna. La selección de gobernadores, antes electos por el pueblo, quedó a cargo de Trujillo y así sigue hoy vigente. En 1947 se estableció el peso como moneda nacional, la ley 1529 creó el Banco Central y la Junta Monetaria, la 1406 la Guarda de Menores, la 1896, de 1948, la de Seguros Sociales y la 1464 el Instituto Preparatorio de Menores. En 1951 fue creado el Código Trujillo de Trabajo, que rcoge leyes laborales, luego derogado por la ley 1692, del 29 de mayo de 1992, dando paso al Código actual, de 146 páginas. Leyes de 1952 y 1954 exoneraban de impuestos y hacían inembargables los bienes e ingresos de Trujillo y su familia. En 1955 se sentó en la Constitución el principio de no intervención,la ley anticomunista, la pena de muerte por traicion o espionaje a favor del enemigo. (+) LEYES DE ORDEN PÚBLICO DURANTE LA TIRANÍA La Ley 247 estableció la Cédula Personal de Identidad, obligatoria para todo varón mayor de 18 años, se estableció el principio político de la no-intervención, se consideró el comunismo como incompatible con los principios constitucionales del país, se consagró el derecho del país al mar territorial y espacio aéreo y se permitió la pena de muerte contra quienes, en caso de guerra, traicionaran o hicieran labor de espionaje a favor del enemigo. También se volvió a instaurar la Vicepresidencia de la Republica, se reconoció al Partido Dominicano (el único existente y permitido), la inmunidad de los bienes de los expresidentes o vicepresidentes de la República, sus viudas y herederos. En 1959 se dispuso que los síndicos y regidores, en vez de ser elegidos popularmente, fueran nombrados por el dictador Trujillo. En 1960 fue acortado el período presidencial y el de los legisladores a cuatro años (eran cinco), se volvió a la elección directa de síndicos, regidores y gobernadores de provincias mediante el voto popular, contrario a hoy, que son escogidos por el Presidente En 1960, en el ocaso de la dictadura de Trujillo, se creó una nueva legislación que acortó el período presidencial y de los legisladores a cuatro años. Eso ha cambiado hoy, cuando se ha establecido seis años de funciones legislativas. También se volvió a aprobar la elección directa de síndicos y regidores. Sobre el método para modificar la Constitución, que antes eran realizados por una Asamblea Revisora, elegida por el pueblo, fue delegado a personas elegidas por la población como Asamblea Constituyente. Bajo estos tiempos postdictadura fueron puestas en vigor las disposiciones sobre habeas corpus y libertad condicional derogados durante la Era de Trujillo, igual que leyes de los años 1933 y 1947 que declararon traidores a opositores del dictador. Por varias leves se empezó a quitar el nombre de Trujillo y sus familiares a calles, pueblos, provincias. En noviembre se dictó la ley 5674 que repuso a la capital su nombre de Santo Domingo. La ley 5677 quitó la frase “Era de Trujillo” a las leyes y disposiciones oficiales. La Universidad de Santo Domingo obtuvo autonomía y fue¬ro. También fue derogada la ley del Servicio Militar Obligatorio y la obligación de entregar el 1.5% del salario de los empleados públicos para un fondo de defensa nacional. COMO DEBE SER CONOCIDO EL TIRANO TRUJILLO Por Julio Escoto SantanaTrujillo: El chacal bípedo de San Cristóbal.
Rafael Leonidas Trujillo, uno de los tiranos mas letales que ha tenido la República Dominicana arrasó con la democracia y con todas las libertades durante su pavoroso reinado de 31 años en el que se fue haciendo cada vez más prepotente, ambicioso, codicioso y poderosamente rico; y para el logro de esos nefastos propósitos, ultimó vidas y talentos; adquirió -mediante actos encubiertos con aparente legalidad- inmuebles y haciendas de gran valor a un precio escandalosamente irrisorio, los que después vendió al Estado Dominicano por sumas exageradamente abultadas, saqueando así al erario de manera descarada; y el que, al igual que el nogal, no dejó crecer nada bajo su sombra.
En la declinación de su autoridad ilimitada, le hizo mejoras a su "máquina infernal del crimen," por lo que llegó a ser poseedor de un espantoso expediente en derechos humanos; el que por medio del Servicio de Inteligencia Militar (SIM), dejó un rastro incalculable de violaciones, torturas, asesinatos y desapariciones forzadas; el que, a través de esa misma maquinaria de terror y muerte puso en ejecución un diabólico plan para, "primero: eliminar a los que conspiraran contra su régimen; luego, a sus cómplices; después, a sus simpatizantes; y por último, a los indiferentes y a los tibios." Y bajo ese terrífico esquema, "dio plata a sus incondicionales; plomo a sus enemigos políticos y palo a los indecisos." El que durante 31 años se mantuvo por la fuerza en el poder irrespetando la disensión ideológica y estrangulando los espacios de crítica y el pluralismo político; el que modificaba a su antojo la Constitución, designaba legisladores, jueces y funcionarios públicos que al tomar posesión de sus respectivos cargos, tenían que firmar -sin fecha- su renuncia, por lo que, sin ningún aviso, podía sustituirlos en cualquier momento; el que en sus francachelas afirmaba -según sus acólitos- "que tenía la astucia de Maquiavelo y la perversidad de Nerón;" el que hacia compatible sus creencias religiosas con sus crueldades mas refinadas; con las traiciones mas repulsivas y la lascivia mas desordenada. Y el que recurría al recurso de la muerte para acallar a sus opositores, llegando a segar la vida de mucha gente generosa de este pueblo admirable, haciendo de la Patria de Duarte un gran cementerio. El que se consideró dueño absoluto de vidas y haciendas del país; el que se proclamó único Dispensador de Honores y Favores; Garante del Orden, del Progreso y del Destino de nuestra Nación; el Alto Destinatario; el Benefactor y Padre de la Patria Nueva; el más Grande enemigo del Comunismo; el Big-Man (el gran hombre); "Yo el Supremo, el mas Grande, el mas Poderoso;" el Heraldo de una Verdad Superior que se hizo endiosar por sus cofrades con títulos y elogios para hacerle creer al pueblo que era la encarnación de Dios; el que hasta pretendió ocupar su sitial cuando plasmó esa blasfemia en la placa de metal que obligatoriamente había que comprar y colocar en la entrada de todos los hogares, la cual tenía impresas estas palabras: "Dios y Trujillo." Y finalmente, el que, "hasta la misma noche de su ajusticiamiento creyó haberle tocado la misión de exterminar todo lo que por no ser como él, representaba el caos, la antipatria y el sindiosísmo." A todo eso se debe, que con desparpajo y frialdad, fuera conocido en la República Dominicana y en el Mundo como lo que en realidad fue: Un hombre cruel, despiadado, terrible, con un corazón de piedra y un carácter sanguinario; un cínico; intrigante, desconfiado, autoritario, siniestro e intolerante sin escrúpulos ni sentido de la lealtad, salvo al Ejército como Institución, pero no a determinados compañeros de armas a quienes -en su momento- de manera selectiva hizo asesinar según su conveniencia. El que obsesionado por el diablo que llevaba dentro, dispuso acciones criminales para eliminar físicamente a cientos de sus adversarios políticos, desapariciones forzadas que "consternaron a la sociedad y que llevaron dolor, lágrimas y luto a muchos hogares dominicanos." En fin, un megalómano carente de piedad y compasión que le fascinaba la parafernalia militar, al extremo, de que llegó un momento en que la pechera de su uniforme resultaba estrecha para colocar en ella el montón de condecoraciones y medallas que le otorgaban sus aduladores, lo que le hizo ganar el apodo de "chapita." Esas y no otras son las necesarias percepciones que debe tener la juventud dominicana sobre ese tirano de "temperamento volcánico" que amasó antipatías nacionales y universales, para que las conozca y las difunda, y esté siempre presta a impedir que algo igual o parecido vuelva a suceder en nuestro país; para que evite que ocurran en el futuro las continuas y graves pesadillas que padecimos en ese vergonzoso episodio de nuestra historia política que tuvo una duración de 31 años; y para que nunca más permita el ascenso a la Primera Magistratura de la Nación de un aspirante, que siendo realmente un chacal bípedo, se disfrace de oveja y utilice como carnada el acróstico que le compuso uno de sus lisonjeros con las letras iniciales de sus nombres y apellidos: RECTITUD, LIBERTAD, TRABAJO Y MORALIDAD, con la pérfida finalidad de confundir y seducir al pueblo dominicano con mentiras y falacias, cuando en verdad, lo que hizo este tirano fue lo siguiente: Rafael (R): (Rectitud) Taimada promesa de justicia para luego implantar una implacable tiranía de 31 años. Leonidas (L) : (Libertad) Mendazmente ofertada; la que después amordazó, y finalmente cercenó. Trujillo (T) : (Trabajo) Promesas de faenas bien remuneradas para más tarde hacerlas forzosas; y Molina (M): (Moralidad) Buenas costumbres ofrecidas pero jamás cumplidas; por el contrario, con sus actos aberrantes enlodó las reputaciones de las familias más dignas, y mancilló con morbosa delectación el honor de ciudadanos íntegros. Siempre resultará saludable recordar, que los hechos sangrientos cometidos u ordenados por este dictador, finalmente se revirtieron en su contra, y culminaron con la eliminación de "ese bicho malo que murió como había vivido;" pues de acuerdo a una sentencia bíblica, "lo que entra con sangre, con sangre cae;" quedando confirmado: "que el que a hierro mata a hierro muere." Y para ventura del pueblo dominicano, este tirano que nunca admitió ser una frágil criatura olvidó, que "la contabilidad del Altísimo no solamente es justa, sino que lleva sus libros exactos;" y por eso, no murió en su cama; ni como César, "en las escalinatas del Senado," sino, que fue "ajusticiado a la orilla del camino como un bandolero cualquiera," en cumplimiento a lo dispuesto en el idóneo juicio del Profeta Isaías que aparece en el capítulo 40, versículos 23 y 24: "Dios convierte en nada al poderoso y hace desaparecer al que oprime a su Pueblo, que para Él, es como una planta tierna recién plantada, como si su tronco nunca hubiera tenido raíz en la tierra, a la que sí sopla se marchita, y el torbellino se la lleva como hojarasca." TRUJILLO CREO EL SIM EN EL 1955 7 Marzo 2012, 11:45 PM
El SIM de Trujillo fue el organismo represivo más temido durante la dictadura
El ideólogo fue el periodista deportivo Johnny Abbes García, quien tras la caída de Trujillo fue asesinado junto a su familia en Haití
El Servicio de Inteligencia Militar (SIM), la organización represiva y de persecución política de la dictadura de Rafael Leonidas Trujillo Molina, cumple este marzo 57 años de haber sido creado.
