03/02/2016 12:00 AM - Pavel Isa Contreras
En años recientes, la deuda pública se ha vuelto a convertir en un tema de preocupación para la ciudadanía debido a que ha crecido de forma significativa y está generando costos fiscales importantes. En los últimos 8 años, en promedio, un tercio de todo el gasto público se ha financiado con deuda, y en los últimos dos años, el pago de deuda ha sido equivalente a más del 45% de los ingresos corrientes del gobierno. La manera en que se ha lidiado con el hecho de destinar tanto al pago de deuda ha sido tomando más crédito. Esto amenaza con hacer insostenible la situación.
Cuando se habla de deuda pública se tiende a pensar exclusivamente en la contratada por Gobierno. A esta se le conoce como la deuda del Sector Público No Financiero (SPNF). Pero con mucha frecuencia se ignora que la que mantiene el Banco Central con el público, en especial con entidades del sistema financiero, también es deuda pública porque en última instancia es el Estado el responsable de ella. A las acreencias del Banco Central y de otras entidades financieras gubernamentales se le conoce como deuda del Sector Público Financiero (SPF).
En noviembre de 2015, la deuda total del sector público no financiero (SPNF) alcanzó casi 23,800 millones de dólares, aunque en ella se incluye casi 3 mil millones de deuda intragubernamental que pudiera descontarse. Por su parte, en diciembre la deuda Sector Público Financiero (SPF), que casi toda es del Banco Central, llegó a ser de poco menos de 8,500 millones de dólares. En conjunto, hacia fines del año pasado, la deuda pública total alcanzó más de 32 mil millones de dólares, lo que equivale al 48 % del producto interno bruto. El 70 % era deuda del Gobierno y el 30 % era del Banco Central.
¿Cómo fue creciendo la deuda hasta llegar a este punto? En el caso de la del SPNF, entre 2001 y 2002 se registró un crecimiento estable que la llevó hasta 4,400 millones, pero entre 2003 y 2004 tuvo un crecimiento explosivo en el marco de la crisis bancaria, que la llevó a elevarse en más de un 50%. A partir de ese año y hasta 2008, el crecimiento fue menor y más estable. Sin embargo, desde 2008 hasta 2013, la deuda no paró de crecer. En promedio, se expandió a un ritmo de cerca de 2,100 millones por año. En 2014 y 2015 continuó creciendo pero a ritmos mucho menores.
La del Banco Central se comportó diferente. Entre 2002 y 2006 se multiplicó por cuatro, debido a los esfuerzos para atajar la crisis bancaria, superando los 6,200 millones de dólares. A partir de allí, el crecimiento ha sido mucho más lento pero sostenido.
Del total de la deuda del SPNF, el 66 % es externa y el 33 % es interna, mientras que la del Banco Central (SPF), casi el 90 % es deuda interna. Del total de la deuda del gobierno, la interna, que es una deuda más cara, pero que tiene menos riesgos cambiarios, ha duplicado su participación en el total.
Pero, además, ha registrado tres cambios relevantes. Primero, la deuda con los organismos multilaterales, una de las más baratas, redujo su peso en la deuda total desde cerca de 22 % hasta 17 %. Segundo, la deuda bilateral, esto es, con gobiernos, otra deuda muy barata, declinó desde 5,750 millones de dólares en 2012 hasta menos de la mitad de eso en 2015, y su peso se redujo hasta un tercio del que era en 2012. Esto se debió a la recompra de la deuda con Venezuela. Pero, además, esta deuda no crecerá mucho en lo inmediato porque está sujeta a que los precios del petróleo estén elevados, algo que no parece que sucederá pronto.
Tercero, en sustitución de Petrocaribe y los créditos de organismos multilaterales, la deuda asociada a los bonos se multiplicó por 3.5 y triplicó su peso en la deuda total. Esto empezó a suceder aún antes de la recompra de la deuda petrolera en el marco de Petrocaribe, empujado por la sed de crédito. Mientras entre 2008 y 2012, los bonos explicaron el 14 % del aumento de la deuda del SPNF, entre 2012 y 2014, antes de la recompra, explicaron el 64%.
