Cuando nacia un septimo hijo en una familia Stroessner era su padrino y se le daba carne como tal

Recuerda que cuando se acercaba el mediodía, de chico, camino a su casa después de la escuela, sus compañeritos corrían de él porque pensaban que se iba a convertir en Luisón.

Mercedes Ciriaco Cardozo Romero, hoy miembro de la Patrulla Caminera (los populares “zorro grises”), con 45 años y una hermosa familia, tiene recuerdos muy especiales en torno a su peculiar condición de ser el séptimo hijo varón de su familia.

La figura del Luisón, uno de los seres mitológicos de nuestra cultura guaraní, marcó su infancia. “Corrían de mí mis compañeritos. Muchos tenían miedo de mí”, recordó.

En la época en que nació existía también la tradición de que todo varón que llegara en séptimo lugar era apadrinado por el presidente de la República, en ese entonces Alfredo Stroessner.

En aquel tiempo su familia recibía víveres de la Presidencia y hasta tenía un carné que comprobaba que era ahijado del dictador.

“Me acuerdo que una vez nos dieron regalos y ña Ligia Mora de Stroessner me abrazo y me dijo ‘mi ahijadito’, pero hasta ahí. Más de eso nunca pasó porque casi no teníamos contacto”, he’i. Cuando cayó Stroessner, también perdió su condición.

Recordó también que de chico, al ver perros negros en horas de la noche pensaba que lo venían a buscar y que se iba a convertir en Luisón. “Cuando era criatura no podía ver perros, tenía miedo, después de grande comprendí que no era cierto”, rememoró Mercedes, hoy ya entre risas.

“Ya se perdió esa tradición paraguaya”

Cardozo explicó que con el paso de los años, la tradición del padrinazgo del séptimo varón por parte del Presidente quedó para el recuerdo y que al parecer ya no existe.

Hoy es el padre de cuatro hijos y trabaja como agente de la Patrulla Caminera. También está  cursando el 5º año de la carrera de Derecho en una universidad privada. “Mi señora cuando vio la primera vez mi carné me preguntó qué era y al contarle no dijo mucho, pero parece que le sorprendió un poco”, contó con humor, diciendo además que “ya se perdió esa tradición paraguaya que antes tenían las personas”.