CONFERENCIA DE ELIADES ACOSTA EN SANTIAGOSus operaciones de inteligencia y caliesaje estuvieron bajo la tutela de la secretario de las Fuerzas Armadas, cuyo titular fungía como director. Originalmente sus funciones abarcaban desde la vigilancia de entrada de animales sacrificados, evadiendo el pago de impuestos municipales, hasta la eliminación física de cualquier opositor “peligroso” al régimen. Cuando Trujillo se enteró de los pingues beneficios que generaba la venta de carne en la capital, prorrateó entre tres de sus hermanos las principales entradas viales a la ciudad. José Arismendi (Petán) controlaba la Norte; Vigilito el Sur, y Pedrito el Este. Los dueños de la mercancía les entregaban un comprobante con detalles del producto, desde volumen hasta precio, documento que canjeaban en las oficinas del Consejo Administrativo delDistrito Nacional (Ayuntamiento). Hasta la creación del SIM, los propios comandantes militares, todos identificados con el poder, también vigilaban y controlaban a los desafectos del gobierno, y cuando se nombraba un nuevo director regional, éste recibía del saliente un fichero confidencial con los nombres, direcciones y perfil de los “enemigos” del Jefe. El nuevo comandante tenía facultad de aumentar el fichero con nuevos “sospechosos”, según su criterio. Las oficinas del SIM estaban en una casona de concreto, ubicada donde hoy está la Guardia Presidencial, en la avenida México esquina 30 de Marzo. Ahí funcionaba también la oficina de la cédula personal de identidad y una oficina recaudadora, dependencia de Rentas Internas. La mayoría de las veces las acciones de los miembros del servicio caían en la extravagancia. Como muestra vasta relatar la truculencia como actuaron contra el general Anselmo Paulino, horas después de haber caído en desgracia por “desacuerdos” con la Primera Dama, doña María Martínez y su hijo Ramfis Trujillo. El jefe del SIM era el coronel Manuel García Urbáez (Billia), quien reportaba directamente al Secretario de las FF.AA, general Antonio Leyba Pou, funcionario que había ordenado a Billia “poner un vigilancia permanente a la residencia de Paulino, “para saber quienes eran sus amigos y simpatizantes”. El jefe del servicio de inteligencia impartió instrucciones precisas “para que nadie entrara a la residencia de Anselmo”. Cuando en la mañana del día siguiente llegó el distribuidor de leche la mercancía le fue arrebatada, vertida en los contenes y el lechero recibió una paliza para que no quedara con ganas de regresar. Lo mismo ocurrió con el panadero, mientras que la doméstica fue brutalmente golpeada cuando se dirigía al colmado a proveerse de alimentos para la casa. Indignada por estos atropellos la esposa de Paulino llamó a Trujillo y le explicó lo que estaba pasando. El Jefe le prometió a la dama que de inmediato se ocuparía personalmente del asunto y llamó al Secretario de las FF.AA y al jefe del SIM y les preguntó quien era al responsable de haber dado la orden. Leyba Pou respondió: “Jefe, no he dado esas órdenes”, mientras Billia se defendió alegando que “actuaba bajo las órdenes del general Leyba”. La acción del Jefe fue inmediata: el secretario fue puesto en retiro y García Urbáez, por ser nativo de San Cristóbal, al igual que Trujillo, fue relevado del SIM y enviado al Centro de Instrucción Militar. El cuerpo represivo fue reestructurado y descentralizado de las Fuerzas Armadas después del asesinato del capitán Octavio de la Maza, según narra el Dr. Euclides Gutiérrez Félix, en su obra “Trujillo, monarca sin corona” Su misión imperativa era fortalecer y ampliar la persecución contra los “enemigos” del régimen. En la ocasión el jefe de la organización era el general Félix Hermida, quien al igual que otros dos incumbentes, los generales Federico Fiallo y Fausto A. Caamaño, fueron duros en el combate de las actividades secretas contra la dictadura. Otro jefe del SIM, el general Arturo R. Espaillat, egresado de una academia militar de Estados Unidos, aumentó considerablemente el número de miembros del servicio de inteligencia. A este titular se le encomendó el espionaje internacional, la censura y el control de la inmigración y en la expedición de pasaportes. Hasta la muerte del generalísimo la organización la dirigió el temible Johnny Abbes García, quien laboró como periodista deportivo de La Nación, cuya imaginación maquiavélica era fabulosa. Este verdugo se dedicó a colocar bombas hasta los más cercanos colaboradores del gobierno, para aterrorizarlos para que “ni siquiera pensaran en la traición”. Al militar lo sustituyó el coronel Roberto Figueroa Carrión, que estuvo en el cargo hasta su disolución, y creación del DNI. EL DATO La entidad Funcionarios y colaboradores del régimen de Trujillo eran vigilados por los calieses del SIM, quienes patrullaban la ciudad vestidos de civil, pero con mayor autoridad que los agentes policiales o jefes militares. .- La investigación histórica de las actividades del régimen de Trujillo revela crudamente el uso generalizado de los asesinatos y otros crimines, según queda plasmada en la investigación del profesor cubano Elíades Eliades .Acosta es un intelectual Cubano que se plantó en nuestro archivo general de la Nación y como buen investigador escudriñó por todos los lados el periodo de Trujillo. Cartas ,informes .Memorandums .Oficios .Cualquie pedazo de papel donde podía encontrar una información era aprovechada por este talentoso profesor universitario y de aquí no solo cada semana en Diario libre nos deleita con relatos fascinantes que muestran detalles descarnados de esa dictadura ,sino que con todos estos datos obtenidos ya salió un libro al mercado que lleva por titulo ."La telaraña de Trujillo" Este y otro más de su autoría fueron analizados por cientos de miembros y simpatizantes del Movimiento Izquierda Unida –MIU- en Santiago, y concluyeron en la necesidad de preservar la verdad histórica y difundirla. “La memoria histórica no se reproduce sola, sino que requiere apoyar la investigación para difundirla, y contrarrestar los intentos de endiosar al tirano y hacer olvidar sus abominables crímenes”, sentenció el historiador cubano autor del libro “La Telaraña de Trujillo en Cuba”. La exposición del autor recorrió los más sonados casos criminales del régimen de Trujillo, iniciando con los asesinatos e intentos de eliminar a sus opositores internos como Estrella Ureña, Federico Velásquez, Ángel Morales y otras personalidades de esa época, utilizando los servicios de matones entre los que incluye a Porfirio Rubirosa. A solicitud de los militantes del MIU, el profesor Acosta reveló detalles todavía no muy conocidos, de los acontecimientos que condujeron en 1950 a la desaparición y asesinato, en las calles de La Habana, del líder histórico sindical dominicano, Mauricio Báez, responsabilizando a la trama de Félix W. Bernardino que en ese momento controlaba la embajada dominicana en Cuba. El investigador presentó dos primeros tomos de una investigación más amplia sobre el régimen de Trujillo, en los que pone su atención sobre la realidad económica y social de la dictadura, reseñando la prevalencia de la corrupción generaliza como método de acumulación sistemático. Además la investigación refirió la mala calidad de las edificaciones públicas, como resultados de las rapiñas de las familias trujillistas y sus contratistas, así como a la prevalencia de un escandaloso despilfarro en los viajes diplomáticos que convirtieron a Trujillo en un payaso adornado de birretes y tricornios frente a una nación que andaba descalza. Frente a los intentos de sectores trujillistas de presentar al régimen como un gobierno capaz de resolver problemas, el conferencista resaltó la hambruna generalizada y la prevalencia de enfermedades del hambre, en la que hasta los soldados le escribían al dictador desesperados cartas por la muerte de sus hijos con parásitos, malaria, y diarrea. “Todavía hoy, en pleno siglo XXI, el gobierno de Danilo Medina se ve obligado a lanzar un acertado programa masivo de alfabetización, un mal que Trujillo en más de 30 años ni siquiera pudo reducir a la mitad de la población”, señaló el investigador. Otro aspecto en que el autor presentó un descarnado panorama de esa época fue en lo referente a la economía, señalando que el régimen se distinguió por hacer desaparecer a sectores económicos asentados en las comunidades para imponer empresas monopólicas e ineficientes en sustitución, acabando con industrias como la del calzado, las bebidas, el cemento y otras. La conclusión más importante del conferencista es que no hay solución con dictadura, y que el camino de nuestros pueblos tiene que estar basado en la libertad y en la democracia La vida de un asesino capitalista glorificada y endiosada por el miserable periodismo moderno Rafael Leonidas Trujillo Molina fue de los más abominables asesinos que se haya conocido: mataba sin control alguno a sus opositores, y si éstos se iban al exterior, ordenaba secuestrarlos y luego los masacraba en su presencia. A algunos se les quitó la cabeza, o los descuartizó, pero antes los torturaba con sevicia, con saña. Así hizo asesinar al escritor Jesús de Galíndez, a quien sus esbirros secuestraron en Nueva York, y el propio Chapita le ordenó comerse el libro “La Era de Trujillo”, y le pasó un vaso de agua para que se lo tragara. A este monstruo de Rafael Leonidas Trujillo Molina se le propuso para el Premio Nobel de la Paz, sin duda con el apoyo del bello imperio norteamericano. Pero entonces no teníamos gusanos cubanos exiliados en Miami como Carlos Alberto Montaner o Andrés Oppenheimer que chillaran todos los días por la libertad y la democracia en América Latina; como tampoco un Otto Reich que se viviera irritando por lo que pasaba en aquella isla. Entonces el mar de la felicidad podía encontrarse en cualquier parte del mundo menos en la República Dominicana. Ya quedaban pocos nombres solemnes para llenar los títulos que requería Trujillo, y en el almanaque faltaban días para cumplir con las efemérides que exigía tan excelsa familia. El pequeño Ramfis, fue declarado “Protector de los niños pobres” y “Príncipe Favorito”, mientras que al Presidente y a su mujer lo aclamaban como los “Grandes y Únicos Protectores del Reino”. Pero faltaba más, el decreto número 16 del Presidente de la República, fechado el 26 de agosto de 1938, asciende a Ramfis al grado de general de Brigada, “en mérito a los servicios”. El 13 de julio de 1938, se creó la Orden de Trujillo, e inmediatamente se le otorgó esta máxima condecoración al propio Trujillo en acto solemne de las Cámaras Legislativas. Más tarde habría de relumbrar en su casa un letrero luminoso que decía: “Dios y Trujillo”, tal cual como lo exigía el juez aquel. La Orden de Trujillo la deseaban poseer ardientemente jefes de Estado y de Gobierno, Cortes Permanentes de Arbitraje, catedráticos de Derecho, de Historia, filosofía y ciencias políticas. Si la gente de Pdvsa hubiera vivido entonces, no se habría llamado “Gente del Petróleo”, sino “Gente de Trujillo”. Como la señora Bienvenida, esposa de Trujillo, no podía darle hijos, el 30 de septiembre de 1935, se promulgó una Ley de Divorcio con esta causa: “La voluntad de uno de los cónyuges, si los esposos no han procreado hijos durante los cinco años siguientes a la celebración del matrimonio, ni posteriormente...”