Así es como la prensa argentina dio con Herman Guthenberg, quien escapó de Europa después de la victoria aliada y llegó al país transandino en 1945.
Él mismo dice que la Gestapo lo ayudó a falsificar sus papeles.
“Yo he sido culpado por una gran cantidad de crímenes que nunca cometí. Es por esta razón que me he estado escondiendo la mitad de mi vida de los judíos. Ese fue mi castigo. Todos creían que era malvado, solamente porque habíamos perdido la guerra”.
Según la entrevista que le hicieron, el hombre decidió revelar su identidad porque ya no corre peligro.
Esto no sería tan descabellado, ya que entidades de inteligencia de E.E.U.U. han hablado sobre escondites o información confidencial de otro paradero de Hitler, no hoy, sino antes de su “muerte”.

Pero por otra parte, la esposa de Herman concluye que el anciano padece de demencia senil, o que la edad ya ha causado estragos en su mente. “A veces no me reconoce, ni sabe dónde está. De repente entra como en trance y habla sobre los judíos, la guerra y los demonios. Pero luego de un rato, todo vuelve a la normalidad”.
El FBI podría haber dejado escapar al dictador. ¿Qué crees?
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