Caricatura
Editorial periodico El Día
No es justo que sea nuestro aparato judicial el que le dé un segundo tiro en la cara a Francina Hungría.
No basta con que estuviera a punto de perder la vida, aunque en su lucha no logró preservar la vista, para que ahora la Justicia se burle en su cara.
Desconocemos si fue que el Ministerio Público no sustentó bien las pruebas o si el Segundo Tribunal de la Cámara Penal del Distrito Nacional no quiso verlas, pero para la sociedad ha sido una burla de muy mal gusto el que entre los imputados descargados esté uno que en un programa de televisión no solamente admitió su participación en los hechos, sino que narró detalladamente como ocurrieron y quienes participaron.
Dicen que los jueces hablan por sentencia, pero en esta ocasión el Consejo del Poder Judicial tiene que abrir la boca para que la población entienda el accionar de la judicatura en este caso.
La sociedad está desconcertada y Francina tiene razones para sentirse decepcionada, ya que en la primera oportunidad el sistema judicial le ha fallado.
Cada vez son más frecuentes las decisiones desconcertantes provenientes de los tribunales.
¿Qué está pasando?
Si la Suprema Corte de Justicia y el Consejo del Poder Judicial no se sienten motivados a actuar, le toca a la sociedad en su conjunto velar porque la judicadura no desande pasos que se entendían superados.
El sistema judicial dominicano le ha fallado a Francina, le ha fallado al país.
Y lo más triste es que manda la muletilla: la Justicia ha fallado una vez más.
Y lo más triste es que manda la muletilla: la Justicia ha fallado una vez más.
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