. Y el hombre fuerte de aquella isla se divorció de doña Bienvenida. (Después de celebrado su divorcio, esta ley fue derogada). Siete meses más tarde de haberse sancionado esta Ley el Honorable Presidente celebra sus bodas con la madre de Ramfis. Poco antes se había celebrado el bautismo del coronel niño, realizado por Monseñor Ricardo Pittini, arzobispo de Santo Domingo. Qué “bello” y qué “simpático” era aquel Ramfis con sus lentes oscuros, digo, con su gorra de General en Jefe de la Aviación, que paseaba en su yate que llevaba su nombre, y en el que agasajó a grandes personajes de la política norteamericana, entre ellos a Richard Nixon, en 1955. Lástima que Ramfis no hubiera pensado en una cadena de medios de comunicación para verse en el espejo de millones de pantallas chica luciendo su bello porte, sus uniformes bañados en excelsos reconocimientos. Hubiera llegado más lejos, más allá de Hollywood, a la CIA. Un imperio empresarial, un holding, también es una dictadura, impulsa dictaduras, sostiene dictaduras, es el vientre de todas las dictaduras. Son las únicas dictaduras. Y un hijo “bello” es lo mismo en un dictador que en un dueño de medios. Los nuevos tiranos son los dueños de los medios. Todos los dueños de medios son unos Chapitas. Se hacen bellos para todos, como la mujer aquella del “Ciudadano Kane”. O como la otra hija de Chapita llamada María de los Ángeles del Corazón de Jesús. Una hija que le nació en medio del caos de la Segunda Guerra mundial, cuando Trujillo proclamó su neutralidad al mundo en estos términos: “La República Dominicana seguirá la política de los Estados Unidos por dónde quiera que éstos se dirijan”. Trujillo en Europa recogió una buena cosecha de altísimas condecoraciones, lástima que no estaba en su trono el rey Juan Carlos de Borbón, porque de seguro le habría encasquetado una veintena (como esa que le dio a Patricia Poleo) de Premios Príncipes de Asturias. Pero bueno, fue casi lo mismo, Chapita recibió de esa emputecida y púrpura derecha muy entroncada con la negra España, la Gran Cruz de Malta, y se la impuso el príncipe Gaetano de Borbón Parma. El príncipe llegó vestido con la camisa azul y la boina roja de la Falange Española, y en retribución Trujillo le impuso su “Gran Cruz de la Orden de Trujillo”. Téngase en cuenta, además, que el 18 de julio de 1947, día de fiesta nacional de la España franquista, Trujillo recibió la Gran Cruz de Carlos III, y se despepitó en elogios a la política de Franco. Chapita gastó más acuñando en oro su “Gran Cruz de la Orden de Trujillo” que en lo que hizo en puentes y carreteras. Cuando murió, sesenta siete cajas con esta memorable orden del gran estadista se cargaron para su país los marines norteamericanos. Si los rusos se cargaron con el oro español, los gringos se lo llevan todos los días de todas las repúblicas democráticas de Latinoamérica. Las fábricas de placas, condecoraciones, cordones, charreteras, insignias, galeones, monedas, escudos, pergaminos de cantos dorados, no se daban abasto en Estados Unidos para las peticiones que cada mes se hacían desde la República Dominicana. El 25 de mayo de 1938 se creó el “Premio Julia Molina de Maternidad” (en nombre de la madre de Trujillo), El Día del Padre será el Día de José Trujillo Valdez, y también se crea el “Premio Escolar Ramfis”. Después a la esposa de Trujillo la proclamaran, las emperifolladas damas ricas, civilistas, proto-mayameras, de esa Nación: “Primera Mujer de las Américas en la República Dominicana”. Todo lo que tocaba y cargaba Trujillo era declarado joya nacional, y se estaba encorvando con el peso de tantos honores porque este mismo año le encajaron el de “Restaurador de la Independencia Financiera” y “Catedrático de Economía Política” de la Universidad de Santo Domingo, y enfermó gravemente. En nombre de estos títulos y muchos otros que se estaban cocinando en los cerebros ardorosos de sus seguidores, EE UU le concedió en 1941, préstamo, a través del Export-Import Bank, para comprar armas, de tres millones de dólares. Y el 13 de diciembre de 1941, Trujillo le declara la guerra al Japón, y en grandes titulares de esos medios de comunicación, poderosos y miserables, apareció un enorme titular: “Fue declarado el estado de guerra entre la República Dominicana y el Japón”. Tres días más tarde, esos mismos medios tendrían servido otro titular de declaración de guerra contra Italia y Alemania. Esos mismos miserables dueños de medios de aquel país, idénticos a los de todos los países, el 7 de febrero de 1942, en celebración del Día del Periodista, La Nación publicó una gran foto de Trujillo llamándolo “Primer Periodista de la República”. Se lo tenían bien merecido. Peor fue lo que se hizo el 18 de junio de 1954, cuando Trujillo se le designó académico de número de la Real Academia Española. Pero hay algo más: El 8 de mayo de 1943, Ramfis le pide a su padre que derogue el nombramiento de General que “hizo en un acto de simpatía a mi niñez”. Y el padre conmovido lo acepta. Inmediatamente los medios de comunicación se llenan de titulares enormes con aquel gesto que es “la prueba de civismo que acabas de ofrecer a la juventud dominicana”. “¡Qué hermoso y consolador se aparece esto en un mundo tan escaso de valores morales!”. Hay miles de carta de felicitación que no caben en todos los periódicos. Así que Ramfis tenía 14 años cuando renunció a su primer generalato. Pero diez años más tarde cuando sea de nuevo Mayor General y Jefe de Estado Mayor de la Aviación, nadie se preguntó cómo fue que llegó tan alto sin haber pasado por grados o escalafones inferiores. Pero nada, ya también era doctor en Derecho (sin haber estudiado jamás leyes) e inspector de Embajadas y Legaciones con rango de Embajador Extraordinario. Ramfis comenzó a importar caballos de carrera, y cuando el dueño del algún animal le ganaba a los suyos, lo metía en la cárcel o lo expulsaba del país. Pero la familia Trujillo no era tan arbitraría como la gente se imagina. No. Trujillo amaba tanto la constitución de su país, que para 1947, se proclamó la Constitución número veinticinco de su historia, y estaba dispuesto a reformularla veinte veces más si era necesario. El 26 de noviembre de 1947, familiares de Trujillo fueron condecorados con la Legión del Mérito de los Estados Unidos. Pero poco después, la hija menor del dictador, María de los Ángeles del Corazón de Jesús, junto con una primita suya, son nombradas Embajadoras Extraordinarias en Misión Especial para asistir a la Coronación de la Reina de Inglaterra. Más tarde Angelita del Corazón de Jesús será Reina de la Feria de la Paz y Confraternidad del Mundo Libre. Al pasar por Madrid, estas niñas son homenajeadas con un banquete oficial por Franco. A Trujillo entonces le estaban gustando los viajes, porque de veras creía que era uno de los hombres más importantes de su continente después de Harry Truman. En mayo de 1954 viaja España y al Vaticano, y en Madrid es recibido oficialmente por Franco y los dos Generalísimos se abrazan y se condecoran, otra vez mutuamente. Con el Papa firma un Concordato, cuyo punto clave es la eliminación del divorcio entre parejas católicas. Ya para entonces Trujillo se había divorciado dos veces y su hija Flor de Oro, cinco veces. Esta es la historia de los hombres ricos y poderosos de América Latina, sobre todo en la región caribeña, cuyos Ramfis heredan los grandes bienes de sus padres. El 1956, por exigencia de la Casa Blanca, el estadista Trujillo le entrega en calidad de préstamo al dictador Fulgencio Batista, y para que compre armas, un millón de dólares. Cuando se los da, le dice: “Para que no te ahogues en el Mar de la Felicidad”. Pero así y todo, Batistas no puede, y acaba huyendo a la Republicana Dominica el 1º de enero de 1959. Batista había huido de Cuba con varias cajas de dólares, y en República Dominicana quiso hacerse el pobre, hasta que Trujillo lo llamó a su despacho, y le dijo: “¿Usted no pretenderá que yo le cobre a Fidel Castro unas armas que se usaron en su contra?”. Batista, luego de sudar copiosamente saldó su deuda con el terrible tirano. Con Batista no había Mar de la Felicidad sino de Putas: Mafiosos, bandas de verdugos trajeados de empresarios, policías criminales al servicio de la CIA. Qué error ha resultado para todas las Coordinadoras Democráticas de América Latina que el lugar del Mar de Putas que era Cuba, terminara en el de la Felicidad de hoy. Venezuela, gracia a Dios, nunca ha sido un Mar de la Felicidad gracias a los Chismeros que hasta los carritos de helados nos trajeron hechicitos y completos. Gracias a ellos Venezuela entró en un franco desarrollo social, en un completo autoabastecimientos de productos agrícolas, y en una de las potencias educativas y económicas más sobresalientes del continente. Fue aquella una época de los años sesenta, que pudo haber sido el del inicio de la liberación de América Latina, porque los tiranos andaban temblando en el continente, EE UU diseñó un plan más perfecto para la dominación: LA MENTIRA A TRAVÉS DE LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN, ADEMÁS DE LAS ESPECTACULARES TRAMAS PARA IMPONER POR ELECCIONES AMAÑADAS TODOS LOS GOBIERNOS DEMOCRÁTICOS QUE NECESITARAN. De allí en adelante ya no le hacía falta el estadista Trujillo, sino bellacos lacayos como Rómulo Betancourt. Entre algunos documentos desclacificados de la CIA en referencia a la República Dominicana, en el relativo a The United Sates Capability to Influence ther Furtherance or Our National Objetives in Latin América, el que contiene el menaje número 967156, el Comando Sur sostiene el 29 de octubre de 1959, que “LA PERPETUACIÓN Y EL MANTENIMIENTO PARA SIEMPRE DE LA DICTADURA DE RAFAEL LEONIDAS TRUJILLO, ES LO MÁS CONVENIENTE A LOS INTERESES NORTE-AMERICANOS”. De modo que Betancourt era un cero a la izquierda en su guerrita contra Trujillo, y nada podía hacer contra el dictador dominicano sin la previa autorización de los gringos. El mismo Comando Sur, ese 29 de octubre recomendaba que una maximización de la “INFLUENCIA DE LOS MILITARES EN LATINOAMÉRICA ES EL MÁS EFECTIVO MÉTODO PARA