Santiago Senén González
La noche anterior a disputarse la tan esperada carrera por el II Gran Premio de Cuba, el domingo 23 de febrero de 1958 –se cumplen 59 años-, el mejor corredor del mundo, Juan Manuel Fangio, fue secuestrado por el Movimiento 26 de Julio, comandado por Fidel Castro desde Sierra Maestra.
-Disculpe, Juan-, escuchó el piloto de Balcarce,
-me va a tener que acompañar...
La escena se produjo en el hall del Hotel Lincoln de La Habana, cuando un militante guerrillero interrumpió la charla que el quíntuple campeón mundial sostenía con sus mecánicos. Ayudado de una pistola calibre 45, el revolucionario lo obligó a que lo siguiera hasta la calle, donde los esperaba un automóvil.
De este suceso se hicieron algunas publicaciones con diversas interpretaciones, y hasta una película. “Operación Fangio”, estrenada hace 17 años, que fue dirigida por Alberto Lecchi y protagonizada por Darío Grandinetti, en el papel del piloto.
Fangio había viajado a la ciudad de la Habana para competir por el Gran Premio de Cuba. Había sido invitado a participar en una carrera de autos sport en la Isla. La competencia era parte de los eventos deportivos programados por el gobierno cubano para mejorar la imagen del dictador Fulgencio Batista, que por esos días enfrentaba la más dura crisis de todos sus años de mandato.
Camino a la Isla, Juan Manuel Fangio no imaginaba que podría llegar a estar ausente de la Gran Competencia. Pero la noche anterior,. un joven alto y morocho que entró al hall del Lincoln en búsqueda del campeón mundial de automovilismo al que le temblaba el pulso, no dudó en cumplir su cometido.
El Chueco, con el arma apoyada en la espalda, sin violencia pero con firmeza fue obligado a salir hasta la esquina, donde lo subieron a un Plymouth negro. Los testigos lo vieron alejarse por la calle Virtudes, mientras otros cómplices, también armados, cubrían la retirada. Le dijeron que si los descubrían, las balas pondrían en peligro las vidas de todos..
Después de una hora de recorrer la ciudad, y luego de haber pasado un control policiaco de rutina y haber cambiado dos veces de vehículo, el corredor argentino era llevado, por fin, al lugar donde permanecería secuestrado hasta después de la carrera.
-Hay que irse de aquí-, ordenaba Faustino Pérez, el hombre que respondía por la seguridad de una de las personas más buscadas en ese momento por el régimen batistiano, y cuyo secuestro había conmocionado al mundo entero.
Fangio no había sido liberado aún, cuando le informaron que la carrera había sido suspendida por un accidente. En la quinta vuelta se despistaron dos autos, uno de ellos, el del piloto cubano Armando García Cifuentes, quien perdió el control de su auto, provocando la muerte de seis personas y un saldo de más de cuarenta heridos entre el público asistente.
El secuestro de Fangio ocupaba los titulares de los principales diarios y revistas de América y Europa, y las agencias cablegráficas especulaban con el sensacional secuestro del más afamado automovilista del mundo-.
Tras 27 horas fue entregado a funcionarios argentinos, en la casa del agregado militar de ese país en Cuba, que era nada menos que el contra almirante Raúl Lynch, primo del padre del “Che” Guevara.-
El marino ya habia intervenido tres años antes en la liberacion – a pesar de su rechazo – cuando el doctor de Ernesto Guevara de la Serna estaba preso junto a Fidel Castro en Mexico.
Junto con el secuestrado dejaban una carta donde manifestaban que no tenían ningún problema con la Argentina, que sus objetivos se restringían al derrocamiento de la dictadura cubana y, nuevamente, pedían disculpas.
En 1981 –ya con Fidel en el poder- Fangio volvió a visitar Cuba, como presidente de Mecedes Benz Argentina para concretar la venta de unos camiones al gobierno cubano. Lo recibió su amigo, Faustino Pérez, en ese momento ministro de Industria de Cuba. Fidel Castro interrumpió una importante reunión internacional para entrevistarse con él y pedirle disculpas por el operativo del ‘58.
Arnold Rodríguez, otro de los secuestradores, viajaría a Buenos Aires, en 1992, especialmente para ver a Fangio, con motivo del sexto aniversario de la inauguración del museo en honor al piloto. El mismo está en un edificio construido en 1906, detrás de las históricas paredes de la anterior sede comunal de Balcarce.
Actualmente en la puerta del Hotel Lincoln –en el centro de La Habana – cuelga un placa de bronce,señalando que en la noche del 24-2-58 en ese lugar fue secuestrado el cinco veces campeón mundial de automovilismo Juan Manuel Fangio-. En el octavo piso, la habitación 810, con varios recuerdos del piloto balcarceño, lleva su nombre.
