Nátali Vásquez a pesar de las adversidades logró graduarse Magna Cum Laude de la carrera de Derecho en la UASD
Reza una frase que “Algunas personas sueñan con hacer grandes cosas, mientras otras están despiertas y las hacen”. Uno de esos ejemplos es la joven abogada Nátali Vásquez, que sin importar las adversidades se levantó y no sólo logró convertirse en egresada Magna Cum Laude de la UASD, sino que se transformó en el apoyo de otros jóvenes con discapacidad.
Una enfermedad hereditaria llamada Distrofia Muscular condenó a los 15 años a Nátali a estar de por vida en una silla de ruedas, pero aunque sus células musculares hacen que ella pierda las fuerzas, ésta no perdió la fe en lograr su sueño y ser una joven emprendedora.
Oriunda de Nagua, Natali explicó que ha tenido que superar muchos obstáculos, miedos y frustraciones para llegar donde está. En principio tuvo miedo de lograr algunas metas, pero el querer alcanzarlas la hizo superarlas. “He tenido que afrontar la falta de apoyo de personas cercanas a mi entorno y afrontar la discriminación de personas e instituciones públicas y privadas por ser una persona con discapacidad. Esto en su momento, me determinó a demostrar que absolutamente nadie tenía derecho a decidir por mí, y mucho menos a limitar mi vida y mis proyectos”, dijo.
De la misma forma, la joven de 26 años destacó: “creo que el impedimento está en nuestra cabeza y corazón. Cada quien tiene el poder de llegar tan lejos como quiera, solo tiene que hacerlo con el corazón, y trabajar para que suceda”.
Nátali, quien dirige junto a su padre el bufete de abogados Vásquez y Asociados, destacó que lo que más ama de su profesión es poder ayudar a tantas personas que no tienen quién las defienda, de orientarla y asesorarlas respecto de sus derechos y acciones.
En cuanto a la labor que realiza con los jóvenes explicó que trabaja con ellos a través de Nueva Vida sin Barreras, una institución “que fundamos con el propósito de incentivar a todas las personas con discapacidad en especial de nuestra zona, a formar parte activa de la sociedad, a que observen la discapacidad como una cultura, no como un obstáculo. Que a pesar de ello se puede vivir dignamente y contribuir al desarrollo económico, social, cultural y político de nuestra nación”.
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