ENFRENTAR LAS ALARMANTES SITUACIONES QUE SE ESTÁN DANDO EN LA REGIÓN DEL CARIBE”. Los mandos militares estadounidenses veían en Trujillo un bastión en la campaña internacional contra subversión comunista. Estos mismos bandos recomendaban que a los políticos profesionales de latinoamericana se les viese con suspicacia, “tanto en lo que respecta a sus motivos patrióticos, como a su profesada amistad hacia los Estados Unidos” (rezaba el mensaje secreto de este Comando, número 967156). Para 1954, en doce de las veinte repúblicas latinoamericanas gobernaban dictaduras militares apoyadas fuertemente por EE UU. Las que no eran dictaduras, para gobernar debían tener el visto de bueno de Departamento de Estado. A partir de 1960, el Presidente Dwight Eisenhower comienza a plantearse la salida de Trujillo para que no se repita la experiencia cubana. Era una decisión muy compleja, si se toma en cuenta que Trujillo fue el campeón del anticomunismo desde 1947, cuando el demócrata Harry Truman proclama su doctrina. No hay que olvidar que Rafael Leonidas participó activamente en las actividades que desarrollaron las tropas norteamericanas en la intervención de 1916 a 1924 en este país. En la política internacional, el más servil de los gobiernos a las decisiones de Washington es Chapita. Es totalmente falso que los roces de Dwight Eisenhower con Trujillo proviniesen de la negativa del gobierno gringo en 1958 de concederle a Ramfis un diploma por parte del Comand and General Staff College, de Fort Leavenworth, en Kansas, porque ya en los pechos de Ramfis no cabía una condecoración más del gobierno norteamericano. No hubo en aquellos primeros años de la década de los sesenta, esfuerzos conjuntos con varias dictaduras para intentar derrocar a Fidel Castro. Betancourt será utilizado por Washington como la cuña mayor para que en nombre de la democracia emprenda en la OEA y en todas partes una campaña atroz contra el comunismo en América Latina. El mar de focas de primeros mandatarios latinoamericanos se contonearan de lo lindo por las sardinas que les echarán los gringos. Nadie quería ser, por supuesto, una Mar de la Felicidad. Para no ser un Mar de la Felicidad había que vivir de rodillas. La situación de hipocresía bestial en el Caribe se caldeó, cuando The New York Times publicó el 22 de enero de 1959, palabras de Fidel Castro en las que acusaba a los Estados Unidos el no haber cuestionado jamás las atrocidades del monstruo de Trujillo, pero que sí pegaba el grito en el cielo cuando se fusilaba a los esbirros de Fulgencio Batista. EN QUÉ CONSISTE EL “MAR DE LA FELICIDAD DE CUBA” Al mismo tiempo, Harry Schlaudeman, experto terrorista del Departamento de Estado norteamericano, sostenía: “nuestro generalísimo ha sido durante los años más caliente de la Guerra Fría un aliado o un instrumento el gobierno norteamericano contra el comunismo internacional”. Dwight Eisenhower insistía en que había que sacrificar ese peón para fines ulteriores de la política estadounidense. “Ya es un perro que no muerde”. A la par que se veía qué se hacía con Trujillo, EE UU utilizando a su nuevo peón en la escena política caribeña, a Betancourt, le ordenó cortarle el suministro de petróleo a Cuba por parte de Venezuela. Entonces Cuba comenzó a importar petróleo de la Unión Soviética. EE UU se negó a refinar ese petróleo, y Fidel decidió nacionalizar las compañías norteamericanas. Fue cuando EE UU decidió convertir a Cuba en el Mar de la Felicidad que es hoy, con invasiones, embargos y acosos asesinos de la CIA. La CIA ya había proclamado su ley contra cualquier gobierno que intentase ser soberano en América Latina: “O coméis mierda o seréis convertido en un Mar de la Felicidad”. Dwight Eisenhower le aplicó el primer crimen económico contra Cuba cuando le redujo en 700 mil toneladas a la cuota de azúcar, reduciéndola luego a cero en marzo de 1961. Fue cuando Trujillo se aprovechó de esta medida, y con senadores y representantes gringos aliados a su política democrática, aumentó la cuota de la azúcar dominicana en el mercado estadounidense. Así se hizo para que la República Dominicana de Chapita nunca fuera un Mar de la Felicidad. Después vino el show de 1961, cuando Dwight Eisenhower rompió relaciones con Trujillo, “pero manteniendo las tipo consular”. Tres días después de este anuncio, la Nicaragua del monstruo Somoza también rompe relaciones con Trujillo, y lo mismo hace la joya de Francois Duvalier. Una cerrado el caso Trujillo, la flota americana se parapetó en las costas de la capital dominicana, con el llamado GRUPO CONSULTIVO DE ASISTENCIA MILITAR, MAAG, uno de los principales instrumentos de EE UU para incidir en las decisiones de este gobierno caribeño. Cuando el MAAG no podía cumplir su misión a solas, le asistía desde Panamá el Comando Sur. Fue el MAAG, quien dio el golpe de estado contra el gobierno constitucional de Juan Bosh el 25 de septiembre de 1963, la prisión y exilio de los generales balagueristas durante la guerra de 1965, y el propio exilio forzado del general Elías Wessin y Wessin, además de la presencia durante los cambios militares efectuados por el Presidente Antonio Guzmán el 16 de agosto de 1978. Fue así, gracias al MAAG, como la República Dominicana nunca llegó a ser otro Mar de la Felicidad. rodri@ula.ve La ley, Trujillo, ¿y después?
Por Rosario Espinal
¿HACE FALTA UN TRUJILLO ?Por José Alduey Sierra.
Su peor legado es haber institucionalizado el crimen desde el Estado, el latrocinio , la delincuencia, y mantener la ignorancia y la miseria de la población más pobre . Todo el modelo macroeconómico faraónico que heredamos hoy, que eterniza la miseria, porque estrangula la población más pobre, sin desarrollo humano, es originario de la tiranía de Trujillo. Nunca pagó salarios decentes ni desarrolló la educación. Lo mismo que ahora. En materia de políticas sociales y económicas vivimos en plena Era de Trujillo. Un grupito de funcionarios, el dictador y su familia eran los únicos con derecho a la prosperidad, al despilfarro y al derroche de los fondos públicos. El mismo modelo de la democracia con Joaquín Balaguer, con el PRD y con el PLD y el presidente Leonel Fernández. Faraonismo y macroeconomía estable, sin impacto social. Su muerte fue el final de la dictadura, el derrumbe completo de una era de opresión, muertes y abusos, que tuvo como punto culminante el salvaje y brutal asesinato de las hermanas Mirabal y el periodista español José Galindez. Con los crímenes y torturas más horrendos ocurridos en la cárcel de la 40, el martes 30 de mayo de 1961, desapareció físicamente el tirano y se derrumbó aquel régimen oprobioso. Pero no el trujillismo como cultura, ideología y visión social mezquina del Estado frente a la mayoría de la población. Ese trujillismo sigue vigente, sigue vivo en la democracia. Trujillo edificó muchas obras. Es cierto. Creó el sistema financiero y fundó el capitalismo. Hizo toda la infraestructura vial y hospitalaria. Pagó la deuda externa. Creó el Banco Central y el Banco de Reservas. Hizo mucho. Pero fue una sola administración de 31 años, equivalente a ocho períodos de gobiernos democráticos consecutivos. Bien analizados, los logros del trujillismo no son tan extraordinarios como los quieren presentar sus defensores y familiares. Cumplió deberes fundamentales del Estado moderno en cualquier Nación. Tampoco es como para perdonarlo, justificar sus crímenes y mandarlo a la Gloria. La pregunta que todos debemos formularnos es la siguiente: ?Ocho presidentes democráticos lo habrían hecho igual, mejor o peor?. Quizás mucho mejor, y con libertad y respeto a la vida. Entonces, sus logros no son tantos ni tan significativos. Mucho menos al precio de sangre y dolor que debió pagar la Nación. En material de obras, Leonel, Balaguer y Trujillo están en la misma página de la historia. Son modelos idénticos. Son peores que Trujillo en corrupción por cuestión de tiempo. No podemos decir que hace falta un Trujillo y que no valió la pena haber matado al dictador 50 años después y darle paso a una era de libertad de hablar y elegir nuestros gobernantes. Porque en la democracia haya muchos trujillitos, enriquecidos a la sombra del Estado. Trujillo y su corte era un grupo reducido de ladrones y matones. Es verdad que ahora es masiva la fuerza de la impunidad y la corrupción. Pero podemos combatirla, denunciarla y corregirla con el poder del voto y de la prensa. ¿Ha sido la democracia peor que Trujillo? En algunos aspectos sí. Pero eso no justifica ninguna dictadura. La democracia, la libertad, es preferible siempre. Por más incompetente y decepcionante que sea. Porque el votante tiene la palabra para castigar sus malos gobernantes en las urnas. Siempre puede escoger algo mejor. Pero siempre elegimos lo peor. Al menos malo. No al bueno. No sabemos elegir o tenemos los ojos cerrados por los de arriba con la pobre inversión en educación. Exactamente igual de pésima y desastrosa en los trece gobiernos de la era democrática post-trujillista con la gobernabilidad administrada por el PLD (tres períodos, 12 años), PRD (tres períodos, 12 años y PRSC (seis períodos, 22 años). Como quiera es preferible a la dictadura. Lo demuestran las grandes democracias contemporáneas, como Francia, Inglaterra, Estados Unidos, Alemania. Aunque en todas partes hay muchos problemas. Apenas hemos tenido 12 gobiernos democráticos, en 50 años, después del ajusticiamiento de Trujillo. Si no contamos los siete meses del primer presidente e electo Juan Bosch (1963), derrocado por los gorilas del trujillismo, el triunvirato de Donald Reid Cabral ni la gestión de Francisco Alberto Caamaño Deñó (1965) ni la transición hacia el balaguerismo con Héctor García Godoy, tras la Guerra de Abril de 1965. Es de suma importancia establecer los compromisos de Estado contraídos por Balaguer con el trujillismo. Porque es bien claro: Balaguer gobernó con las botas de Trujillo. No es nada nuevo. Pero que lo admita la familia Trujillo le da categoría de un hecho histórico consumado. Y explica todo el comportamiento militar y civil posterior desde el poder, especialmente en los doce años, 1966-1978. Todo el abuso de la era oscura y sangrienta del balaguerismo fue planificado. Que luego, retornado al poder por el PRD, liberalizó un poco sus mandatos en 1986-1994. Pero un gobernante malo, en democracia, al servicio del trujillismo. Lo importante es ver ahora en qué forma ha podido perpetuarse el trujillismo en la sociedad dominicana actual, desde la caída del dictador hasta nuestros días. A partir de esa alianza estratégica Balaguer-Trujillo. Que se ha mantenido en lo ideológico-cultural, en las políticas públicas clientelistas, en el manejo del presupuesto y los recursos del erario