En síntesis, la deuda no solo se ha multiplicado, sino que se ha vuelto más cara, porque la participación de las fuentes baratas viene declinando. Y se encarecerá aún más si las tasas de interés siguen subiendo, al tiempo que se hará más difícil endeudarse. Todavía hay tiempo para ajustar el rumbo, redistribuir la carga de forma equitativa y minimizar el costo, antes que los mercados nos den el batacazo.
- See more at: http://www.elcaribe.com.do/2016/02/03/radiografia-deuda#sthash.wF0oHBGD.dpuf
Cuando se habla de deuda pública se tiende a pensar exclusivamente en la contratada por Gobierno. A esta se le conoce como la deuda del Sector Público No Financiero (SPNF). Pero con mucha frecuencia se ignora que la que mantiene el Banco Central con el público, en especial con entidades del sistema financiero, también es deuda pública porque en última instancia es el Estado el responsable de ella. A las acreencias del Banco Central y de otras entidades financieras gubernamentales se le conoce como deuda del Sector Público Financiero (SPF).
En noviembre de 2015, la deuda total del sector público no financiero (SPNF) alcanzó casi 23,800 millones de dólares, aunque en ella se incluye casi 3 mil millones de deuda intragubernamental que pudiera descontarse. Por su parte, en diciembre la deuda Sector Público Financiero (SPF), que casi toda es del Banco Central, llegó a ser de poco menos de 8,500 millones de dólares. En conjunto, hacia fines del año pasado, la deuda pública total alcanzó más de 32 mil millones de dólares, lo que equivale al 48 % del producto interno bruto. El 70 % era deuda del Gobierno y el 30 % era del Banco Central.
¿Cómo fue creciendo la deuda hasta llegar a este punto? En el caso de la del SPNF, entre 2001 y 2002 se registró un crecimiento estable que la llevó hasta 4,400 millones, pero entre 2003 y 2004 tuvo un crecimiento explosivo en el marco de la crisis bancaria, que la llevó a elevarse en más de un 50%. A partir de ese año y hasta 2008, el crecimiento fue menor y más estable. Sin embargo, desde 2008 hasta 2013, la deuda no paró de crecer. En promedio, se expandió a un ritmo de cerca de 2,100 millones por año. En 2014 y 2015 continuó creciendo pero a ritmos mucho menores.
La del Banco Central se comportó diferente. Entre 2002 y 2006 se multiplicó por cuatro, debido a los esfuerzos para atajar la crisis bancaria, superando los 6,200 millones de dólares. A partir de allí, el crecimiento ha sido mucho más lento pero sostenido.
Del total de la deuda del SPNF, el 66 % es externa y el 33 % es interna, mientras que la del Banco Central (SPF), casi el 90 % es deuda interna. Del total de la deuda del gobierno, la interna, que es una deuda más cara, pero que tiene menos riesgos cambiarios, ha duplicado su participación en el total.
Pero, además, ha registrado tres cambios relevantes. Primero, la deuda con los organismos multilaterales, una de las más baratas, redujo su peso en la deuda total desde cerca de 22 % hasta 17 %. Segundo, la deuda bilateral, esto es, con gobiernos, otra deuda muy barata, declinó desde 5,750 millones de dólares en 2012 hasta menos de la mitad de eso en 2015, y su peso se redujo hasta un tercio del que era en 2012. Esto se debió a la recompra de la deuda con Venezuela. Pero, además, esta deuda no crecerá mucho en lo inmediato porque está sujeta a que los precios del petróleo estén elevados, algo que no parece que sucederá pronto.
Tercero, en sustitución de Petrocaribe y los créditos de organismos multilaterales, la deuda asociada a los bonos se multiplicó por 3.5 y triplicó su peso en la deuda total. Esto empezó a suceder aún antes de la recompra de la deuda petrolera en el marco de Petrocaribe, empujado por la sed de crédito. Mientras entre 2008 y 2012, los bonos explicaron el 14 % del aumento de la deuda del SPNF, entre 2012 y 2014, antes de la recompra, explicaron el 64%.
En síntesis, la deuda no solo se ha multiplicado, sino que se ha vuelto más cara, porque la participación de las fuentes baratas viene declinando. Y se encarecerá aún más si las tasas de interés siguen subiendo, al tiempo que se hará más difícil endeudarse. Todavía hay tiempo para ajustar el rumbo, redistribuir la carga de forma equitativa y minimizar el costo, antes que los mercados nos den el batacazo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario