Cuba volvió a disparar la alarma ante el fenómeno Donald Trump. Tan pronto el nuevo mandatario asumió la presidencia de Estados Unidos el 20 de enero, la dirigencia cubana se mantiene alerta como un boxeador que estudia al contrario, tratando de descifrar la estrategia de combate. Su primera reacción preventiva fue la de reactivar el rechazo al bloqueo económico contra el país, que el 7 de este mes cumplió 55 años.
Hasta ahora es una incógnita la política que adoptará Trump respecto a Cuba. La posición oficial que se conoce es la declaración del vocero de la Casa Blanca, Sean Spicer, ofrecidas en una rueda de prensa el 3 de este mes, donde afirma que la nueva administración realiza una revisión completa de todas las políticas de Estados Unidos hacia Cuba y que ese análisis tiene un “enfoque en los derechos humanos como parte de un compromiso con los ciudadanos de todo el mundo”.
Como Presidente electo, lo único determinante que Trump había posteado en su cuenta de Twitter respecto a la isla mayor de las Antillas fue: “Si Cuba no está dispuesta a hacer un mejor acuerdo para el pueblo cubano; el pueblo cubanoamericano y los Estados Unidos, voy a terminar el acuerdo”. Algunos de sus colaboradores también habían sugerido en ese momento que los beneficios eran unilaterales a favor del régimen socialista.
El nuevo Presidente llegó a Washington en un momento de franca distención entre las administraciones Barack Obama-Raúl Castro, un proceso iniciado en diciembre de 2014 y catalizado con el restablecimiento de las relaciones diplomáticas en julio de 2015, que incluyó apertura de embajadas y visitas recíprocas de los mandatarios a los dos países, después que Estados Unidos excluyó a Cuba de la lista de estados patrocinadores del terrorismo.
Obama se convertiría así en el primer mandatario de EEUU en aterrizar en La Habana desde 1928, y además junto a su familia.
Otro giro positivo en esta apertura fue la histórica abstención de Estados Unidos cuando en la Asamblea General de las Naciones Unidas se aprobó el año pasado por enésima vez la Resolución titulada “Necesidad de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por los Estados Unidos de América contra Cuba”, que nunca se ha cumplido. Y como colofón, la decisión de Obama, casi una semana antes de concluir su mandato, de derogar la “política de pies secos pies mojados”.
((Soberanía e independencia
Pero ante el nuevo panorama solo se advierte una reafirmación ideológica de los cubanos en las calles de La Habana, mientras se mantienen a la expectativa sin lograr descifrar con claridad las pocas señales enviadas desde el Norte, que apuntaría a “hacer un mejor acuerdo que el logrado con Obama” cuando todavía persiste el bloqueo económico.
Pero ante el nuevo panorama solo se advierte una reafirmación ideológica de los cubanos en las calles de La Habana, mientras se mantienen a la expectativa sin lograr descifrar con claridad las pocas señales enviadas desde el Norte, que apuntaría a “hacer un mejor acuerdo que el logrado con Obama” cuando todavía persiste el bloqueo económico.
En el plano interno concuerdan que las autoridades deben agilizar la actualización de su modelo económico y social aprobada en el 2011, así como una renovación de las estructuras políticas, pero no están del todo convencidos que eso signifique que su país debe abandonar el rumbo soberano y socialista que le insufló Fidel Castro a varias generaciones durante casi 60 años.
Algunos cubanos, inclusive, se aventuran a afirmar que como negociante el Presidente estadounidense se inclinaría por seguir fortaleciendo la apertura hacia el mercado cubano y poner fin al bloqueo, ante el empuje indetenible de países como China, Rusia, la Unión Europa, Vietnam y otros que no solo tienen la mira puesta en la isla, sino que ya han comenzado a realizar cuantiosas inversiones.
Y hasta llegan a enarbolar ejemplos concretos, para sustentar su hipótesis.
Valoran que son cada vez más frecuentes los cruceros con miles de turistas norteamericanos que atracan en los puertos de Cuba y que líneas aéreas como American Airlines y JetBlue realizan vuelos regulares por el aeropuerto José Martí. Incluso, que American Airline acaba de inaugurar una oficina comercial en esta ciudad.
Quien no deja lugar a dudas sobre lo incierto que sería una confrontación con el gobierno de Trump es el presidente cubano Raúl Castro, quien en su intervención en República Dominicana durante la V Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños celebrada el pasado 25 de enero, pareció tender un ramo de olivo a la nueva administración estadounidense, expresando su voluntad de proseguir el diálogo y la cooperación en temas de interés común.
Para Castro, Cuba y Estados Unidos pueden cooperar y convivir civilizadamente, respetando las diferencias y promoviendo todo lo que beneficie a ambos países y pueblos, pero ratificó que no debe esperarse que para ello su país realice concesiones inherentes a su soberanía e independencia.
También aprovechó la reunión de los países latinoamericanos y caribeños para recordar que el bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por Estados Unidos durante 55 años persiste con considerables privaciones y daños humanos para Cuba, dificultando su desarrollo.
NOTAS AL MARGEN
El tema del bloqueo
Los medios de comunicación oficiales son el principal punto de apoyo de la campaña contra el bloqueo impulsada nuevamente en la Isla.
Los medios de comunicación oficiales son el principal punto de apoyo de la campaña contra el bloqueo impulsada nuevamente en la Isla.
“Cuba sigue bloqueada”, tituló el periódico Granma en su portada del 3 de este mes, recordando a los cubanos y al mundo que ese día el presidente John F. Kennedy firmó en el Despacho Oval de la Casa Blanca la decisión de un bloqueo total contra Cuba, que entraría en vigor cuatro días después. También Televisión Cubana y Juventud Rebelde enfatizan en estos mensajes. De acuerdo con el informe de Cuba a la ONU en 2016 esta política, que tildan de “genocida”, ha provocado perjuicios cuantificables por más de 125,873 millones de dólares a precios corrientes.
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LA DUREZA DE TRUMP
LA DUREZA DE TRUMP
En medio de la euforia causada entre la comunidad cubana en Miami tras la muerte de Fidel Castro, Trump había emitido un comunicado que parecía inclinar la balanza a favor de quienes en Estados Unidos abogan por el mantenimiento de duras sanciones al gobierno de la Isla, en el que condenó a Castro y le llamó “un brutal dictador”. También había afirmado que su “gobierno hará todo lo posible para asegurar que el pueblo cubano pueda finalmente iniciar su camino hacia la prosperidad y la libertad”, mientras recordaba el apoyo recibido por muchos cubanoamericanos y especialmente de la Asociación de Veteranos de la Brigada 2506.
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