público, en la corrupción y en la impunidad, con la presencia en el poder de los partidos gobernantes de la era democrática, llamados a producir el cambio, el relevo generacional, con el PRD y el PLD y sus respectivos gobiernos. Sólo hay que mirar las babilónicas villas de riqueza y los tugurios de la pobreza. Queda demostrado, si es que hacía falta esa demostración, que el nacimiento de la democracia, trae como secuela , pese al ajusticiamiento de Trujillo, la permanencia del trujillismo, como escuela de teoría y práctica política de Estado, algo que se refleja en la superestructura de la sociedad, en la clase media y las clases bajas, así como en la conducta caudillista y mesiánica de nuestros gobernantes, amaestrados en el seguimiento de adhesión al trujillismo en muchas de sus manifestaciones políticas, ideológicas y culturales. Podemos palpar trujillismo en la violencia intrafamiliar y los altos niveles de criminalidad en la sociedad dominicana de hoy, con la muerte de más de 200 mujeres al año, como secuela directa del machismo a ultranza y el mal ejemplo que brindan desde arriba las autoridades judiciales con la impunidad y la tolerancia absoluta a la corrupción y el crimen como herencia fatal del trujillismo. El servilismo político hacia la autoridad establecida, el guapismo como demostración de fuerza, hombría y valentía, el exceso de autoridad militar, el autoritarismo civil, el jefismo y el abuso de poder, son expresiones claras de una nación que todavía vive inmersa, en muchos aspectos, en la mentalidad del trujillato. Es que el trujillismo es un modelo de ejercicio del poder todavía vigente, vivo, y con mucha fuerza en el país. No importa quién gobierne. El afianzamiento del paternalismo, el endiosamiento de los gobernantes de turno, está presente en esa cultura del trujillismo, la biblia de la clase gobernante dominicana en el manejo político del Estado. Es trujillismo lo que impera en los cuarteles, con los altos mandos militares ricos, y con veinte guardaespaldas para cuidar sus fincas, una manera de reproducir el perfil del Jefe. Si miles de dominicanos mueren ametrallados por la Policía en los denominados “intercambios de disparos”, en pleno Siglo XXI, eso es secuela del trujillismo más puro en la democracia, en flagrante violación a los derechos humanos. La justicia es ajena a ese permanente pelotón de fusilamiento. Es que la conducta político-militar frente a los civiles sigue normada por el abuso de poder, el atropello del militarismo rancio que mantiene los patrones trujillistas como estandarte en muchos estamentos de las Fuerzas Armadas y la Policía, en la conducta práctica, con violaciones elementales a su Ley Orgánica de los cuerpos militares y policiales. La tarjeta de un oficial militar tiene más categoría de ley que los principios constitucionales. Esas “tarjeticas” tienen más influencia y más poder que cualquier legislación establecida. El jefismo, una categoría histórica en el país, coloca en funciones públicas a personajes incompetentes por pura influencia política, en desprecio de profesionales académicos y preparados. Civiles y militare. E so es puro trujillismo. Sin esas prácticas de transferencia de la influencia y el poder, José Figueroa Agosto probablemente jamás habría penetrado tan hondo como lo hizo en los más altos niveles de la sociedad civil ni en los estamentos militares corrompidos por el narcotráfico. La vuelta al trujillismo no es más que una expresión de descontento, válida frente al deterioro profundo de la autoridad Por la crisis derivada de la impunidad compartida por el tripartidismo. Es una expresión de desahogo nacional, ante la impotencia. Lo que la gente quiere es más autoridad, más respeto a la ley y más orden con justicia social. No más Trujillo. AMORTAJAR A TRUJILLO
Todos los años, al llegar el mes de mayo, aparece en los periódicos la máscara mortuoria modelada sobre el cadáver de Trujillo. En muchas sociedades antiguas hubo la creencia de que tocar la máscara de una persona fallecida “transmitía” las cualidades o poderes que tuvo mientras vivía. La máscara mortuoria de Napoleón fue subastada hace siete años. La compró “un particular cuya identidad se desconoce”. Se dice que esta máscara es “la verdadera”, pues se nota en ella una diminuta cicatriz que “identificaba” la cara de Bonaparte. Escuché hace años, de boca de un anciano: “mirando la máscara funeraria de Trujillo se comprende que era militar; se ve firme, en atención”.
El cadáver de Trujillo ha viajado en su lujoso féretro: desde Santo Domingo a San Cristóbal; de ahí fue trasladado a París y luego a Madrid. Ha sido “un muerto trajinante”, según dicen los “espiritistas” dominicanos. Con cada solsticio de verano se calientan los huesos del tirano y se aviva la combustión de las polémicas sobre su figura política. No hemos hecho la “digestión histórica” de Trujillo. Una y otra vez, recomenzamos el esfuerzo por asimilarlo parcialmente, como si fuésemos una sociedad de rumiantes. La máscara de Trujillo sigue actuando sobre los dominicanos. Les invita a repetir el pasado, a resolver a golpes y patadas lo que debería arreglarse con inteligencia y disciplina. El autoritarismo es una planta endémica del Caribe antillano. En Cuba se ha cumplido la antiquísima ley del eterno retorno: Machado, Batista, Castro. De una manera o de otra, se regresa al despotismo en la Antilla Mayor. Algún exiliado anticastrista, residente en Miami, podría decir: “Chico, Fidel es un hombre con pelotas; lleva cincuenta años burlándose de los americanos”. La admiración por “el poder total” disminuye con suma lentitud; incluso en aquellos que racionalmente rechazan los gobiernos autocráticos, los procedimientos despóticos. El general José Miguel Soto opina que es imprescindible “arrojar de nuevo la bestia antigua del autoritarismo y del continuismo a los abismos”. Afirma que “la historia no se puede corregir”, puesto que se compone de hechos cumplidos. Propone “matar el fantasma de todas las formas de dictadura”. Pero “amortajar” a Trujillo exigirá un trabajo de intelección, geopolítico y sociológico.
CONSTITUCION Y APOLOGIA DEL TRUJILLISMO
La Constitución protege el derecho al honor y al buen nombre
¿Es constitucionalmente admisible penalizar a quienes alaben o exalten a los Trujillo como dispone la Ley 5880 de 1962? Responder esta pregunta es crucial a la hora de determinar el tipo de democracia constitucional que tenemos y el contenido de una libertad que, como la de expresión, es clave en toda sociedad democrática.
La referida ley parte de la premisa de “que el pueblo dominicano al liberarse de esa sangrienta tiranía [la de Trujillo], tiene el legítimo derecho a defender y preservar el estado de libertad y dignidad que disfruta, de los residuos y resabios de ese pasado luctuoso, que pudieran conspirar contra su tranquilidad”. Con las sanciones penales a quienes alaben o exalten a Trujillo, el legislador prohíbe la manifestación de opiniones que son infamantes y ofensivas para la memoria de las víctimas, de los supervivientes y de todo el pueblo dominicano y constituyen una amenaza en la sociedad democrática en tanto que tienden a la rehabilitación “de aquel régimen despótico en pugna con el sistema democrático que vive ahora el pueblo dominicano”. Es, por tanto, una necesidad social imperiosa “legislar, en el sentido de erradicar del ambiente nacional esas peligrosas e inciviles actuaciones que alteran el orden público y, además, producen confusión en las mentes de niños y jóvenes”. La dignidad humana es un superlímite que configura el marco dentro del cual ha de desarrollarse el ejercicio de los derechos fundamentales y el núcleo intangible de los valores supremos de nuestro ordenamiento constitucional. La Ley 5880 establece limitaciones a la libertad de expresión que son perfectamente compatibles con las exigencias del artículo 49 de la Constitución, que establece que el disfrute de esta libertad “se ejercerá respetando el derecho al honor, a la intimidad, así como a la dignidad y la moral de las personas, en especial la protección de la juventud y de la infancia, de conformidad con la ley y el orden público”. Y es que, en el fondo, lo que dicha ley busca es proteger penalmente el bien jurídico del “estado de libertad y dignidad que disfruta” el pueblo dominicano, es decir, “la paz y seguridad públicas” (artículo 1 de la ley), asociadas a la dignidad humana, valor supremo y fundamento de la Constitución y del Estado (artículos 5 y 38 de la Constitución). Como esta ley precede a la Convención Americana sobre Derechos Humanos, el tipo penal que establece no puede reconducirse, sin violar el principio de legalidad penal, al delito de apología del odio cuya condena por ley es exigida por el artículo 13 de dicho instrumento, al disponer que el legislador debe prohibir “toda apología del odio nacional, racial o religioso que constituyan incitaciones a la violencia o cualquier otra acción ilegal similar contra cualquier persona o grupo de personas, por ningún motivo, inclusive los de raza, color, religión, idioma u origen nacional”. Pero ello no es malo porque la apología cuya prohibición legal exige dicha Convención requiere que la misma constituya una incitación a la violencia o acciones similares, en tanto que la apología al trujillismo, condenada por la Ley 5880, se configura por el solo hecho material de la exaltación a los Trujillo. Pero más allá de la Ley 5880, y sin que en ningún caso se admita la censura previa, convengamos que el Estado constitucional se basa en un “mínimo de verdad” (Peter Haberle). Esta verdad incluye la memoria histórica de “los ejemplos de luchas y sacrificios de nuestros héroes y heroínas inmortales”, como afirma el Preámbulo de la Constitución. La Constitución protege, por tanto, el derecho al honor y al buen nombre (artículo 44) y la dignidad (artículos 38 y 49) de las víctimas de la Era de Trujillo y cualquiera de ellas o sus sucesores, pueden ejercer acciones judiciales civiles, preventivas y penales para proteger su honor. Estas acciones pueden ser colectivas pues, como bien ha señalado la jurisprudencia constitucional española, la libertad de expresión puede verse limitada por el derecho al honor de “grupos humanos sin personalidad jurídica pero con una neta y consistente personalidad por cualquier otro rango dominante de su estructura y cohesión, como el histórico, el sociológico, el étnico o el religioso” (STC 176/1995). Editorial del periodico el Caribe.01/11/2012 12:00 AM - Redacción
De acuerdo al “Diccionario de sinónimos y antónimos del español actual”, la dictadura tiene como sinónimos la autocracia, el absolutismo, el totalitarismo y la tiranía. Identifica como su antónimo a la democracia.
