Doña Dedé Mirabal

Por Mayra Báez.

La noticia de su partida  ha provocado en mí gran tristeza, personas  como doña Dedé no nacen todos los días…    No he podido dejar de escribir estas líneas que comparto, éstas serían sus palabras a las Mariposas:

“Conté su historia y lo hice con la emoción y firmeza que proporciona un fuerte sentimiento de dolor, un corazón desgarrado.

Conté la historia con el impulso de denunciar a los cuatro vientos la barbarie, con la fuerza con que se enfrenta el desarraigo.  

Conté su historia, henchida de  amor fraterno. 

Conte su historia, en la seguridad de que Dios estaría a nuestro lado ante el deber de

levantar y guiar a los retoños.”

Con estas palabras a flor de labios se encontraría doña Dedé Mirabal con las Mariposas.

Más de una vez escuché a Doña Dedé narrar que cuando los estudiantes que visitaban la Casa-Museo Hermanas Mirabal, en Conuco o su hogar en Ojo de Agua le preguntaban:  Por qué a usted no la mataron? Sin pérdida de tiempo les contestaba:  "Quedé viva para contarles su historia".

Mis ojos, desde que era niña se clavaban en el rostro de aquella mujer que narraba  la historia de sus hermanas en algún programa de television.  La historia de las Mirabal. Minerva, Patria y María Teresa.  En ese orden conocí sus nombres cuando tras la muerte de Trujillo,me tocó descubrir el monstruo que era  aquel dictador,  al escuchar de labios de mi mamá la  trágica historia de las tres jóvenes y bellas hermanas que despeñaron por un precipicio  en una carretera, al regresar de visitar a sus esposos en Puerto Plata.   Después oiría infinidad de veces repetir que el asesinato de las hermanas Mirabal fue el detonante, la gota que rebosó la copa para que los conjurados del 30 de Mayo terminaran con el tirano, cortaran de raíz la férrea dictadura que nos carcomía. No importaba cuándo ni cómo, así fuera solos, tenían que acabar con Trujillo y su régimen de terror, aun a riesgo de sus propias vidas. Mami me contaba cómo el asesinato de las Mirabal afectó anímicamente a Papá y que el tema central de las conversaciones entre ellos, los conjurados, era el repudio a esta tragedia que conmovió a toda la sociedad dominicana.  En  la convicción de  que había que actuar  rápidamente, se convirtió este deplorable hecho en el motor que terminaría con la persecución y el terror de la dictadura.

Durante toda la vida, doña  Dedé  acaparó mi atención, la admiré enormemente.  Su fortaleza,   su elocuencia, la firmeza de sus palabras al hacer el conmovedor relato de sus hermanas que con el paso del tiempo conoceríamos como “Las Mariposas”. Los pormenores respecto a sus vidas y la lucha de sus esposos, en particular de Manolo Tavarez Justo, ejemplos todos de patriotismo incommensurable. El  relato pormenorizado del último día en la vida de sus hermanas y la forma cruel en que fueron asesinadas... Conocer todo aquello,  hacía que sufriera junto a  esa familia, víctima de las garras de un tirano despiadado y cruel. Privados todos  del amor materno  y paterno.  Cuánta impotencia sentía en medio de una identificación sin límites. La exposición de doña  Dedé respecto a la aparición en la prensa del “accidente” de las hermanas Mirabal, no me causaba ninguna sorpresa. La simulación era el método preferido de Trujillo y sus esbirros.Ya me había tocado a mí misma leer la impresionante noticia  del  “accidente” de las hermanas Mirabal y ver las fotos  en los recortes de periódicos viejos  que desde adolescente me dediqué a  coleccionar, correspondiento a la inquietud que desde aquella época sentía.

Nosotros, tras el ajusticiamiento de Trujillo,   en el mes de septiembre habíamos recibido  la humillante notificación de la Fiscalía del Disrito Nacional  invitando a Miguel Angel Báez Díaz a que se presentara ante el funcionario judicial. No sabemos  si vivía aún o si ya había sido asesinado. Lo que sí sabíamos es que Papá había sido apresado el 31 de mayo de 1961, temprano en la mañana en nuestra casa por los agentes del SIM que llegaron con las ínfulas propias de los sicarios y lo introdujeron en uno de sus temibles carros cepillo. Antes, el asesinato de Jean, el esposo de mi hermana Pilar, ocurrido apenas cinco días después del de las hermanas Mirabal también había sido publicado como “accidente”.

Doña Dedé atrajo durante 53 años la atención y admiración de todos cuantos supimos valorar a esta  gran mujer, luchadora,  amorosa con la familia que le toco levantar, perseverante.  Cuánto  enalteció la memoria de sus hermanas!  Excelente narradora, de rostro agradable y límpida mirada, acentuada por un manojo de pelo blanco.  Cualquiera que  no conociera su historia, jamás podría descubrir todo el dolor que desgarraba su alma y la forma en que cumplió su misión en la vida. 

Tras la publicación de mi libro,  tuve la gran oportunidad de reiterarle mi respeto y admiración y cuando  escuché sus bellas palabras, aproveché  para motivarla a que escribiera ella la historia de quienes ya se conocían como Las Mariposas. Pocos meses antes había sido declarado por la Asamblea de las Naciones Unidas, el 25 de noviembre como el Día de la No Violencia Contra la Mujer. Gran acontecimiento tendente a sensibilizar a la población de uno de los grandes problemas a los que se enfrentan incontables mujeres y niñas.

Si se es héroe o heroina de verdad, debe cumplirse la tarea que le corresponde ante los ojos de Dios.  Doña Dedé fue una heroína ante los ojos del mundo. Fue una heroína ante los ojos de Dios. Su responsabilidad y entrega no tuvo límites.  Su prioridad fue mantener  viva la memoria de sus hermanas, como ejemplos de integridad, amor a la libertad y luchas por una sociedad más justa. Por tal motivo, abrio de par en par las  puertas  de la Casa-Museo que dirigia en su natal Salcedo, patrimonio nacional que rinde tributo al coraje y heroísmo de la mujer dominicana.  

Con la partida de doña Dedé el país pierde a una gran mujer. Doña Dedé seguirá siendo para muchos  una inagotable fuente de inspiración.  Sin desmayar, jugó un rol importantísimo en el conocimiento de lo que significó la dictadura de Trujillo.  Contó la historia como nadie lo hubiera podido hacer y lo hizo con  tenacidad, con valentía y lo  más importante:  Fue un gran ejemplo de vida!

Descanse en paz doña Dedé… Llegó la hora de alzar su vuelo al encuentro con las Mariposas! El Todopoderoso le tiene un gran lugar reservado junto a sus ángeles. 

Nunca la olvidaré... jamás dejará de ser fuente de inspiración!!