* Santiago Senén González, periodista e historiador
-Disculpe, Juan-, escuchó el piloto de Balcarce,
-me va a tener que acompañar...
La escena se produjo en el hall del Hotel Lincoln de La Habana, cuando un militante guerrillero interrumpió la charla que el quíntuple campeón mundial sostenía con sus mecánicos. Ayudado de una pistola calibre 45, el revolucionario lo obligó a que lo siguiera hasta la calle, donde los esperaba un automóvil.
De este suceso se hicieron algunas publicaciones con diversas interpretaciones, y hasta una película. “Operación Fangio”, estrenada hace 17 años, que fue dirigida por Alberto Lecchi y protagonizada por Darío Grandinetti, en el papel del piloto.
Fangio había viajado a la ciudad de la Habana para competir por el Gran Premio de Cuba. Había sido invitado a participar en una carrera de autos sport en la Isla. La competencia era parte de los eventos deportivos programados por el gobierno cubano para mejorar la imagen del dictador Fulgencio Batista, que por esos días enfrentaba la más dura crisis de todos sus años de mandato.
Camino a la Isla, Juan Manuel Fangio no imaginaba que podría llegar a estar ausente de la Gran Competencia. Pero la noche anterior,. un joven alto y morocho que entró al hall del Lincoln en búsqueda del campeón mundial de automovilismo al que le temblaba el pulso, no dudó en cumplir su cometido.
El Chueco, con el arma apoyada en la espalda, sin violencia pero con firmeza fue obligado a salir hasta la esquina, donde lo subieron a un Plymouth negro. Los testigos lo vieron alejarse por la calle Virtudes, mientras otros cómplices, también armados, cubrían la retirada. Le dijeron que si los descubrían, las balas pondrían en peligro las vidas de todos..
Después de una hora de recorrer la ciudad, y luego de haber pasado un control policiaco de rutina y haber cambiado dos veces de vehículo, el corredor argentino era llevado, por fin, al lugar donde permanecería secuestrado hasta después de la carrera.
-Hay que irse de aquí-, ordenaba Faustino Pérez, el hombre que respondía por la seguridad de una de las personas más buscadas en ese momento por el régimen batistiano, y cuyo secuestro había conmocionado al mundo entero.
Fangio no había sido liberado aún, cuando le informaron que la carrera había sido suspendida por un accidente. En la quinta vuelta se despistaron dos autos, uno de ellos, el del piloto cubano Armando García Cifuentes, quien perdió el control de su auto, provocando la muerte de seis personas y un saldo de más de cuarenta heridos entre el público asistente.
El secuestro de Fangio ocupaba los titulares de los principales diarios y revistas de América y Europa, y las agencias cablegráficas especulaban con el sensacional secuestro del más afamado automovilista del mundo-.
Tras 27 horas fue entregado a funcionarios argentinos, en la casa del agregado militar de ese país en Cuba, que era nada menos que el contra almirante Raúl Lynch, primo del padre del “Che” Guevara.-
El marino ya habia intervenido tres años antes en la liberacion – a pesar de su rechazo – cuando el doctor de Ernesto Guevara de la Serna estaba preso junto a Fidel Castro en Mexico.
Junto con el secuestrado dejaban una carta donde manifestaban que no tenían ningún problema con la Argentina, que sus objetivos se restringían al derrocamiento de la dictadura cubana y, nuevamente, pedían disculpas.
En 1981 –ya con Fidel en el poder- Fangio volvió a visitar Cuba, como presidente de Mecedes Benz Argentina para concretar la venta de unos camiones al gobierno cubano. Lo recibió su amigo, Faustino Pérez, en ese momento ministro de Industria de Cuba. Fidel Castro interrumpió una importante reunión internacional para entrevistarse con él y pedirle disculpas por el operativo del ‘58.
Arnold Rodríguez, otro de los secuestradores, viajaría a Buenos Aires, en 1992, especialmente para ver a Fangio, con motivo del sexto aniversario de la inauguración del museo en honor al piloto. El mismo está en un edificio construido en 1906, detrás de las históricas paredes de la anterior sede comunal de Balcarce.
Actualmente en la puerta del Hotel Lincoln –en el centro de La Habana – cuelga un placa de bronce,señalando que en la noche del 24-2-58 en ese lugar fue secuestrado el cinco veces campeón mundial de automovilismo Juan Manuel Fangio-. En el octavo piso, la habitación 810, con varios recuerdos del piloto balcarceño, lleva su nombre.
* Santiago Senén González, periodista e historiador
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