En la dictadura, el poder reside en un hombre, y su recua de colaboradores, que son quienes lo ayudan a conformar una pantomima que suelen definir como democracia, en este caso, un congreso y un poder judicial a imagen y semejanza del dictador. La Constitución, en una dictadura, si bien existe como instrumento de legitimación, está subordinada a la voluntad del Supremo. Y así, las demás instituciones de ese sistema quedan bajo su supremacía. La escuela, las expresiones artísticas y culturales quedan subyugadas al imperio del hombre fuerte. Su predominio se impone con los aparatos represivos y su partido único. (¡Ay de aquél que no portara la palmita!, sinónimo del carnet del Partido Dominicano durante la era de Rafael Trujillo Molina). Y así, en la dictadura, el jefe se convierte en un ser por encima de la misma Constitución que patrocina, las leyes que aprueba su congreso, la justicia que administra a su acomodo. La opresión impone el miedo. Su presencia es perceptible en todos los lugares, incluso, en las viviendas, en la intimidad del hogar. Queda entronizada en la familia. Por eso, era común encontrar en los frontales o interiores de las viviendas y bohíos durante la Era, un letrerito con la siguiente expresión: “En esta casa Trujillo es el jefe”. La dictadura pasó a ser sinónimo de trujillismo. El poder era omnímodo. Por todo eso, constituye una osadía pretender que la tiranía o el trujillismo está permitido por mandato constitucional. La Constitución es portaestandarte de la democracia, negación de la dictadura. Un estado social de derecho reconoce las libertades y derechos ciudadanos, y obviamente niega la tiranía, el trujillismo. De modo que invocar la Constitución para defender los “valores” de la dictadura es un cinismo sin nombre, que insulta la inteligencia y agrede el sentido de convivencia ciudadana. Es una afrenta. Ramfis Domínguez Trujillo ha ido demasiado lejos. Carta de Americo Lugo a Trujillo. Una pieza exquisita que esboza el valor y la rectitud de un ser humano vertical.Ciudad Trujillo, Distrito de Santo Domingo, 13 de Febrero de 1936 Generalísimo Rafael L. Trujillo. Presidente de la República. CIUDAD Honorable Presidente: En el discurso pronunciado por Ud. el 26 de Enero último al inaugurar el acueducto y el mercado de Esperanza, hace Ud. una afirmación que no puedo dejar pasar por alto, relativa al encargo que, a iniciativa de Ud. me fué propuesto por el gobierno dominicano y que, aceptado por mí, dió ocasión al contrato celebrado entre éste y yo en fecha 18 de julio de 1935, y en virtud del cual me he comprometido a escribir una nueva Historia de la Isla de Santo Domingo. Dicha afirmación es la siguiente: "Que Ud. me ha confiado el encargo de escribir, en calidad de Historiador Oficial, la historia del pasado y del presente". Me veo en la necesidad de ocupar su elevada atención para manifestarle que no me considero historiador oficial ni obligado a escribir la historia de lo presente. No me considero historiador oficial, porque mi convenio excluye por naturaleza de toda idea de subordinación y debe ser cumplido exclusivamente bajo los dictados de mi conciencia. No recibo órdenes de nadie y escribo en un rincón de mi casa. Tampoco me considero historiador del presente, porque, por el contrario, la cláusula primera de mi contrato con el Gobierno Dominicano excluye de manera expresa el escribir la historia del presente. Dicha cláusula dice así: "El doctor Américo Lugo se obliga frente al Gobierno Dominicano a escribir una obra intitulada Historia de la Isla de Santo Domingo, que constará de cuatro volúmenes en octavo, de cuatrocientas páginas, más o menos, cada volumen; la cual comprenderá el período comprendido entre los años 1492 a 1899, o sea desde el descubrimiento de la isla basta la última administración del Presidente Ulises Heureaux inclusive. A partir de esa fecha, el Dr. Lugo se obliga a hacer en su obra un recuento histórico de las demás administraciones". "Recuento" significa: Enurneración, inventario". En consecuencia, recuento histórico significa una enumeración de sucesos históricos; pero de ningún modo significa escribir la historia de dichos sucesos. Y un recuento es lo único a que me he obligado, a contar de 1899 o sea de la última administración del Presidente Heureaux. El título de historiador oficial carecía de sentido aplicado a un historiador del pasado. No podría referirse sino a la persona nombrada para escribir la historia de la administración actual; y la historia de la administración actual está excluida de mi Contrato, con el Gobierno Dominicano, como lo está la de todas las demás administraciones públicas posteriores al 26 de julio de 1899. Yo manifesté al enviado de Ud. que mi deseo era y había sido siempre no escribir historia sino hasta el año 1886 solamente. Se me arguyó que mi historia quedaría muy atrás para los estudiantes; y en obsequio de éstos convine en alargarla hasta 1899 y en hacer un recuento o enumeración de sucesos históricos a contar de esa fecha, pero nada más. A Ud. no podía sorprenderle que yo me negase a traspasar en mi historia, los linderos del siglo XX. Ud. recordará que en Marzo de 1934 Ud. me ofreció una fuerte suma de dinero para que yo salvara mi casa, a cambio de que yo escribiera la Historia de la Década, lo cual era proponerme que fuese su historiador oficial; y Ud. recordará así mismo que preferí perder mi casa, como efectivamente la perdí, contestando a Ud. en carta de fecha 4 de abril de 1934 lo siguiente: "Yo podría ser, aunque humilde, historiador, pero no historiógrafo... Creo un error la resolución de escribir la historia de la última década. Lo acontecido durante ella está todavía demasiado palpitante. Los sucesos no son materia de la historia sino cuando son materia muerta. Lo presente ha menester ser depurado, y sólo el tiempo destila el licor de verdad dulce y útil para lo porvenir. Todo cuanto se escribe sobre lo actual o lo inmediatamente inactual, está fatalmente condenado a revisión. Página 1 La administración del general Vásquez y la de Ud. sólo podrán ser relatadas con imparcialidad en lo futuro. El juicio que uno merece de la posteridad no depende nunca de lo que digan sus contemporáneos; depende exclusivamente de uno mismo. Aparte de estas consideraciones decisivas, yo no podría escribir ese trozo de historia por dos razones: la primera, mi falta de salud; la segunda, mi falta de recursos. Recibir dinero por escribirla en mis presentes condiciones, tendría el aire de vender mi pluma, y ésta no tiene precio". No cabe en lo posible que quién escribió a Ud. lo que precede, acepte, ahora ni nunca, el cargo de Historiador Oficial. Aunque Ud. hubiera de alcanzar y merecer todo lo que se propone y dice en su discurso, de lo cual yo me alegraría por el bien que reportaría el país, yo no sería su historiógrafo. No puedo serlo de nadie. Un historiógrafo o historiador oficial huele a palaciego y cortesano, y yo soy la antítesis de todo eso. No soy ni puedo ser sino un humilde historiador de lo pasado, y sólo como tal me he obligado con el Gobierno. Un historiador oficial es un historiógrafo, y la diferencia que hay entre simple historiador e historiógrafo ha sido magistralmente expuesta por Voltaire en su "Diccionario Filosófico", vocablo "Historiografía", en donde dice: "Este título es muy distinto del título de historiador. Se llama historiógrafo en Francia al hombre de letras que está pensionado. Es muy difícil que el historiógrafo de un príncipe no sea embustero, el de una república adula menos, pero no dice todas las verdades. En China los historiógrafos están encargados de coleccionar todos los títulos originales referentes a una dinastía... Cada soberano escoge su historiógrafo. Luis XIV nombró para este cargo a Pellisson. . . " También se debe a mi exclusiva iniciativa la cláusula séptima del referido contrato del 18 de julio de 1935, cláusula que se refiere a la cesión de 5.000 ejemplares al Gobierno Dominicano. Esta no me exigió nada; pero yo no hubiera aceptado su oferta de escribir una historia sino a condición de ofrecer, a mi vez, la manera de reembolsar ampliamente la cantidad de dinero que costase escribirla y editarla. Es mi firme voluntad, sean cuales fueren las condiciones en que yo escriba mi Historia; poner desinteresadamente mi obra, por algún tiempo, a disposición del Estado. He aceptado escribir una nueva historia de Santo Domingo a pesar de mi poca idoneidad por la razón capital expresada en 1932, en mi introducción al curso oral sobre historia colonial, cuando digo: "El efecto más doloroso para nosotros de la decadencia de la isla ha sido que, desde entonces, la historia de ésta quedó enterrada en los archivos coloniales; y allí está y estará hasta que la rescate de la noción que la conciencia nacional va creando de sí misma y tan poco a poco como lo requiere el hecho de que la formación de la conciencia nacional depende del conocimiento de la historia patria". Cuando Ud. me propuso escribirla, envió a decirme que Ud. consideraba que prestaría un servicio eminente a las generaciones futuras aportando su concurso para que yo la escribiera, y yo acepté, por mi parte, el escribirla, con el único pero elevado propósito de contribuir, siquiera modestamente, a la formación de la conciencia nacional, que todavía no existe pero acepté teniendo cuidado en evitar, como se vé en las cláusulas primeras y séptima de mi contrato, que nadie pueda erróneamente figurarse que pertenezco a la farándula que sigue a Ud. como sigue a todos los potentados de la tierra, tratando de medrar a cambio de lisonjas. Creo que, en honor a la verdad, si Ud. hubiera podido tener a mano y compulsar el contrato que he celebrado con el Gobierno Dominicano, no se habría expresado en la forma en que lo hizo, atribuyéndome un cargo que no tengo y una obligación que no me corresponde. Creo también que aunque Ud. me haya tratado muy poco, me conoce lo bastante, como me conoce todo el país, para saber que yo no me puedo consentir en verme uncido a ningún carro triunfal. La virtud y la ambición son en principio incompatibles. Los vencedores no tienen entrada franca en mi cristianizado espíritu. Los que la tienen son los pobres y los humildes. "Los humildes serán ensalzados y de los pobres es el reino de los cielos", dice el Evangelio. En cuanto a los grandes triunfadores, éstos pertenecen a la historia: ella se los entrega a la posteridad, y la posteridad ha de juzgarlos. No se puede formar Juicio histórico contemporáneo sin violar la jurisdicción de ese tribunal misterioso y supremo. Yo no tengo "una mentalidad erudita". Sólo tengo ideas claras y rectitud de corazón. No he estudiado Página 2 nunca por la simple curiosidad de saber, sino, conforme a Aristóteles, para ser bueno y obrar bien. En este sentido creo que la lectura de la historia es una suprema lección de moral. Es injustificado el desdén hacia la historia del pasado. No hay pasado obscuro. La obscuridad sólo está en nosotros. Es del pasado de donde viene siempre la luz con que vemos hoy con el espíritu las cosas, sencillamente porque no puede venir del porvenir. El porvenir sería tan obscuro como la muerte, si no fuera porque la luz de lo pasado es tan potente que permite prever ciertos acontecimientos de un futuro próximo. Y la ciencia difícil del mando es la eminencia sobre la cual la historia proyecta con más claridad la luz. Aunque la marcha de la humanidad sea progresiva, el hombre de Estado debe abismarse en la contemplación de lo pasado, porque éste es raíz, tronco y savia de los frutos del presente, sin los cuales éste se marchitaría y se secaría como rama arrancada del árbol. Antes de elaborar sucesos históricos es indispensable estudiar los sucesos realizados por las generaciones anteriores. Ellos son la experiencia de la vida; ellos suministran las reglas y modelos. Y de modo singular necesita el político el conocimiento del pasado de su pueblo, porque ese pasado es la cantera de los materiales apropiados para la fábrica de una obra política verdaderamente nacional. La índole de un pueblo no puede estudiarse sólo en su generación viviente. En política ninguna solución es fácil; ningún error es teórico. Las disposiciones legislativas de un pueblo, aunque sean científicas; son perturbadoras cuando no respondan a sus necesidades, a su situación, opiniones y creencias. Lo que se llama reconstrucción nacional debe hacerse de acuerdo con lo pasado: la reconstrucción contra el pasado es pura ideología; es lo mismo que si para reparar un edificio, se prescindiese de él. Los más grandes, guiadores de sociedades y de ejércitos han medido sus pasos por la lección de la historia y acuñado sus hazañas en este acerado y finísimo troquel. Los mejores reyes y capitanes de Grecia y Roma y del mundo se criaron y formaron en el regazo de la historia, y aún algunos magistralmente la escribieron. La almohada de Alejandro era la Iliada junto con su espada; César puso al lado de la suya sus admirables Comentarios; y Napoleón, en sus reflexiones sobre la campaña del Magno Macedonio, nos revela su atento y profundo estudio de lo pasado. El rey Alfonso el Sabio, el hombre más culto del siglo XIII, escribió la Historia de España para enseñar al pueblo español sus orígenes; también escribió la del suyo el profeta Moisés, mientras lo guiaba a la tierra prometida; y Mahomet el Conquistador leía y fundaba escuelas mientras combatía. La excelsitud no se improvisa. Las grandes acciones exigen poderoso y cultivado entendimiento, y necesitan ser puestas, antes de ser realizadas con audacia, bajo el signo de la prudencia, virtud suprema del que manda y rige pueblos y que sólo se acendra en la lección atenta de la historia. La actual generación dominicana es precisamente, en mi pobre concepto, la más desgraciada de cuantas han hollado con su planta el suelo de la isla sagrada de América. Débese ésto a la Ocupación Americana, que fué escuela de cobardía y envilecimiento, debilidad y corrupción, y cuya acción depresiva y deletérea destruyó la energía del carácter, la seriedad de la palabra, la vergüenza en el obrar, dejando, a la hora de la Desocupación, un pueblo muelle, despreocupado y descreído sobre esta tierra de acción y de fé, que fué almáciga de héroes desde los primeros tiempos del descubrimiento del Nuevo Mundo y que dió a éste, en el siglo XIX, un príncipe de la libertad en Francisco del Rosario Sánchez. Los poderes públicos deben estimular en nuestra juventud el florecimiento de aquellas energías de que dieron alta prueba Meriño frente a Santana, Luperón frente a España, Emiliano Tejera frente a Báez, Luis Tejera frente a la tentativa filibustera de 1905, y, frente al desembarco de los norteamericanos en San Pedro de Macorís, Gregorio Urbano Gilbert. Es menester buscar al historiador dominicano que más se asemeje a Tucídides, para que evoque en toda su épica belleza el proceso glorioso de esta república nuestra durante la Anexión y riegue con la corriente y declaración de los sucesos antiguos los modernos, a fin de vigorizar la debilitada cepa del presente. Mi creencia, cada vez más arraigada, de que el pueblo dominicano no constituye nación, me ha vedado en absoluto ser político militante. No he sido, dentro de los términos de mi país, ni siquiera alcalde pedáneo. En una serie de artículos publicados en 1899 y reproducidos luego en "A Punto Largo", he escrito lo siguiente: "Gobernar es Amar". "Son, a mi ver, más compulsivos para el político que para el Página 3 sacerdote los deberes de humanidad, dulzura, piedad y tolerancia, porque lo más grave de la ley es como afirma San Mateo. el juicio, la misericordia y la fé. Para mí la cuestión no es dispensar el bien y el mal como las divinidades antiguas, sino hacer el bien; es no adoptar resoluciones que no estén cimentadas en la rectitud del corazón, es dar al pueblo toda su personalidad enérgica y viril, fortificando diariamente su espíritu en el rudo ejercicio de la libertad, que es el único que produce los caracteres enérgicos que forman las naciones y mantienen independiente al estado de toda dominación extranjera; es proporcionar, no la educación meramente intelectual que sólo sirve para aumentar las filas de los peores auxiliares del poder, sino la que fecundiza, extiende y vivifica la libertad jurídica, hasta el punto de producir la libertad política, que es la verdadera libertad; es poner fuera. de todo alcance los derechos del ciudadano y reducir al mínimum necesario los de los poderes públicos, es finalmente, consagrarse al bien público con perfecto desinterés material e inmaterial, amar la pobreza y practicarla, despreciar el aplauso en absoluto, adoptar sólo los medios que justifiquen la nobleza de los fines y acuñar la paz en las palabras, en las medallas, en los actos y en las almas. Suplico a Ud. dispensarme por haberle distraído de sus importantes ocupaciones, y espero que Ud. no tendrá inconveniente en reconocer, como es de estricta verdad y justicia, que no estoy encargado de escribir la historia del presente, sino la del pasado hasta el 26 de Julio de 1899, y que lo único a que estoy obligado, respecto del presente es a hacer una enumeración de los sucesos históricos a contar de 1899, todo de conformidad a mi contrato con el Gobierno Dominicano, de fecha 18 de julio de 1935; y que es conforme a este criterio que debo continuar escribiendo la Historia de la Isla de Santo Domingo. Soy de Ud. Honorable Presidente, con sentimientos de la consideración más distinguida. AMERICO LUGO
Editorial
30 DE MAYO DIA DE LA LIBERTAD¿Por qué todavía hay gente que entiende como beneficiosa la forma de gobierno dictatorial y reclama algunas de sus virtudes?¿Por qué todavía hay gente que entiende como beneficiosa la forma de gobierno dictatorial y reclama algunas de sus virtudes? Estas son algunas de las preguntas que nos hacemos a propósito de este nuevo aniversario de la muerte del chivo, con motivo de este nuevo 30 de mayo. Apócrifa la versión de que Trujillo escapó a atentado y vivió en España hasta hace poco .Aclaración de su autor Luis Dominguez
Luis Dominguez aclaró al periodico digital almomento.net la versión de que Trujillo no lo ajusticiaron en 1961, del cual fue él su autor en el año 1998 .Firmando con el seudonimo de Jean Giró y encontrandose en ese entonces viviendo en los Estados Unidos ,lo hizo como un experimento paa una revista sensacionalista llamada Fantastica.
Publicamos esto para la edificación de mucha gente que todavía cree que esta versión no fue un invento, quizás su puesta en vigencia de nuevo , fue fruto de sectores interesados que tomaron lo publicado ya hacía tiempo para revitalizar la imagen de que Trujillo fue un super hombre que estaba más allá de la muerte, y quien sabe para que fines posteriores más.
Fuente al momento.net.
06 Diciembre 2008
Aunque más de 200 sitios de internet han reproducido esta versión a pie juntillas, ALMOMENTO.NET investigó el asunto y determinó que el autor de la misma no es un periodista francés de nombre Jean Giró, como se ha publicado, sino uno dominicano que reside en Santiago de los Caballeros y tiene una escuela para formar talentos de televisión. Se trata de Luis Domínguez, quien escribió dicho texto hace diez años, en 1998, para una revista satírica que dirigía mientras se encontraba viviendo en Providence, Estados Unidos. La revista se denominaba Fantástica y era alimentada con notas especulativas o de entremetimiento que buscaban, según su editor, captar la atención de los lectores de Providence, ciudad en donde vive una gran cantidad de dominicanos. Domínguez, quien laboró durante un tiempo como corresponsal en Santiago de las televisoras Teleantillas y Color Visión, remitió a ALMOMENTO.NET una nota aclaratoria a propósito del revuelo que ha causado la publicación en este periódico digital de la versión, según la cual Trujillo no murió como cree la mayoría de los dominicanos, acribillado a balazos en la carretera que conduce a San Cristóbal, y de que esto último se trató de un montaje para ocultar al país la salida de éste al exterior “producto de negociaciones con las autoridades norteamericanas". La aclaración. El texto de la aclaración de Luis Domínguez es la siguiente: “Apreciado Saúl, esta mañana al chequear como de costumbre AL MOMENTO.NET me encontré con la sorpresa de ver el revuelo causado por una historia o mejor dicho ensayo que escribí en una revista que edité a finales de los años 90's en la ciudad de Providence, Rhode Island, acerca de una trama sobre la muerte de Rafael Leónidas Trujillo Molina”. “Como su nombre lo indica, Fantástica La Revista era una publicación con notas especulativas o entretenimientos que buscaban captar la atención de los lectores, toda vez que en la ciudad de Providence, cerca del 80 por ciento de la población hispana es dominicana, entendí que debió ser interesante publicar un ensayo de una novela que en ese tenor escribo desde hace unos años”. “Como es sabido las novelas se nutren en muchos casos de la imaginación del escritor para llamar la atención acerca de un tema, y el de Trujillo siempre será de interés. Además de la novela sobre el tema, que tanto ha llamado la atención, trabajo en la preparación de un guión para un largo metraje que está en la fasede pre producción y que versará sobre esta historia fantástica que tanto ha cautivado a los lectores de todo el mundo”. Atentamente, Luis Domínguez. P.D ahí te envio fascimil de la revista año 1 volumen 1 del 1998. Jean Giró fue un seudónimo La falsa versión La versión sobre la muerte de Trujillo que elaboró el periodista Domínguez y que ha causado el revuelo es la siguiente: "PARIS. (Jean Giró) - Documentos confidenciales en poder de los herederos del dictador dominicano Rafael Leonidas Trujillo Molina, revelan que este no murió, como cree la mayoría de los dominicanos, víctima de un complot en la carretera que conduce a San Cristóbal, sino que se trató de un montaje para ocultar al país la salida de éste al exterior producto de negociaciones con las autoridades norteamericanas. "Los documentos pertenecientes a la familia Trujillo estaban en poder del fenecido Ramfis, hijo mayor del dictador dominicano y quien murió víctima de un accidente automovilístico ocurrido en París, en la actualidad los mismos reposan en una caja fuerte de la que solo tiene acceso Ramses, uno de los hijos de Ramfis". "Según datos filtrados por Ramses a uno de sus amigos de la universidad, su abuelo fue convencido por el gobierno norteamericano para que abandonara el poder en vista del desgaste de la dictadura que encabezó por mas de 30 años, y para evitar que grupos de exiliados apoyados por el régimen comunista de Fidel Castro capitalizaran el descontento popular y tomaran el poder". "La 'verdad' histórica acerca del ajusticiamiento del tirano dista mucho de la realidad; portando una nueva identidad que incluía una sofisticada cirugía plástica que le cambió drásticamente su físico y cara, y con la nada despreciable suma de 700 millones de dólares Trujillo se estableció en España, donde era visitado en secreto por sus hijos y esposa, así como por el doctor Joaquín Balaguer". "El deceso de Manuel Jiménez, que fue la nueva identidad dada al hombre fuerte puesto por los norteamericanos al frente del Ejército dominicano luego de la intervención que culminó en el 1929, se produjo en realidad en 1990 a la edad de 99 años". "A los servicios fúnebres oficiados en el mayor secreto solo asistieron cuatro personas". "Según Ramses Trujillo, para simular la muerte de su abuelo se procedió a usar como doble a Wenceslao Tejada, un agricultor nativo de Villa de los Almácigos, de la línea noroeste, quien tenía un parecido extraordinario con el 'Jefe'. La similitud era tal que en ocasiones se le utilizó para hacerlo pasar por Trujillo cuando habían rumores acerca de complots contra el tirano; vistiéndolo con su uniforme y desplazándolo en el vehículo de éste por las rutas consideradas peligrosas, mientras que el tirano viajaba de incógnito en otro carro". "Tejada se encontraba en poder de Johnny Abbes García, Jefe del Servicio de Inteligencia Militar (SIM), a la espera de la ejecución del plan, que aunque se realizó la noche del 30 de mayo de 1961, se estaba planificando desde hacía mas de un año. Los participantes en el complot para matar a Trujillo también fueron engañados por enlaces militares quienes tenían la misión de hacerles creer que el hombre que se dirigía esa noche a San Cristóbal, era el Jefe, cuando en realidad no fue así". "La perfección del plan fue tal que todos los héroes murieron creyendo que habían asesinado al sanguinario gobernante. La ejecución del complot se aceleró a raíz de los atentados de las fuerzas trujillistas contra el Presidente de Costa Rica, José Figueres, el cual fue frustrado en mayo de 1957, también por la muerte del Presidente de Guatemala Carlos Castillo Armas, el 27 de julio del mismo año, por órdenes del dictador". "Con financiamiento del tirano dominicano se montó otro atentado contra Rómulo Betancourt, Presidente de Venezuela quien sobrevivió milagrosamente cuando su vehículo fue impactado por un carro bomba.Todas estas acciones determinaron que para los Estados Unidos no fuera supuestamente conveniente su permanencia al frente del gobierno dominicano". "Pero sin dudas el hecho que marcó la salida del poder de Trujillo, fue el secuestro del profesor universitario Jesús de Galíndez, ocurrido el 12 de marzo de 1956, orquestado por espías dominicanos en la ciudad de Nueva York, el plagio fue investigado por el FBI tras determinarse responsabilidades, se le hizo saber al perínclito de San Cristóbal que debía abandonar el poder o sufrir las consecuencias". "Las presiones y negociaciones en las que no solo participaron funcionarios norteamericanos sino, españoles y franceses, se prolongaron por cuatro años, ya que el dictador ponía condiciones incumplibles; hasta que finalmente se hizo el montaje de lo que sería su ajusticiamiento; detalle tras detalle todo estuvo meticulosamente planeado, tambien planeado que fue engañada hasta la misma historia". "Después de ejecutado el plan, Trujillo vivió la mayor parte del tiempo en España y Brasil, países en los cuales aun conservan sus herederos decenas de empresas con capitales que sobrepasan los mil millones de dólares. Tejada, el campesino usado como doble en el presunto ajusticiamiento, nunca pensó que cuando le pusieron uno de los uniformes de Trujillo y se le maquilló, se dirigía a un encuentro con la muerte, para que el tirano siguiera viviendo". A ENTERRAR EL TRUJILLISMO Carlos Báez. Aquí nunca ha terminado el trujillismo porque la mayoría de las personas que han estado ,están , o aun pululan en el quehacer político nacieron bajo la ignominia de la "era" fatal . Se criaron bajo la propaganda estatal y han vivido bajo el mito de las cosas "maravillosas" de Rafael Leonídas sobredimensionadas por sus acolitos ,y lamentablemente no han superado esa tara impuesta de manera puntual y subliminal , por que no se han superado a si mismos . Fueron 31 años gravitando el dictador sobre la psiquis del Dominicano. Haciendo desde la escuela con su cartilla de la alfabetización niños trujillistas, para que fueran hombres trujillistas , estos niños a su vez eran criados por padres trujillistas por convicción ,o con la mea culpa de serlo quizás por terror al sistema, que no jugaba para arrancarle la cabeza a sus “desafectos” Los gobernantes todos los que han pasado , sin excepción ,o fueron parte activa porque trabajaron drectamente con el tirano , o pasiva ,porque el aparato productivo en su mayoría pertencía al "generalisimo" y en algun momento trabajaron en el regimen ,cuando no , se criaron bajo las premisas del mismo, por ende la cultura del poder del trujillato es el primer referente para cuando se piensa en disciplina ,autoridad, o el pan y el circo de la propaganda y la dadiva. De los gobernantes que hemos tenido Leonel Fernández es el menos afectado por cuestiones cronológicas en los influjos de la maquinaria Trujillista ,pero con el atenuante que su padre fue un oficial del régimen, en ocasiones muy cercano a Ranfis Trujillo y sus desafueros finales .Nadie se escapa todavía aún de los tentáculos de la dictadura de una manera u otra y por eso seguimos siendo un país con tantos defectos y problemas no resueltos. En la población la cultura del tranquelo! está presente ,como también la del callate! de manera individual y colectiva .Esta combinación ha sido un mal precedente para protestar por nuestros derechos ,como para los gobernantes dejarnos hacerlo ,pero ya las nuevas generaciones no están marcadas por este tatuaje indeleble en el cerebro que lo único que ha hecho es jodernos .Por eso ya afloran todos los días más grupos que empiezan a exigir, o simplemente a protestar porque están hartos de que las cosas nunca funcionen como tienen que ser y cada día les importará menos que los gobenantes quieran limitar el derecho inalienable de uno a poder quejarse. En ocasión de las desafortunadas , o sinceras declaraciones de Hipolito Mejía, es el momento adecuado para recordarle a este , al actual gobernante y a los demás pretendientes del poder ,que ya está bueno de trujillismo ,que esto solo significó corrupción y crimen .Que avancemos y miremos más adelante .Da asco y vergüenza que en pleno siglo XXI todavía se recuerde ,se piense , se actue o se quiera accionar como “el jefe” .Su autoridad estuvo llena de sangre y tortura ,su andar de su histriónismo hipócrita y su legado a la larga solo fue el culto a la personalidad y el atraso. Para atrás ni para tomar impulso .Cero servicio militar obligatorio dizque para enderezar a los jóvenes .Fuentes de trabajo y oportunidades para estos para alejarlos de los vicios y sobre todo educación , Hipolito .Educación, Leonel .Educación , Danilo y todos los aspirantes al poder .Educación por un tubo y ocho llaves ,que brote a borbotones YA, para que veamos algún día los resultados y podamos capacitarnos para ser competitivos y poder producir para salir de la miseria .Es inconcebible que una obra , en este caso el metro sea más importante que la educación que es el futuro de una nación. Da rabia que la solución para arreglar los entuertos que han traído las malas administraciones que hemos tenido y sus herencias de corrupción a todos los niveles, sea desinformar por medio de propaganda y campañas de cambios de percepción en las personas ,metodos dictatoriales usados en el nefasto regimen , o retrotraer directamente el fantasma de Trujillo a la palestra publica .Fuera Satanas. Ofertas de trabajo para cualquiera que sea zacatecas, o quiera serlo ,no importa que tengan mas de 35 años . Para que nos ayuden a enterrar al trujillismo . De por Dios ¿Cuando los políticos pensaran verdaderamente en el país? |
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